Especial 4: Kacchan y Deku.


•◇◆◇◇◆◇•◇◆◇◇◆◇•

Desde que pudieron tener una cabaña y vivir por su propia cuenta gracias a la ayuda de Kirishima, Katsuki e Izuku habían podido disfrutar de más tranquilidad y, sobre todo, más privacidad.

Sin embargo, sólo habían pasado unos cuantos días desde que vivían solos, por lo que todavía les era difícil hacer cosas de pareja. Más que todo, porque eran inexpertos y los dos se avergonzaban con suma facilidad.

—Kacchan, ¿puedes acompañarme hoy al pueblo?

—¿Para qué?

—Ha pasado bastante tiempo y me preguntaba qué habrá sido de nuestro antiguo hogar...

Desde que tuvieron que abandonar el reino por la situación vivida, Midoriya siempre se había estado preguntando qué había sido de su vivienda. Si estaría en buen estado, si estaría en ruinas, o si, quizás, estaba siendo ocupada por otras personas.

Y, en realidad, lo único que le importaba eran todos aquellos libros que tenía. Si fuera posible, le gustaría recuperarlos; aunque sea un único libro. El libro de apodos, aquel del que Katsuki sacó el nombre de "Deku".

[...]

Midoriya abrió los ojos sorprendido al ver que, al parecer, ya había alguien viviendo en lo que solía ser su casa. Más bien, varias personas.

Parecía que habían arreglado la vivienda y en la puerta había un pequeño cartel con nombres que Izuku no era capaz de leer.

¿Monone...? —Dudó el joven, ladeando la cabeza y seguro de que lo estaba pronunciando mal.

—Monoma —corrigió Katsuki, el cual parecía bastante sorprendido.

Aunque, más que sorprendido, Midoriya pudo ver que sus ojos denotaban más cierta nostalgia.

Una leve sonrisa por parte del rubio hizo reaccionar al de cabello verde.

—Espera, Kacchan... ¿Les conoces?

—Algo así —respondió, optando por tocar a la puerta varias veces.

—¡Monoma, ve a abrir!

—Estoy ocupado. Que vaya Tetsu...

Unas voces seguidas por un fuerte golpe en la nuca de alguien hizo que Katsuki e Izuku intercambiaran miradas algo confusos.

Poco después, la puerta se abrió y pudieron ver a una joven de cabello naranja que arrastraba el cuerpo de cierto joven rubio.

—¡Hola! ¿Quién es...? —Inquirió con amabilidad, deteniéndose y abriendo los ojos asombrada al ver a cierta persona—. Tú eras... ¿Bakugou?

—¡H-Hola! Yo soy Izuku Midoriya, y él es Katsuki Bakugou, aunque supongo que ya os conocéis... —Intervino el de cabello verde, algo nervioso al ver que su hogar estaba ocupado por gente que conocía a Katsuki.

Tras invitarles a entrar y ponerse cómodos, Itsuka logró reunir al resto de sus amigos para presentarse y conversar un rato con aquellos jóvenes. Habían pasado por demasiado y sentían curiosidad por ver qué tal le había a Katsuki.

—Así que... ¿Esta era vuestra casa? —Suspiró Kendou, sintiéndose algo mal por haberla ocupado.

—Si es necesario abandonar la vivienda, lo ha... —Shiozaki comentó rápidamente.

—¡No os preocupéis, de verdad! —Interrumpió Izuku, negando con ambas manos ya que no quería hacerles sentir mal—. Nosotros ya tenemos un lugar en el que estamos viviendo —agregó, dirigiéndose una leve sonrisa a Katsuki.

—Bueno, de todas formas me debe algo por haberle ayudado en el calabozo aquella vez, ¿no? —Intervino Monoma con una sonrisa presuntuosa, haciendo que Kendou le mirase mal.

—¿Ayudado...? —Dudó Izuku, mirando a su pareja y viendo cómo este parecía no querer hablar de ello.

—No te preocupes, es una larga historia —tranquilizó Itsuka.

—Entonces, ¿qué os trae por aquí? —cambió de tema Tetsutetsu.

—Bueno... Veo que aún conserváis mis libros —comentó Izuku, dirigiendo su mirada hacia las estanterías y con cierto nerviosismo.

—¡Oh! Pensábamos tirarlos ya que solo Monoma sabe leer y ocupan mucho espacio, pero al final decidimos quedárnoslos... —Respondió la de cabello naranja restándole importancia.

—Entonces, si fuera posible, nos gustaría llevarnos algunos —pidió Midoriya con timidez, como si no fuesen sus propios libros.

—¡Oh, claro! Para empezar, siempre han sido vuestros, ¿no? ¿Y no queréis que os ayudemos a llevarlos? —Añadió Itsuka.

—¡N-No hace falta! —Negó el joven rápidamente—. Si os parece bien y no es mucha molestia, vendremos a diario a llevarlos de a poco.

—Por cierto, tu cara me suena... —comentó Shiozaki, mirando con ciertas dudas a Izuku—. Por casualidad, ¿no has estado en el calabozo antes?

—No del todo, solo cuando liberé a...

—¡Ah, ahora me acuerdo! —Exclamó e interrumpió Tetsutetsu señalando a Midoriya—. ¡Eres aquel que corría de un lado a otro abriendo las celdas y gritando que ya éramos libres!

—¡¿Eras tú?! —Añadió Kendou también sorprendida.

Monoma no le dio importancia y Katsuki permanecía callado, esta vez observando cómo Izuku parecía avergonzado. Muy avergonzado.

—¡Muchas gracias, de verdad!

—Si no fuera por ti, todavía estaríamos en aquel lugar...

—¡N-No es nada! —Respondió bastante rojo y negando con ambas manos.

Tras aquello, estuvieron hablando durante un rato más. Kendou les contó sobre las experiencias del calabozo y de cómo terminaron habitando el hogar de Midoriya, e Izuku compartió con ellos cómo sobrevivieron en el bosque y aprendieron a vivir sin la necesidad de acudir al pueblo.

—Oh, además, ¡Kacchan y yo estamos...!

—¡NO LES CUENTES ESO! —Interrumpió Katsuki velozmente, tapándole la boca y sonrojándose.

Tras despedirse y ya con unos cuantos libros en mano, antes de que salieran Kendou detuvo a Katsuki por un instante, evitando que fuera oída por alguno de sus compañeros.

—¿Sabes? Aquella vez que Monoma te ayudó en el calabozo, no lo hizo porque se lo pidieron tus amigos —murmuró, sorprendiendo a Bakugou con aquel comentario—. Al parecer, lo hizo porque quiso —finalizó con una sonrisa para volver a despedirse de ellos.

[...]

Midoriya todavía tenía en mente otro lugar al que quería ir. De hecho, cuando regresaron a su hogar para dejar los libros que trajeron, no dudó ni un segundo en decírselo a Bakugou.

—Kacchan, hay otro sitio que me gustaría visitar...

El rubio suspiró y frunció levemente el ceño, pero no pudo decirle que no a esa mirada que Izuku le estaba dirigiendo.

[...]

—¡Maestro! —Exclamó Izuku tras abrir la puerta de la herrería en la que solía trabajar.

Desde lo acontecido, se había estado preguntando qué habría sido de su jefe, de esa persona que le había ayudado tanto y, en cierto modo, veía como a un padre.

Ahora que podía comprobarlo, se dirigió al lugar de siempre con la esperanza de que su antiguo trabajo estuviera ahí.

Y, para su buena suerte, así era.

—¿Midoriya...? —Aizawa se detuvo al oír aquella voz y ver a quienes acababan de entrar por la puerta—. Así que estáis bien... —continuó, soltando un suspiro y sintiendo cierto alivio—. Y ya te he dicho mil veces que no me llames maestro. Además, creo que es obvio que estás despedido. Aunque, de todas formas, veo que no hace falta —continuó, sin poder evitar esbozar una leve sonrisa al final.

—Muchas gracias por todo... Me alegra ver que está bien —respondió Izuku bastante feliz—. ¿Y el señor Yamada...? —Dudó, mirando hacia ambos lados y sin poder localizar a aquel señor rubio.

—Ha salido a comprar, no debería tardar —suspiró Aizawa—. En fin, veo que tu schiavu parece más obediente... Aunque supongo que ya no es tu schiavu.

—Eh, uhm, sí... —afirmó Izuku algo nervioso—. Kacchan y yo estamos juntos —confirmó con una sonrisa y un leve rubor en sus mejillas.

Aquel comentario pilló por sorpresa a Bakugou, el cual recibió una mirada algo aterradora por parte de Aizawa, la cual parecía decir "Más te vale cuidar bien de él".

—¡P-Por cierto! —Cambió de tema Izuku, recordando algo de suma importancia—. ¡¿No le gustaría asistir a una boda?! —Inquirió con una sonrisa y cierto entusiasmo—. Unos amigos se van a casar pronto y...

—No me interesa —rechazó Aizawa inmediatamente.

—¡Por favor! ¡A lo mejor podrías casarles! —Siguió insistiendo el joven.

Pero, obviamente, no iba a funcionar.

Midoriya volvió a insistir antes de despedirse, e incluso le dijo el día y la hora de la boda por si se animaba a acudir, pero sabía que sería difícil de convencer.

[...]

—Ya que estamos en el pueblo, ¿por qué no vamos a ver cómo está? —Preguntó Izuku, aprovechando la oportunidad de pasar un buen rato junto a la persona que tanto amaba.

Katsuki le estaba complaciendo mucho y aquello ponía muy feliz a Midoriya.

Pero, lo que este último no sabía, era que Bakugou también amaba pasar tiempo junto a él, sin importar lo que fuera que estuvieran haciendo.

"Una cita..."

De camino a la plaza principal, Izuku empezó a ponerse nervioso. Caminando uno al lado del otro, cada vez con menos distancia entre ambos, hacía que el de cabello verde deseara sujetar su mano.

Y no era el único. Katsuki muy en el fondo también quería cogerle de la mano, pero se negaba a hacerlo en público con tanta gente alrededor. Estaba demasiado avergonzado.

Entre los nervios por querer hacer algo que no podían, una melodía llamó la atención de ambos.

—¡Kacchan, mira! —Exclamó el de cabello verde con ilusión al ver cómo la gente empezaba a rodear a lo que parecía ser un juglar.

La sensación cálida de una mano en la suya hizo reaccionar a Katsuki. Izuku no había dudado en cogerle de la mano para dirigirse rápidamente hacia aquel lugar y poder escuchar las canciones del juglar.

Pero, en esos instantes, lo que menos le importaba a Bakugou era aquella melodía.

—¡Autógrafos gratis! —Se pudo escuchar la voz del juglar cuando terminó el espectáculo.

Sin embargo, la gente empezó a alejarse rápidamente sin darle importancia, dejando únicamente a Katsuki e Izuku en ese lugar, los cuales seguían juntos de la mano.

—¡Vosotros! —Exclamó aquel hombre, acercándose hacia ambos con una sonrisa—. ¡Mi nombre es Yuuga Aoyama, y como parece que tenéis ganas de un autógrafo, aquí tenéis! —Continuó, firmando rápidamente con una pluma en un pequeño papel y entregándoselo a Izuku, el cual intercambió miradas dudosas con Katsuki.

Aquel hombre era bastante raro y Bakugou quería largarse lo antes posible.

—Por cierto, veo que estáis enamorados, ¿no? —continuó Aoyama con una sonrisa, observando claramente cómo ambos seguían de la mano—. ¡El amor es tan brillante! ¿Cuánto tiempo lleváis juntos?

Ante lo que parecía ser un interrogatorio muy largo y aburrido, Katsuki fue el que, esta vez, se llevó a Izuku de la mano para salir de ahí cuanto antes. Con suerte, no volverían a encontrarse con ese tal Aoyama.

O, quizá, sí.

[...]

Después de un largo día en la plaza y de vuelta a su hogar, Midoriya se ofreció a preparar la cena.

Gracias a Kirishima había aprendido a cocinar, pero normalmente era Katsuki el que se encargaba de ello ya que su comida sabía mucho mejor. Y, aunque Izuku siempre insistía en ayudar, Bakugou era el que se levantaba primero para preparar el desayuno.

Ambos dormían juntos en la única cama que tenían, la cual era bastante grande. Al principio había sido difícil para ambos por los nervios y la vergüenza que sentían, pero conforme pasaban los meses, llegó un punto en el que comenzaron a dormir acurrucados.

En algunas ocasiones, cuando Izuku se quedaba dormido antes que Katsuki, este permanecía un rato observando el rostro dormido de su pareja, ese precioso rostro iluminado por la luz de la luna. Esa persona a la que tanto amaba.

Y, cuando Midoriya se despertaba en ocasiones y le pillaba, Bakugou pretendía no estar mirando o estar dormido. Pero aquello no funcionaba con Izuku.

—Kacchan —llamó en voz baja, buscándole con la mirada—. Te amo.

Aquello le parecía demasiado injusto. Katsuki consideraba injusto que Izuku pudiera decir esas palabras con tanta facilidad.

—Me siento tan feliz... —continuó el joven de cabello verde, observando con cariño lo avergonzado que estaba Bakugou y esbozando una leve sonrisa—. Poder estar así, contigo, juntos...

—Duérmete de una vez —sentenció Katsuki, cerrando los ojos y con un gran rubor en sus mejillas.

—Solo si me lees un cuento.

Ahora que habían recuperado varios de los libros de Izuku, Katsuki no podía negarse a leerle alguno.

Después de tanto tiempo insistiendo, esta vez había funcionado. Lo había conseguido; pero no únicamente eso.

—Ya va siendo hora de que aprendas también a leer y escribir bien —agregó Bakugou intentando sonar sin importancia.

Pero Izuku entendió perfectamente lo que aquello significaba.

Por un lado, Midoriya había logrado que Katsuki le leyera un cuento cada noche.

Por otro lado, todas las tardes, después de comer, que Bakugou le diera clases para leer y escribir correctamente.

—Kacchan, ¿cómo se lee esta palabra?

Otro día más, durante una de las lecciones, se encontraban sentados frente a frente en una pequeña mesa.

Izuku había localizado un par de palabras que sabía muy bien lo que significaban, pero que, en realidad, quería escuchar a Katsuki decir.

El joven de cabello verde sabía muy bien cómo pronunciarla.

—Te amo —sentenció Bakugou con una voz serena y provocando que Izuku se sonrojase al oír aquello.

—¡Y-Yo también te amo, Kacchan! —exclamó mirándole a los ojos.

—¡TE AMO ES COMO SE PRONUNCIA, IDIOTA! —gritó Katsuki completamente rojo, consciente de que Midoriya le había tendido una trampa.

—K-Kacchan... ¿tú me amas? —optó por preguntar directamente.

Bakugou ocultó su rostro durante unos segundos. Quería hacerlo. Quería decirlo, dejarlo claro de una vez por todas. Quería decirle lo mucho que le amaba y demostrarlo.

—B-Bueno, no tienes que...

Pero antes de que Midoriya pudiera terminar la frase, Katsuki se inclinó hacia adelante y atrajo a Izuku hacia sí, juntando sus labios con los del contrario en un cálido beso.

El joven de cabello verde abrió los ojos sorprendido. Estaba feliz, demasiado feliz. Sentía su corazón latir cada vez más rápido, así que optó por cerrar los ojos para disfrutar aún más de aquel contacto hasta que se separaron.

Bakugou apoyó su mentón en una mano e inclinó su cabeza levemente mientras miraba a los ojos a Izuku.

—¿Esto responde a tu pregunta? —Comentó con un rubor en sus mejillas y con lo que a Midoriya le pareció ver que era una leve sonrisa.

—¡K-Kacchan...!

Izuku sentía cómo en cualquier momento se le saltarían las lágrimas de lo feliz que estaba. Sin poder controlarse y con inmensas ganas de abrazar a su novio, el joven de cabello verde se levantó y posicionó al lado del rubio, esperando que este también se levante para poder abalanzarse encima de este.

—¡Deku, espe...! —Katsuki intentó detenerle al darse cuenta que tropezaba y ambos iban a caer.

Segundos después, se pudo escuchar un golpe.

—¡P-Perdón, Kacchan! ¡¿Estás bien?! —comentó Izuku al darse cuenta que había caído encima de su pareja y este había recibido el daño.

—Idiota... —se quejó Bakugou, intentando incorporarse y frotándose la nuca por el dolor.

—Lo siento... —murmuró el de cabello verde, mirándole a los ojos algo avergonzado—. Estaba tan feliz que...

Nuevamente, regresó esa cálida sensación.

Katsuki volvió a acercar su rostro al de Izuku y unió sus labios, interrumpiendo al contrario y disfrutando de cada instante que permanecían de esa manera, cerrando los ojos, pensando en lo mucho que amaba a aquel joven y lo feliz que le hacía estar a su lado.

Aunque al principio no lo entendía y le había costado aceptarlo, ahora lo comprendía perfectamente. Estaba completamente enamorado de aquel joven con pecas y cabello verde, y tenía decidido disfrutar de cada día a su lado sin importar qué.

Te amo.

Unas palabras en voz baja se escucharon después de que ambos se separasen del beso, sorprendiendo a Izuku durante unos segundos.

—Kacchan, ¿qué has...? —Dudó Midoriya sin creer lo que había oído y pensando que, a lo mejor, se había confundido.

Pero el rostro de Katsuki y el cómo evitaba su mirada, le hizo entender rápidamente que sus oídos no le habían fallado.

—Yo también te amo, Kacchan —respondió con una sonrisa y un leve rubor en sus mejillas.

Segundos después, volvió a romper la distancia entre ambos para besarlo nuevamente.


•◇◆◇◇◆◇•◇◆◇◇◆◇•


Vale, son casi las 6am aquí y no me quería ir a dormir hasta publicar esto gdfjk de todas formas tengo el horario de sueño un poco en la mierda JAJAJAJA

He tardado mucho más de lo que esperaba ;; en mayo empiezan mis exámenes finales, pero a finales terminan y comienzan mis vacaciones de verano, así que estaré libre y tendré muchísimo más tiempo.

Ha sido el especial más largo porque había muchas cosas que quería meter ;; y, con esto, solo queda el último dedicado a los schiavus (y donde se mencionará la boda y hablará un poco de ella y se mencionarán otras cosas como lo de los apodos que al principio quería meter aquí, pero no pude jkdf). El último especial lo subiré este viernes 15.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top