Meet the Parents

Último especial de Mr. Tulipán :'3

[...]

—Así que tú eres el aclamado Scourge.

Una familia se encontraba reunida en el que era el mejor restaurante de la ciudad. El gran día en que Scourge conocería a los padres de Manic llego volando tan rápido.

Asistieron a la cena de ensayo antes de la boda. Todos vestían elegantes y con glamurosas joyas.

—Así es estimado Zokar, soy Scourge el encargado de los artículos de la famosa revista a la que le compró las acciones —se presentó extendiéndole la mano.

El padre de Manic era un señor avanzada edad, fornido, su pelaje era azul oscuro, portaba el mejor de los trajes y algunos anillos sobre sus dedos. Observaba de manera atenta cada movimiento del erizo frente suyo; sus dedos le daban ligeros golpes a la copa de vino que bebía pausadamente.

—Magnífica presentación —le contestó apretando su mano ligeramente— Scourge.

Aquellos dos parecían estar a punto de entrar en una batalla; sus personalidades parecían querer mostrar más impresión una de la otra. Manic se encontraba nervioso, veía a Scourge y a su padre; tragaba saliva mientras soltaba ligeros suspiros.

—Es interesante que escriba en esa revista, me parece algo muy difícil de realizar —la madre de Manic se unió a la conversación de manera involuntaria.

—No es tan difícil cuando te lo propones, de hecho es tan sencillo como... —le contestó explicándole con una discreta sonrisa.

Mientras le explicaba a la madre de Manic sus tips; Zokar volvía a beber de su copa. No podía explicarse como su hijo logró que alguien llegase hasta ese punto con él; no es porque su hijo fuera malo, sino por su extraña —y dineraria— manera de convencer a los demás.

—Lo que me causa impresión es el hecho de cómo se conocieron; sé que mi hijo es una especie de niño engreído que siempre se sale con la suya y fue una sorpresa cuando me dijo que se iba a casar y más, con el aclamado Scourge —su mirada se dirigió hasta el erizo de flequillos rebeldes—. Y la casualidad es que forma parte de las empresas que he comprado recientemente.

Manic desvío la mirada mientras disimulaba una risa nerviosa.

—Que te puedo decir papá, me enamoré —dijo sin dejar de reírse por los nervios.

—¿Seguro que tu amor es puro? —le preguntó con un poco de sarcasmo el padre mientras sorbía un poco de su bebida.

—S-Si padre —afirmó viendo a Scourge.

—No tiene por qué dudar Zokar —le aseguró Scourge entrelazando su mano con la de Manic— además, ya sé que gustos culposos posee Manic y debe saber, que aun así, lo amo.

Manic se sintió apenado, era consciente que en ocasiones excedía sus niveles de confianza y los compraba con dinero, pero no compro el amor de Scourge y este lo terminó de aclarar. Le sonrió a su prometido mientras internamente le agradecía por querer ayudarlo a convencer a su padre.

—Quiero saber todo de ti Scourge —le habló el padre— Manic es mi único hijo y no por ello permitiré que se aprovechen de él. Puede ser engreído, sarcástico, desvergonzado y todo eso, pero jamás lo voy a dejar solo. Así que Scourge soy todo oídos para ti...

—Con mucho gusto estoy dispuesto a contarle toda mi vida para que se sienta más tranquilo con la persona que está su hijo —le dice con confianza.

Scourge comenzó a explicarle toda su vida al padre de su futuro esposo y así pasaron algunas horas...

—¿Ya tienen dónde vivir? —preguntó el señor aflojando su corbata.

—Si padre, Scourge es dueño de una linda casa en las colinas. La compró para ambos —le informó Manic.

Un leve suspiro de tristeza escucharon los presentes.

—Oh Manic estarás lejos de mami —su madre le vio con tristeza y algunas lágrimas salían de sus ojos.

Manic rápidamente se acercó a ella, su madre era la reina del drama.

—Puede visitarnos las veces que quiera —Scourge le habló con seguridad.

Ante ello, la madre de Manic sonrió.

—¡Qué tierno! A veces Manic necesita a mami para arreglarle esos flequillos, en especial cuando se ponen rebeldes —tomó las mejillas de su hijo mientras hablaba—. ¡Es mi linda palmerita!

—¡MAMÁ! —chilló Manic avergonzado de ese apodo que odiaba.

Los presentes se rieron de ver el espectáculo de esos dos. Se relajaron mientras la noche comenzaba a ponerse un poco más intensa.

—Scourge te apetece beber algo más fuerte —le preguntó el papá al erizo mientras le hacía señas a un mesero para que le pasase una botella de alcohol—. Espero que puedas seguirme el paso, ya que soy muy estricto con temas de bebida y pocos pueden resistir de mis gustos —le retó abriendo la botella.

Ante la bebida, Scourge no podía perder.

—Claro que lo haré —le aseguró.

Manic presintió que algo muy malo iba a pasar, y rezaba porque no terminaran peleando o que sus caras salieran en las noticias el día de mañana.

... Y unas cuantas botellas después...

—Ay no puede ser...

Manic veía a su futuro esposo con su padre muy amistosos mientras cantaban, se les pasaron los tragos y parecían ser amigos de toda la vida.

Veía sin expresión a esos dos que se reían y abrazaban. Sus preocupaciones fueron en vano.

«Inserte a dos borrachos hablando aquí porque no quiero afectar el texto xD»

—Oye, pero en serio —Zokar le hablaba a Scourge mientras le apuntaba con el dedo—. ¿De dónde te conoció mi hijo? —su voz temblaba mientras lanzaba algunos hipos debido al exceso de bebida.

—Oh fue el día que llegaron a comprarnos... Manic se veía muy lindo con el traje, joder quise acercarme, pero me sentí tan poco —Scourge estaba sonrosado mientras le contaba.

—¡Entonces te gustó mi hijo! —dijo asombrado.

—Sí que sí, es muy lindo. ¿Quién no querría estar a su lado? —hablaba entre cortado.

Manic los miraba mientras negaba. ¿Quién diría que su padre encontraría a su mejor amigo en la bebida?

—Ya en serio ¿Te compró? —Zokar trataba de servir más, pero la botella estaba vacía.

—No, no, no... Solo me dio tulipanes y luego nos hablamos por un artículo y allí empezó la magia —Scourge hasta hacía ademanes con sus manos.

La madre de Manic se colocó su abrigo y se acercó a su hijo mientras colocaba su mano sobre el hombro del mismo.

—Parece que tu padre encontró un compañero, se pone muy parlanchín cuando bebe —lanzó una risa.

—Eso parece —le contestó rascándose la mejilla.

Mientras los otros dos seguían hablando.

—Así que Manic si escribió ese artículo.

—Todo brutal y eso... fue un buen trabajo —Scourge trataba de mantenerse despierto.

Eran casi las dos AM; la madre de Manic ya estaba cansada. Se acercó a su esposo y le acomodó un poco el traje.

—Querido creo que es momento que nos vayamos a casa —le susurró con palabras suaves.

Su esposo sonrió, colocó sus manos sobre las de su esposa.

—Aleena este muchacho me agrada —dijo feliz— mira que me aguantó.

—Se nota querido, pero ya están cerrando todo y no queremos que nos saquen... —le pedía ella.

—Espera... ¡MEPHILES! —llamó al secretario.

Lastimosamente, el trabajo de Mephiles era 24/7.

—¿Si señor? —respondió acercándose.

—¡Quiero que esa fiesta sea la mejor, que esté en bocas de todos! —le ordenó levantándose del lugar mientras temblaba—. ¡Este muchacho se ha ganado mi aprobación!

—Seguro señor... —Mephiles sacó una agenda en donde apuntó lo que el señor le pedía.

Zokar estaba parado, pero se tambaleaba de un lado a otro.

—Papá ten cuidado —Manic se acercó para sujetarlo y evitar que cayera.

—Manic he de admitir que conseguiste algo bueno de ese lugar y sin comprarlo —le dijo abrazándolo— eres mi pequeña palmerita también —debido al alcohol en su cuerpo, comenzaba a querer llorar.

—Ay papá. Creo que cuando estés en mejores condiciones seguiremos hablando; deberías irte a casa a descansar —Manic no podía lidiar con los ebrios.

[…]

Los padres de Manic fueron los primeros en salir de ese lugar mientras se despedían; Zokar se iba durmiendo mientras su esposa lo cargaba.

Scourge se sostenía de Manic mientras veían como el carro de los padres del otro se marchaba.

—Considero que salió bien —mencionó Manic mientras veía a Scourge.

—Te dije que podía manejarlo —le susurró Scourge cerrando los ojos.

—Papá es muy fanfarrón en ocasiones, fue divertido verlos casi irse a la guerra —se reía levemente.

—Podría ir a la guerra con quién sea con tal que nunca me separen de tu lado —Scourge con cada palabra iba quedándose dormido.

—Creo que alguien se dormirá muy pronto, ahora entrégame las llaves del carro —le dijo con diversión

Scourge tenía un carro que adoraba como nada. Todos sus ahorros se fueron allí y Manic en muchas ocasiones le pedía y suplicaba que le dejase usarlo.

—Solo porque estoy muy ebrio, que ni de broma te entrego mi carro —con su mano algo dormida le entregó las llaves.

—Amor vas a conocer la verdadera adrenalina —susurró Manic pensando en su siniestro recorrido.

En esa noche, Scourge se prometió que no bebería más de la cuenta, no cuando llevaba su carro favorito y a su casi esposo amante del peligro.

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