Capítulo 12: No necesito tu maldita ayuda.
POV Midoriya Izuku
Me había preocupado demasiado por él. Había tenido los peores pensamientos e incluso creído que se había escapado.
Lo que no me esperaba era que mi schiavu estuviese duchándose y que justo cuando abrí la puerta del baño, él acababa de salir de la ducha.
—¡P-Perdón! —exclamé totalmente avergonzado por haber faltado a su privacidad.
—¿Qué estás mirando, bastardo? —preguntó con el ceño fruncido y utilizando una toalla para cubrirse.
"¡Esa es mi toalla!"
—Eh... bueno, yo... —traté de decir algo pero no pude vocalizar bien.
"Espera un momento..."
Ahora que él estaba libre de suciedad, conseguí percatarme de algo que anoche no hice. En ambos brazos pude ver cómo tenía dos heridas de tamaño medio que se hallaban en carne viva y no tenían buen aspecto.
—¿Qué es eso...? —pregunté asustado mientras lo señalaba.
—No es de tu incumbencia... —respondió ignorándome por completo y pasando por mi lado para irse en dirección a la cocina.
—¡Espera! —grité girándome y agarrándole de la muñeca—. ¡Estás herido! ¡¿Cómo te has hecho eso?! —reclamé con temor al ver más de cerca una de sus magulladuras y notar que había cierta suciedad aún dentro.
"Parecen... mordeduras."
—¡Qué te importa! —respondió con rabia tratando de que le soltase—. ¡Es mi problema, no el tuyo!
—¿E-Es humana? —inquirí con preocupación e ignorando lo que dijo.
Su silencio fue suficiente como para saber que la situación no era mala; era mucho peor.
"Tengo que hacer algo... vamos, piensa..."
—¡Ven! —exclamé apretándole más fuerte de la mano y saliendo a gran velocidad de mi casa.
—¡Suéltame! ¡No necesito tu maldita ayuda! —pude oír cómo se quejaba, pero a pesar de todo, no le iba a soltar.
"Tal vez... ¡Kirishima!"
Quizás él podía ayudarle.
POV Bakugou Katsuki
La razón por la que estuve despierto la noche en la que vinieron a sacarme del calabozo fue precisamente por las mordeduras que tenía. El dolor cada vez era más insoportable y por eso me era difícil conciliar el sueño. A pesar de aquello, estaba demasiado cansado y cuando aquel bastardo que se suponía que sería mi dueño me llevó a su casa, opté por ir a dormir y no decir nada. La oscuridad y toda la suciedad de mi cuerpo impedían que nadie se diese cuenta de mi situación.
"Es mejor así..."
Pero el dolor cada vez empeoraba; no tenía buen aspecto. Al final decidí descansar, aunque dormí entrecortado por aquellas heridas.
"Cuando amanezca me encargaré de ellas..."
Y eso fue lo que intenté hacer. A pesar de que cuando estuve en el calabozo utilicé un poco de agua en ellas, no fue suficiente. Al despertar por la aflicción que sentía, pude ver a aquel bastardo temblar de frío a pesar de seguir dormido. Opté por cubrirle con una sábana; después de todo, era su puta cama. A continuación me dirigí hacia el baño; ahora que estaba en la ducha, todo podía ir a mejor.
Aproveché para deshacerme de toda la suciedad que estaba impregnada en mi cuerpo y luego opté por pasar una gran cantidad de agua pura por ambas mordeduras.
—Mierda... —suspiré tratando de aguantar el jodido dolor que estaba sintiendo.
Empecé a notar cierta molestia en la cabeza, así que decidí salir de la ducha.
"Maldición..."
Lo que no esperaba ver era a aquel tipo.
"Pensé que dormiría durante más tiempo... joder."
Intenté negarme a ir con él, pero en aquellos instantes me sentí sin fuerzas. No podía hacer nada y era demasiado frustrante.
"Yo puedo protegerme solo."
POV Kirishima Eijirou
La caza de anoche fue demasiado divertida. Nunca esperé que Kaminari fuese tan malo en eso. De verdad, me hacía mucha gracia verle fallar en casi todo lo que le pedía.
—Solo te dije que no pisaras aquel montón de hojas —respondí con una sonrisa—, y lo peor es que fue lo primero que hiciste.
—¡Es que no se veía nada! —se quejó haciendo un pequeño puchero.
—Pero caíste en mi propia trampa —reí mientras preparaba el arco con flechas.
Supuse que con el tiempo se acostumbraría. Después de todo, era la primera noche.
Además... era algo miedoso.
Cuando le entregaba diferentes insectos que por el camino iba atravesando con una daga que tenía, Kaminari dudaba en sostenerlos.
—Están muertos... ¿verdad? —preguntaba con temor al recibirlos.
—Eso creo —respondí colocando una tarántula en su mano para que la pusiera en una pequeña cesta que le dije que llevase.
Se quedó unos segundos observándola, a lo que me giré extrañado.
—¿Kaminari? —inquirí.
—¡Se mueve! —gritó aterrorizado lanzando aquella tarántula a la distancia.
—¡Mi cena! —exclamé al ver al pobre insecto salir volando a gran velocidad y me dirigí hacia la donde aquel rubio la había tirado.
—¡¿Tu cena?! —aplicó con incertidumbre—. ¡¿Comes tarántulas?!
—Me gusta más la carne —respondí con una sonrisa—, ¡pero con ajo y hierbas están buenísimas!
La cara que puso Kaminari en aquellos momentos me hizo reír. Su personalidad... era agradable.
—Además, si no atrapamos algún animal, vamos a comer insectos —añadí rebuscando en la zona donde debería de estar mi comida y consiguiéndola hallar—. Ah, aquí estás —comenté para mí mismo mientras observaba a la tarántula.
Tal vez fue por lo que dije, pero Kaminari se volvió más útil desde aquello. Quizás no le hacía ilusión comer bichos.
Al final conseguimos un pequeño cervatillo. Tantos años viviendo en el bosque había hecho que me aprendiera las zonas clave en las que se hallaban los animales y donde solían descansar. También había mejorado drásticamente en la caza a distancia y, sobre todo, a mano con cuchillo. Además, cuando regresamos a mi choza pude ver que varias trampas que había colocado tenían recompensa dentro.
—Está bueno... —comentó mi schiavu al probar aquella carne que había cocido en la hoguera que hice; él estaba sentado al frente de mí.
—¡¿Verdad?! —exclamé con felicidad mientras le pegaba un mordisco a mi trozo.
—¿No cazas de día? —interrogó frotándose los ojos.
Se le veía cansado y con mucho sueño.
"¿Acaso no durmió por la tarde?"
—Me gusta más por la noche —respondí levantándome y acercándome a él para sentarme a su lado—. ¿Tienes sueño? —pregunté mirándole; parecía que eran las tres de la madrugada.
No me contestó. Pude ver como hacía el esfuerzo en vano para mantenerse despierto, pero sus ojos se cerraron y apoyó su cabeza sobre mi hombro.
"Vaya..."
Sonreí y me quedé así hasta terminar de cenar. Después lo cargué, llevé a mi pequeño hogar e hice que se echase en una de las camas de heno.
—Kaminari, buenas noches —dije acariciando su cabello y echándome a su lado para descansar también.
—Hm... —murmuró.
"Tener compañía... se sentía bien."
[...]
Cuando amaneció, un grito me sacó del profundo sueño en el que me hallaba.
—¡Kirishima! —pude oír la voz de Midoriya.
[...]
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top