REFLEXIÓN

Me quedo mirando fijamente a la pantalla en blanco del ordenador porque no sé qué narices escribir. Llevo días pensando que la vida no tiene sentido y, por lo tanto, dando la razón a Nietzsche y a sus sabias palabras. No obstante, no es ese sentido de vida a la que me refiero, sino a la que me une con las personas de mi alrededor. 

¿Cómo es posible que teniendo una historia diferente a ellos acabe sacando la misma solución para todo continuamente? Al igual que el amor, la amistad está ligada por un "hilo" que no hace más que ensancharse para poder alcanzar a cualquiera que encuentres tanto por la calle como todos los días. A este hilo, para el caso de la amistad, le pondré el nombre de "hilo invisible". Este tiene la función de unir a una persona con otra sin haber un motivo. Solo te levantas una mañana y en cuanto sales a la calle, tus pasos te llevarán hasta ella.

¿Y cómo es eso posible? Un día te sientes solo y en otro ya tienes a una persona a tu lado que te ha hecho sonreír con facilidad. Estoy frustrada, sé que hay algo escondido detrás de todo esto, por eso hago llamamiento a ese "hilo invisible". 

En mi opinión, cuando un sujeto se presenta de la nada en tu vida, sí o sí será para cambiarla, porque hay algo en ella que no funciona, y lo que necesita es una tirita que no se despegue de tu piel en cuanto se moje. 

Estos "salvavidas" aparecen, o bien, para quedarse de manera temporal, o bien, para permanecer de forma indefinida. Estos últimos, dejarán en tus manos todos sus esfuerzos para que termines de curarte de lo que sea que te haya destruido, al igual que tú dejarás en las suyas todo tu corazón.

La acción siguiente, la de poner "el corazón en bandeja" se debe a nada más y nada menos que a una pura dependencia que consiste en confiar en una persona incondicionalmente para que ella te cure. Pero no te das cuenta de que dejas todas las guardias bajas, permitiendo que cualquier "intruso" o "salvavidas falso" se apodere de tu debilidad para marcharse justo en el mismo momento que estás a punto de tocar la puerta de salida. A partir de ese momento, volverás a sentirte indefenso e inhabilitado, además de culpable, decepcionado y todas aquellas palabras malas que puedes llegar a sentir después de un gran engaño.

Por eso, antes de que algún salvavidas sea guiado por el "hilo invisible" hasta ti, ten cuidado y no caigas en la mismas trampas de siempre: promesas de asistencia y confianza ciega antes de conocer del todo sus dos caras.

Al igual que en el amor, la amistad está repleta de errores, de celos, de enfados, de locuras y de cariño. Por eso, el cariño de una amistad puede ser confundida de tal manera que, en vez de amistad, los sentimientos se vean como amor. En esta ocasión, el individuo empieza instintivamente a mantener distancias, manteniendo vigentes sus sospechas.

Cabe resaltar que en muy pocas ocasiones esa amistad cambia a ser amor, ya sea por el hecho de la incapacidad de ver con otros ojos a esa persona, o porque teme que las cosas cambien y el final coja el nombre de "olvido".

Al parecer, no estamos acostumbrados al cariño. Por eso, cuando uno nos ofrece su mano para caminar, nosotros reaccionamos con miedo. No obstante, eso no debería de ser malo.

Todos merecemos ser felices, ya sea con mucho más esfuerzo o con menos.

BEE