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CAPÍTULO DOS
DÍA DE MALA SUERTE.
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Escribí una palabra, azarar, parecía completamente enamorado de la familia Swan, era la única explicación para ese maldito e infernal día. Todo empezó con una lluvia muy fuerte y un conductor idiota que perdió el control de su auto y me atropelló cuando llegaba a la universidad, no me lastimé, pero mi auto estaría inservible por unas semanas, Por eso terminé llegando tarde y perdiéndome la mitad de la primera clase, lo cual fue un asco, porque la próxima semana hay un examen de esa materia, para colmo, cuando llegó la hora del almuerzo descubrí que se me había olvidado la merienda y me vi obligada a comprar algo en la cafetería de la universidad, que era muy caro.

Y, como si todo eso no fuera suficiente, Charlie se había quedado atrapado en la estación de policía y no podía recogerme, así que me vi obligada a tomar el autobús de regreso de la universidad, pero el autobús no pasaba por mi calle, así que tuve que caminar unas cuantas cuadras bajo la lluvia. Incluso usando un impermeable, todavía me sentía completamente empapada.

Desafortunadamente no era mi día.

Cuando finalmente llegué a casa, ni siquiera pude descansar después de ese día de mierda, porque le había prometido a Billy que cuidaría de Jacob para que pudiera solucionar algunos problemas con el personal de la reserva. Y sabía que no sería sólo Jacob, porque cuando me di cuenta, habrían varios adolescentes a mi alrededor poniendo a prueba mi paciencia, como siempre les encantaba.

Tal vez podría convencer a Leah y Sam para que me hicieran compañía.

Escuché una bocina y miré hacia un lado, notando un auto lujoso conduciendo extremadamente lento a mi lado. La ventana se abrió, haciéndome darme cuenta de que era el Dr. Cullen quien estaba allí, mirándome con una expresión preocupada.

―¿Señorita Swan? ¿Quieres que te lleve?

―Oh, lo aceptaré.

Caminé y me senté en el asiento del pasajero, Carlisle inmediatamente encendió la calefacción del auto, de lo cual estaba profundamente agradecida.

―Deberías tener más cuidado, podrías acabar pillando la gripe si caminas sí bajo la lluvia.―dijo con una expresión seria en el rostro.―¿Por qué caminabas?

Y me desplomé en el asiento, tratando de ignorar el hecho de que estaba mojando su auto, lo que debía costar una fortuna. Los autos caros no eran comunes en Forks, la mayoría de las personas tenían autos simples o camionetas viejas, ya que a nadie le quedaba mucho dinero para invertir en autos.

―Tuve un problema con mi auto y mi hermano no pudo recogerme de la universidad.―dije, tratando de resumir lo más posible la situación.―No es mi día de suerte.

Carlisle asintió, entendiendo.

―Tú y tu hermano parecen cercanos.

―Nací cuando nuestros padres eran viejos, un "milagro", como decían, así que Charlie prácticamente asumió el papel de criarme. Cuando murieron, me vine a vivir con mi hermano y su esposa en ese momento.―le expliqué, todos en la ciudad conocían mi historia.―Lo siento por Charlie, porque yo era una adolescente terrible.

Me miró de reojo y luego rápidamente volvió a concentrarse en la calle.

―¿Una adolescente rebelde? ¿Qué te hizo cambiar?

―Sí, me encantaba salir de fiestas y beber en la reserva con mis amigos, no me importaban tanto los estudios, peor intentaba ser normal... Pero todo cambió después de que Charlie y su esposa se separaran, me di cuenta de que mi hermano ya tenía suficientes cosas de qué preocuparse, especialmente en los años siguientes, que no podía visitar a su hija, así que comencé a seguir la línea. Me puse de cara a los libros y comencé a tomar clases adicionales para obtener créditos y entrar a una buena universidad.

Me sorprendió que Carlisle parecía realmente interesado en el tema y me escuchara atentamente.

―Estás estudiando para ser veterinaria, ¿no?

―Si, me queda un año para graduarme.―murmuré sintiendo mi cara calentarse.―Estoy ahorrando dinero para comprar algún lugar en la ciudad y abrir una clínica.

Una pequeña sonrisa apareció en su rostro.

―Suena como un gran plan.

―Gracias.

La música comenzó a sonar por todo el auto y Carlisle sacó su teléfono celular de su bolsillo, sus ojos seguían enfocados en la carretera mientras respondía la llamada.

―Alice, ¿pasó algo?―preguntó, después de unos segundos, suspiró.―Ah, ya veo.. ya estoy llegando a casa, así que nos sentaremos a resolver esto, ¿vale?

Había una expresión amorosa en su rostro, lo que me hizo sentir curiosidad. ¿Estaba hablando con su novia? Era obvio que un hombre así no estaría soltero, Carlisle parecía el paquete completo de un novio perfecto, era guapo, exitoso y parecía tener dinero, además parecía una buena persona, ya que dedicaba sus días para salvar vidas.

―Está bien, nos vemos luego.

Colgó la llamada y volvió a guardar el teléfono en el bolsillo.

―Era mi hija.―explicó, luego hizo una mueca.―Ya sabes lo peligrosos que pueden ser los adolescentes aburridos, al parecer mis hijos terminaron arruinando el videojuego que compré la semana pasada.

Lo miré sorprendida.

―Ah, ¿tienes una hija?

―Hijos, en realidad son cinco.―sonrió Carlisle.―Son adoptados, pero los amo como si fueran mis hijos de sangre. Rosalie, Emmett, Alice, Jasper y Edward, son increíbles, la mayor parte del tiempo, pero piensan que Forks es aburrido, lo que los aburre, lo cual es algo peligroso.

Mis ojos se abrieron, ¿tenía cinco hijos adoptados?

Carlisle no parecía un anciano, claramente era más joven que Charlie, lo que hizo que el hecho de que de decidiera asumir esa responsabilidad por sí mismo fuera aún más sorprendente.

―Adoptar es una actitud hermosa.

―Mi corazón los eligió en el momento en que puse mis ojos en cada uno de ellos, supe que necesitaban una oportunidad.―murmuró.―Sabes, siempre creía que todos merecen una oportunidad, vivir y ser mejores personas. Creo que por eso me gusta tanto ser médico.

Me mordí el labio inferior, rezando para no mirarlo como un idiota.

―Pareces una buena persona.―admití, tratando de ignorar el hecho de que sentía que mi rostro se sonrojaba.―Desafortunadamente, el mundo actualmente está lleno de gente egoísta.

Me miró fijamente por un momento y luego volvió la vista a la carretera.

―Vine a Forks porque quería un nuevo comienzo para mí y mi familia, quería un nuevo lugar al que llamar hogar.

Le sonreí.

―Elegiste el lugar correcto, Forks es acogedor.

Cuando me di cuenta, Carlisle estaba deteniendo el auto y vi mi casa al otro lado de la calle, le sonreí.

―Gracias por el viaje, de verdad.

―Cuando lo necesites, señorita Swan.

Me congelé por un momento cuando estaba a punto de abrir la puerta y salir del auto.

―Clary, llámame Clary.

Él sonrió.

―Entonces tendré que pedirte que me llames Carlisle.

En ese momento, me di cuenta de que no pasaría mucho tiempo antes de que suspirara por él como cualquier otra mujer de la ciudad.

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