Capítulo 60: Quizás es mucho pedir.

"—Deberías aprender a controlar a tu schiavu."

Para Izuku, en ese mismo momento, aquello era algo imposible.

[...]

POV Narradora

El pequeño inconveniente que había surgido con Katsuki hizo enfadar realmente a Aizawa. Por eso Midoriya decidió no insistir; él regresaría a la herrería y Bakugou volvería a casa.

Después de todo, no podía permitirse faltar al trabajo. Aquello era lo único que le aportaba la cantidad suficiente de dinero para pagar los impuestos.

Izuku solo necesitaba tiempo. Se había convencido de que, cuanto más pasase junto a su schiavu, más podría conocer sobre él.

—Midoriya —la voz de Aizawa le sacó de sus pensamientos—. Ya vamos a cerrar.

—Ah, ¡s-sí! —reaccionó con nerviosismo y soltando por instinto el martillo con el que estaba tratando de moldear una pieza de hierro que había sacado de la forja.

—Entiendo que te debe haber afectado lo de tu schiavu y que, probablemente, estés preocupado —comentó el de cabello negro después de suspirar y ver la deformidad que había estado haciendo Izuku al darle golpes sin sentido a aquel pedazo de hierro—. Pero no dejes que influya en tu rendimiento.

—Lo siento... —se disculpó al darse cuenta de que había desaprovechado la mayoría del tiempo.

Durante todas las horas de trabajo, Izuku no había podido dejar de pensar en Katsuki.

Se había estado preguntando si había llegado a casa sin problema alguno, si no se había marchado, si estaría leyendo algún libro o si simplemente estaría esperándole tranquilamente en la habitación.

"Aunque es demasiado pronto..."

Durante unos segundos, la idea de que Katsuki le recibiera con un "Bienvenido a casa" pasó por la mente de Midoriya. Lo negó rápidamente al darse cuenta de que era imposible; Bakugou no le consideraba su familia.

De momento, Izuku no significaba nada para Katsuki.

—Midoriya —siguió Aizawa al ver cómo el joven parecía seguir sumido en sus pensamientos—. No dejes que te afecte —finalizó.

[...]

POV Midoriya Izuku

No podía pensar dejar de pensar en él.

Durante el camino a casa me mantuve distraído y sumido en mis pensamientos, de tal modo que hasta que no escuché repetidos gritos no pude darme cuenta de que me llamaban a mí.

—¡Izuku Midoriya!

Pestañeé un par de veces y me giré para buscar a quien fuera que me estuviese llamando, hasta que pude ver cómo un hombre con el uniforme de mensajero se me acercaba rápidamente.

—Tenya Iida te envía esta carta —informó ofreciéndomela.

"¿Una carta de parte de Iida...?"

No entendía el motivo, pero la acepté y le agradecí a aquel señor, para luego proseguir mi camino de vuelta a casa.

"Pero..."

Me detuve una vez que me hallaba al frente de la puerta de mi hogar y mientras levantaba la carta y me mantenía mirándola.

"¿Iida sabe que no sé leer...?"

[...]

POV Narradora

A Izuku comenzó a preocuparle cada vez más el hecho de que Iida le hubiese enviado una carta. No comprendía el motivo; si quisiera decirle algo, podía decírselo directamente. ¿Para qué era necesario?

—Espero que no le haya pasado algo... —murmuró para sí abriendo la puerta y entrando a su hogar.

Se planteó pedirle ayuda a Katsuki; era lo único que podía hacer para enterarse qué era lo que quería Iida. También podía hacer el esfuerzo de tratar de leer algo de la carta, pero su comprensión era tan mínima que probablemente solo entendería palabras sueltas.

—Ya estoy en casa... —comentó dirigiéndose al baño para lavarse las manos después de haber dejado la carta en la mesa del salón y tratando de buscar a Bakugou con la mirada, pero aquel schiavu no se hallaba ni en el salón ni en el dicho baño.

"¿Estará durmiendo?"

Después de lavarse, se dirigió a la habitación en la que dormían y pudo verlo claramente.

El rostro de Katsuki denotaba tranquilidad mientras mantenía los ojos cerrados al estar dormido. Tenía una mano en su estómago y ocupaba todo el espacio de la cama al tener las piernas abiertas.

Izuku solo pudo sonreír levemente ante lo que contemplaba.

"¿Debería dormir en el suelo...?"

Midoriya no quería despertarlo, pero en el fondo deseaba dormir junto a su schiavu; más por el detalle de que por la noche hacía bastante frío.

—Espero que no se enfade... —murmuró para sí con cierto nerviosismo y quitándose los zapatos, para luego tratar de empujar levemente a su schiavu hacia la pared, haciéndose un pequeño sitio al borde de la cama.

—Lo... —pudo escuchar cómo Katsuki había comenzado a hablar entre sueños—. Sie...

"¿Qué estará soñando...?"

Ignoró aquel detalle y sonrió al tratar de pegarse más a Bakugou para no caerse al suelo, aunque de todas formas Izuku era consciente de que amanecería tirado en el suelo.

—Buenas noches, Kacchan —aplicó aferrándose a su schiavu y cerrando los ojos.

[...]

Un fuerte dolor en la cara le hizo abrir los ojos y darse cuenta de que, efectivamente, Katsuki se había movido demasiado y le había empujado haciéndole caer de cara al suelo.

Dedujo que ya había amanecido, así que decidió incorporarse y preparar el desayuno.

"Debería comprarle algo a Kacchan..."

Ahora que Izuku tenía un schiavu, no podía seguir llevando una dieta tan pobre.

Era el momento de sacar sus pequeños ahorros y traerle un buen desayuno a Bakugou, así que se dirigió a la cocina y abrió el cajón de un pequeño estante que tenía para, a continuación, sacar una bolsa transparente en la que habían unas pocas monedas de plata.

"¡La paga de año nuevo!"

El joven de cabello verde recordó que poseía unas cuantas monedas de oro más debido al dinero extra que le dio Aizawa el primer día que llegó tarde al trabajo debido al problema con las heridas de Bakugou.

"Pero... también tengo que ahorrar."

Aún no había olvidado que había alguien al que tenían que recuperar; habían prometido ahorrar para tratar de salvar a Uraraka.

Izuku decidió juntar todo el dinero y solo coger las monedas de plata. Él mismo se iba a privar de comer, pero no podía hacer lo mismo con Katsuki.

"Debo alimentarlo como es debido."

Decidido, guardó en uno de sus bolsillos del pantalón aquellas monedas y salió de casa para ir al mercado.

Eran las cinco de la mañana, así que aún tenía bastante tiempo hasta que tuviera que ir a trabajar. El haberse ido a dormir temprano le hizo madrugar de aquella manera.

[...]

Por el camino hasta el mercado principal estuvo pensando qué le gustaría desayunar a Katsuki. Quizás lo mejor era comprar varias frutas y que eligiera cuales quería o, a lo mejor, traer algo de pan y jamón le agradaría más.

"¡Leche!"

Pensó que lo más probable era que Bakugou no tomaba leche desde hacía bastante tiempo, así que optó por comprar una botella de ello junto a una barra de pan y un par de manzanas.

"Espero que se alegre..."

Al llegar a casa se dio cuenta de que Katsuki ya estaba despierto porque, al entrar a la habitación después de dejar la compra en la cocina, vio que Bakugou había tendido la cama y se hallaba aún encima y dándole la espalda.

—Buenos días, Kacchan —saludó con alegría tratando de hacer que su schiavu le respondiera.

Pero solamente le ignoró.

—Kacchan, es hora de desayunar —agregó con la esperanza de que, al menos, se levantara.

Pero tampoco reaccionó y siguió dándole la espalda.

—Te esperaré en la cocina... —finalizó con una triste sonrisa y alejándose.

Bakugou, con pocas ganas de levantarse, optó por hacerlo rato después de que Izuku le hubiese llamado. Se dirigió a la dicha cocina y pudo ver cómo Midoriya se mantenía nervioso y sentado en una de las sillas que rodeaban la pequeña mesita en la que había una botella de leche, una taza, una barra de pan y dos manzanas.

—¡Ah, Kacchan! —exclamó con alegría al verle llegar—. ¡Adelante!

Katsuki solo frunció el ceño y cerró los ojos mientras avanzaba con rabia y se sentaba al frente de Izuku, el cual le estuvo observando con ilusión todo el rato esperando a que comenzase a comer.

Pero aquello solo enfadaba más a Bakugou. Era como si Midoriya solo estuviera ahí para verle desayunar y nada más; el joven de cabello verde no había comido absolutamente nada y todo se lo había ofrecido a Katsuki.

—¡Mierda! ¡Es tu puta comida! —sentenció cogiendo una manzana y lanzándosela a la cara—. ¡Come de una puta vez! —finalizó sosteniendo la otra fruta y levantándose para alejarse de aquella cocina mientras le daba un mordisco con rabia.

—¡E-Espera! —exclamó levantándose y yendo tras él después de agacharse para coger la manzana con la que Katsuki le había golpeado—. ¡Las compré para ti...!

Cuando Izuku le alcanzó en el salón, se detuvo al ver cómo Katsuki miraba con curiosidad cierta cosa. Bakugou parecía mirar con el ceño fruncido la carta que se encontraba en la mesa.

—Ah, eso es... —comenzó Izuku acercándose rápidamente hasta posicionarse al lado de su schiavu—. Me preguntaba si... podrías leérmela —finalizó con nerviosismo y mirando hacia otro lado.

—No.

—¡P-Por favor! —rogó al oír la tan concisa respuesta de Katsuki.

—¡PERO CÓMETE LA PUTA MANZANA! —gritó el rubio con rabia y evadiendo la mirada del contrario mientras abría la carta tras haber dejado su fruta mordisqueada en la mesa.

—¡S-Sí! —aceptó aún nervioso mientras levantaba la manzana que tenía en la mano y le daba un gran mordisco.

"Hola, Midoriya. Supongo que debes de estar ocupado con tu trabajo y tu propio schiavu. ¡Espero que se esté portando bien!"

Katsuki frunció el ceño ante aquello que acababa de leer.

"También deduzco que otra persona te debe estar ayudando a leer esto. Quizás sea tu mismo schiavu, o a lo mejor le has pedido ayuda a Yaoyorozu. De todas formas, era el único método que tenía para comunicarme contigo y hacerte saber lo siguiente.

Tengo un plan, pero no puedo llevarlo a cabo solo.

Sé que puedo confiar en ti y que no dudarás en ayudarme con ello. Si es posible, también me gustaría que Kirishima y Yaoyorozu colaborasen.

Lo primero es liberar a Uraraka. Hay tres meses de margen para conseguir aquel dinero y, aunque me vea incapaz de ayudaros, sé que lo conseguiréis. Además, no creo que Yaoyorozu se niegue a ayudar a Uraraka.

Después de conseguir que Uraraka sea libre, necesito que liberéis a todos los schiavus. Sé que será problemático y que tendrá consecuencias que no puedo asegurar sean buenas, pero... ¿Acaso ha habido alguien que alguna vez haya tratado de entrar al calabozo por la noche y liberar a absolutamente todos los schiavus? La respuesta es no. Nadie lo ha hecho ni se lo ha planteado y, por consecuente, los reyes no han pensado en esa posibilidad. Deduzco que la seguridad será mínima y sé que encontrarás una manera de hacerlo.

Quizás es mucho pedir. Lo siento. Solo estoy seguro de que dentro de unos tres meses todo habrá terminado.

Y, por último... He de decirte que lamentablemente no podremos volvernos a ver. La situación en la que me encuentro probablemente sea una que me impida seguir viviendo, pero está bien. Si con eso conseguimos que el reino cambie, estaré feliz. Quizás hay una mínima posibilidad de que todo salga demasiado bien, así que supongo que me aferraré a ello.

Gracias.

—Tenya Iida."

[...]

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GetzeBautistaMosso hizo este dibujo de Tsuyu inspirándose en Schiavus ♥ lo amé, gracias!!

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