13/11/18 (3:06)

Queridos amigos:

Ya tengo claro que muchos de vosotros no vais a leer esto, ya sea porque me habéis dejado de seguir por las redes sociales, o porque todas mis opiniones o palabras han quedado escuetas, absortas e ingenuas para vuestros ojos.

Sin embargo, yo no pierdo las esperanzas.

Después de mucho esfuerzo, el pasado ha tomado el camino correcto: ha dejado de copiarse del presente y ha empezado a tener personalidad.

Muchas miradas han dejado de perforar mi piel y ciertos recuerdos han hecho por sanar de una vez, dando por concluida esa etapa irreconocible de una yo que no debió ni existir.

Hoy puedo decir que lo siento.

Siento que ninguno de vosotros aguantárais hasta que mi sonrisa quisiese brillar sola, sin ayuda.

Siento que mi yo del pasado os lo pusiera tan difícil.

Siento... que algunos os fuerais sin quererlo de mi vida.

Pero era necesario. Los capítulos se acaban. Al principio te frustran, te hacen llorar porque no entiendes la razón de ese final; te erizan la piel; te llenan de inquietudes, de sueños que parecen más reales que fantásticos, y te hacen despertar solo para que te enfrentes a la realidad, aunque sea dura.

En los días de lluvia, a veces, las gotas no tienen por qué llevar grabadas palabras necias.

[...]

Millones de mensajes ocultos bajo mis escritos, me alertan de que el presente ya lo veía venir.

Que no aguantaría por mucho más tiempo siendo la típica chica que se calla hasta que explota; la típica chica que se desprecia por pensar que todo lo hace mal; la típica chica que no tiene amigos porque no sabe cuidarlos; la típica chica que ama a las personas equivocadas porque le encanta herirse a sí misma...

Pero os aseguro algo, y es que el daño no es bueno, y no vale de mucho herirse si sabes que, realmente, tú no eres el malo.

Por eso, siento haber sido tóxica cuando no lo merecía, y doy las gracias por todos esos momentos que me han llevado a tomar la decisión de dejar por una vez lo que no es bueno para mí a un lado, para querer buscar lo que realmente da sentido a la felicidad.

"Vive aunque duela..."

Vivir no tiene por qué doler. Son las circunstancias las que te debilitan y te obligan a actuar de una forma, la cual tiende a no ser muy adecuada.

Pero vivir no duele.

Eres tú quien toma la decisión de que duela.

Y yo, a pesar de tener millones de razones para dejarme caer, preferí salir de la rutina por una vez.

Por no rendirme, al fin siento en mí lo que siempre tuve:

Alas.

Os quiere sin contar el tiempo,
vuestra vieja amiga,

BEE~

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