11

Después del inesperado y afortunado encuentro con Asui y de estar a punto de perder la vida, Ochako entró a un hospital, en cuanto llegó ahí un doctor la llamó para atenderla.

El doctor atendió la hemorragia, se encargó de sacar la bala. Después de dos horas Ochako finalmente salió del hospital junto con Asui, Ochako había apresurado el trámite, tenía que salir lo más rápido que pudiera del hospital, como si jamás hubiera estado ahí, tenía miedo de que esos hombres la encontrarán o ese hombre mandará a alguien más a buscarla.

—¿A dónde irás? —Le cuestionó Asui cuando ambas se encontraban en el auto camino a la casa de la peliverde.

—No lo sé… Quiero llamar a Izuku, pero no tengo con que, debo buscar un lugar donde quedarme apenas son las siete de la mañana. —  Explicó ochako.

—Quedate conmigo, llamamos a Izuku y sirve que me cuentas bien qué fue lo que ocurrió. —

Ochako la miró pensativa, no quería poner más gente en peligro, estaba agradecida con las personas qué le ofrecían su apoyo, pero ella mejor que nadie sabía que ese hombre era peligroso y no quería poner en peligro a nadie más.

—No, Asui muchas gracias, pero… —

—No. — Asui la interrumpió  con un tono de voz mucho más serio que sorprendió a la castaña.

—¿Cómo? —

—No aceptaré un no por respuesta, no te dejaré sola en alguna parte del distrito a tu suerte, eso no hacen los héroes y tampoco los amigos. — Miro por un momento con una sonrisa compasiva a Ochako.

Ochako no pudo evitar conmoverse por un momento pensó que estaría apunto de llorar de nuevo, pero esta vez se contuvo por vergüenza, solo escogió sonreír.

Al llegar a la casa de Asui las dos se sentaron en los sofás, estaban cansadas después de ese inesperado suceso.

— Se me antoja un té verde ¿Quieres uno? — Miro Asui a su amiga.

—Claro. —

Asui volvió a levantarse se dirigió a la cocina, sirvió agua en su cafetera y espero a que esta calentara.

—¿Qué hacías tan tarde en la calle? — Cuestionó Ochako, para no permanecer más tiempo en silencio.

—kero… Buscaba a un chico. — confesó Asui con vergüenza.

— ¿Eh? ¿¡En verdad!? ¿¡a quién!? — Ochako no pudo evitar su sorpresa, Asui era una mujer reservada en especial cuando se hablaba del amor, por eso le emocionaba saber que su amiga estuviera interesada en alguien.

— Tokoyami, me llamó porque estaba en guardia nocturna y me pidió que fuera a hacerle compañía, iba para allá cuando me encontré contigo. — Le explico Asui.

—Oh… Lo siento mucho Asui. —

—No te preocupes, él entenderá.—

El agua finalmente se calentó, Asui la sirvió en dos tazas por la mitad y puso un sobre de té verde en cada una, agregando azúcar justo después, tomó la cuchara y bateo de forma moderada el té para darle sabor, después se acercó a Ochako y le ofreció té.

—Toma, esto te ayudará. — Exclamó.

—Gracias. — Contestó Uraraka tomando el té entre sus manos.

Asui se sentó a su lado y observó a la joven chica, su apariencia se veía como ¿enferma? Eso le preocupaba. Había visto el video en el que ella exhibía públicamente el maltrato en su relación, desde entonces no había parado de escuchar críticas sobre ella, pero al mirarla frente a ella tan dócil y nerviosa, después de todo lo que ocurrió minutos atrás se daba cuenta de que Ochako realmente si estaba siendo maltratada por ese hombre, no es que antes dudará de ella era solo que de tantos rumores que escuchaba, sentía que faltaban huecos por llenar a la historia.

— ¿Quieres contarme qué ocurrió? Kero. — preguntó Asui con suavidad mientras se acomodaba al lado de la castaña.

Ochako tomaba su té observando a la de ojos grandes, suspiro con pesadez dejando a un lado su taza.

—Me separé de mi esposo… Estoy quedándome en casa de Yao-Momo ella es la que me ha estado ayudando con todo esto, junto con Izuku, han sido muy amables, estaba en la habitación pensando en qué hacer con todo este problema... — Su voz comenzó a escucharse frágil. — De pronto mi esposo me marcó y mandó a sus trabajadores por mí, probablemente para que me mataran. — cubrió su rostro y comenzó a llorar con desesperación, después de recordar todo aquello.

Asui se culpó a sí misma por preguntarle, debió haberla pasado bastante mal, se acercó a ella, la abrazó con fuerza sin pensarlo la consoló entre sus brazos.

—Estos últimos años han sido horribles. —Murmuró sumergida en el llanto la castaña.

—Entiendo, pero ya pasará. —Alentó Asui.

Ochako deseaba que todos esos buenos deseos que los demás tenía para ella se hicieran realidad, anhelaba la felicidad.

¿Acaso era algo que se buscaba?



Yao-Momo había salido de madrugada por una emergencia, así que cuando regresó a casa se encontró con la policía arrestando a un par de hombres que habían asaltado su casa.

— Por dios, oficial ¿Qué está pasando? — cuestionó la joven mujer.

— ¿Es la propietaria de la mansión? — Contesto con una pregunta directa el policía.

—Sí, yo soy la propietaria. — Afirmó Yao-Momo.

—Estos hombres entraron a su casa, un vecino llamó al darse cuenta, al parecer no robaron nada, tuvo suerte de no estar en casa esos maleantes traían armas de fuego en sus manos. —

Tras la explicación del policía Momo no pudo evitar preocuparse, porque inmediatamente el nombre que vino a su mente fue el de Ochako, ella estaba en la casa. Hizo a un lado a los policías que inspeccionaron  el lugar y entró con rapidez a la casa. Buscó con desesperación en cada cuarto esperando encontrar a Ochako pero no la encontró, pensó lo peor, rápidamente sacó su celular y marcó al número de Izuku este contestó de inmediato.

—Estoy ocupado ¿Qué Ocurre? — cuestionó el de cabellos verdosos.

—No encuentro a Ochako.—

—¿Qué? ¿Cómo? —

—Al parecer unos hombres asaltaron mi casa... Creo que ese hombre tiene algo que ver. — Explicó Momo con preocupación llevando su diestra a su frente estresada.

— Voy para allá no te muevas.— izuku dejó todo lo que estaba haciendo y salió disparado a su auto para ir donde Momo.



Mientras tanto Asui estaba sentada junto a su amiga, estaban teniendo una conversación normal en la comodidad de su casa.

—Entonces ¿Bakugou y tú? — Una sonrisa traviesa se asomó en el rostro de la castaña.

— ¡No! Para nada salimos un tiempo, Kero. Pero no éramos muy compatibles así que lo mejor que pudimos hacer fue separarnos. — Le explico a la chica de hebras verdosas.

—Entiendo, pero ¿Él te gustaba?— Preguntó Ochako.

—Me parecía lindo, pero en ocasiones su personalidad era irritante, kero. —

—Ya veo. —

Ambas guardaron silencio durante varios segundos.

—Ochako, no quiero incomodarte con esta pregunta. — Habló con timidez Asui. —Pero, Ese hombre ¿Por qué te casaste con él? —

Ochako miró a su amiga varios segundos, después desvió la mirada hacia el suelo pensativa.

—Bueno, yo creí que él me amaba y yo a él. Hubo un tiempo en el que lo pensaba así. — Comento con inseguridad.

La realidad es que no sabía si realmente se había casado por amor o por la exigencia de la sociedad que le pedía que buscará un marido lo más pronto posible, cuando Ochako cumplió 19 años su madre y todo a su alrededor comenzó a pedirle a gritos que contrajera nupcias con algún hombre, fue cuando conoció a Hinomoto.

—Cuando nos conocimos, creí que era un hombre muy sofisticado y educado, recuerdo que tomó mi mano y él, la besó con delicadeza, en ese momento pensé... Wow qué sujeto más educado. — reveló Ochako.

— ¿Cómo fue que se conocieron? — Pregunto Asui.

—En realidad él ya me tenía en la mira desde antes, había asistido a varios eventos a los que yo asistía, lo conocía de lejos... Hasta que finalmente hablamos formalmente en una fiesta que recaudaba fondos para reparar los edificios de la zona central que habían sido dañadas unas semanas atrás, yo por obvias razones tenía que asistir a esa fiesta... Recuerdo que se me acerco y tomo mi mano, resulta que él me dijo que era un gran fan mío y desde hace tiempo quería conocerme mejor, entonces no me molesto charlar un poco con él, pensé ¿Porqué no? Es guapo, rico, soltero ¿Qué podría salir mal? Mientras la plática se volvía más profunda, más me envolvía en sus encantos y yo siendo tan joven con la idea de querer enamorarme y casarme en mi cabeza. Él me pareció la mejor opción a escoger. — Tomó un enorme suspiro como si se estuviera ahogando en sus propias palabras. —Después salimos un par de veces y le presenté a mis padres, unos meses después cuando cumplí 20 años nos casamos. Al parecer ambos llevábamos prisa por hacerlo y esa es la historia. — Volvió a tomar un sorbo de té.

—Oh... Kero— Asui no tenía palabras al escuchar aquello de Ochako y verla ahora, se sentía culpable, años atrás ella habría podido detenerla antes de casarse con ese hombre.

Ochako se exaltó de repente. —¡OH NO!—

—¿¡Kero?!—

— ¡Necesito regresar! Deku y Yao-Momo deben estar preocupados por mí. — Se levantó de su asiento instantáneamente, pero Asui la tomó del hombro y la volvió a sentar para tranquilizarla.

—Calma Ochako, yo les llamaré y les diré que estás conmigo, es muy temprano para que salgas tu sola por ahí y herida. — Sugirió Asui.

—Está bien, pero podemos hacerlo ahora, deben estar preocupados. —

Asui asintió.

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Un hombre sentado en su escritorio miraba con atención las noticias al parecer habían atrapado a un par de idiotas tratando de "asaltar" un vecindario rico.

—Pero qué estúpidos. — Exclamó la voz gruesa sentada en su silla de negocios, tomó su teléfono y marcó  a un número en específico, la persona al otro lado del teléfono contestó y él exclamó sin titubear. —Desaparezcan a esos dos idiotas. — Colgó.

Observo una foto cerca de su escritorio, que estaba adornada en un marco de madera, en este se podía ver a la castaña de ojos chocolate.

—Mi querida Uravity, todavía no termino contigo. —




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