SEIS: Bella

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CAPÍTULO SEIS
BELLA.
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Me enfrenté a la pared en la sala mientras esperaba que Charlie regresara con su hija, Bella que de repente había decidido venir a vivir a Forks, al parecer la decisión estaba relacionada con el nuevo matrimonio de su madre.

Había arreglado la habitación de Bella, comprado muebles nuevos e incluso puesto allí mi vieja computadora, ya que Carlisle me había regalado una nueva, a pesar de que dije mil veces que no necesitaba gastar dinero en mí de esa manera. También pinté las paredes del dormitorio en un tono violeta claro y dibujé algunas flores con la ayuda de Alice y Rosalie, a quienes les encantaba una excusa para crear un proyecto de decoración.

Hice lo mejor que pude para que el lugar fuera cómodo para mi sobrina para que a ella realmente le gustara el lugar.

―¿Emocionada de ver a tu sobrina?―preguntó Carlisle al otro lado de la línea.

Suspiré suavemente y fui a la cocina, sirviéndome un vaso de jugo. Estaba en uno de esos turnos de veinticuatro horas que a mi me parecían una eternidad.

―Más o menos, la amo con todo mi corazón, pero tengo miedo de que le rompa el corazón a mi hermano.―murmuré, sorbiendo mi juego mientras lanzaba miradas ansiosas por la ventana de la sala.―¿Y si a ella no le gusta la nueva habitación? Sé que Alice aseguré que le encantaría, pero las opiniones pueden cambiar.

Carlisle se rió suavemente y cerré los ojos, disfrutando del sonido.

―Amor, no hay nada de qué preocuparse, ella sabe que preparaste todo con amor y le gustará, tienes buen gusto.―respondió suavemente.―Confía en ti. Si puedes manejar a mis hijos, no deberías ser ajena a tratar con tu sobrina.

Algunas cosas habían cambiado desde que me enteré de que eran vampiros, pero ahora me sentía realmente cómoda con él y su familia, no había secretos entre nosotros, incluso Jasper estaba empezando a abrirse conmigo.

Sabían mi opinión sobre convertirme en vampiro, ya había hablado con Carlisle al respecto. Él sólo podía cambiarse como último recurso, si me estaba muriendo y no había otra opción para salvar mi vida, a pesar de que la idea de ser joven y hermosa para siempre era tentadora, todavía amaba ser humana y solo la idea de tener que comer animales me daba ganas de vomitar.

―Es fácil decir confía en ti mismo.―murmuré, desanimada.―Te extraño.

―Puedo recogerte mañana en la universidad y llevarte a almorzar, ¿qué te parece?

Fruncí el ceño.

―Me encantaría, pero llevaré a Bella a almorzar después de la escuela... ¿Podría ser pasado mañana? Puedo empacar mis cosas y pasar el fin de semana en tu casa.

―Será un placer tener tu compañía, mi amor.

Antes de que pudiera responder, escuché el sonido del auto de policía de Charlie, habían llegado.

―Te llamo más tarde, te amo.

―Yo también te amo, querida.―respondió y yo sonreí como una idiota.

Colgué el teléfono y respiré hondo, preparándome para ver a mi sobrina adolescente. Corrí hacia la puerta y salí de la casa, viendo a Bella salir del auto mientras sostenía un cactus.

¿En serio? ¿Un cactus?

―¡Bella!

Una sonrisa tímida apareció en su rostro y me acerqué, abrazándola fuerte, el cual ella lentamente de devolvió.

―Hola, tía Clary.―murmuró Bella.―Te extrañé.

Me alejé un poco de ella y le sostuve la cara, mirando todo con atención.

―Estás más pálida desde la última vez que te vi, irónico, considerando que soy yo quien vive en este lugar desconocido para el sol.―bromeé al ver crecer su sonrisa.―Juro que le dije a Charlie que te recogiera en mi auto y no con el auto de policía, pero ya sabes cómo es.

Charlie resopló.―¿Qué tiene de mal el auto?

Puse los ojos en blanco.

―Bella es una adolescente, lo último que quiere es viajar en el auto de policía.―le expliqué por décima vez.―No sé si Charlie te lo dijo, pero arreglé tu habitación, espero que te guste.

Bella se sonrojó.

―Tía, no hacía falta...

―Tonterías.

La agarré de la mano y la empujé hacia el interior de la casa, subimos las escaleras y yo fui a la habitación frente a la mía. La dejé abrir la puerta y observé su reacción, estaba muerta de miedo de que no le gustara.

―Oh, me gusta el morado.―dijo Bella, pareciendo gustarle lo que vio.―Me gusta el cuadro, ¿lo hiciste tú?

Intenté reprimir una sonrisa orgullosa.

―Tuve ayuda de mis hijastras, una de ellas tiene un talento impresionante para el dibujo.―admití emocionada.―También compré una cama nueva, ropa de cama a juego y allí está mi vieja computadora que puedes usar, ya que compré una nueva.

Rápidamente se volvió hacia mí y entrecerró los ojos.

―Charlie me habló brevemente de tu novio, no parecía contento con eso.―murmuró mirándome con curiosidad.―¿Cómo es?

Me senté en el borde de la cama y ella pronto colocó el cactus sobre la mesa y se sentó a mi lado.

―Guapo, inteligente, sexy... también es médico y tiene cinco hijos adoptados que rondan tu edad.―suspiré suavemente.―Bella, creo que es el hombre de mi vida.

Su sonrisa creció.

―Me alegra saberlo. De verdad, mereces ser feliz, tía.

Le toqué las costillas, haciéndola reír.

―¿Y tú? ¿Dejaste un novio atrás?

Su rostro se volvió de un intenso rojo.

―¡Tía!

―¿Qué? Fuiste tú quién empezó con el asunto.―acusé, luego comencé a reír, sin poder contenerme.―Está bien, me detengo con las preguntas.

Ella miró hacia otro lado.

―No había ningún chico.

Charlie entró a la habitación cargando los bolsos y nos miró a las dos, entrecerrando los ojos.

―¿Sobre qué están ustedes dos susurrando ya?

Puse los ojos en blanco.

―Estoy recuperando tiempo con mi sobrina.―refunfuñé, luego volví a mirar a Bella.―Logramos agregar otro baño durante la última renovación de la casa, así que ahora no tendrás que compartir el baño con dos personas, solo conmigo.

Antes de que pudiera decir algo, el sonido de una bocina llamó nuestra atención y rápidamente miré por la ventana, notando que Billy y Jacob habían llegado con el monstruo naranja.

―Ah, llegaron Billy y Jacob.

Charlie sonrió.

―Bella, ven, tengo una sorpresa para ti.

Salió de la habitación emocionado y miré a Bella, quien me observaba vacilante.

―¿Cuál es la sorpresa, tía?

Suspiré suavemente y puse mi brazo sobre sus hombros, sacándola de la habitación.

―Un monstruo naranja.

Bella frunció el ceño.

―¿Qué?

Salimos de la casa y rápidamente fui sorprendida por Jacob, abrazándome y levantándome del suelo, la nueva costumbre que había adquirido solo para decir que era lo suficientemente fuerte como para poder levantarme.

Chicos.

―¡Mocoso, bájame ahora antes de que te avergüence!

Me dejó en el suelo, con una mueca en el rostro.

―Clary...

―Bella, ¿recuerdas a Billy Black?―preguntó Charlie.

Por la expresión en el rostro de mi sobrina, tenía grandes dudas de si realmente recordaba al hombre, pero forzó una sonrisa.

―Sí, te ves muy bien.

Billy sonrió.

―Todavía bailo.―bromeó.―Me alegro de que estés aquí, Charlie no ha dejado de hablar desde que dijiste que vendrías.

Mi hermano se sonrojó.

―Si sigues exagerando te tiro al barro.

―¡Después de que te golpee el tobillo!

Los dos comenzaron a jugar y me mordí el labio inferior para no sonreír, nunca cambiarían.

―¡Vamos Billy! ¡Ve por él!

Miré el teléfono por un momento, dándome cuenta de que Alice había enviado un mensaje que decía "Te lo dije", me reí suavemente y rápidamente escribí una respuesta, "gracias, hada".

Vi a Charlie decirle a Bella que el monstruo naranja era su regalo de bienvenida y, para mi total sorpresa, a la chica pareció gustarle mucho.

―¿Estás seguro de que le gustó?

Billy sonrió.

―Te dije que conozco a la gente joven.

Todos empezaron a entrar a la casa, pero antes de que pudiera hacerlo, Billy tosió.

―Clary, ¿te importaría acompañarme a la tienda de la esquina? Quiero comprar unas cervezas para ver el partido.

Acepté lentamente, encontrándolo repentino.

―Bueno.

Los dos comenzamos a caminar hacia la tienda y sentí que Billy estaba extraño de una manera que no podía explicar.

―¿Pasó algo?

Él suspiró.

―Mira, eres familia para mí, Clary.―comenzó a decir.―Te vi crecer y ayudé a Charlie en tu fase rebelde, lo que voy a decir es solo para protegerte... Me enteré de tu relación con Cullen y...

Tardíamente me di cuenta de lo que estaba pasando, Carlisle me advirtió que podía pasar, pero no le creí.

―Billy, sé lo que son.―susurré, lo que le sorprendió.―Y realmente no me importa, realmente me gusta Carlisle como nunca me ha gustado nadie más.

Billy hizo una mueca.

―Sí, tenía miedo de que dijeras eso.

Dejé de caminar y me volví hacia él, colocando una mano sobre su hombro.

―Ya hablé con Carlisle y no tengo intención de volverme como ellos.―dije seriamente.―Esto sólo sucederá como último recurso, sólo si no tengo otra opción... Me gusta ser humana, ser normal.

Me miró por unos momentos.

―Espero que te trate bien.―dijo finalmente Billy.―Mereces ser feliz, incluso si es con alguien que definitivamente no apruebo.

"Sabía que te necesitaba pero nunca lo mostré."

Bella se subió al auto en silencio después de su primer día de clases, conduje hasta el restaurante más cercano donde ambas almorzaríamos.

―¿Cómo fue tu primer día de clases?

Se mordió el labio inferior y le dio una breve mirada antes de volver a concentrarme en la carretera.

―Normal.―murmuró.―Ya sabes, soy la chica nueva, así que yo era la comidilla.

Fruncí el ceño, recordando cómo reaccionabas los estudiantes cuando llegaba un nuevo estudiante, algo extremadamente raro que sucediera en Forks.

―Te advertí que sucedería. ¿Hiciste algún amigo?

No me tomó mucho tiempo llegar al restaurante, estacioné el auto y salí de el con Bella, corriendo hacia adentro para tratar de no mojarme debido a la lluvia.

―Sí, más o menos.―respondió ella, mientras nos sentábamos en una mesa.―Tía, ¿puedo hacerte un pregunta?

La miré sonriendo.

―Por supuesto que puedes, cariño.

Parecía nerviosa y me pregunté qué había pasado para que estuviera así.

―¿Sales con el Dr. Cullen?

Me tomó unos segundos entender hacia dónde iba esta conversación, Jasper ya había mencionado la forma molesta en que eran los otros estudiantes de la escuela, inventando miles de chismes sobre la familia Cullen.

―Puedes llamarlo Carlisle.―dije sonriendo a la chica.―Y sí, salgo con él. ¿Has conocido a mis hijastros?

Bella se movió incómodamente en su asiento.

―Sí, son los populares en la escuela, totalmente inaccesibles para los demás estudiantes.―respondió ella, en voz baja.―Uno de ellos, Edward, es mi compañero en la clase de biología...

Asentí lentamente.

―¿Ah, de verdad? Esto es increíble. Ed es tan encantador, ustedes se llevarán muy bien y...

―En realidad, él me odia.―Bella me interrumpió.―Como si oliera, ¿sabes? Salió corriendo cuando terminó la clase y cuando fui a la secretaría a entregar un papel, descubrí que estaba intentando cambiar de clase.

No tenía idea de qué había pasado para que actuara de esa manera, pero rápidamente encontré una excusa.

―Oh, le advertí a Carlisle que no manejaría bien todo este asunto.

Ella frunció el ceño.―¿No manejaría qué?

Dejé escapar un profundo suspiro e hice una expresión triste.

―Hace dos días su tía biológica, una de sus últimas parientes vivas, murió a causa de cáncer.―susurré, mirando a mi alrededor para asegurarme de que nadie estaba prestando atención a nuestra conversación.―Le advertí a Carlisle que no lidiaría bien con el duelo. Desde que se enteró de lo sucedido, Ed ha estado actuando de manera extraña.

Bella asintió, pareciendo comprender.

―No lo sabía, ya estaba pensando que le había hecho algo.―suspiró luciendo aliviada.―Lamento lo de su tía.

No te sientas mal, no existe.

―Ahora cambiemos de tema... ¿Qué quieres comer? Tienen algunos buenos platos vegetarianos, si quieres probarlos.

Ella dio una pequeña sonrisa.

―Lo que tú recomiendes, tía.

"Solo di que no te irás,
solo di que no te irás."

―¡Edward Anthony Masen! ¿Dónde diablos estás?

No pasó mucho tiempo para que el chico apareciera, al igual que todos los demás Cullen. Me miró completamente confundido, luego leyó mi mente y suspiró, tirándose en el sofá.

―No quiero hablar de eso.

―¡Clary, está pensando en irse!―acusó Alice.

Respiré hondo y les indiqué que me dejaran sola con el chico, lo cual hicieron rápidamente. Me senté al lado de Edward en el sofá y coloqué una almohada en mi regazo, dándole palmaditas para indicarle que debía recostar su cabeza allí, solo me miró fijamente por unos momentos antes de rendirse.

―¿Qué pasó, querido?

Estaba tenso, así que le acaricié el pelo.

―Bella es mi cantante, es como si su sangre me cantara, fue horrible.―susurré nervioso.―Pensé que iba a matarla, perder el control, pero luego recordé que ella es tu sobrina y te preocupas por ella. Pero... no sé si puedo soportar estar cerca de ella.

Continué acariciando su cabello, sin dejar que me afectara.

―¿Qué decía Alice sobre que querías irte?

Edward suspiró.

―Estaba pensando e ir a visitar ese otro clan de vampiros del que somos amigos, tratar de aclarar mi cabeza.

No me gustó escuchar eso, pero lo entendí.

―Está bien.―susurré.―Está bien si quieres alejarte un rato cariño, debes estar sintiendo varias cosas al mismo tiempo.

Él me miró.

―¿Crees que si?

Le sonreí.―Yo también fui una adolescente llena de problemas que solo quería un poco de paz, nadie te juzgará por alejarte... Mientras me prometas que volverás.

+5 COMENTARIOS PARA PRÓXIMO CAPÍTULO :)

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