Sé que cuando suba este escrito, algo malo pasará. Ya lo tengo asumido.

No obstante, si lo escribo es porque hay algo dentro de mí que lo necesita, porque en mí ya no hay nada que funcione como antes. Ya no hay paz en esta realidad distorsionada.

Y me gustaría pedir perdón primero a toda esa gente que ha estado ahí y que, por cosas del pasado, no tuve la oportunidad de agradecer. 

Sé que es tarde para dar las gracias, porque cada uno de vosotros ya habéis empezado de cero una historia que no permite mi acceso nuevamente. Pero lo necesito, y espero que mi más grata sinceridad ayude a calmar un poco las cosas. 

En segundo lugar, quería pedir perdón a todos aquellos que pensaron que iba a hacer daño. En ningún momento tuve esa intención. Más bien, desde hace unos cuantos años, me prometí a misma alejarme de lo malo e intentar esforzarme por hacer el bien, aunque el mal siempre estuviera presente. 

Al parecer, para muchos de vosotros, esas acciones nunca han sido visibles, y lo entiendo. Quizá no di todo lo que podía ofrecer. 

Y ahora, pido que me entendáis vosotros. Cada uno tiene sus oscuridades. Yo las tengo, y he tenido que vivir con ellas desde que se plantaron en mi vida un día, sin avisar. He intentado pasar, aceptar y superar que nunca se irían; son mucho más potentes que yo.

Por eso, en muchas ocasiones me habéis visto hacer el ridículo y habéis pensado que era por llamar la atención; por eso, incontables veces, no he sido capaz de disfrutar de vuestra compañía o no he sido capaz de sonreír; por eso, y por mucho más, os habéis terminado yendo.

Y lo comprendo. ¿Quién querría estar con una persona que no sabe ni quién es? Soy tóxica, y no lo digo porque lo piense, sino porque cada día me demuestro a mí misma que soy irremediablemente inestable. Intento estar para vosotros, pero, sin darme cuenta, jamás llego a estarlo realmente. Me pierdo en el camino, me da miedo avanzar o simplemente me caigo y no me permito volverme a levantar.

Estoy segura de que muchas personas que os habéis hecho muy cercanas a mí y leéis mis escritos pensaréis que me merezco todo lo bueno que este mundo tiene, pero... En realidad no merezco nada.

Mis palabras no mienten pero mis miradas, mis actos, mis sonrisas, mis lágrimas, mi voz... Sí.

Por eso, y como consejo que os doy, no deberíais hacer caso a alguien como yo. Alejaros antes de que sea tarde sería la mejor opción para todos. Los problemas viven conmigo, al igual que el odio y las críticas. 

No podría soportar que os transformarais en mí.

BEE