Para ti, alma soñadora...

Ha pasado tanto tiempo desde la última vez que escuché tu voz que, aunque hiciera un esfuerzo ahora, no sería capaz de recordar el efecto que hacían en mí tus palabras.

Los sueños se han hecho cenizas ante ti. El mar ya se ha quedado en nada. Tu sonrisa se ha apagado y contigo, las esperanzas de volver a abrazarte.

¿Por qué? No entiendo el mundo. Dicen que él nos busca un lugar bueno donde vivir, pero... ¿Por qué ese lugar bueno no es a mi lado? Quiero que vuelvas a sentir aquellas gotas de agua rozar tus mejillas y te preguntes una y mil veces más cómo un pez es capaz de mirarte durante segundos sin tener miedo a morir.

Necesito que seas fuerte para siempre, que nades contracorriente para regresar a tu hogar y no dejes que un mero depredador sea el punto fulminante de tus problemas.

Tú, amado por todos, hasta por los que no te conocen, regresa y deja marca encima de un papel.

En el cielo.

En el océano.

En mí.

Recuerda, Gabriel: Los peces tienen más alma que un ser humano. Por tanto, tú no eres un ser humano, sino el pez más luchador del mundo.

No te olvidará,
BEE~