03/06/18

Querido conocido:

Si estás leyendo esto (espero que lo hagas en algún momento), quiero que sepas que esta carta la estoy escribiendo para ti, porque me he enterado de que te vas a ir un tiempo, que vas a desaparecer de cualquier red social y que, por consiguiente, no sabré nada de ti en lo que viene a ser una eternidad. 

Voy a ser clara: te echo de menos. Sé que esto es muy reciente, y lo que ha pasado entre nosotros está muy en el aire, pero créeme cuando te digo que no quiero que te vayas. Sé que ahora las cosas no están bien, ni para ti ni para mí, en realidad; que el tiempo se ha parado y que tú, en cierto modo, te has cansado de todas esas asquerosas malas rachas y has decidido descansar. 

Pero hace dos días fui a aquel parque con las ideas bien claras. Con barreras, claramente, pero estando segura de lo que empecé a sentir por ti meses atrás, con unos sentimientos que ignoré porque no me vi siendo suficiente para ti. Sonreí pese a que no estuviste; intenté no llorar (aunque lo hiciera igualmente minutos después) por enterarme que otra vez volvía a pasar lo de siempre: que no di todo lo que la vida me exigía; intenté dejar un espacio y que mi muro no se derrumbara en cuanto te viera frágil e indefenso en aquel asiento de madera; pensé que no me necesitabas, y, por desgracia, me lo creí, aunque me besaras antes de irte.

"Necesito un tiempo", dije. 

No obstante, de lo que necesito tiempo es de todo lo que tenga que ver con el amor. Han sido demasiadas cosas en muy poco tiempo. Encontronazos con la realidad, confesiones no correspondidas, ilusiones poco efectivas, escritos que aluden a una historia que no se llevará a cabo, insinuaciones camufladas a modo de enfados... Ha sido tanto lo que he tenido que vivir que, en fin, ya ni me reconozco. 

Pero no quiero que te vayas. 

Necesito hablar contigo, ser sincera respecto a lo que siento y que podamos arreglar todos estos problemas juntos. Decirte por las mañanas un bonito "buenos días" lleno de alegría y que tú me respondas igual. Que estés animado solo porque hablas conmigo...

No quiero que te vayas y que te olvides de lo que sientes por mí. Suele pasar que cuando uno se confiesa a la persona que le gusta, al día siguiente empieza a verse rodeado de remordimientos o de arrepentimientos que no son más que miedos envueltos en papel de envolver. 

No quiero que te vayas y vuelva a pasarme lo que siempre me pasa: que baje la guardia y todo vuelva a desmoronarse nuevamente.

Me gustas, pero tengo miedo de hacer daño, que hagas daño y que nos hundamos mucho más. Estamos rotos por dentro, y necesitamos ordenar nuestras ideas. 

No quiero que te vayas, pero no tengo más opción que dejarte ir y esperar a que hagas lo que yo: reconstruirte.

Mientras que eso ocurre, espero que pienses en mí. Te cuidaré pese a la distancia y estaré ahí para cuando necesites un abrazo.

No te dejaré solo.

Te aprecia, tu amiga 

XXXXXX


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top