z w e i

El ser humano se cree capaz de vivir en una ilusión el tiempo que quiera, pero al final de todo, sólo es eso; una ilusión.

z w e i: neugier

víctor


—¿Scareville? —repitió Rius con algo de burla. Lo admito, también a mi me causó gracia, un nombre así no puede tomarse muy enserio.

Derek asintió con entusiasmo.

—Pero cariño —le interrumpió su esposa—, recuerda que es peligroso —susurró la última palabra, cómo si al hacerlo se fuera a caer el cielo.

—¿Por qué, qué tiene de especial ese lugar? —interfirió Trollino, sin sonar brusco

Claro, él es así; un genio con las palabras. Al igual que Mike. Por eso ellos son los que hablan la mayoría del tiempo, son los que se desenvuelven mejor entre la sociedad. Ellos son los negociadores del grupo.

Al igual que ellos, todos tenemos un rol dentro de los CoMPas. Todos igual de importantes.

Raptor y Sparta salieron del baño, el primero con los ojos algo hinchados, pero ninguno de nosotros preguntó nada. Raptor se sentó a mi lado, pero Sparta, al contrario que él, se acercó a mi para preguntarme algo.

—¿Puedo cambiar mi lugar contigo?

Asentí, confuso, y me puse de pie. Sparta me sonrió en agradecimiento. No sé que es lo que haya pasado con Raptor, pero sin duda es algo que sólo Sparta podrá solucionar.

Sin hacer preguntas, rodeé la mesa hasta llegar al lugar que antes era del castaño. Ahora estaba a un lado de Erika, quien se veía algo asustada. Me extrañó un poco su nueva actitud, considerando que antes no se le borraba su sonrisa.

—Hay... una leyenda. "El tesoro maldito" —empezó en un susurro, con la mirada perdida. Creo que fui el único en notarla—. Se dice que en esa villa se escondió una bruja muy poderosa, ligada a la magia negra. También se dice que poseía muchos tesoros gracias a su pacto con Lucifer. Quizá por eso se escondió —y eso fue suficiente para engancharnos a todos.

—Eso es... Es increíble —alargó Mike, entusiasmado. Clavó sus ojos en los de la anciana—. ¿Podrían decirnos cómo se llega allá?

Erika agachó su cabeza por un momento, pero al volver a alzarla vio algo por encima del hombro de Mike. Debió ser algo muy feo porque sus pupilas se dilataron. Como acto reflejo, busqué algo en el mismo sitio al que sus ojos apuntaban.

Sólo alcancé a ver una silueta negra que se disolvía entre la pared.

No me preocupé, pudo ser el reflejo de alguien que pasó frente al ventanal, o mis ojos que me jugaron una mala pasada. Erika de pronto tomó su bolso y se puso de pie con un salto que me sorprendió para su edad. Derek la imitó, ambos con su semblante asustado.

—No. No puedo.

—Pero... —insistió Mike.

—Ya n.. no puedo. Lo siento.

Fruncí el ceño, aún sin moverme de mi lugar.

La pareja de ancianos salió a prisa del local antes de doblar por la izquierda en la esquina. La ventana no alcanzó a mostrar su camino.

—Creí que sólo los jóvenes se drogaban —comentó Timba con burla, soltando una carcajada. Todos le imitamos.

Y con eso, olvidamos el pequeño inconveniente.

Seguimos hablando de todo tipo de cosas durante unos diez minutos, cuándo, de pronto, un disparo taladró la armonía en todo el lugar.

—¡Vino de afuera! —exclamó alguien, horrorizado.

La gente gritó mientras se escondía debajo de las mesas. Yo no supe que hacer, me quedé observando por la ventana tratando de buscar algún indicio del disparo, pero sólo encontré a gente con pánico corriendo hacia la derecha, otros tantos se recostaban en el suelo cubriendo sus cabezas con lo que se que encontraran a la mano.

Una mano se aferró a mi muñeca, por debajo de nuestra mesa. Era Mayo.

—Tonto, no te quedes ahí —me riñó, aún sin soltarme. Ahí me di cuenta de que yo era el único en el restaurante que seguía sentado.

Me reí de mi mismo mientras me inclinaba, buscando resguardo bajo la mesa.

Entonces, un segundo disparo.

rius

Nadie se movió. Nadie respiró. Nadie hizo nada. Hasta que la sirena de una patrulla resonó por el lugar.

—Nos descubrirán —alcancé a murmurarle a Mayo. Él se apresuró a negar.

—No. Francia debió pedir ayuda a los países del sur. Es muy poco probable que nos busquen en el norte.

—La policía seguirá moviendo piedras en el último lugar en el que nos vieron, es decir, Italia —continuó Sparta.

Les creímos, ellos nunca se equivocaban.

La gente empezó a salir de sus escondites, preguntándose unos a los otros que había pasado.

Un policía arribó a la puerta.

—Es besteht keine gefahr, alles ist in ordnung —anunció antes de volver a irse.

No tengo idea de que quiso decir, pero debió ser algún tipo de alerta buena porque la gente suspiró de alivio. Algunas se apresuraron a pagar para salir lo más rápido posible del restaurante. Otros más se quedaron, seguramente esperando a que el peligro pasara por completo.

Salí debajo del refugio improvisado cuando mis compañeros también lo hicieron. Dejamos el pago encima de la mesa y salimos del local.

—Que sitio más extraño —mencioné tomando aire una vez afuera.

—Miren, se está juntando mucha gente —señaló Raptor. Volteamos hacia donde apuntaba. En efecto, había una gran bola de chismosos en la esquina del restaurante del que salimos. No tardamos en acercarnos también.

—¿Qué estarán viendo? —preguntó Mike tratando de ver algo por encima de todas las personas, pero era imposible, había demasiadas.

Empujé a algunas personas sin ser tan brusco, sólo lo suficiente para hacerme un espacio. Funcionó, en algún momento se acabaron los hombros por golpear; llegué al frente, o hasta donde pude, porque la escena estaba siendo rodeada por la cinta policíaca para que nadie cruzara.

Esperaba ver vidrios rotos, algún ladrón atrapado por la policía, gente herida, cualquier cosa.

Pero lo que vi no fue nada de eso.

En la esquina del restaurante, en medio de la banqueta de cemento, había dos cuerpos delgados y arrugados.

Eran Derek y Erika.

Ambos con una bala en la cabeza, entre dos charcos inmensos de sangre y los ojos desorbitados.

Erika tenía una calibre 45 en su mano izquierda, con la derecha sostenía a Derek, quién a su vez tenía una nota en su mano libre.

Un escalofrío me recorrió la espalda al distinguir que el mensaje estaba en español.

«Nos vamos antes de que ella nos encuentre.»

Alguien me jaló hacia atrás, apartándome de esa escena. Timba me guió hacia atrás de nuevo, con los demás.

—Hay que irnos. Si la policía se entera de que hablaron con nosotros por última vez, nos harán testificar. Y no estamos para acercarnos a la comisaría más de la cuenta.

Asentí, todavía algo consternado. Sentí mi estómago revuelto, así que corrí hacia el bote de basura más cercano y deseché el nudo que me invadía.

Sentí la mano de Timba acariciando mi espalda. Él sabía que me disgustaba ver demasiada sangre.

Después de unos segundos me sentí mejor. Timba me pasó una botella de agua que hasta el momento no había notado y me enjuagué la boca.

—¿Estás mejor? —preguntó sonriente cuando me incorporé. Asentí, con una ligera sonrisa—. Bien, entonces regresemos.


⚫⚫

mike

Saboreé la palabra, como si se tratase del mejor dulce del mundo.

Scareville. El sólo nombre me causaba una intriga inexplicable.

Ahora estábamos de vuelta en el coche, estacionados. Nos tenemos idea de a dónde ir o que hacer. Llegar a Alemania fue muy precipitado. Sin embargo, algo que estoy seguro todos compartíamos, es la curiosidad hacia esa misteriosa villa que había nombrado Derek.

Aún seguíamos algo conmocionados por la noticia de la pareja. No me hacía ni una idea de porqué se suicidaron, pero sea lo que sea, no nos incumbe.

—¿Alguien recargó datos antes de irnos? —pregunté a nadie en específico.

—Yo —respondió Raptor desde el asiento copiloto. Le pasó su celular a Víctor, quien estaba en el asiento frente a mí, para que me lo pasara; un Moto X.

Ninguno tenía uno muy nuevo, ni el mejor, pero servían para lo que los necesitábamos. Además, Mayo y Rius le desactivaron la opción GPS, lo que nos ayudaba demasiado. Les agradecí antes de entrar a internet.

—¿Qué vas a buscar, Mikel? —preguntó Trollino, recargándose en mi hombro para ver la pantalla.

—Si, Mike, ¿qué vas a buscar? —se burló Sparta, acomodándose en mi otro hombro. Reí un poco.

—La dichosa villa.

—Ah, genial. Tengo ganas de visitarla —comentó Mayo, a un lado de Sparta.

Entré al buscador, escribiendo con agilidad "Scareville" en él.

De los más de 1000 resultados que aparecieron, uno llamó mi atención de inmediato.

«Scareville: La verdad de este horrible lugar.»

Toqué el enlace. Me llevó a una pagina completamente blanca, con letras negras estilo arial en el centro.

A 27 de diciembre del 2015. No sé si alguien vaya a leer esto, ni siquiera sé si alcanzará a subirse. Espero que lo haga, porque así por lo menos podré advertir a alguien —empecé a leer, atento.

»Hace unas semanas vine a Alemania con mis amigos, a visitar a la familia por las festividades navideñas. Un día nos enteramos de que en una villa de mala fama se guardaba un tesoro.

»Fuimos, con pocas esperanzas de encontrar algo bueno. Grata fue nuestra sorpresa al descubrirlo. Todo fue bien, hasta que comenzó la verdadera pesadilla.

»Ahora mis amigos están muertos. Sólo quedamos yo y mi novia. No sabemos lo que será de nosotros, sólo esperamos una muerte menos dolorosa que la de nuestros compañeros.

»Por favor, si leen esto quiergbdwodkjde

x

xx

xxx

-D.

unified»

No había barra para bajar. Eso era todo lo que contenía la pagina.

—Diablos. Que buen marketing —habló Trollino.

Todos estuvimos de acuerdo.

—Exacto. Aquí está la dirección a la villa, conecta el Google Maps.

×××

traducción del alemán (por san gugul):
No hay peligro, todo está bien.


bienvenidos al segundo capítulo :D
¿les está gustando la historia? 💞

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