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CAPÍTULO SIETE
EL ACCIDENTE.
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―No recuerdo haber aceptado hacer esto.―comenté mirando a Carlisle.

Él me miró, había una sonrisa en su rostro y ya no sabía como explicarle que no podía gastar tanto dinero en mí. Ahora había decido que necesitaba un auto nuevo, lo cual era ridículo ya que el mío funcionaba perfectamente.

―Cariño, tu auto vive más en el mecánico que en esa caja.―respondió Carlisle, con voz tranquila, como si le estuviera explicando algo a un niño testarudo.―Y quiero darte uno nuevo, así no tengo que preocuparme sobre tu auto estropeándose en medio de la nada, o peor aún, terminas en un accidente.

Entrecerré los ojos mientras lo miraba.

―Me encanta la forma en que te gusta darme regalos y todo, pero un auto es demasiado.―me quejé, encogiéndome al ver esos lujosos autos.―Vivimos en Forks, nadie allí tiene autos como esos.

―Yo si.

Carlisle puso su brazo alrededor de mi cintura y me atrajo hacia él, lo miré fijamente a los ojos dorados, no iba a dejar que convenciera usando esa sonrisa sexy y esa voz ronca.

―No necesito un auto, cariño.―repetí, intentando sonar firme.―Si me dieras un auto así, ¡imagina lo que diría la gente! Ya somos el chisme número uno de la ciudad, no quiero empeorar las cosas.

Mi respuesta no lo desanimó.

―Si tuvieras un auto nuevo, yo podría arreglar todo de tu viejo auto y se lo podrías regalar a tu sobrina.―dijo sonriendo.―¿No fuiste tú quien dijo que odiabas el auto que tu hermano te regalo? ¿Cómo es que lo llamas?

―Monstruo naranja.―murmuré en voz baja, sintiendo que mi rostro se calentaba.―Estás jugando sucio, Dr. Cullen.

Su sonrisa se amplió al darse cuenta de que había encontrado una oportunidad.―Si seguimos mi idea, creo que todos ganan.

Respiré profundamente y apoyé mi cabeza en su pecho por un momento mientras él acariciaba mi cabello.

―Si acepto esto, no quiero un auto tan caro.―dije finalmente.―Quiero algo sencillo-

Carlisle me besó la frente.―Tus deseos son órdenes, querida.

Salimos de la tienda en la que estábamos y nos subimos al auto de Carlisle, él comenzó a conducir a una tienda más sencilla, lo que me hizo suspirar de alivio.

―Entonces, Edward sigue actuando raro con Bella.―comenté, llamando su atención.―Mis excusas para su comportamiento se están empezando a agotar. Cuanto más actúa así, más curiosidad siente ella por descubrir cosas sobre él, lo que puede ser peligroso. Bella es muy inteligente.

―Lo sé, es algo en lo que todo estamos trabajando, pero no es una situación fácil un cantante es algo a lo que la mayoría de nosotros no podemos resistirnos.―explicó, luciendo cansado.―Pero Edward es fuerte y estoy seguro de que... va a superar todo esto pronto.

Me mordí el labio inferior, considerando si decir o no lo que Alce me había dicho el día anterior.

―Alice me dijo que existe la posibilidad de que los dos estén juntos.―murmuré, él rápidamente me miró.―Confío en ti y sé que nunca me lastimarías ni perderías el control, aún así, los dos nunca hemos estado juntos. ¿Debería preocuparme por los dos juntos?

Carlisle se quedó en silencio por un momento.

―He oído sobre esa posibilidad, pero sé que mi hijo, Edward, nunca convertiría a nadie en vampiro, así que no veo cómo podría funcionar algo romántico entre ellos dos... y si funciona...

―Solo pregunto porque no quiero que Bella salga lastimada de ninguna manera.―expliqué, suspirando.―Si estoy en lo correcto, Edward es el primer chico que realmente le llamó la atención y sé que tiene muchas cosas en común, simplemente no la han descubierto todavía.

Tomó mi mano y le dio un beso rápido.

―Pase lo que pase, lo resolveremos, como una familia.

"Y llevaré a los niños a la escuela, les diré adiós con la
 mano y agradeceré a mis estrellas de la suerte por esa noche."

Mi día iba bien hasta que Charlie me llamó diciendo que Bella había tenido un accidente, no lo pensé dos veces antes de correr al hospital, mi corazón latía desesperadamente ante la idea de que mi sobrina estuviera lastimada. Desde que llegó a Forks, las dos nos habíamos vuelto muy cercanas, hasta el punto en que la chica me contó todo, incluso sus problemas con Edward.

Corrí a través de las puertas de la sala de emergencias y suspiré de alivio cuando vi a la chica en una de las camillas, luciendo bien.

―¡Bella!

Corrí hacia ella y la abracé fuerte, ignorando sus quejas.

―Tía, estoy bien.―murmuró.―En serio, no tengo nada roto ni herido.

Me alejé de ella e hice un análisis rápido, porque Bella era muy buena mintiendo para ocultar problemas de salud.

―Querida...

―Está bien, tuvo suerte.―se escuchó la voz de Carlisle, llamando mi atención.―Ya hemos hecho la mayoría de los exámenes y tu hermano está firmando los documentos para que le den el alta ahora.

Suspiré aliviada.

―Gracias a Dios.

Carlisle sonrió y me dio un beso rápido en la frente, al segundo siguiente, se escuchó una toz.

―Entonces... eres el novio de mi tía.―comentó Bella.

―Lamento que hayamos tardado tanto en conocernos.―respondió Carlisle.―Pero he estado ocupado con asuntos familiares. Clary habló muy bien de ti, es una tía orgullosa.

Puse los ojos en blanco.―Bobo.

Bella se mordió el labio inferior.―Edward me salvó.―dijo de repente.―Se interpuso entre el auto de Tyler y yo, lo cual fue extraño porque habría jurado que estaba al otro lado del estacionamiento.

Intercambié una mirada rápida con Charlie, luego me acerqué a Bella, acariciando su cabello.

―Cariño, debes estar en shock.―dije con calma.―Cuando pasamos por un momento traumático, podemos terminar imaginando cosas y creyendo con todo nuestro corazón que es real.

Ella hizo una mueca.―No me lo imaginé.

―Tal vez tengas una conmoción cerebral.―continué, ignorándola.―Carlisle, ¿tiene una conmoción cerebral?

Bella resopló mientras mi novio intentaba ocultar una sonrisa.

―No, pero nunca puedes ser demasiado cauteloso. Puedes ir a buscar a tu hermano mientras le doy algunas instrucciones a Bella, ella recibirá un certificado y podrá quedarse en casa durante los próximos días.

Acepté y le di un beso rápido en los labios, luego salí de la sala de emergencias y caminé por los pasillos en busca de mi hermano, pero en lugar de encontrar a Charlie, terminé encontrando a Edward y Rosalie. Sin pensarlo mucho, me acerqué al chico y lo rodeé con mis brazos en un fuerte abrazo.

―Gracias, gracias, gracias.―susurré.

Edward se tensó por un segundo, pero me devolvió el abrazo.

―¿Por qué me agradeces, Clary?

Me alejé, ignorando el hecho de que mis ojos estaban llorosos.

―Por salvar a Bella.―expliqué, respirando profundamente para intentar controlarme.―No sé qué hubiera pasado si ella hubiera... si le hubiera pasado algo peor, así que gracias, de verdad.

Rosalie miró hacia otro lado.―Clary, sé que ella es tu familia, pero...―suspiró.―Edward casi nos compromete hoy, por culpa de ella.

Entendí la reticencia de Rosalie con Bella, había escuchado algunas partes de pasado de la rubia que me hicieron entender las razones por las que actuaba de esa manera. En ciertas partes, pude identificarme con lo que ella había pasado.

―Puede que desconfíen de Bella, pero estoy segura de que no se lo contará a nadie.―dije seriamente.―Si confían en mí, entonces pueden confiar en ella.

Edward frunció el ceño.―¿Cómo puedes tener tanta confianza en Bella?

Forcé una sonrisa.―Es mi sobrina y la conozco desde que nació.―respondí, encogiéndome de hombros.―Sé que no puedes leer su mente, pero si pudieras, descubrirías que Bella rara vez piensa en sí misma, siempre prefiere ayudar a los demás y tiene miles de cualidades, es una buena chica y tiene un corazón inocente.

Él miró al suelo, pensativo, así que miré a Rosalie.

―Por favor, denle una oportunidad a Bella.

Rosalie no parecía contenta con mi petición, pero suspiró suavemente y se acercó.

―Estás hecha un desastre y tienes todo el maquillaje corrido.―comenzó, forzando una sonrisa.―Tenemos que arreglar esto.

Antes de poder responder, sentí una mano en mi cintura y supe que Carlisle estaba allí. Cerré los ojos ya apoyé mi espalda contra su pecho mientras él me abrazaba.

―A pesar de todo lo que pasó hoy, estoy orgulloso de ti, Edward.―comentó.―Hoy salvaste la vida de alguien inocente. Como he dicho antes, si alguien es importante para Clary, entonces también es importante para nosotros, porque Clary es familia.

Puse mi mano sobre la mejilla de Edward y la acaricié suavemente.―Eres un buen chico, querido.―susurré, llamando su atención.―Deberías dejar de pensar que eres un monstruo.

Él me miró con sorpresa.―¿Cómo...?

Me encogí de hombros.

―Tengo un talento especial para saber cuándo algo molesta a alguien, simplemente lo sé.

Rosalie tomó mi mano.

―Vamos al baño y a arreglarte el maquillaje.

Le di una pequeña sonrisa y dejé que me llevara al baño, sabiendo que esa era la forma que tenía la chica de demostrar que le importaba.

El baño estaba vacío cuando entramos y me paré frente al espejo, dándome cuenta de que realmente parecía un completo desastre, había llorado camino al hospital y ni siquiera me había dado cuenta. Respiré profundamente y abrí el grifo, luego recogí un poco de agua en mis manos y me lavé el rostro.

―¿Clary?

Miré a la chica, que parecía insegura, lo cual no le sentaba bien a Rosalie.

―¿Qué pasa?

Ella se apoyó en el fregadero mientras me observaba.

―¿Realmente renunciarías a una vida humana llena de oportunidades donde podrías tener hijos y todo, sólo para estar con Carlisle?

La pregunta no me sorprendió, sabía que vendría en algún momento.

―Sabes, nunca me detuve a pensar en esto del amor hasta que lo conocí.―admití, mirándome al espejo.―Carlisle tiene una forma única de ganarse a la gente, es especial y tiene más corazón que la mayoría de las personas que he conocido. No diré que quiero convertirme en uno de ustedes con todas mis fuerzas, quiero quedarme como soy mientras tenga la oportunidad, pero cuando suceda, sé que seré feliz, porque tendré al hombre que quiero, amor y a todos ustedes.

Rosalie miró hacia otro lado.

―¿Entonces nos consideras tus hijos?

Le di un golpecito en la mejilla.

―No voy a forzarme a asumir un papel tan importante como ese.―respondí lentamente.―Pero estaré aquí para lo que necesites, ya sea una compañera de compras o incluso para jugar videojuegos con Emmett, aunque sea terrible en eso.

Una tímida sonrisa apareció en su rostro.

"Cuando miraste por encima de tu hombro, por
 un minuto, olvidé que soy mayor. Quiero bailar contigo ahora, oh."

―Voy a decir algo y sé que va a sonar una locura.―dijo Bella, irrumpiendo en mi habitación en mitad de la noche, haciéndome saltar del susto.―Pero acabo de leer una teoría bizarra que tiene mucho sentido y...

Me senté en la cama y me froté los ojos, luego miré el reloj digital con números neon rosa que estaba en la mesa al lado de mi cama.

―Bella, son las tres de la mañana.―murmuré y luego bostecé.―Sea lo que sea, ¿no puede esperar hasta mañana?

Ella se sentó a mi lado en la cama, empujándome aún más hacia un lado.

―Creo que los Cullen son un tipo de vampiro, llamados "fríos".―susurró, su expresión era lunática.―Lo cual es una locura, porque los vampiros no deberían existir, sé que debes pensar que soy rara, pero hay varias cosas que me hacen creer en esa teoría, pero necesitaba hablar contigo, después de todo estás saliendo con Carlisle y...

Me volví a recostar y cerré los ojos por un momento, sin creer que esto realmente estuviera sucediendo.

―Bella...

―Primero, la piel de Edward es tan fría como el hielo, segundo, todos son súper pálidos y extrañamente guapos, tercero, nunca he visto a ninguno de ellos comer, cuarto, está esa cosa de la súper fuerza, como, francamente, no hay manera. Detuvo esa camioneta con solo una explosión de adrenalina.

―Bella, tienes razón.―dije queriendo dormir.―Son vampiros, ahora cállate y déjame dormir. Si no duermo bien, mañana no serán los vampiros los que tendrán que temer, sino el monstruo en el que me convertiré.

Sus ojos se abrieron.

―¿Entonces realmente son vampiros?

La miré, conteniendo cada impulso que tenía de tirarla de mi cama.

―Acabo de decir eso, ¿no?―me quejé de mal humor.―Descubriste el secreto familiar, ahora sé buena sobrina y déjame dormir, hablaremos más de esto mañana.

Bella estuvo de acuerdo, pero en lugar de levantarse e ir a su habitación, simplemente se acomodó en la cama y se metió bajo las sábanas.

―Eh... ¿Bella?

―Voy a dormir aquí.―susurró.―Luego, cuando nos despertemos por la mañana, fingiremos que esto no sucedió.

Puse los ojos en blanco y me acomodé nuevamente en la cama, cerrando los ojos.

―Lo que sea.

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