Red and Blue

                ⚠️¡Advertencia!⚠️

    Uso de lenguaje no apto para todo               público y mención de suicidio.

Narrador omnisciente 

La casa de los Blake estaba rodeada de silencio, al menos así se sentía para las dos hermanas, porque la realidad era que todo el vecindario se encontraba teñido de rojo y azul junto a un alarmante sonido de sirenas. El vecindario entero buscaba a Finney.

Wendy se encontraba sentada en el suelo, rodeada por una manta vieja mientras se hamacaba, su rostro estaba pálido y cuando Gwen apareció, el instinto de ambas fue abrazarse con fuerza como si la otra fuera a desaparecer. 

Ambas estaban en un trance, Gwen lloraba a mares en el pecho de su hermana y Wendy solo le acariciaba el cabello como solía hacer cuando algo le preocupaba. El señor Blake estaba ebrio mientras hablaba con la policía, Wendy solo pudo pensar en lo inútil y patético que se veía.

Estuvieron toda la noche despiertas, ambas soñaban conque él mágicamente volvería, pero no fue así y para ellas todo el maldito fin de semana fue una tortura, apenas comían o cruzaban palabras. 

El lunes en la mañana fue un amargo recordatorio de que su hermano no estaba, ellas parecían fantasmas arrastrándose por los pasillos de la escuela. Robin no se despego de Wendy, tampoco de Gwen, él no la soltó durante el almuerzo y mucho menos en los descansos. 

Para el ultimo descanso los tres chicos estaban sentados en el césped, Robin mantenía la cabeza de Wendy sobre sus piernas, sus dedos se enredaban en el rubio cabello. A él también le dolía como la mierda, todo el fin de semana estuvo buscando a su mejor amigo, pero ahora mismo debía cuidar de su chica y de su mejor amiga.

Bruce se mantenía alejado, primero porque no sabía como acercarse y segundo porque la rabia lo carcomía al ver a Robin Arellano junto a Wendy, quería que ella buscara consuelo con él y no con ese idiota.

...



Para su última hora, Wendy tuvo que correr detrás de Gwen ya que su hermanita acabo en la enfermería y luego solo salio corriendo del colegio, no entendía su comportamiento. Al llegar a casa Gwen no hablo, sin embargo espero con impaciencia a su padre y luego solo le pidió charlar. 

No era un secreto como murió su madre, Wendy la saco de la bañera y condujo el auto hasta el hospital, su padre solo estaba ebrio y dormido ese día. Gwen apenas tenía diez años en aquel momento y ella jamas olvidaría lo horrible que fue verla llorar, tampoco el como la ropa de Finney se llenaba de sangre mientras intentaba limpiar la bañera. 

Wendy cruzo sus brazos, manteniéndose junto a su hermanita mientras ella discutía con su padre, los malditos sueños otra vez eran la causa de todo el conflicto.

–Esto es sencillo, si tú no nos llevas donde Gwendolyn dice, yo misma la llevare y créeme que me importa una mierda lo que tenga que hacer para obtener las llaves del auto– La amenaza hizo temblar al hombre, su hija jamás le hablaba más que algunas palabras, entonces supo que debía apoyarlas al menos una vez.

Recorrieron todas las calles que su hermano podría haber tomado, todos los caminos posibles, buscando una casa con un árbol doblado, el reloj en el tablero del auto dio la una de la mañana y fue exactamente la hora en la que la mini búsqueda acabo.

Gwen intento protestar, pero la mano de su hermana sobre su muslo le hizo comprender que no debía hacerlo, porque Wendy se había cansado de confiar en otros para solucionar los problemas. 

En un silencioso pacto ambas se prometieron que encontrarían a Finney, ya no confiarían en los policías y mucho menos en su padre. 

...

Al día siguiente fue Wendy quien cito a todos los chicos en el club de ciencias, entre ellos Griffyn quien había querido ayudar, Gwen estaba pálida por mal dormir y Robin tenía horribles ojeras debajo de sus ojos. Fue una conversación rápida, Bruce dijo que podía prestar la bicicleta de su hermana para la búsqueda y él también recorrería las calles durante la noche, todos buscarían a Finney.

–Entonces está decidido, nos dividiremos y de esa forma cubriremos más terreno, usaremos los walkie talkie de Griffyn y nos avisaremos si algo sucede– Gwen hablaba con poca paciencia, se sentía desesperada y al borde de un colapso, Robin sin embargo no quería que las chicas fueran solas pero luego de discutir con Wendy, decidió callarse. Bruce trazo unas lineas en el mapa de la ciudad, las calles que les correspondía a cada uno. 

El plan se puso en marcha esa misma noche, no podían perder ni un solo segundo más si querían encontrarlo con vida. 

...

Durante la noche amabas niñas escaparon por la ventana, la bicicleta de Amy estaba entre los arbustos junto con la que pequeña que los Blake habían compartido cuando eran más jóvenes, Wendy tomó la que le pertenecía a la joven Yamada.

–Gwen, quiero que recuerdes que te quiero y al mínimo peligro debes salir de donde sea que estés, no puedo perder a nadie más, ¿soy lo suficientemente clara?– La castaña asintió, sus ojos rojos de tanto llorar podían partir el alma de cualquiera. Ambas suspiraron y por un instante sintieron que Finney estaba junto a ellas, cuidándolas como siempre. 

Antes de partir, ajustaron sus radios, escuchando la joven voz de Griffyn del otro lado, él les indicaba que ya había salido de su casa y les pedía a todos tener cuidado. Wendy adoraba a ese niño, como un hermanito pequeño y adorable.

Esa fue la primera noche, los cinco recorrieron las calles oscuras, buscaban cualquier indicio que pudiese servirles. Nada funciono, no había ninguna camioneta negra y mucho menor algún árbol extraño, Wendy recordaba detenerse a la mitad de la calle y romper su voz en un grito de desesperación. 

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