¿Por qué me ahogo con tan poco?

Cuando empiezo a decir en alto que todo me da igual.

Que no me mires.

Que no me llames.

Que solo haya interés.

Que haya algo más que amistad dentro de esta aula llena de estrellas sin encender.

¿Por qué no puedes verme en llamas? Soy más de lo que aparento. Tengo más para mostrar.

¿Quién se inventó esa historia? ¿Quién decidió por mí?

Nunca quise ser un lobo solitario.

Pero tampoco quiero llenar huecos por obligación.

No es mi deber.

He venido para aprender a defender mi integridad física y mental.

No a salir en las noticias de la tres.

Me gustaría que me abrazaran sin querer algo a cambio.

Que no hubiesen competiciones de quién sufrió más, o de cuántos traumas aguanta nuestro corazón.

Que no acabase la noche cerrando los ojos, sino haciendo el amor con el karma.

¿Cuándo mirarán en su interior y se querrán a sí mismos?

Porque yo estoy empezando a quererme, y no es tal y como me lo habían contado.

También hay sangre.

Mucha.

Pero no duele cuando mancha mi piel.