Engaño...

Lágrimas...

Temblores...

... Náuseas

Arrepentimientos...

Recuerdos...

 ... Tu rostro

Excusas ocultando más mentiras.

Un corazón vacío y congelado.

Yo

[...]

Saboreo cada cucharada de helado como si realmente pudieran hacer algo dentro de mí. Me quedo mirando los kilómetros como si estos quisieran arrastrarme y herirme los pies. Mi rostro ya no existe. Se hizo de cristal, tan invisible... 

¿Cómo piensas pegar todos los trozos si no me ayudas a juntarlos?

"Quizá sea mi imaginación, uno de mis incontables malentendidos...".

Sin embargo, hubo alguien que se escapó del cuento sin ser visto, y como todo lo que empieza tiende a acabar pese a que no sea de la mejor manera, a las pocas horas hallaron su cadáver a las orillas de un río que él mismo se inventó.

Tengo miedo. 

Miedo porque un nuevo juguete llegó para alterar nuestro pacífico hogar. La iluminación se hizo ocre y nuestros labios ya no volvieron a sentirse los mismos. Regresó aquella barrera tan puñetera para estropear el momento.

Las galaxias se esconden bajo la almohada; las palabras quedan escuetas por tus acciones manipuladas; risas humillantes se apoderan de mi hipocampo y logran que caiga rendida por un chillido capaz de despertar toda impotencia retenida en cada uno de mis cabellos erizados.

Me caigo y no te importa; me río y no te importa; me entero y no te importa; me mantengo ausente y no te importa; entiendo y no te importa; finges y no te importa; respondo y no te importa; me besas y no te importa; la besas por otro lado y no te importa; me paralizo y no te importa; lloro y no te importa...

Nada te importa ni te importó, en realidad. 

Fuiste partícipe del juego de "El mentiroso" y aprendiste a hacer la mejor mentira solo para que yo, el títere, se creyera que vivía en una bonita realidad.

Pero hoy no es ayer y mañana no volverá a ser hoy.

Acabaste con todas mis esperanzas.

Toda confianza se tiñó de vino. 

Las puñaladas nunca le sientan bien al estómago, aunque eso ya deberías saberlo, ¿no?

[...]

Pero no te culpo...

¿Qué sentido tiene seguir si nunca llegará ese comienzo? 

Por eso, prometo no llegar a ser como tú: un fraude.

Te quiso, y sin secretos...

XXXXXX