O3

El resto de la semana pasó relativamente rápida para Katsuki. Después de que se había besuqueado con Todoroki, el resto de sus citas le parecieron aburridas. Aunque lo intentó, en serio que lo hizo, no pudo pasar más allá de las preguntas de rutina y el monólogo de cada candidato. A algunos con los que ya había salido, incluso se permitió ignorarlos.

Su mente había quedado ocupada con cierto chico bicolor. Justo como le dijo, su agenda estaba apretada así que ni aunque Bakugou quisiera pudieron haberse visto. Pero le escribió, desde su cita y a toda hora, le mandó mensajes por WhatsApp que no evitó contestar con emoción.

Incluso habló con Uraraka sobre de que ya había salido con el innombrable –como la chica le había puesto al ex de Momo– y de que era probable que pasase a la ronda final. Ella estaba tan emocionada por aquello y de su venganza que Bakugou omitió el decirle que no la iba a llevar a cabo.

Todoroki se veía como un chico lindo, un poco despistado pero sin ninguna pizca de malicia en el rostro. No era un fuckboy, solo terminó con Yaoyorozu porque descubrió que no le gustaban los coños. Peor hubiese sido que hubiesen continuado.

Además, se guardó el detalle de haber llegado a segunda base con él. Uraraka hubiese parloteado sobre ello todo el día si le contaba.

Finalmente, tenía sus 3 finalistas. Honestamente su decisión estaba más que tomada pero quiso ser fiel a sus palabras así que por eso es que había más candidatos. Unos dos chicos equis y el guapísimo Todoroki Shouto.

Solo porque no se puede, si no encierro el nombre con corazones porque en realidad no hay sentimiento más grande que refleje en cómo Katsuki se había enculado de ese chico siendo que lo vio por primera vez y para colmo como 2 horas.

Pero como prometió, se fijó en la calidad de vida de cada uno, si eran clase media, clase acomodada o clase alta; así como la licenciatura que estaban cursando y su promedio, seguidos de su comportamiento social; y por supuesto, la fluidez para conversaciones con adultos.

En las 2 primeras ganó Shouto, en la última había las dudas. Parecía un tipo sin mucha experiencia social, pero como vivía con gente adulta y su padre era famoso –así que debía asistir a cenas elegantes– le dio el beneficio de la duda.

Satisfecho con sus resultados, guardó todos sus papeles referentes a su búsqueda de novio para posteriormente sacar su teléfono celular, borrar los números de todos los extras y cambiar el de Todoroki a Cachorrito seguido de un corazón y el emoticón de perro.

Finalmente era hora de elegir a su nuevo novio y claro, prepararlo para el fin de semana antes de la visita de sus padres, porque había que idear algo muy preciso y claro para que la bruja no sospechase de nada.

Y para tener contento a papi Masaru, quién pensaba que seguía siendo una linda palomita.

– ¿Todoroki-kun vendrá a buscarte?

– Ajá.

– Y ¿Qué?

– No te entiendo una mierda.

– Bueno, fue el finalista y con lo que te expliqué que le hizo a Yaomomo quería saber si tenías, no sé, algún plan malévolo para él.

– Nada.

– Bien, tienes tiempo para planear algo.

Mientras Uraraka hablaba con Bakugou, una tercera figura aparecía a lo lejos, el curioso estilo de su cabello dejaba apreciar de quién se trataba. El rubio enseguida dejó de prestar atención a la castaña mientras esperaba pacientemente a que su novio se acercara a donde estaban ellos.

Todoroki estaba claramente incómodo ante la presencia de Uraraka, dado que la chica era amiga de su exnovia más reciente, pero como fue ella quien le sugirió al rubio, no debía ser tan mala después de todo.

– Hola, Bakugou, Uraraka – Saludó cortésmente, parándose al lado de su novio.

– Buen día, Todoroki-kun – Devolvió el saludo la chica, aunque con una sonrisa falsa ya que seguía molesta con él por hacer llorar a su amiga.

Bakugou rodó los ojos. Si la cola de caballo ya lo había superado, ¿Por qué carajos ella no?

– Vámonos – Fue la respuesta/saludo del rubio, tomando la mano de Todoroki para comenzar a alejarse de Ochako – Bye, cara redonda.

Todoroki se mostró confundido ante el apodo pero no dijo nada, tampoco se despidió porque Bakugou tiró de él para alejarse. Ni siquiera pudo decirle las gracias a la chica por presentarlos, ya que al ser el primer chico con el que salía, Shouto estaba emocionado.

Claramente no era igual que salir con una mujer, pero daría todo su esfuerzo para ser un buen novio.

– ¿Qué planes tienes para hoy, fresas con crema?

– ¿Fresas con crema? – Todoroki hizo un gesto pensativo. De pronto, como si fuese una revelación, entendió el sentido del asunto – Oh, ya entiendo. Bien, igual puedo ponerte un apodo cariñoso.

– ¿Un qué? – Murmuró el rubio. Pensó que su insulto había sido genial.

– Te diré Kitkat, ¿Te parece? Suena igual de dulce que tu nombre, Katsuki – Shouto le sonrió con la sonrisa más pura que había visto que ni parecía el mismo chico que la semana pasaba le succionaba la lengua en público.

El rostro de Bakugou se enrojeció de vergüenza. ¿Cómo la perra de la cara redonda querría dañar a este ser tan puro?

– Tch, haz lo que quieras – Desvió la mirada mientras seguían caminando, tomados de la mano.

Todoroki le llevó caminando hasta el estacionamiento. Pasaron automóviles de medio uso, semi-nuevos, nuevos, de años anteriores y finalmente llegaron al estacionamiento apartado que era solo para la crema y nata del campus, o sea, los ricachones.

Cuando el bicolor se detuvo frente a un BMW negro y metió la mano libre en el bolsillo, Bakugou se sorprendió. Esto tenía que ser una puta broma. El sonido del llavero le recalcó que no lo era.

– Puedes subir, Kitkat.

Katsuki se había subido a muchos autos, también a motocicletas, pero ninguno como este. Ni con todos los chicos ricos de las facultades con los que había salido se subió en un vehículo tan lujoso.

– No me jodas.

– Oh sí, claro – Como si hubiese entendido el insulto, Todoroki fue a abrirle la puerta del asiento del copiloto – Adelante.

Ciertamente la mala palabra no había sido por eso, Bakugou no esperaba ningún trato caballeroso ni nada en sus citas, pero bueno, no rechazó el gesto. Además, seguía en shock por dónde se encontraba.

– ¿Quieres ir a algún lugar en particular? – Preguntó Shouto una vez se subió en el asiento del conductor.

– Te diría sorpréndeme, pero con este auto ya lo hiciste – Comentó el rubio – No lo vi el día de nuestra cita.

– Bueno, solo lo traigo los días necesarios, me gusta viajar en metro y un auto así atrae mucho la atención; quiero... pasar desapercibido para el resto de gente.

– Sí, entiendo.

Se hizo un silencio corto pero incómodo, ambos negándose a verse, cada uno mirando su propia ventana. Todoroki soltó un suspiro, encendió el vehículo al igual que el aire acondicionado.

– Soy nuevo en esto de tener novio, pero te llevaré a donde solía llevar a... tú sabes.

– Sí, a tus ex. Está bien, solo procura no compararme con ellas ni recordarlas a cada instante. Es molesto y vas a hacer que quiera irme.

– Lo siento.

Todoroki arrancó el motor y salió del estacionamiento, listo para incorporarse a la carretera principal y salir del campus. Claramente no era un romántico ni nada de eso, pero pensó que incluso alguien como él podría tener ideas geniales para una primera cita oficial de novios.

Cuando pararon en un semáforo, los ojos rubí se desviaron del paisaje a través de la ventana para fijarse en el interior del automóvil. Lo estudió de fondo y cuando Todoroki puso la mano de nueva cuenta en la palanca, se fijó en algo.

– ¿Es un tatuaje?

– ¿Hum?

Ahí, pequeñito, en la mano sobre la palanca, estaban las velocidades del BMW que estaba conduciendo. Katsuki se preguntó cómo es que no lo había notado en su primera cita.

– Sí... – Respondió el bicolor apenado.

– Ahora recuerdo que escribiste en la hoja que tenías tatuajes, pero no pusiste en dónde.

– Es que me da pena hablar de ellos. Mucha gente se tatúa cosas con gran significado, o palabras en otros idiomas o a sus mascotas. Los míos son, por decirlo de una manera buena, comunes.

– ¿Los? ¿En plural? – Se sorprendió Bakugou – O sea que tienes más...

– Sí, otros 3.

– Bien, cuéntame.

– En serio no creo que quieras que te hable sobre ellos.

– A donde sea que me lleves se ve que está lejos, así que para matar el tiempo, sí, cuéntame de ellos – Todoroki soltó un suspiro, pero se decidió a abrirse y compartir sus pensamientos.

– Este es de las velocidades del vehículo – Explicó del tatuaje en el dorso su mano – Es algo estúpido porque se supone que las palancas de velocidades ya los tienen pero...

El bicolor levantó la mano de la palanca, donde no había ninguna imagen de las velocidades. En lugar de eso, era un sticker grande de un puño con el dedo medio.

– Mi hermano mayor le pegó eso y no quería que me pasara como cuando aprendía a manejar con un auto viejo y las señales borrosas...

– ¿Qué sucedió?

– Metí reversa en lugar de la quinta – Se formó un silenció de como 3 segundos – Afortunadamente no pasó nada grave, pero el sonido me asustó y frené de golpe. Al menos las bolsas de aire aun funcionaban.

Bakugou comienza a emitir una risa amortiguada por su mano.

– ¿Así que cuando te pusieron el sticker...?

– Sí, me tatué las velocidades. Así estoy seguro de cuál es cada cosa.

– Interesante – Poco a poco, el rubio se sentía más cómodo y familiar en ese auto tan lujoso – ¿Qué hay de los otros? No los he visto.

Todoroki, ya más en confianza y dejado de lado la timidez, decidió explicar el origen de sus otros 3 ridículos pero funcionales tatuajes.

– ¿Recuerdas que te dije que me gusta viajar en metro?

– Ajá.

– Bueno yo... – Se comenzó a reír de sí mismo antes de soltar la verdad – Me tatué las líneas del metro de Tokyo.

– No es cierto – Respondió incrédulo el otro.

– Sí que lo es.

– ¡Me estás jodiendo!

– ¡Te juro que es verdad!

Ambos compartieron una risotada mientras el camino continúa a quién sabe dónde. Luego de un rato, Katsuki se limpió una lágrima intentando controlar su respiración debido a la risa.

– ¿Y en dónde lo tienes?

– En mi brazo, no hay mucho espacio pero de nada serviría ponerlo mi espalda si a final de cuentas no podría echarle un vistazo.

– Ay dios, al menos puedes decir que nunca te has perdido ahí.

– De hecho sí me perdí, fue por eso que me tatué las líneas en primer lugar. Me sucedió una vez, 2 no iban a pasar.

Bakugou vuelve a reírse.

– Bueno, bueno ya – Dijo luego de detenerse entre tanta risa – Van 2, quedan 2.

– No hay mucha ciencia en esos. Me tatué una pequeñita brújula simple en el otro brazo. Por si algún día me pierdo.

– ¿Siquiera sabes usar la brújula? – Preguntó a modo de reto.

– Sé que el este es donde sale el sol. Con eso me basta para ubicarme – Katsuki soltó una pequeña risa mientras negaba con la cabeza.

– ¿Qué hay del último?

– Ah, mi primer tatuaje.

– ¿Sí?

– Sí, lo tengo en la cadera.

– Curioso lugar para un tatuaje...

– Tenía miedo de recibir algún regaño. Mientras no se viese mucho mejor.

– Dime, ¿Qué es? – Pero Todoroki respondió con otra pregunta.

– ¿Alguna vez has querido tatuarte?

– Pues obvio, como cualquiera.

– ¿Y qué te dice la gente cuando lo comentas?

– ¿Qué me tatúe el cu...?

– ¡No! ¡No! ¡Eso no! – Interrumpió el bicolor, a sabiendas que al menos no era él al único al que le habían dicho así – Lo otro.

– ¿Lo de que un tatuaje es para siempre y si te tatúas algo debe ser porque te gusta mucho?

– Exactamente.

– ¿Y qué? ¿Te tatuaste una verga? – Se burló el rubio. Shouto rio con él.

– En ese entonces no sabía que me gustaban – Le siguió la broma – Pero no, como un adolescente puberto, decidí tatuarme lo que más me gustaba y cómo iba a ser permanente debía pensarlo bien. Y lo hice, mi primer tatuaje fue...

El cabrón se calló en la parte buena, dejando a propósito en duda a su novio.

– ¡¿Qué, maldición, qué?! – Pero la paciencia de Bakugou no era buena.

– Un plato de soba frío.

Bakugou se calla un momento antes de explotar en carcajadas.

– ¡Ay no! ¡¿Pero por qué?!

– Me gusta el soba frío.

El rubio se siguió riendo ante la explicación.

– Joder, creo entonces me tatuaré de primero un plato de curry picante.

– Tú estás muy seguro de qué te gusta, podrías tatuarte la ver...

– No termines esa oración, fresas con crema – Amenazó Katsuki. Todoroki solo se rio.

– También pensaba hacerme un tatuaje más.

– ¿Sí?

– Sí – Respondió – Una regla en mi dedo. Sería muy útil.

– Por favor, para de ponerte cosas ridículas en la piel – Bakugou continuó riendo hasta cansarse y respirar el aire que había perdido – Ay, hace mucho que no me reía así.

– Tienes cara de gruñón – Los ojos rubí le miraron con enojó, como si quisieran matarlo.

Shouto continuó con la vista en el camino. Antes de que le volvieran a amenazar, le interrumpió para decirle que ya habían llegado.

– Aquí es.






N/A: Hasta aquí los capítulos de hoy. Mañana continuaré con los siguientes uwu

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top