Skylines and Turnstiles

- Señor Way, el señor Iero ya llego ¿Le digo que pase? -murmuró la muchacha de no más de veinticinco años, asomándose en la oficina de su jefe.

- ¿Tan temprano? -respondió algo sorprendido, pero levantó la vista, con ese particular brillo que sólo cuando pensaba en Frank se encendía- Claro Dannie, hazlo pasar y...

- ¿Un café con dos de azúcar? -se apresuró a adivinar.

- Me conoces tan bien -rió Gerard, asintiendo y luego bajando la mirada a la montaña de papeles que tenía sobre su escritorio.

Eran ya las 8:30 de la mañana y había quedado de acuerdo con su pareja quien trabajaba en el edificio de en frente, irían a desayunar a las 9.00 a Starbucks. Aunque en realidad era el panorama diario. Gerard Way trabajaba como director ejecutivo en una gran empresa publicitaria. Y con sólo 28 años había ascendido rápidamente a ese puesto. Frank por su lado, era productor en una importante revista dedicada particularmente al rock, metal.

Ambos llevaban tres años saliendo y se habían conocido sólo dos meses antes de comenzar a ser novios.

- Oh mierda... -gimió Gerard, recogiendo la montaña de papeles que se le habían escapado de las manos al tropezar en el gran escalón. A jugar por el sol, ya era cerca de su hora de salida, pero tenía demasiado trabajo pendiente. El cargo de asistente del Director era pesado, pero confiaba con que dentro de poco ese cargo sería suyo.

- ¿Necesitas ayuda? -un muchacho se había detenido a su lado, poniéndose de rodillas y ayudándole a recuperar todos sus documentos. Luego supo que su nombre era Frank Iero, que había comenzado a hacer su práctica de Productor en una importante revista y que trabajarían prácticamente en frente.

- Soy Gerard, Gerard Way -había dicho éste más tarde, luego de aceptarle un frapuccino al avellana en el Starbucks del sector.

- Un placer Gerard, yo me llamo Frank Iero, pero llámame Frankie -había respondido Frank, dedicándole una sonrisa y cautivando en ese momento el corazón del contrario.

- Hola Gee -Frank apareció por la puerta, quitándose de inmediato la chaqueta y tomando asiento frente a su pareja- ¿Estás ocupado? -murmuró luego, acercándose a Gerard por la espalda.

- Oh, Hola Frankie -sonrió Gerard, estremeciéndose ante el tacto-, no me fijé que habías llegado... ¿Vamos?

- Claro, pero si quieres podemos postergar el desayuno y querernos un rato -susurró Frank a su oído, suficientemente fuerte como para que sólo lo escucharan ellos dos.

- Lo que quieras, amor... -rió Gerard, dejando de lado sus cosas y tomándolo de las caderas, para depositarlo entre sus piernas y comenzar a comerle la boca. Frank correspondió y en cosa de segundos estuvo sobre Gerard, con los brazos enredados detrás de su cuello, moviendo su torso contra el contrario y bajando sus labios peligrosamente por el torso de éste.

- ¿Escuchaste? ¿Qué fue eso? -Gerard se incorporó de repente, dejando helado a su pareja.

- ¿Qué cosa Gee? -Frank se acomodaba los botones de la camisa, que habían sido despachados.

- No lo sé, sonó como un fuerte estruendo, no sé... -se veía nervioso, acomodó su cabello y se asomó por la puerta para llamar a su secretaria- Dannie ¿Escuchaste eso? -interrogó estrujándose las manos.

- ¿Qué cosa jef...? -pero fue interrumpida por un fuerte estruendo, seguido por millones de gritos y... ¿Humo?

- ¡¿Oh demonios, Qué mierda esta pasando?! -Gerard gritó ansioso, corriendo a la ventana de su oficina sólo para ver algo que le dejó la piel erizada. Un avión, enorme, se había estrellado contra el edificio de enfrente. A la altura de donde hubiese estado Frank. Giró para ver a su pareja, pero éste estaba ya a su lado, abrazándolo por la cintura y con el corazón latiendo a mil por segundo.

- ¡Señor Way, tenemos que salir de aquí! ¡Están evacuando el edificio! -gritó nerviosa Dannie, esfumándose rápidamente y corriendo escaleras abajo, seguida de todos los trabajadores del piso.

- ¿Qué está pasado Gerard...? -inquirió Frank, las lágrimas no dejaban de caer de sus ojos, reflejándose en estos el infierno del edificio de enfrente.

This broken city sky, like butane on my skin, and stolen from my eyes.

- ¿Gerard...? -su voz fue eclipsada por otro estruendo. Ahora proveniente de unos pisos más abajo. Los brazos de su pareja lo alejaron rápidamente del cristal, el cual en cosa de segundos se rompió en mil pedazos. Las lágrimas no paraban de caer de sus ojos, nublando su vista, pero unas manos los secaron y luego lo guiaron a su cara. El gesto de Gerard parecía impenetrable. Como si todas esas vidas perdidas no fuesen reales, como si sólo existieran ellos dos. Y eso era lo que él veía, sólo a ellos dos.

La estructura comenzó a tambalearse peligrosamente, pronto el humo inundo todo el lugar, los cristales de las ventanas eran sólo un borroso recuerdo, podían escuchar gritos a lo lejos, veían cuerpos caer y chocar contra el edificio para luego seguir cayendo. Cuerpos calcinados cayendo, muertos, todos.

- ¿Gee...? -el dióxido de carbono presente en el humo asfixiante estaba provocando el efecto somnífero en él, su voz ardía al salir y prefirió cerrar los ojos.

- ¿Sí cariño...? -murmuró tranquilo, Frank podía imaginar la tranquilizadora sonrisa que su novio tendría plasmada en los labios, y soñó con que lo besaba.

- ¿V...vamos a morir...?

- No...

- Gee...

- ¿Sí?

- No quiero morir... -sintió unas lágrimas caer, siendo evaporadas de inmediato por el fuego subiendo por el esqueleto del edificio.

- Tampoco yo amor... -sonrió Gerard, pasándose la lengua sobre los labios y buscando a tientas la mano de su pareja.

- Estoy aquí... -murmuró Frank, estrechando fuertemente su mano al sentirlo, llevándola a su pecho, haciéndole notar los débiles latidos de su corazón.

- Eres fuerte... -Gerard se arrastró hacia Frank, sintiendo sus labios rozar los propios, estrechándolo contra su cuerpo e intentando protegerlo del calor abrazador, de las llamas cubriendo su piel.

- ¿Gee...? -susurró Frank contra su cuello.

- ¿Dime amor...? -contesto Gerard, pegando su cara contra el cabello de Frank, evitando las llamas.

- Te amo... -sus palabras salieron atontadas de su garganta, el humo cada vez era más denso.

- ¡Aquí oficial 094, hay dos cuerpos en el piso 83! ¡Repito, hay dos cuerpos en el piso 83! ¡¡Oh, por Dios!!

- ¿Qué sucede? -contestaron al otro lado de la línea.

- ¡Aun presentan signos vitales! ¡Están vivos! -gritó feliz. Llevaban tres horas registrando el edificio luego de apagar las llamas y eran los primeros sobrevivientes que encontraban.

- ¿Los puedes identificar? -inquirió el hombre al otro lado de la línea, esto también le había alegrado.

- Lo dudo, presentan graves quemaduras en un gran porcentaje del cuerpo ¡Envíen un helicóptero, no alcanzaran a llegar abajo! ¡Apúrense o los vamos a perder!

- ¿Escuchas eso? -preguntó Frank levantando la vista, el calor había desaparecido.

- ¿Qué cosa, amor? -Gerard lo miró a los ojos, el humo ya no estaba de hecho, era como si nada hubiese pasado.

- No lo sé... se escucha como...

- Como un ángel... -Gerard completó la frase, besándole los labios, notando como el sol cada vez se hacía más grande.

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