2.

Marzo.

—Perdóname por no haberte dicho nada concreto del estado de Taehyung —Susurro Jungkook mirando al rubio quien negó.

—Lo entiendo Jungkook, me pongo en tu lugar y yo también hubiera hecho lo mismo, no estoy enojado con Namjoon, lo importante ahora es que mi niño se recupere y despierte.

Comento y Jungkook asintió mientras limpiaba sus lágrimas rebeldes.

—No quiero presionarte Kook, pero la razón por la que Mingyu vino a mi habitación fue porque quería saber si era verdad lo de Taehyung, no se le notaba intención de hacerle algo, creo que se encontraba arrepentido. —Dijo y Jungkook desvió su mirada a su chico sobre la cama y tomo la mano de este.

—No quiero verlo, quiero que se pudra en la cárcel, fue su culpa.

Susurro Jungkook y Seokjin suspiro.

—No te pido que vayas ahora y hables con él, solo quiero que lo pienses. —Pidió y Jungkook asintió.

El sonido de una maquina hizo que ambos chicos miraran al castaño sobre la cama, Jungkook se colocó de pie rápidamente al ver que el ritmo cardiaco de Taehyung disminuía.

Enfermeras y médicos entraron a la habitación y lo apartaron rápidamente, comenzaron a revisar a Taehyung y a intentar controlar lo sucedido, Jungkook entro en un estado de shock, sintió pasar el tiempo demasiado rápido, Seokjin se encontraba abrazo de su hermano quien intentaba pararse de la cama y al sentir el dolor de su cuerpo se quejaba.

La lagrimas del azabache comenzaron a caer e intento acercarse, pero fue en vano, Yugyeom lo abrazo por la espalda deteniéndolo rápidamente, comenzó a forcejear con el chico para acercarse, sollozo al no conseguir su objetivo, su padre entro a la habitación y se acercó a su chico rápidamente, gracias al cielo lograron controlar y estabilizar a Taehyung.

Jungkook sintió un piquete en su brazo y miro a Seokjin sedarse, miro a su lado a Yugyeom quien le colocaba un tranquilizante, lo último que recuerda ver es a su padre acercarse a él preocupado.

Jungkook sintió un gran dolor en su pecho, un gran vacío, necesitaba a su chico, necesitaba a Taehyung.

Entre una neblina brusca comenzó a caminar, sus sueños, esos eran sus sueños... Miro a lo lejos un parque, lo reconoció al instante, corrió a este desesperado, entro al parque y miro a su alrededor.

—¡Taehyung! —Grito con la esperanza de encontrar a su chico ahí.

Se dejo caer en el suelo rompiendo en llanto.

A unas Onironautas más, Kim Taehyung logro escuchar aquel grito, pero no supo reaccionar, cuando frente a él se encontraba él mismo con otro chico que no conocía.

—¿Cuál es tu nombre?

Pregunto el azabache y el castaño se confundió.

—Mi nombre es Taehyung, Kim Taehyung señor.

El castañito extendió su mano hacia el azabache y Jungkook la miro.

—Soy Jungkook, Jeon Jungkook.

La mano de ambos de tocaron y alejaron sus manos y miraron alrededor como las flores de cerezos comenzaban a caer cual lluvia. Ambos sonrieron y alzaron sus manos hacia las flores que caían.

Taehyung miro aquella escena confundido, ¿Quién era el chico a su lado? Una luz blanca lo cegó completamente y cayó en lo que parecía ser un túnel oscuro, su cuerpo azoto secamente contra el frio suelo.

Escucho unos sollozos cerca y miro a su alrededor, a unos metros localizando aun chico... el mismo chico que acaba de ver.

—¿Quién eres tú? —Pregunto Taehyung.

Como si los latidos del corazón se detuvieran en el cuerpo de Jungkook, poco a poco alzo su vista hacia el frente. Soltó un jadeo, se colocó de pie rápidamente y corrió hacia Taehyung.

Taehyung sintió el impacto del desconocido contra su cuerpo.

—Mi amor...

Susurro Jungkook y se aferró al cuerpo que sostenía entre sus brazos.

Taehyung sintió tranquilidad en su cuerpo al sentir el cuerpo del contrario, su corazón se aceleró rápidamente y podía escuchar los latidos del corazón de la persona contraria, sintió sus bellitos erizarle al toque, aquella sensación se le hacía tan familia, tan conocida, tan amada. Pero no lo recordaba.

—Taehyung, mi amor, aquí estas —Susurro Jungkook.

Y ese fue el balde de agua fría que detuvo los latidos de Kim Taehyung esta vez. Por qué no sabía como decirle al chico que lo abrazaba que, para él, era solo un desconocido.