Capítulo 7
personajes utilizados en esta historia no me pertenecen, créditos a sus respectivos creadores.
caminaba de manera un tanto apresurada, la reunión parecía haber tardado más de lo normal y su destino no era otro más que la estación en donde su novio le esperaba, aún mantenía el tinte rojo en sus mejillas y el nerviosismo le carcomía por dentro a pesar de mostrar esa cara inexpresiva, no obstante algo interrumpió su trayecto, pues por aquella calle un parque se encontraba y reconoció una figura que sentada en un columpio se mecía de atrás para adelante sin mucho ánimo.
-sekai?.- pronunció ese nombre y poco a poco se acercó a ella.
sentándose en el mismo juego se dio un tiempo para hablar, ya había venido queriendo conversar con ella, sin embargo no había encontrado el momento y aunque llamó a su casa la chica nunca contestaba, tal vez porque estaba trabajando hasta tarde o quién sabe.
-las cosas no van muy bien con itou?.- preguntó la pequeña chica refiriéndose a makoto del cual tenía entendido que era el novio de sekai, todo incorrecto y la idea solo se desvió más después de ver al joven con kotonoha en la cita del sábado, y para arruinarlo sekai asintió, no es que mintiese, es solo que todo estaba confuso para todos.
-no es tan grave...- contestó la castaña fingiendo una sonrisa. -es solo que parece que me he metido en algo extraño.- y claro que así era, pues el triángulo amoroso de esos tres iba por mal camino, más aún con lo acontecido con makoto y gokú. -en verdad, no es tan grave, yo lo solucionaré.- ahora con un carisma mucho más grande quiso dejar de preocupar a su mejor amiga, cosa que no serviría de mucho.
-deberías actuar rápido si es así, de lo contrario kotonoha katsura terminará robándotelo.-comentó con aburrida voz y eso causó una triste sonrisa en la castaña. -el sábado pude verlos y parecían tener una cita, se veían bastante felices.- le explicó lo que había visto, aún desconociendo el hecho de que esos dos estaban saliendo.
-si, lo sé...- en voz baja contestó, pero en ese momento sacudió su cabeza para olvidarse de eso-cambiando de tema, ¿cómo te ha ido con son-kun?.- decidió preguntar bastante interesada, aún parecía irreal que alguien como su amiga haya conseguido al chico más lindo del instituto.
-todo está bien...- respondió y de pronto el rubor volvió a nacer, entonces desvió la mirada y su voz se tornó bastante tímida, cosa muy rara en ella. -ho-hoy iré a la casa de goo-chan.- confesó, declaración que incluso pintó las mejillas de sekai y subió el asombro por los cielos.
-pe-pero... solo vas de visita o piensas hacer algo más?.- hubo un lapso de silencio después de formular esa pregunta, estaba mal entrometerse en la vida amorosa de su amiga, pero no quitaba el hecho de que se preocupaba por ella e incluso sentía curiosidad por todo.
-quiero demostrarle a goo-chan cuanto lo amo.- fue lo único que respondió, su mirada descendió al suelo y esa declaración dejó estupefacta a sekai, quien de todas las cosas no conocía esa faceta de su amiga, la única explicación que encontró es que en realidad estaba muy enamorada. -e-estás segura de esto?.- preguntó y ella asintió segura.
-Goo-chan y yo somos el uno para el otro y últimamente se ha preocupado mucho por mí.- dijo no olvidando lo mal que le hizo sentir después de que ella misma arruinase la cita, la conversación parecía hacerse cada vez más profunda y la percepción del tiempo se fue perdiendo.
SUAVIDAD.
Capítulo 2
-me pregunto si see-chan ya vendrá.- el atardecer rojizo anunciaba que la noche estaba por llegar, la estación estaba totalmente vacía y la figura de la dama no se hacía presente, nunca tarda tanto sus reuniones, aunque claro, no quitaba el hecho de que pudo hoy ser uno de esos días.
de pronto unos agitados pasos descendían por las escaleras anunciando que alguien se acercaba, sin embargo gokú no se alivió, ya que algo le dijo que esa persona no era setsuna y lo comprobó cuando se encontró con el rostro de kotonoha que había llegado, agitada por la velocidad a la que había corrido y al cruzar miradas ella se detuvo, no esperaba ver a ese joven en el lugar a tan altas horas de la tarde, sin más que hacer se acercó a él.
-buenas tardes.- sonriendo saludó, parecía con él ya no se mostraba tan tímida. -hola.- contestó secamente y luego giró a ver hacia otra parte.
ella se sentó a un lado y observó a todos lugares tratando de buscar a alguien, gokú se percató de ello y recordó la conversación que tuvo con makoto.
-itou ya se ha ido.- comentó y eso sorprendió a la chica. -bueno, suponiendo si es a él a quien esperas.- siguió diciendo, aquello causó un poco la tristeza de la chica.
-creo que le hice esperar demasiado...- dijo cabizbaja y el silencio se hizo presente, gokú no evitó mirarla por el rabillo del ojo.
-supongo que estás esperando a alguien, es setsuna-san?.- se atrevió a preguntar y gokú asintió.
-parece que aún no has hablado con makoto respecto a cómo te hizo sentir.- le comentó y ella asintió.
-no tuve el valor de almorzar hoy con él, así que no pude decirle algo.- siguió diciendo. La voz del parlante anunciaba que el tren llegaría en cuestión de minutos.
-ya veo...- las cosas parecían complicarse bastante en algunas relaciones, afortunadamente él y setsuna no pasaban por algo así, al menos no aún.
-tú y kiyoura-san ya se han...- susurró bastante avergonzada, pero a parte de sekai solo tenía a gokú con quien hablar de esto. -tú y kiyoura san... se han besado?.- preguntó en tono bajo, no era de sorprenderse teniendo en cuenta la actitud de la chica.
-lo hacemos algunas veces, cuando nadie mira y nos sentimos cómodos.- fue directo en su respuesta y la sonrisa se presentó en kotonoha que pensó que de esa manera estaría bien, no en lugares en los que podría sentirse incómoda. -ojalá fuese así...- logró musitar antes de que el tren al fin se detuviera frente a ellos.
-nos vemos luego gokú-san...- las puertas se abrieron, sin embargo antes de entrar se detuvo, pues notó que los vagones de aquel tren estaban completamente repletos de estudiantes, mismos que traían el uniforme de la secundaria al norte de sakino-cho, lo reconocía porque los delincuentes del otro día traían esa misma ropa y se intimidó lo suficiente como para retroceder justo antes de entrar, a gokú también le llamó bastante la atención aquello.
-supongo que hoy debía ser el viaje escolar, ya lo había olvidado...- murmuró gokú, pero dejó de pensar en eso cuando observó la incomodidad de kotonoha, el siguiente tardaría bastante y no convenía para nada perderlo.
-no puede ser...- suspiró con pesadez y decidió dejar la banca para entrar al vehículo después de empujar a la chica.
-gokú-san?.- preguntó bastante confusa. -creí que esperabas a alguien...- las puertas se cerraron y ya no había chance alguno de retroceder.
un suspiro de pesadez nació de la boca del chico. -no soporto verte nerviosa.- fue lo único que dijo y se apegó bastante a ella, causando que en las mejillas de la chica apareciese un tinte rosa. -gra-gracias...- susurró feliz.
algunos murmuraban observando directamente a la pareja, algunas chicas se fijaban en gokú como si le reconociesen de algún lugar y los chicos, bueno, los chicos solo se perdían en los atributos que la joven poseía.
"son enormes" algunos murmuraban sin discreción alguna. "es muy linda" "me pregunto si él es su novio" "quiero pedir su número" seguían y seguían, solo incomodando a la mujer que cabizbaja no hacía más que ver al suelo, obvio gokú les escuchaba claramente y le fastidiaba ese tipo de personas y las miradas pervertidas que se eran lanzadas a katsura.
un un evidente movimiento extendió su brazo y con él rodeó la cintura de la mujer confrontando las miradas de todos los varones que chasquearon su lengua y callando las palabras tanto de chicas como de jóvenes. -go-gokú-san.- musitó algo alterada, pues no se esperó ese movimiento repentino, pero al ver el rostro de su acompañante supo que no había nada más que seriedad y momentos después al sentir que nadie la miraba supo las verdaderas intenciones del rubio.
No negaba que se sentía segura, aunque solo se trate de un gesto amable y para nada con intenciones de sobrepasarse se sentía extraño, entonces al final de alguna u otra forma aunque avergonzada, no negaba que se sentía bien, se preguntó si así se sentiría ser la novia de gokú.
en una estación a lo largo del trayecto más personas se adentraron y con ello poco a poco fueron empujados hasta estar al otro lado, bastante apretados entre sí, ahora es cuando se arrepentía de haber abrazado a kotonoha, pues en estos momentos no podía dejar de hacerlo.
-no puede ser, tenías que ser amable Son Gokú.- masculló el saiyajin quien contra la pared del metro sentía a la chica apegarse a él. y las personas pensionándose entre sí.
-pe-perdón...- dijo ella. -auch.- se quejó, siendo una más de las que incomodas no parecía soportar la situación.
-por dios...- masculló una vez más, y de alguna manera logró intercambiar lugares con la bella mujer, quien quedó contra la pared y ahora siendo libre del brazo de gokú ambos quedaron frente a frente, y el joven logró hacer algo de espacio para katsura, apoyándose en las paredes y sosteniendo toda la presión de la multitud entre sus brazos y espalda.
-gra-gracias gokú-san.- en verdad los gestos del Son le hacían feliz.
-vaya, si que estaba apretado.- comentó el joven, pues ejercía bastante fuerza para no agobiar a la chica, pero incluso eso no permitía que de por sí ya estuviesen cerca, distancia que en la siguiente parada se redujo aún más cuando algunos cuantos más se adentraron. "mierda, el viaje escolar de ese estúpido instituto tenía que ser hoy?!" pensaba enfadado, incluso con lo fuerte que era no podía con la presión de las personas y después de un momento sintió una suave sensación en su torso, ahí comprendió lo que pasaba.
su pierna se había introducido accidentalmente por entre la falda de la chica, podía sentir la calidez ajena y sumado al contacto que tenía con aquellos montículos de la dama ahora le hicieron avergonzarle.
-que-qué es esto...- era extraño y por eso desvió su mirada, era raro pero no desagradable, en cierta manera se sentía bien. -no soy un pervertido, pero no tengo más fuerza para empujar hacía atrás.- en sus interiores, aunque pareciese tranquilo, la realidad era que sentía que podría ceder en cualquier momento, pues el simple hecho de estar en esa posición incómoda ejerciendo fuerza por ya varios minutos era algo que habría hecho ceder a cualquiera, toda la presión en dos brazos que puestos incómodamente en la pared impedían que la dama sintiese todo ese peso.
-go-gokú-san.- si, el roce que hubo entre sus piernas fue lo primero que le incomodó.
-no puedo evitarlo...- explicó. -no puedo hacerme para atrás.- en ese momento observó como los brazos del joven temblaban, incluso una gota de sudor se deslizó por su mejilla, comprendió que mientras ella apenas si sentía una leve presión, él estaba en un momento tortuoso y consciente de la posición que estaban.
-"ella es muy suave..."- pensaba en un momento en el cual conectaron miradas, allí pudo ver los brillantes ojos de kotonoha señalarle directamente. -"¿ella en realidad era tan linda?".- se preguntó en sus adentros, no había duda de que aquel que llegase a gozar de la compañía de esa mujer sería muy afortunado.
al fin llegaron a la estación en la cual kotonoha bajaba, ambos salieron del vehículo y a leguas podía notarse la vergüenza de la chica. -lamento lo de antes, no quería incomodarte.- explicó gokú y ella negó inmediatamente. -no, no pasa nada, eres muy gentil y amable, yo debería disculparme por haberte causado molestias.- ella agachaba la cabeza.
-no es necesario, me alegra haberte acompañado y fue un viaje algo interesante de alguna u otra forma.- explicó rascando su nuca, ella rió por esa declaración.
-si, pienso lo mismo gokú-san, gracias.- el asintió y luego de eso caminó hacía la estación contraria para abordar el tren de regreso, tal vez kiyoura ya habría llegado y le esté esperando, aunque si no era así no importaba.
-entonces eso fue lo que pasó, pero vaya que perderte de disfrutar la cita por seguir a makoto no está bien, gokú debió sentirse mal.- comentó sekai después de escuchar los problemas que gokú y setsuna últimamente habían tenido.
-si, le hice pensar que me había aburrido y estuvo angustiado durante el resto del fin de semana.- siguió explicando, ya pronto la noche terminaría por caer.
-no te preocupes por eso, hoy lo harás muy pero muy feliz no es así?.- sonriendo pícaramente y con una sonrisa pervertida le codeaba animando a su amiga. -vaya que sabes como arreglar las cosas no?.- siguió diciendo de forma juguetona, queriendo verle más avergonzada porque es algo que muy pocas veces se logra ver en ella.
-e-en realidad no sé lo que pueda pasar.- siguió diciendo. -ya nos conocemos desde hace mucho así que tal vez podamos dar un paso más.- terminó de decir.
-bien, como sea, no te pongas nerviosa y vé con todo.- sonrió y le dio una palmada en la espalda a su mejor amiga, entonces con ese pequeño gesto pareció volver a la realidad. -goo-chan, olvidé a goo-chan!.- agitó su cabeza y como sea bajó del juego y tomó su maletín.
-nos vemos mañana sekai, dejé a goo-chan esperando en la estación!.- inmediatamente se despidió y comenzó a correr, la castaña solo sonrió al verle de esa manera.
-un momento.- pensó setsuna deteniéndose y regresó donde saionji.. -sekai, quiero pedirte un favor.- suplicó.
-en verdad eran enormes y suaves...- bajando del tren pensaba, mientras que recordaba esa sensación a la que fue obligado a experimentar. -mierda, pensando en eso parezco un pervertido!.- agitó su cabeza como sea y volvió a la estación en donde se suponía debía esperar a kiyoura, no negaba que todo había sido un poco extraño como para solo dejarlo pasar así como así.
aunque llegó no pudo encontrarla, en este punto no sabía si preocuparse por sí pudo haberle pasado algo en el trayecto o pensar que ya se habría ido a casa cuando no le encontró, como sea, esperar un poco más hasta el siguiente tren no hacía daño a nadie, sin embargo momentos después le vio llegar completamente agotada por cómo había corrido, sus ojos brillaron en cuanto le encontró.
-vaya, así que vives bastante al norte...- setsuna comentó recordando que aunque viajaron a esa dirección cuando visitaron la cafetería de hikari, el destino del Son se alejaba un poco más. ambos permanecían sentados a medida que el tren les llevaba a su destino. -si, algo así...- comentó, se sujetaban levemente de las manos.
-pareces algo distraído.- comentó kiyoura al verle algo perdido en sus pensamientos. -lamento haberte hecho esperar, la realidad es que me encontré con sekai y me detuve a platicar un poco.- explicó, gokú solo sonrió.
-no te preocupes, estuve hablando un poco con katsura-san mientras esperaba el tren, así que al menos tuve algo con qué distraerme.- comentó, cosa que causó una expresión inconforme en la chica.
-no estarás coqueteando con ella no es así?.- apretó la mano del joven que solo rió un poco. -claro que no, además es tu culpa por tardar demasiado no crees?.- tomó la mejilla de la chica y la pellizcó levemente jugando con ella.
la noche ya había caído y ahora se encontraban saliendo de la estación, caminaron varios minutos hasta que llegaron a un edificio donde parecía ser el lugar donde vivía gokú.
-oye, por cierto ya es muy tarde, no te trae problemas eso?.- preguntó mientras esperaban el ascensor, ella negó. -he pedido permiso a mi madre que casi nunca está en casa por cuestiones de trabajo.- explicó, con eso un poco de la angustia desapareció, no es que gokú quisiera traerles problemas a su chica.
en cuanto el ascensor se abrió pudo notar a un joven salir bastante enojado, era extraño porque casi nunca lo había visto, llevaba un gorro sobre su cabeza que cubría su cabello, aunque mientras caminó a un lado suyo creyó sentir algo familiar y él también le ofreció una leve mirada, luego de eso un joven de cabellera algo azul y varias chicas descendieron por las escaleras, al parecer siguiendo al extraño joven. -parece que todo está algo raro en este sitio.- murmuró.
-con permiso.- habló después de entrar, se quitó los zapatos y se adentró aún más en el lugar notando la pequeña sala que se encontraba ahí, un poco más allá se encontraba la cocina y siguiendo el pasillo podía ver un par de cuartos más.
-puedes sentarte, me lavaré las manos y te serviré un poco de té en lo que preparo la cena.- comentó el rubio dejando su maletín en la mesa y se dispuso a sacar las cosas que había comprado.
-no, hoy ayudaré a goo-chan con la comida.- feliz abrazó al joven
los minutos pasaron, no evitaron hacerse bromas entre sí, porque cuando estaban juntos abandonaban esa actitud poco expresiva y disfrutaban de su compañía.
al final cuando la cena era servida las cosas se tornaron un poco más calmadas, el silencio era acogedor y para gokú eso se sentía muy bien, no sabía cuánto podía cambiar el ambiente solo con alguien más, pues siempre ha vivido solo y la única compañía que ha sentido ha sido de una persona a parte de kiyoura.
-gracias...- dijo repentinamente después de que los platos reposaban en la mesa listos para ser consumidos, kiyoura le giró a ver.
-no es nada, me gusta cuando dices qué mi comida es rica...- algo avergonzada contestó sin embargo parecía malentender esa palabra.
-no es eso...- dijo mientras se sentaba en la mesita que hacía de comedor. -te doy las gracias por haberte fijado en mí.- explicó de manera más directa, el sonrojo se hizo presente en las mejillas de la chica que mientras conectó miradas con él comenzó a acercarse.
-goo-chan.- dijo su nombre antes de sucumbir a sus deseos, porque no soportaba más y quería sentirle más cerca, entonces abalanzándose a él le besó.
ya no eran gestos que temían ser descubiertos en el patio trasero de la escuela, ni despedidas antes de tomar el tren, era un beso que ya no se limitaba y podía desenvolverse sin pudor alguno, podía comprobarse por la intensidad que mostraban, ansiosos de conocer aún más del otro, de demostrarse el aprecio que se tenían.
-goo-chan...- cuando sintió que sus caderas fueron tomadas dejó escapar ese nombre y soltó un gemido al sentir la boca del chico tocar su cuello. -goo-chan...- en ese momento comenzó a descender como aquella vez en que probó su piel por primera vez recorrer poco a poco hasta que la ropa de la chica le impidió seguir, pero en aquel entonces evitó romper ese listón que le obstaculizaba, sin embargo hoy no era el día.
-goo-chan, la comida se enfriará...- quiso decir, pero cuando él la sentó sobre su regazo supo que no había a nada más importante en ese lugar que ellos dos y al fin el acercamiento que tanto había añorado darse se daría y no había nada que pudiera detenerles.
fin del capítulo 7.
bien aquí estoy demostrando que aún no dejo morir este extraño fic, veré si lo retomo y subo al menos un capítulo por mes, así que no pierdan la fé.
espero que les haya gustado y no olviden votar si es así, también dejen sus upiniones respecto a este cap.
nos vemos en el próximo capítulo, chau.
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