Capítulo 64: Tú lo odiabas, ¿no?
—¿Ellos? —volvió a inquirir aquella persona al seguir mi mirada—. ¡Entonces también me los llevaré! Y... nos divertiremos mucho. Ya lo verás, Ochako.
Lo último que pude ver antes de cerrar los ojos fue su cabello rubio recogido en dos coletas y una extraña sonrisa que no supe si era algo bueno o malo. A continuación, me quedé dormida no sin antes escuchar cómo parecían abrir la celda.
[...]
POV Kirishima Eijirou
A pesar de que ahora tenía que trabajar más para poder alimentar a Kaminari y Tsuyu y conseguir ahorrar para rescatar a Uraraka, el tiempo que pasó se me hizo bastante corto.
En compañía de Kaminari y Tsuyu, mi día a día había sido mucho más divertido, aunque a veces hubo momentos un poco incómodos.
Cada mañana hacíamos lo mismo.
Solía ser el primero en levantarse para ver si alguna de las muchas trampas que colocaba habían funcionado y, luego, seguía Tsuyu la cual me ayudaba a pescar en el río cercano.
Kaminari, en cambio, se quedaba durmiendo mucho más ya que por las noches nos acostábamos tarde por estar cazando. Se notaba que le gustaba dormir.
Conforme pasaban las semanas les enseñé a confeccionar algunos objetos que solía fabricar y también a tejer para hacer prendas para vender en el mercado.
Tsuyu aprendió bastante rápido, pero Kaminari tardó mucho más en hacer su primer calcetín, lo que fue un logro que le hizo bastante feliz.
"—¡Mira, Kirishima!"
Su sonrisa cuando me mostró ilusionado aquella prenda me hacía sentir feliz.
Me transmitía la misma alegría; sentía como si yo mismo hubiera conseguido aquel logro.
Además, con el tiempo, cada noche que pasaba lo único que hacíamos era acercarnos cada vez más.
No recuerdo cuándo fue exactamente qué sucedió, pero, a partir de cierto día, comenzamos a dormir juntos... muy juntos.
Y me hacía feliz.
Cuando anochecía, Kaminari siempre era el primero en dormirse, normalmente después de cenar alrededor de una fogata, y precisamente en mi hombro.
Al principio no podía evitar ponerme nervioso; tampoco quería moverme.
Y la verdad era que los comentarios tan sinceros de Tsuyu tampoco ayudaban mucho.
"—A Kaminari le gustas mucho."
No quería hacerme falsas ilusiones y tampoco creía que fuera en el sentido que esperaba, pero muchas veces tuve que controlar mis ganas de abrazar a Kaminari... aunque, muchas otras, no pude evitarlo.
"—¿Kirishima...?"
También recuerdo cuando, al cabo de un mes más o menos, Tsuyu tuvo un problema que no pude comprender y del que Kaminari parecía saber.
"—¡Kirishima! ¿Puedes hacer alguna tela absorbente o algo así...? Y... ¿tienes alguna hierba rara para el dolor?"
Sinceramente, no sabía que las chicas sangraban por abajo cada cierto tiempo, pero Kaminari me lo explicó como si supiera perfectamente del tema.
"—Es que estuve tres años en el calabozo con Tsuyu y Jirou y, bueno... ¡Bakugou, Todoroki y yo aprendimos mucho al respecto!"
Poco a poco estábamos cada vez más unidos. No parecía que fuera mi schiavu, lo trataba como un amigo más; un amigo muy especial al que quería más de lo que era consciente.
Cada sonrisa que me dedicaba, todos los buenos momentos que pasábamos y la diversión a su lado... me hizo comprenderlo.
"—Kaminari te gusta. Y tú a él le gustas."
Tsuyu me decía continuamente que no entendía por qué no hacíamos nada.
Me decía que no comprendía por qué no dábamos el siguiente paso.
Pero... es que no estaba seguro.
No estaba seguro de si los sentimientos de Kaminari iban por el mismo sentido a los míos.
También, a diario, íbamos al mercado y llevaba los objetos y ropa que habíamos confeccionado para vender además de la comida que nos sobraba de la caza.
"—¡Calcetines! ¡Calcetines baratos!"
"—¡Hechos a mano con piel de animal!"
"—¡Truchas y salmones en oferta!"
Y, así, cuando menos nos dimos cuenta, pasaron tres meses.
[...]
POV Iida Tenya
No pensé que funcionaría.
Me vi obligado a decirle a Shigaraki alguna manera de asesinar a Endeavor sin levantar sospechas porque, de lo contrario, probablemente al que ejecutaría al instante sería a mí.
Al menos... quería ganar un poco más de tiempo.
Los pocos días que pasaría con Todoroki decidí aprovecharlos lo máximo posible.
Pensé que, después de que el rey se diera cuenta de que mi idea de asesinato no funcionaría, decidiría llevarme a ejecución como tenía en mente.
"—¿Y bien...?"
Llegado el día, se mantuvo frente a la celda, observándome, mientras esperaba una respuesta por mi parte.
"—He pensado... que el envenenamiento podría funcionar."
"—Ah... interesante."
Supuse que fallaría porque toda la realeza tenía sirvientes que se encargaban de comprobar precisamente si la comida del rey estaba envenenada o no.
Pero... las noticias no fueron como esperaba.
Al día siguiente, Shigaraki regresó a la zona de cárcel en la que Todoroki y yo estábamos; cabe decir que se veía bastante feliz.
"—Ha funcionado. Endeavor está muerto... así que puedes quedarte a pudrirte en esta prisión con su hijo, tal y como acordamos."
La imprevista aclaración me dejó sin palabras; todavía me costaba creer que, de verdad, aquel rey hubiera sido asesinado de tal manera, tan fácilmente.
Era imposible.
Cualquier signo de envenenamiento se hubiera visualizado con anticipación en alguno de los sirvientes de Endeavor.
En ese momento, sentí una extrema preocupación por Todoroki y me giré para ver cómo estaba; después de todo, estaba escuchando perfectamente la noticia de que su padre había sido asesinado.
"—¿No estás feliz... Todoroki Shouto? Tú lo odiabas, ¿no?"
La voz de Shigaraki y su sonrisa regocijándose de la muerte ajena solo me hacía sentir odio al respecto.
Quizás Endeavor no era un buen rey, pero... Shigaraki Tomura era mucho peor.
Y, después de todo, aunque no supiera por qué Todoroki le guardaba rencor...
Endeavor era su padre.
[...]
POV Narradora
Cuando Shigaraki escuchó que el envenenamiento podría funcionar, no dudó en informarse al respecto mediante sus secuaces.
Investigó todos los tipos de venenos descubiertos hasta el momento y que, además, no mataran a la persona al instante; todo lo contrario.
Tomura necesitaba un veneno que no mostrase síntomas al momento y le habían informado de uno que aún estaba en investigación por sus complejas propiedades y su efecto final.
La maitotoxina, al ser ingerida, provocaba un infarto a las pocas horas.
Era perfecta y lo mejor de todo era que sus síntomas pasaban desapercibidos.
Un leve picor en la boca a los minutos no levantaba sospecha; y ese era tiempo suficiente para que los sirvientes de Endeavor dieran el visto a su almuerzo y este comenzase a comer.
Dolores musculares y diarrea eran otros de los síntomas, pero cuando aquellos secuaces comenzaron a sentirlos, fue demasiado tarde.
Endeavor estaba igual de condenado y nadie hasta el momento había encontrado un antídoto para tratar aquel veneno a tiempo.
Shigaraki Tomura había conseguido su primer objetivo.
Para él, la diversión solo acababa de comenzar.
[...]
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top