Capítulo 27


Habían pasado un par de semanas desde que había conocido a mi padre. Habían sido las mejores semanas que había tenido. Tenía una hermana, un padre y a Andy.

No tenía idea de qué sería de la vida de mi madre y, sinceramente, no me importaba. Tenía todo lo que necesitaba. 

Pasaba últimamente mucho tiempo con mi padre. Solía cantarme y tocar algo de guitarra. También me obligaba a sentarme junto a él a ver películas de vaqueros de los años sesenta durante horas todo el fin de semana. Juliet se veía feliz de poder cocinarle a tanta gente, y Andy, por su lado, también estaba muy feliz y se dedicaba en sus tiempos libres a componer con los chicos temas nuevos para el próximo álbum. 

En cuanto a la enfermedad que mi padre tenía, yo aún no estaba enterada de en qué consistía. Y nadie parecía mencionarlo y él no se mostraba mal para alguien enfermo. Pero Andy lo miraba y cuiada a cada segundo como si por una corriente de aire podría llegar a romperse. Juliet también lo miraba así.

—¡Mira! —gritó entusiasmado desde el otro rincón de la habitación. —¡Al fin encontré una fotografía mía cuando era joven! Ven a ver. —se la había pasado técnicamente toda la mañana buscando fotos de él de joven en viejos álbumes.

—Papá. ¿Cómo es posible que entre esos veinte álbumes de fotos no hayas encontrado ninguna tuya hasta hora?

—Juliet, te lo he dicho muchas veces. ¡Cuando joven amaba la fotografía! Me parecía una idea mucho mejor fotografiar un árbol qye fotografiarme a mí.

—Ven hija. —me llamó. —Siéntate para que veamos las fotos.

Juliet, que había estado cocinando algo, salió de la habitación luego de dejar algo que olía delicioso, en el horno.

—Papá... ¿Qué problemas de salud tienes?

No se sorprendió. Y si lo hizo, no lo demostró. Solo se arregló los anteojos que tenía para leer y aclaró la garganta.

—Si te refieres a por qué estoy en silla de ruedas, fue por un accidente. Me atropellaron en una carretera. Si te refieres a mis otros problemas, bueno, mi corazón no trabaja bien, a veces va muy lento y otras demasiado rápido, me impide hacer un montón de cosas.

—¿No hay alguna cura?

—Transplante. Si no, solo me qieda tomar los cuidados necesarios para que no se agrave. Nada más.

—¿Estás en la lista de transplantes? —lo sentí reír levemente.

—Querida, solo dan nuevos órganos a los jóvenes que lo necesiten. Yo ya estoy viejo y he vivido lo suficiente. No voy a pelear por un corazón.

—¿Por qué no? Pelea por él. Acabo de conocerte. ¡No quiero perderte tan pronto! ¡Es injusto!

—Linda, me habría encantado poder estar contigo desde que eras pequeña, pero no se pudo, y ya no hay como arreglarlo. Tampoco vamos a poder recuperar el tiempo perdido por mucho tiempo. Pero créeme, voy a aprovechar todos los segundos que le queden por latir a mi corazón, para estar a tu lado aunque sea solo viéndote respirar.

—No quiero volver a perderte. Menos tam pronto.

—El tiempo va a seguir avanzando, no se detiene por nadie. Solo nos queda aprender a aprovecharlo.

—Poder conocerte es de lo mejor que me pasó en la vida.

—Poder ver a mis dos hijas juntas me hace sacar fuerzas y ganas para seguir viviendo.

***

Narra Andy.

—Señor, necesito decirle algo realmente importante.

—Dime, ¿qué pasa, hijo? —tragué saliva. Era más fácil en mi mente. Por suerte tenía a Juliet conmigo. Le había comentado la idea y le encantó, dijo que estaría conmigo en lo que sea que necesitara.

—Como ambos sabemos... No quiero que suene tan duro pero... Solo es cosa de tiempo para que su corazón deje de funcionar. Aunque usted intente decirnos que está bien y que va a mejorar, eso no es lo que dice el doctor. —me miraba atentamente sabiendo que yo decía la verdad. —Y a mí me gustaría poder darle una gran felicidad, y a la vez una a mí, antes de que eso pase y su corazón deje de funcionar.

—¿Y cuál es tu idea, Andy?

—Quiero... Quiero su permiso... Quiero su permiso para casarme con su hija. —nunca había estado tan nervioso en mi vida, y eso que me pongo nervioso con facilidad.

—Ya era hora que pasaras a ser formalmente un miembro de la familia. ¡No sabes cuánto me alegra eso! ¡Por su puesto que tienes mi permiso y aprobación, hijo!

Sentí que el aire volvía a mis pulmones y al fin podía volver a respirar. ¡Qué alivio!

—Ahora simplemente hay que planear cómo voy a pedírselo a su hija, señor. —sonreí. —quiero que sea memorable.

—Hagas lo que hagas para ella será memorable. Ella te adora Andy. Son tal para cual.

Juliet, la cuál estando en la misma habitación había permanecido callada, estaba ahora dando saltitos por todo el lugar. Ella me ayudaría a organizar todo, ella es buena en ese tipo de cosas.




Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top