Capitulo 1 ✓

Un adolescente de cabello rubio de pecas ligeramente notorias en sus mejillas y ojos azul celeste, bajaba las escaleras de su casa con una mochila detrás de su espalda

—Buenos días Miguel Ángel -Aquel era el nombre de ese adolescente rubio.

—Buenos días papá -Sonríe ampliamente el adolescente.

—El desayuno está sobre la mesa. Ya sabes cuál es mi número, llama solo si es una verdadera emergencia

—Puedo cuidarme papá

—La última vez que dijiste eso te rompiste un brazo y -Guardo un momento de silencio para al final suspirar pesadamente.

—Y mamá murió, lo se, prometo cuidarme bien está vez. Además Raphie me supervisará y si no fuera poco este pueblo es muy pacifico

—Bien -El hombre sonríe más tranquilo.

Pronto se cumpliría una año desde que su amada esposa fue asesinada brutalmente por un ex-convicto. El cuerpo fue hallado por su segundo hijo mayor Raphael Hamato quien trabaja en la comisaría del pueblo. Gracias a Miguel Ángel pudieron dar con el culpable. Sin duda ese tiempo ha sido duro para todos sus hijos

—Te veré aquí el Lunes

—Sin falta el Lunes estoy de regreso, pero si algo sucede te llamaré -Camina hacía la puerta saliendo de la casa.

Mikey camino al comedor dónde su desayuno estaba servido. Este se sentó comenzando a comer pensando en el día Lunes. El primer aniversario de la muerte de su madre, aún no podía asimilar la situación, vivir sin su presencia, la extrañaba

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—Mikey por fin llegas -Exclamá una rubia de ojos cafés.

—¿Porqué hay tantos reporteros en la Preparatoria? -Pregunto con nervios y algo de miedo a su mejor amiga Tam, bajando del autobús escolar.

—¿No te has enterado? -Al ver cómo su mejor amigo niega lo toma del brazo jalandolo suavemente caminando hacia la entrada de la escuela- A Casey Beaker y a Steve Leaf los mataron anoche

—¿¡Qué!? -Exclama en un susurro bastante sorprendido.

—Si, los asesinaron de una forma horrenda, los abrieron de arriba a abajo

—Eso suena horrible, no puedo imaginar lo mucho que sus padres están sufriendo ahora. Casey era una chica muy amable se sentaba junto a mi en la clase de inglés y su novio Steve era el chico popular

—Y lo peor es que los padres de Casey los encontraron, ella estaba colgada de un árbol con el estómago abierto y a Steve cerca de la piscina sentado en una silla amarrado con el cuello abierto

—Agh -Desvía la mirada con asco al imaginar esa escena- ¿Saben quién lo hizo?

—Aun no, están interrogando a todos de la escuela

—¿Fue alguien de la escuela?

—No lo saben, por eso están interrogando a todo la escuela

—Tiene sentido -Dijo con cierta tristeza pues esto le traía muy malos recuerdos.

Dentro de la Preparatoria, en la oficina del Director unas cuantas horas después

—¿Quién sigue? -Cuestiona el Director.

—Miguel Ángel Hamato

—Ese no es

—Mi hermano -Anuncia un oficial de cabello rojizo, poseía una cicatriz en el ojo izquierdo en forma de relámpago- Pasa Mikey, solo responderás algunas preguntas

—Claro -El rubio entra a la oficina, tomando asiento.

Después de aquellas preguntas Mikey volvió a sus actividades del día. Todo parecía ir con normalidad, al llegar la hora de salida fue detenido por su hermano mayor justo antes de subir al autobús

—Sería mejor que te quedes conmigo por seguridad

—Claro, ven por mi cuando termine tu turno

—Iré por ti a las 7, ¿esta bien?

—Te espero a las 7 para irme contigo y Mona, espero que no le moleste

—Ella me sugirió la idea cuando se enteró de la noticia

—Le daré las gracias -Se subió al autobús sentándose en la parte trasera.

Recargo su cabeza contra la ventana, admirando su pequeño pero querido pueblo, aún no podía asimilar la noticia de la muerte de dos compañeros de la Preparatoria. Y si fuera peor cerca del primer aniversario de la muerte de su madre

Alejo su cabeza de la ventana sacando su celular, pues estaba reciviendo una llamada

—¿Hola?

—Hey Mikey

—Leo, cuánto tiempo sin oírte

—También te extraño hermanito, vi las noticias

—Me quedaré con Raph hasta que atrapen al asesino

—Es bueno escuchar eso, trataré de llegar el Domingo

—Claro, los esperaré, dile a Karai que me traiga una regalo

—Yo le aviso, cuídate y no hagas nada alocado, no queremos que algo malo te pase

—No prometo nada -Ríe un poco colgando la llamada.

Al menos su llamada le había alegrado el día

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