Capítulo 4[EDITADO]
La jornada pasó rápidamente y para mi sorpresa, no estuvo tan aburrida. Con Spencer íbamos hacía la salida de la escuela, para por fin ir a casa.
Es tan típico que al de clases se forme una estampida de chicos que quieren salir con mucha prisa. Con Spencer nos encontrábamos en medio de toda la gente desespera por salir. Y en eso, Spencer si quererlo chocó con una chica.
—Lo siento tanto, no fue mi intención, perdón. —estaba nervioso, no quiso empujar a la chica, pero el montón de orangutanes lo empujó a él haciendo que el hiciera lo mismo con la chica enfrente de él.
—Fíjate más a la otra, idiota. —la chica se detuvo a mirarnos. Genial, era Alexia. —oh, qué adorable, la pequeña Simms tiene un amigo.
—¿Y qué tiene de malo que seamos amigos? Ella es genial. —dijo Spencer acercándose a mí.
—Sí, claro. Cómo no. Es una perra, querido. —rió sola de su propia broma.
No quería desgastarme en una persona como ella, pero de todas formas estaba lista para responderle, pero Spencer se me adelantó.
—Creo que la única perra acá, eres tú. Y ni yo ni ______ vamos a seguir discutiendo contigo, no nos vamos a rebajar a tu nivel.
Alexia se quedó sin palabras. No era algo que pasara muy seguido, así que realmente lo estaba disfrutando.
Una vez afuera del recinto, contábamos historias ridículas sobre cosas que nos habían sucedido en el pasado.
—Hey... Hmm, ¿hace cuánto que Alexia te molesta?
—Creo que desde que teníamos diez años. —le conté pensando. —pero no te preocupes, nunca me he tomado en serio realmente lo que ella me dice.
—Genial. Buena cualidad. No puede ofenderte si no viene de alguien que te importa. Me gustaría poder ser así.
—Oh, ¡No te preocupes por eso! Si alguien te llega a molestar, yo lo golpearé. —exclamé riendo, y él así lo hizo también.
Estábamos frente a la puerta de mi casa (y frente a la casa de Spencer) y yo estaba lista para entrar.
—¿Quieres venir a mi casa? —lo miré con cierta sorpresa. —Vamos, ¡di que sí!
—Bueno, está bien.
Cruzamos hasta al frente y vi a Spencer sacar un manojo de llaves de su mochila. Ocupó una llave para abrir el portón, y otras tres para abrir la puerta de su casa.
—Adelante, pasa. —lo miré algo insegura. No todos los días te invitan a pasar a una casa gigante e intimidante. —No están mis padres, solo algunos empleados.
Debía admitir que nunca había estado en una casa tan grande como esa. En serio. Fuera de broma, creo que mi casa cabía catorce veces en esta.
—¿Quieres comer algo? ¿Beber algo quizás? ¿Alguna cosa?
—No, gracias. Estoy bien.
—Bueno. Ven, subamos a mi pieza.
Me sorprendió ver que Spencer era cinco veces más fangirl que yo. Toda, en serio toda, su pieza estaba decorada con cosas que hacían referencia a Black Veil Brides. Pósters, dibujos, accesorios.
—Guau. Creo que me acabo de enamorar de tu habitación.
—Gracias. —parecía orgulloso. —tardé un tiempo en poder decorarla como realmente quería.
***
Escuchamos música y hablamos por un montón de rato, hasta que sentimos hambre y bajamos por algo de comer. Debía aceptar que sentía extraño el hecho de que me sirvieran todo. Se sentía incómodo tener tantos empleados rodeándote para esperar por si necesitabas algo.
Decidí que me iría a mi casa debido a que ya era bastante tarde y no tenía ganas de hacer enojar a mi madre. Spencer se ofreció amablemente a dejarme hasta la puerta de mi casa (como si estuviera muy lejos) y al llegar, hasta afuera se podían escuchar los gemidos de mi madre y de una voz masculina que nunca antes había escuchado.
—Mierda, no de nuevo. —había pasado antes, sí, un montón de veces y cada vez era más y más desagradable. Y lo peor, era que una vez que los amigos con derecho de mi madre se iban, ella se ponía el doble de lo desagradable que normalmente es. Y eso nunca me convenía a mí.
—¿No quieres quedar un tiempo en mi casa? —me miró ilusionado. —Este ambiente no te hace del todo bien y además te sirve para cambiar un poco de la misma rutina. ¿Qué dices?
Cualquiera pensaría que si un chico te ofrece eso es una indirecta segura para tener sexo. Pero Spencer era gay así que eso jamás pasaría. Además, tenía razón, me servía para cambiar un poco de aires.
—Acepto. Pero solo será hasta que ya me haya relajado un poco y esté lista para volver. ¿Trato hecho? —le extendí la mano.
—Trato. —me dio un delicado apretón.
Lo pensé mejor y me di cuenta de que no tendría con qué vestirme los próximos días.
—Spencer ¿Y qué hago con la ropa?
—Bueno, nos vestimos bastante parecido así que puedes usar lo que ya no me quede. Y el resto lo compraremos durante la semana. ¿Te parece?
—Bien por mí.
***
Estábamos ya dentro de la enorme casa y Spencer me había dado todo un recorrido por el lugar antes de mostrarme la habitación donde yo me iba a quedar. Creo que solo esa habitación era del tamaño de toda mi casa.
—Spencer. ¿Tus padres no se molestarán o algo por el hecho de que yo me vaya a quedar aquí?
—No, de hecho probablemente lloren porque creen que en verdad no tengo ningún amigo. No te preocupes.
Ordenamos un poco el lugar donde me quedaría y luego Spencer dijo que sería buena idea bajar a saludar a sus padres que recién habían llegado.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top