Capitolo 2: Invito alla royalty.
Capítulo Ⅱ: Invitación a la realeza.
En el orfanato, los gemelos fueron puntuales para entregar el almuerzo. Lamentablemente, ya no tenían raciones para más días, por lo que debieron reducir la cantidad que se le entregaba a cada niño, provocando miradas decepcionadas en estos. Dream sintió su corazón estrujarse, sabiendo que, en unos meses, los niños no sólo no tendrían comida, sino que tampoco tendrían un techo para dormir.
—Night...—le llamó, acercándose a su hermano con un rostro que el menor entendió inmediatamente. —Por favor, podrías...
—Dream, no, —interrumpió— sabes que él tiene sus propios problemas, le debemos mucho dinero.
—Lo sé, pero tienen tanta hambre... sólo unos pocos.
Nightmare trató de mantenerse firme. No podía seguir pidiéndole ese tipo de favores a él, le debían tanto, no sólo dinero, le debían todo, sentía que se aprovechaban de su amabilidad con ellos. No obstante, no pudo negarse, sabía que iban a necesitar alimentar a los niños y que, por sí solos, no tenían los recursos para hacerlo. Necesitaban ayuda.
Y eso lo ponía en la situación actual, de pie frente a esa pequeña casita en la que vivió con su hermano por muchos años, a la que, posiblemente, volverían una vez que el orfanato cierre y ya no tuvieran lugar en el que quedarse. Inhaló fuerte y exageradamente, arreglando un poco sus sucias ropas antes de tocar la puerta, quería verse, al menos, decente.
Unos segundos pasaron hasta que la puerta se abrió. Un esqueleto de ojos rojos y con un diente de oro apareció frente a él, su ropa estaba cubierta de harina y tenía grandes ojeras. Sus manos temblaban, acusándolo de haber tomado demasiado café en un día.
Al ver a Nightmare se mostró algo sorprendido, posiblemente no esperaba una visita todavía, se supone que los hermanos estaban muy ocupados en el orfanato como para verlo, estaban pasando un momento difícil.
—Ah, hola... Red, —Saludó el menor, se notaba incómodo de verlo sólo para pedirle un favor. —yo, bueno, nosotros necesitamos tu ayuda...
—Nightmare, tanto tiempo sin verte. —Ignorando lo dicho anteriormente por este, se acercó a abrazarlo, pero antes de hacerlo se detuvo y simplemente le dio una palmadita en el hombro. —Hm, ¿por qué no pasas? Estoy terminando de hacer pan, ponte cómodo.
—No, gracias... perdón por molestar, pero no tenemos comida ni dinero y quería...
Red suspiró, apartando la mirada. El menor pronto se sintió mal, por lo que decidió callar su explicación, seguramente el contrario ya lo sabía.
Al notar el cambio de actitud, y la incomodidad que se formó entre ambos, el mayor retomó la conversación. —Mira, no importa, ¿de acuerdo? Pueden tomar todo el pan que necesiten, yo puedo recuperarme.
—Perdón, Red. Me gustaría poder ayudar de alguna forma, pero...
—No te preocupes, aunque... hay algo que puedes hacer por mí. —La nula respuesta más la mirada que recibió por parte de Nightmare fue suficiente para comprender que estaba siendo escuchado y que debía continuar. —Verás, esta mañana llegó una visita que justamente quería verlos. Iba a quedarse unos días aquí antes de seguir con su viaje, pero creo que lo harías muy feliz a él y a ti mismo si lo vas a ver... Está en la cocina, me ayuda a preparar la masa.
Guiado por su curiosidad, el menor caminó directo a la habitación señalada, encontrándose con la sorpresa de ver a otro esqueleto, pero en su ropa predominaba la elegancia y unos llamativos colores de tonalidades morado y azul. Claramente no pertenecía a la clase baja como ellos, ni tampoco a la clase alta, eso sólo podía significar que este monstruo era un viajero; seres pertenecientes a la clase media que obtienen y pierden riquezas yendo de un lado a otro. No son muchos los afortunados que logran mantener esta profesión por mucho tiempo, la mayoría termina en la ruina después de unos meses, pero, a juzgar por la apariencia del contrario, se podría decir que lleva años en esto, seguramente un profesional.
No obstante, no fue su apariencia lo que le llamó la atención, sino el hecho de saber de quién se trataba.
—¿Lust? —Al oír esa voz, el mencionado inmediatamente volteó. Su sonrisa radiante y llena de cariño era su característica más llamativa.
—¡Nightmare! —Se quitó el delantal que llevaba puesto, extendiendo sus brazos para abrazar al menor con todas sus fuerzas. —¡Mírate! ¡Qué guapo estás! Por dios, tanto tiempo sin verte. Cuando te conocí eras un niño tan pequeño y tierno, mira lo mucho que has cambiado.
Habló bastante sobre aventuras que vivió, recordando un pasado lejano y elogiando al menor de los tres esqueletos, todo bajo la atenta mirada de Red, quien separaba el pan que vendería con el que regalaría a los huérfanos.
Nightmare no estaba del todo pendiente de la conversación con el mayor, su mente todavía pensaba cuándo y por qué había llegado al pueblo, se supone que Lust se había ido para no volver, no podía explicarse una razón para que volviera a un lugar que le traía tan malos recuerdos.
—¿Quieres saber qué hago aquí? —Esa pregunta le hizo volver a la realidad. Miró al mayor unos segundos, algo aturdido por pensar que le había leído la mente. Simplemente asintió. Lust sonrió. —Ven conmigo y te lo enseñaré.
El de prendas llamativas caminó a la puerta, avanzando sin mirar atrás, ni siquiera cuando abandonó la panadería. Nightmare miró a Red unos segundos, como si él pudiese decirle lo que estaba pasando, pero no parecía interesado en lo ocurrido. —Lust no me dijo nada, pero mencionó que era importante.
El menor asintió, saliendo de la casa también. Había decidido ver qué quería mostrarle el viajero. Debía tener una buena razón para volver al pueblo después de años y simplemente decir eso, sin dar explicación alguna. La curiosidad de Nightmare en ese momento era gigante, se preguntaba qué habrá sucedido. No parecía preocupado como para que sea un crimen ni tan emocionado como para decirle que, en uno de sus viajes, había encontrado un tesoro lo suficientemente caro como para salvar el orfanato. Fuese lo que fuese, el menor tenía el presentimiento de que estaba relacionado con él.
—Ya debes saberlo, —Comenzó Lust, sin detener su marcha, luego de un largo silencio entre ellos. —pero yo soy un esqueleto que tiene muchos contactos y puedo conseguir información anticipada a un buen precio.
—Sí... ¿es algo malo?
—No diría eso.
No volvieron a hablar, continuaron su camino hasta detenerse en la plaza, ese era el centro del pueblo, allí chocaba el mundo de la clase alta con el de la baja. Extrañamente, se veía más concurrido de lo habitual, especialmente por miembros de la clase alta, los cuales evitaban lugares así a menos que sea necesario. En cosa de minutos, había humanos y monstruos de todas las clases agrupadas en el sector. El pequeño escenario de madera que solían usar artistas callejeros para mostrar sus talentos estaba vacío.
O así era hasta que, de un carruaje, un esqueleto azabache con marcas azules en su rostro caminara directo a ese lugar. Vestía elegante y el símbolo que llevaba consigo daba a entender que era un trabajador del palacio, quizá uno de los más importantes, no iba cualquier empleado a leer un comunicado frente al pueblo.
Nightmare se acercó, inconscientemente, adelante. Él podría jurar haber visto a ese esqueleto anteriormente, pero no podía decir exactamente dónde. Hasta donde sabía, él no conoció a ningún trabajador del Reino X en su antigua vida, ni tampoco llegó a conocer a uno desde que comenzó a vivir en el pueblo.
El monstruo comenzó a hablar, sin presentarse a él por su nombre, pero dirigiéndose a sí mismo como el "mensajero del rey Cross", en sus manos llevaba un papel, el cual usaba como referencia para su discurso. Los guardias que lo acompañaban llevaban unos similares, pero en grandes cantidades.
Unos minutos de oírlo hablar y ver sus movimientos le bastaron a Nightmare para identificar al esqueleto desconocido; se trataba de Error, un chico con el cual compartió parte de su niñez. Habían sido buenos amigos hasta que, por un mal momento para la familia del azabache, los tres hermanos que vivían en la casa debieron buscar formas de subsistir. Una mañana, a la edad de ocho años, Error se fue en busca de un trabajo y nunca volvió a casa. El pueblo entero rumoreaba su muerte por diversas causales, y sus hermanos no aclaraban lo ocurrido, pues nunca estaban en casa y siempre evitaban el tema.
—...Es por esto que, siguiendo las leyes reales, he decidido casarme con un miembro de la realeza. La invitación a los reinos vecinos y lejanos ya ha sido enviada, por lo que la gran reunión se realizará dentro de un mes. —Nightmare volvió a la realidad al escuchar eso. Error estaba leyendo el comunicado desde hace unos minutos y no había puesto la atención suficiente. —Como su rey, y sabiendo que la situación en nuestro Reino no ha sido la mejor en los últimos meses, he decidido aceptar nuevos trabajadores en el palacio. Esto será hasta que podamos volver a la normalidad, pero obtendrán una generosa ganancia por sus servicios. Cualquier interesado, por favor presentarse mañana a partir del mediodía.
Error continuó hablando, pero Lust no necesitaba escuchar más, ya había dicho lo importante. Jaló a Nightmare fuera de la multitud y se lo llevó a un lugar apartado. Ambos caminaron por varios minutos antes de perder el bullicio típico del pueblo y dejar de ver casas por doquier. Se encontraban junto a un campo de flores, paseando lentamente para no levantar sospechas, aunque Nightmare no entendía el por qué.
—Bueno... ¿Entonces crees que puedo trabajar en el palacio y conseguir el dinero para salvar el orfanato?
—No, ese no es mi plan. —Lust tomó su mano, acariciándola con cariño. Para el menor esta acción no fue incómoda, pero sí lo tomó por sorpresa. Hace años que no se veían, no sabía si el mayor todavía lo miraba con el cariño que le tenía hace mucho tiempo atrás o si ahora eran simples desconocidos que compartían la nostalgia del pasado. —Escucha, sé que tú y tu hermano están pasando por un momento difícil con el orfanato, pero esto no está relacionado con eso.
—No entiendo, —Dijo el menor antes de que el viajero siguiera hablando. —pero si no está relacionado con el orfanato, temo que no me interesa. Agradezco que quieras mostrarme algo interesante, pero ahora mismo debo centrarme en...
—Este plan puede resultar muy bien o muy mal... pero si funciona, podrías tener el dinero suficiente para mantener el orfanato y mejorarlo en todos los sentidos.
Nightmare se mantuvo en silencio por unos segundos, sin entender cómo podría obtener dinero si el plan no consistía en trabajar en el palacio. Algo confundido, y a la vez nervioso por la idea que tuviese el mayor, decidió preguntar:
—¿Cuál es el plan, exactamente?
Lust sonrió entusiasmado, lo sujetó de los hombros y, alegremente, exclamó: —¡Quiero que tú y tu hermano se hagan pasar por príncipes!
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•Aclaración•
→El título está en italiano.
En caso de cometer un error en éste, agradecería que avisen.
Cualquier duda, son libres de preguntarme en los comentarios.
Recordatorio: La historia original ha sido modificada. Estos capítulos son editados y, por tanto, nuevos. Por favor, tener eso en consideración.
Posiblemente verán que algunas cosas irán más lentas que la vez pasada, pero intentaré no hacerlo (tan) aburrido. No quiero que las cosas pasen muy rápido y siento que muchos párrafos en el libro pasado sí estaban escritos de forma que los hechos transcurrían muy rápido.
En fin.
Espero que les esté gustando esta nueva versión de la historia tanto como a mí, prometo que esta vez sí la termino. ♡
『✿-Cxnni-❀』
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