Pet Names
Apuesto que esta nadie se la esperaba.
Manic And The Candy World
[…]
Desde que llegó a ese lugar se había ganado un sinfín de apodos; algunos eran graciosos y otros lo denigraban. Manic no mostraba importancia y trataba que no le afectase.
Claro eso fue hasta después que conoció al Rey Agrio que resultó ser Scourge.
Un Scourge muy distinto al que conocía y trataba. El primo de Sonic en Candy World también le colocó un apodo que le causaba pena.
"Terrón de azúcar".
Soportó ser nombrado de esa manera en ese mundo gay de color rosa, pero aún no comprendía por qué en la actualidad aún lo llamaba de ese modo.
Después de todo Scourge mantenía intacto ese apodo que de cierta manera le hacía recordar una parte no muy grata de su vida.
[…]
Dos hermanos se encontraban hablando mientras caminaban por la calle. Transcurrieron al menos unos ocho meses desde la última vez que se habían reunido y ese día en especial, Manic estaba de visita en su ciudad natal.
—Entonces así fue como salimos corriendo de la última presentación —le terminaba de contar Manic entre risas— luego comenzaron a gritar: ¡Miren es el caballero gomita y...! Joder fue difícil salir del lugar
Sonic sostenía una sonrisa amistosa y candida. Aún no podía creer que su hermano estuviera allí con él, todo el tiempo solo hablan por llamada y por mensajes.
—No puedo creerlo, ha pasado mucho desde que tu juego salió y aún te recuerdan con mucho cariño.
—Eso parece aunque Scourge suele enojarse cuando usan su otro apodo... "Terrón de azúcar" —mencionó Manic con pena—. Aún no comprendo el porqué de ese apodo... digo está bien que en ese otro lugar se utilizará, pero aquí pienso que no es lo mismo.
—¡Es muy tierno! ¡Supongo que es porque eres una cosita súper hermosa y adorable! —le dijo imitando una voz tierna.
Manic se rió nervioso, carraspeo y siguió hablando con su hermano.
—Siempre que lo dice, sus ojos brillan, sus manos tiemblan y su voz se vuelve en un pequeño susurro —recordaba Manic con un sonrojo.
—Supongo que es lo mismo que sientes cuando le dices algún apodo también —dijo Sonic.
A lo que Manic se detuvo.
—Eh... no le tengo un apodo para él...
—¡¿Qué?! —le gritó Sonic con euforia—. ¡¿P-Pero si han pasado casi dos años juntos?! ¡¿Cómo que no tiene apodo?!
Manic bajo las orejitas avergonzado.
—No puedo ponerle un apodo. No entiendo cómo lo hace o cómo funciona eso. Y a veces me siento mal porque es tan tierno conmigo y estoy seguro de que espera algo parecido... ¡Ay Sonic que pésimo novio soy! —refunfuña.
Sonic colocó una mano sobre su hombro.
—Vamos a pensar en algunos de acuerdo, así después decides cuál ponerle.
Manic sonrió, por eso amaba a su hermano. Siempre podía contar con él.
[…]
Después de esa reunión con Sonic, Manic caminaba de regreso a su casa. Reflexionaba y volvía a pensar en la lista de apodos que Sonic le ayudó a crear; uno a uno los iba imaginando; y uno a uno los iba descartando.
—Veamos... no puedo simplemente decirle Caramelito —decía— no, eso suena muy gay. ¿Palmerita? ¿Gramita? ¿Esperanza? ¿Marihuana? No espera ese es de Silver... —recuerda.
Y muy lejos de donde estaba él, cierto erizo plateado estornudó.
Por un momento volvió a pensar.
—¿Panquesito? ¿Manzanita? ¿Perita? ¡No, que desastre tampoco le quedan! ¿Cielito? ¿Corazón? ¿Osito? No, Manic en serio necesitas ver más cosas románticas —se regañaba a sí mismo.
Se detuvo mientras veía al cielo en busca de alguna respuesta. Recordó que en algún momento mientras estaban muy juntitos le preguntó el porqué de su apodo:
—..."Es gracioso, pero ¿Has visto cómo el azúcar pone locas a las personas? Todos aman el azúcar, ya sea que les haga daño o no, siempre la degustan. Es el único sabor que nadie puede negar que le gusta, te hace feliz, te hace disfrutarlo junto a otros sabores. Son pequeños y adorables, son como la alegría en un pequeño cubito de color que le da sabor a la vida que a veces es amarga. Así que mi terrón de azúcar es eso, me da alegría, me hace degustar de la vida y me provoca una sensación agradable"...
Manic se detuvo mientras suspiraba. Scourge era todo un caso enigmático para él, un desastre que le daba más acertijos que respuestas. Pero, entonces por su mente diviso una pequeña frase que le hizo sentirse tranquilo:
"Our Honeymoon
Say you want me too
But I'm not scared, there's nothing to lose now that I've found you".
Allí comprendió cuál era el apodo perfecto.
[…]
Quedó en encontrar a Scourge en el camino y lo veía a la lejanía; lo esperaba recostado sobre una pared. Y claro, Scourge también le vio que se acercaba, una enorme sonrisa se dibujaba sobre su rostro.
—¡Terrón! —le llamó acercando su mano hasta la de su querido.
Manic le sonrió, alzó su mano y le habló.
—Honeymoon —musito con vergüenza.
Scourge le vio confundido.
—¿Perdón? ¿Qué dijiste? —le preguntó creyendo que escuchó mal.
—Honeymoon —le volvió a repetir— ¿Te gusta? —le preguntó con pena.
—¿Oh es un apodo? ¿Para mí? ¿De dónde salió? —Scourge le vio sorprendido.
—Lo pensé en el camino —desvió la mirada a otro lado—. Porque es un momento mágico, especial, lo más dulce entre una pareja. No tenía un apodo para ti y era injusto que solo tú me dijeras algo con cariño.
—Pero en serio, ¿Honeymoon? —le repitió acercándose.
—Oye, es bonito. Si yo soy tu terrón de azúcar, entonces tú eres mi Honeymoon. Eres mi momento mágico y especial —le habló escondiendo su rostro entre sus manos.
—¡Ay Manic que monada! —le atrajo entre sus brazos mientras lo estrujaba—. ¡Qué lindo apodo, no cabe duda que por eso eres mi caballero gomita, siempre tierno, dulce y lleno de pena! —le apretaba las mejillas de manera cariñosa.
Manic únicamente podía sonrojarse. Tomó las manos de Scourge y las entrelazó, quizás después de todo, los apodos con referencias azucaradas eran lo mejor del mundo.
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