La luna atraviesa el cristal y me ilumina como si intentara enseñarme algo. Escucho el viento fuera, pero no paro de tener calor. ¿Puedo estar despierta sin tener sueños? Me cuesta mucho volver a ser yo. Nadie me reconoce... y me temo que nunca conseguirán encontrar a mi yo perdido.

Hoy ha sido un día duro. Me gustaría haber ido a andar y escaparme de todo por un rato, pero mis piernas no han respondido a mis órdenes y me he quedado parada en la cama mientras seguía sonando la alarma de mi móvil. Volví a cerrar los ojos y una hora después volvió a sonar. No sentía mi cuerpo en la cama, y toda mi mente se encontraba otra vez bajo ese pozo escondido.

Intenté mirarme al espejo sin malas caras e intentar no llorar cuando bajara aquellas escaleras. Él seguía allí, descomponiendo mi alma como si nada importara.

[…] Son casi las cuatro de la madrugada y no consigo dormirme. Estoy escuchando sus ronquidos, sus suspiros, su tranquilidad... y la mía también siendo tirada a la basura.

Me he puesto a pensar en aquella chica sonriente de hace unos meses. ¿Dónde está? Tengo miedo de no poder encontrarla ahora. Necesito hablar con ella, decirle que no tiene por qué irse. Yo estoy bien. Quiero convencerme de que lo estoy. Quiero que sepan que estoy bien, que un simple hombre no me va a arruinar de nuevo la vida, ni me va a hacer caer en la desesperación. Todo está controlado, ¿verdad?

Me molesta que nadie pueda responder a mis preguntas. Me duele que intenten hacerme reír cuando es casi imposible conseguirlo. Paso de las preocupaciones exageradas y de que todos me miren con pena.

No lo estoy pasando peor que tú, eso te lo aseguro.

Solo un papel consigue liberar mis gritos. No necesito un hombro, ni necesito una llamada. No necesito las típicas palabras de un mal consejo o que alguien se haga pasar por un amigo solo para enterarse de mi vida.

Solo quiero una respuesta, una mísera respuesta que aún nadie ha querido responder:

¿Se irá y me dejará vivir?

No lo soporto más. No aguanto su voz, su cara, sus gestos, su risa, sus actos, sus gritos, su súper "inteligencia", su mirada, sus manos, sus actos, sus palabras sofisticadas, su vida pasada, su guitarra, sus uñas, su cabeza, su pelo, su tripa, sus piernas, su insistencia, su victimismo, sus insultos... no lo aguanto a él.

Ojalá me hubiera caído bien desde el principio, que no se hubiera apoderado de mi hogar antes de tiempo.

Quise reír con ellos de verdad, no como una mentira. Deseé que ella fuera feliz al fin, aunque eso significara perderme a mí. Aguanté mucho tiempo en silencio. Lloré, grité, perdí todo en el intento solo por ellos. ¿Para qué? Me arrepiento de no haber hablado antes. Las cosas no andan bien. Todos los días hay problemas, amenazas, lloros, portazos y escapadas.

Y yo me encuentro en medio la mayor parte del tiempo.

Todo esto me ha costado días sin dormir. Por ejemplo, hoy es uno de esos días. No me consigo quitar de la cabeza ningún recuerdo.

Dentro de unos días me iré lejos de esta casa, intentaré ser libre por un tiempo hasta que empiecen las clases. Solo quiero parar de llorar, hacía mucho que no miraba a la nada mientras caían lágrimas por mis mejillas. Me siento impotente y humillada, no me siento yo.

BEE~