¿Qué es lo que debo pensar ahora?

La voz no se encuentra con el interior, mis piernas se mantienen estáticas bajo las mantas, mis ojos acumulan lágrimas de frustración... Una frustración que no soy capaz de entender.

Me falta algo. Hay un "todo" frente a mí pero soy incapaz de verlo, de tocarlo, de sentirlo... Pienso que hay alguien aquí, a mi lado, cuidando de que mi mano no se cierre mientras duermo.

Y que me ayuda a despertar cuando las pesadillas son intensas y carceleras.

Mi corazón se acelera, palpita por cada esquina de mi cuerpo como si fuera necesario saber que sigo viva; saber que no forma parte de ninguna ilusión.

Una de mis manos se ha alzado sola hacia la nada más recóndita de mi habitación. Intenta entrelazar sus dedos con la mano de un ser completamente desconocido para mí. Sin embargo, puedo notar su presencia.

Me intenta alcanzar, y yo... Sobrepaso los límites.

Lloro, lloro mucho. Sollozo apoyando la mejilla en la almohada y la aprieto con mi otra mano, intentando calmar la angustia de no poder recordar su nombre. Su rostro aparece en mi mente, su pelo, su sonrisa, su abdomen, sus piernas, sus manos... Recuerdo cómo viste, cómo me sonríe, cómo nos encontramos, cómo cambió todo en mí... Pero no su nombre.

No me siento completa. Él está ahí pero no puedo verlo por la oscuridad. Él está ahí pero no soy capaz de escuchar su voz. Él está ahí pero no puedo alcanzar a rozar nuestras pieles.

¿Han pasado años ya?

La misma noche, la misma estrella, el mismo sueño... Pero, en este caso, es real.

Me levanto de la cama; mi brazo se mantiene levantado como la última vez. Tengo los ojos bien abiertos y las mismas lágrimas resbalan silenciosamente por mis mofletes. No veo absolutamente nada, pero mis pasos están decididos a avanzar.

—Tú eres...

Paro en seco al saborear aquella melodía...

Mi mano, al fin, ha chocado con la fina capa de nuestra realidad.

BEE~