Capítulo 14
Jisung había deseado no haber permitido que Changbin lo visitara a su trabajo, le estaba colmando la paciencia y solo quería que se fuera para seguir haciendo los arreglos que un cliente había solicitado para esa tarde. Sentía una leve punzada en sus sienes ante todas las preguntas que su amigo le hacía y estaba a punto de echar a perder un ramo de no ser porque una pregunta en particular lo tomó por sorpresa.
— ¿Ya son novios? — Una pregunta tan sencilla, pero tan complicada.
Después de los besos compartidos, ¿En qué estatus los ponía? No parecía correcto tratarse como simples vecinos, amigos parecía corto para la confianza que ahora se tenían, pero entrar en una relación como novios parecía casi imposible, entonces ¿Qué eran? Anoche solo recordaba como Minho había sido tomado por los hombros y metido a su departamento por su amigo, mirándolo una última vez antes de desaparecer. Se había quedado frente a su puerta totalmente anonadado, por lo que había entrado y no había salido del lugar hasta que comprobó como el departamento del otro era vaciado por sus tres amigos ya pasadas de la medianoche.
Esperó algún mensaje por su parte, quería pensar que le avisaría sobre lo que había sucedido, o inclusive hablar sobre lo que había pasado antes de ser descubiertos. Su cabeza parecía estar a punto de explotar, porque en lugar de entrar a una clase de ensoñación donde repasaba los sucesos de aquella cita, solo podía preocuparse por lo que estaría ocurriendo después.
— No hemos definido aquello. — Se limitó a decir, queriendo ocultar que no se habían comunicado desde entonces.
Cuando Changbin iba a decir algo más, Mingyu interfirió entrando a la pequeña habitación donde se dedicaban a realizar los arreglos para su venta. Lo vieron con una mirada acusatoria, ¿Qué se supone que estaba haciendo ahí en lugar de estar en el mostrador?
— Ah, Jisunggie. — Colocó una mano sobre su pecho, fingiendo dolor. — ¿No escuchas todo lo que dices? Ese vecino tuyo es un patán de primera, ¿Tener una cita y luego dejarlo en suspenso? Apuesto que ni siquiera te contactó después, suena como todo un típico idiota.
Jisung frunció el ceño, ¿Qué era todo eso que estaba diciendo? — ¿Nos estabas espiando?
— No hablan precisamente bajo, disculpen. — Se excusó, encogiéndose de hombros.
— Y tú deberías de aprender a no escuchar, eso no es una excusa para haber espiado la conversación que tenemos. — Murmuró entre dientes, haciendo que Changbin se tensara ante la incómoda situación.
— Jisung, ¿De qué otra forma quieres entender que él no te quiere de la misma manera que tú lo estás viendo a él? Es imposible que él pueda verte como un potencial para pareja, tiene una hija y su ex de repente desapareció, pero eso no la hace impune que vuelva, ¿Crees que no querrá regresar con la madre de su hija, en lugar de estar contigo? Te lastimará, solo quiero evitar eso. Y si te besó, probablemente fue un impulso que tuvo, pero ¿Realmente crees que haya sido algo que haya pensando en hacer? Algo que haya deseado porque eres tú, no por como iba su cita. El solo está siendo amable porque eres amable con su hija, solo te está regresando todos los favores que le hiciste desde que llegó al edificio, pero dudo que en cuanto termine de pagarte siga con este teatro.
Apretó el papel del ramo entre sus manos, arrugándolo de tal manera que Changbin temió que lo rompiera. — Mingyu, ¿Es así tu nombre? Bueno, como sea, es mejor que te vayas de aquí y no sigas diciendo cosas que no te implican, ¿Bien? No tienes el derecho de opinar si no eres ninguna parte implicada, no conoces el panorama de las cosas y por tanto no creo que tu opinión siquiera pueda tomarse en cuenta.
— ¿No conozco el panorama? Su vecino es un hombre con una hija porque su mujer lo abandonó, está jugando con los sentimientos de Jisung confundiéndolo solamente cada día más. Debe de entender que él se está acostumbrando a su presencia, y cuando ese hombre como sea que se llame tenga lo suficiente de ese lugar, se largará una vez que se harte y encuentre algo mejor, ¿No está trabajando para esta empresa importante del centro? Es cuestión de tiempo para que le den un buen puesto, suba y gane mejor, ¿Y qué será lo primero que haga? Exacto, irse de ahí porque ese no es su lugar, no encaja ahí.
— Mingyu, cállate. — Jisung cerró los ojos, tratando de tranquilizarse aún y cuando el mencionado siguiera hablando.
— Saben que es verdad, saben que de esa manera van a suceder las cosas y cuando Jisung salga lastimado de ahí, se van a acordar de mis palabras y que siempre tuve razón.
— ¡Callate, maldita sea! — Estampó sus manos contra la mesa, dejando ir el papel del ramo que cayera al piso. Soltó una exhalación antes de rodear la mesa, colocándose a un lado suyo.— Es mi vida, yo decido de quién enamorarme y de quién depender, pero en todo caso, créeme que jamás recurriría a ti en esos casos, porque aquella cena que tuvimos no significó ningún cambio en nuestra relación como simples compañeros de trabajo, ¿Entiendes? Deja de meterte en mi vida, deja de interferir en lo que hago o juro que te reportaré con nuestro jefe y eso no les gustará ni a ti, ni al jefe y ni a mi.
Mingyu se quedó callado, sin siquiera voltear a verlo mientras lo sentía salir de aquella habitación. Changbin tomó sus pertenencias y salió detrás de Jisung por algo de aire, la hora de salida parecía eterna y no creía soportar estar un segundo más ahí encerrado con él si planeaba aún molestarlo con el tema.
Jisung se metió al callejón de a lado y se recargó en la pared, tratando de escapar de sus propios pensamientos. Quisiera o no, las palabras de Mingyu se clavaban en su mente, intoxicando un hilo de pensamientos que tenía que ver con Minho, su vida y su cita, ¿Por qué parecía ceder ante esos pensamientos? Suficiente tenía con todo lo que le rodeaba como para verse también afectado de ese modo.
— Sung, ¿Por qué no vas a casa para descansar? No será bueno que te quedes trabajado si no podrás concentrarte siquiera, es mejor que te vayas. — Sugirió su amigo mientras mostraba que traía sus pertenencias consigo.
— No puedo irme solo así, tengo que avisar a mi jefe que tengo que retirarme, pero no sé si conceda mi salida temprana. — Rascó su nuca, no convencido de irse.
— Intenta comunicarte con él, si acepta que te vayas temprano entonces te puedo acompañar, sino te puedo esperar hasta que salgas, no creo que estés en condiciones para estar solo en ese estado.
— ¿Tan mal me veo? — Cuestionó con un tono burlón, bajando la mirada.
— No es eso, solo que no estás concentrado en lo que te rodea y preferiría acompañarte antes de estar al pendiente de si llegas bien a casa. — Se acercó un paso, plantando sus manos sobre sus hombros, logrando que alzara la mirada para verlo. — No sé aún que tanto pudo haber pasado en aquellas citas, pero de lo que estoy seguro es de que tus sentimientos por él son genuinos, y si me lo permites decir, no creo que sean tan diferentes a como se siente él contigo. Solo ponte en su lugar, tener una hija muchas veces ya no te deja pensar en ti mismo, solo tienes ojos para aquella persona que depende de ti y solo de ti, no puedes culparlo si en ocasiones no es claro como se comporta o lo que dice, pero no se siente incómodo a tu alrededor, y si así fuera no creo que te hubiera besado frente a tu departamento tan pronto como decidieron despedirse, los ví, absolutamente todo desde mi puerta.
Jisung soltó una pequeña carcajada mientras trataba de apartar las lágrimas en sus ojos, demasiado sensible por todo y queriendo evitar llorar en la calle. Changbin lo apretó entre sus brazos mientras se aferraba a su cuerpo, necesitando consuelo suficiente para sentir que podía seguir con todo ello, no quería que alguien le diera una opinión en base al historial de Minho, sino una opinión que estuviera fundamentada con hechos más recientes, no con el pasado amoroso de él.
Tenía tantas preguntas por hacer, que ni siquiera sabía por cuál iniciar. Pero por ahora, solo pensaba en descansar, sentía tan pesado su cuerpo junto al dolor de cabeza que aún persistía que solo quería echarse en su cama y no saber de nada ni de nadie hasta el día siguiente.
Minho subió hasta su piso por medio de las escaleras debido a que el ascensor se encontraba averiado. Soltó una larga exhalación cuando llegó, Lía sonreía por sus gestos y daba suaves palmaditas sobre sus mejillas mientras él trataba de recuperar el aliento.
— Papá debe de retomar el ejercicio, cariño. En serio, debo de volver al ejercicio o a la siguiente que subamos caminando podría desmayarme. — Sonrió divertido por la situación, ¿Cuándo había dejado el ejercicio? Probablemente cuando se quedó sin dinero, sin casa y con una bebé abandonada, teniendo que dejar todas aquellas cosas que le mantenían en un ritmo constante en su vida para suplirlas por pañales, biberones y cuidados a una pequeña persona que dependía de el todas las horas horas del día, todos los días del año.
Sacó las llaves de su departamento y entró, dejando las cosas sobre la encimera de la entrada y caminó con Lía hasta la habitación. Se cambiaría por algo cómodo, revisaría que todo estuviera bien con Lía y luego iría a cenar, su estómago gruñó en señal de hambre y sonrió, buscando que ponerse mientras Lía había sido enjaulada a mitad de la cama con diversas almohadas a su alrededor.
Y mientras se cambiaba por algo más hogareño, no pudo desviar sus pensamientos a Jisung. Maldición, ni siquiera había tenido oportunidad de mandarle un mensaje desde que fueron descubiertos anoche por sus amigos, los cuales le habían hecho un sinfin de preguntas que su único objetivo era aclarar su mente.
Lo cual lo lograron, con fortuna. Minho aclaró sus sentimientos hacía Jisung tan pronto como había probado sus labios, ese era un hecho, pero decirlo en voz alta y frente a sus amigos lo hacía aún más real que todo.
Lee Minho se había enamorado de su vecino, Han Jisung.
Sonreía con tan solo recordar la cita de la noche anterior, anhelando poder pasar más tiempo con él. Al pricipio pensó que solo se trataba de lo acostumbrado que se encontraba por su compañía, todas las cenas compartidas después del trabajo, cuando lograran encontrarse fuera del edificio por alguna razón, todos los mensajes y llamadas compartidas, todo ello lo veía normal porque nada de ello le aceleraba el corazón, la personalidad de Jisung lo mantenía en total calma porque se sentía bien a su lado.
Hasta que la perspectiva cambió, ya no solo deseaba pasar tiempo con él, sino que de vez en cuando le ofrecía ciertas miradas que le hacían cuestionar, ¿Sus labios sabrían tan apetecibles como los imaginaba? ¿Sus manos encajarían tan bien como pensaba? Con cualquier roce de sus cuerpos reaccionaba de forma inmediata, necesitando más de ello. Sí, su anterior relación se trataba de una mujer con la cual tuvo una hija, pero eso no significaba que era reacio al amor que había surgido por Jisung, por su vecino.
Minho jamás se consideró cerrado de mente, él siempre se dispuso a amar y ser amado por igual, jamás imaginó limitarse de alguna u otra forma como fueran las circunstancias. El siempre descifró bien sus sentimientos, él sabía lo que sentía y por quién lo sentía, no había nada qué ocultar, ni siquiera pensó en que sería incómodo o grotesco por ningún momento, solo anhelaba seguir sintiendo ese amor y afecto por la parte contraria.
Necesitando hablarlo en persona, Minho llevó a Lía hasta la cocina, dispuesto a preparar algo ligero de cenar para poder comer con Jisung y así tener una conversación, la necesitaban para poder aclarar todo ello, además de poder sentirse tranquilos con la situación.
Una vez que la comida estuvo lista, pensó si era mejor avisarle para que fuera a su departamento, realmente estaría complicado maniobrar entre Lía y la comida, por lo que se dirigió a su celular para llamarle, pero ninguna llamada fue contestada. Extrañado por ello, decidió que era mejor ir hasta su departamento, de todas maneras no le costaba nada ir hasta allá y poder encaminarlo hasta su propio departamento, por lo que salió de ahí con su bebé en brazos, deteniéndose frente a la puerta antes de tocar con sus nudillos.
Una vez que la comida estuvo lista, pensó si era mejor avisarle para que fuera a su departamento, realmente estaría complicado maniobrar entre Lía y la comida, por lo que se dirigió a su celular para llamarle, pero ninguna llamada fue contestada.
Extrañado por ello, decidió que era mejor ir hasta su departamento, de todas maneras no le costaba nada ir hasta allá y poder encaminarlo hasta su propio departamento, por lo que salió de ahí con su bebé en brazos, deteniéndose frente a la puerta antes de tocar con sus nudillos.
Tardó un par de minutos antes de que la puerta fuera abierta, revelando consigo un Jisung que parecía estar agonizando mientras se encontraba envuelto en una cobija, un papel para sonarse la nariz y su rostro levemente sonrojado con una capa de sudor sobre su frente. Minho se preocupó de inmediato, ¿Qué había sucedido?
— ¿Minho? — Frunció el ceño, pareciendo imposible verlo frente a su puerta.
— Dios, Jisung. ¿Te encuentras bien? Te ves enfermo. — Alzó la mano para tocar su frente, sorprendiéndose de lo caliente que se encontraba. — Tienes temperatura, ¿Desde cuándo iniciaste sentirte mal?
Jisung balbuceó un par de cosas sin sentido, de las cuales Minho no alcanzó a distinguir ninguna sola palabra. En medio de una crisis como ella, entre saber si arriesgaba a Lía para cuidar a Jisung, o pedir ayuda sin siquiera a quién de sus vecinos y esperar a correr suerte, se debatió sobre qué hacer.
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