Capítulo 56

HyunWoo o Shownu, se acercó a mí junto a otras dos personas a juzgar por la primera impresión de su misma edad.

—Perdón señorita, —me dijo Shownu —no quería dejar pasar la oportunidad de presentarles a mis dos amigos y parte de la empresa, él es Lee HoSeok.

—Un placer, —Tomó mi mano y la besó —me puede decir Wonho, si así lo desea.

Me dijo el muchacho de cabello oscuro, tez blanca y dueño de una hermosa sonrisa.

—Y le presento a Yoo KiHyun.

—Mucho gusto. —me dijo tímido, seguido de una leve reverencia.

—El placer es mío, me presento. Mi nombre es ______, y lamentablemente no soy señorita, soy señora. —Les sonreí —Lo de lamentable lo dijo usted señor HyunWoo.

—Dígame Shownu, debemos entrar en confianza. Ya que a partir de la próxima reunión se encontrará con nosotros; Lee es parte del departamento legal y Yoo es mi asistente personal.

—Estaremos en constante contacto señor Lee. —le dije.

Era inevitable no mirarlo a Lee, era muy guapo. Shownu y KiHyun también, pero HoSeok se llevaba mi atención.

—Si necesita un abogado para divorciarse, cuente con mi servicio. —Ambos reímos al mismo tiempo.

—Por el momento... No, muchas gracias. Pero lo tendré en cuenta para otros servicios, si quiere.

—Cuente conmigo, estaré a su disposición cuando lo desee.

—Bueno, bueno, bueno. La señora ______ es la esposa del señor Park Jimin. —le dijo Shownu a Wonho.

—Wow ¿En serio? —preguntó sorprendido KiHyun.

—Si. —Giré para verlo a Jimin, quien me miraba muy atento.

—Es una mujer bella, inteligente para los negocios, con un carácter especial; es lo que dicen. Cualquier hombre se habría enamorado de usted. —dijo Shownu.

—Volviendo a mi carácter, diría que soy una persona que no se anda con vueltas en los negocios. Como le dije cuando estaba con su padre, deseo que nos llevemos bien. Nuestra empresa no querría perder el apoyo de la suya.

—Ahora que la conozco, tampoco quisiera perder los negocios con usted. —Dirigió su mirada hacia un costado —Disculpen, debo dejarlos un momento, continuen sin mi.

Quedé con ambos hombres, el tal KiHyun no participaba mucho de la conversación, no así Wonho. El hombre desprendía sensualidad al hablar, con cada acción que hacía.
Nuestra conversación sobre viajes y pasatiempos se vio interrumpida por un hombre, que los llamó.

—No has cambiado en nada ______. —Escuché una voz familiar a mis espaldas —Sigues siendo la misma zorra de siempre. —Giré para confirmar si era la persona con la que menos hubiese querido cruzarme en la vida.

—Y tú la misma perdedora y resentida de siempre. —le dije cuando terminé de girar, con una gran sonrisa.

—Te encanta llamar la atención de los hombres y rodearte de ellos.

—La culpa no es mía, que caigan en mis encantos. —contestaba triunfante.

Nunca imaginé cruzarme con la persona que durante casi dos años me había hecho la vida por imposible. Me generaba bronca verla, pero al darme cuenta cómo estaba vestida, le tuve más odio. Era la persona con la cual estaba hablando Tae, ¿de dónde se conocían? ¿Por qué estaba hablando con ella muy sonriente?
Que no me llegue a enterar de absolutamente nada, y principalmente que no vuelva siquiera a mirarlo a Tae, porque esta vez no dudaría ni un segundo en destruirla.

—Me enteré que te casaste.

—Salió en todos lados la noticia, fue de interés nacional mi boda.

—Me enteré por gente conocida. Hace un mes llegué a Corea. ¿Quién es la víctima esta vez?

—¿Te doy una pista? No es Jung HoSeok. —Me reí.

—Maldita perra.

—Hey, ¿que son esos modales?

—¿Para eso lo sedujiste y lo alejaste de mi? ¿Para luego abandonarlo en el altar?

—¿Aún no superas a HoSeok? —Suspiré —¿Todavia no superas que te haya dejado por mi?

—Lo engatusaste.

—Lo enamoré. —Tomé dos copas de una bandeja que justo pasaba —¿Por qué no haces como yo? —Una copa se la dí a ella —Te olvidas del pasado y sigues con tu patética vida. —Choqué mi copa con la de ella.

—¿Sabes lo mal que estuvo Hobi por tu culpa?

—¿No me digas que fue a buscar consuelo en ti? —Puse cara de sorprendida.

—Eres una maldita zorra. —Me reí nuevamente y me acerqué para hablarle bajo.

—¿Le pudiste dar en la cama lo que yo le daba? ¿O aún cogiéndote me recordaba?  —Volví a mí posición —No lo juzgo, la pasabamos tan bien... Lástima que la vida no es como uno quiere. Mírate sigues siendo la misma perdedora, solo te buscó para consolarse y luego… Bum. —Abrí y cerré mis manos delante de su cara —Te dejó para irse a Estados Unidos con otra. Eres lamentable Minna.

Se notaba el enojo, apretaba su puño con fuerzas, conteniendo toda la ira. Estaba a punto de decirme algo, cuando Jimin llegó.

—Cariño, cuando quieras nos podemos retirar. —Me abrazó por la cintura y quitó la copa de mi mano —Perdón, buenas noches. —Minna con una actitud “seductora” le extendió la mano para saludarlo, pero tomé la mano de Jimin antes de que llegue a dársela.

—Él es mi adorado esposo Park Jimin - Minna me miró sorprendida.

—¿Park… el empresario?...

—Vamos amor. —le dije a Jimin.

—Vamos. —Comenzó a caminar sin despedirse de Minna.

—Espero nunca más volverme a cruzar contigo. —le dije al oído —Adiós. —Le sonreí, ella quedó desconcertada.

—¿Quién era? —preguntó Jimin.

—Nadie importante, una cucaracha que si se vuelve un estorbo no dudaré en hacerla desaparecer.

—Que adorable y considerada eres mí amor, no podría haber elegido mejor esposa. —Sonrió.

Nos despedimos de mis padres, poniendo la excusa de que me sentía cansada y no debía agotarme innecesariamente. Luego nos despedimos del señor Son, esposa e hijo.

Apenas al subir al auto, comencé a buscar excusas para no tener sexo con Jimin. ¿A quién se le ocurre prometer semejante cosa? Solo a mi.
En el asiento del auto tiré mi cabeza hacia atras, cerrando mis ojos, demostrando mi cansancio.

—¿Qué pasa? ¿Te sientes mal?

—Estoy cansada, de pronto me dió un pequeño mareo.

—No debiste haber tomado tanto.

—No tomé mucho, es cansancio. Pasa durmiendo.

Llegamos y así como estaba con vestido y todo me senté a los pies de la cama y me tiré. En cambio Jimin, se metió al baño a cambiarse. No sé cuanto tiempo se tardó, pero lo suficiente como para quedarme dormida.

Me encontraba soñando con Tae, estábamos en una habitación, no era su casa, eso estaba muy claro, él me besaba en los labios, luego en el cuello; se sentía todo muy real.
Sin abrir los ojos, con mis manos tomé su rostro para acercar su boca a la mía, eran besos llenos de deseos, por parte de ambos; sus manos quitaban despacio, poco a poco el vestido, a pesar del deseo por tenernos.

Abandonó mi boca para ir a mis pechos, los besaba y mordía suavemente; tocaba mi intimidad lentamente por encima de la tela de mi ropa interior, yo dejaba salir suaves gemidos, lo disfrutaba y mucho.
Me excitaba el sonido que hacia su boca al besarme por todo mi cuerpo, volvió a mi boca y sus manos se encargaron de quitar mi ropa interior, una vez fuera, lentamente me penetró, haciendo que mi  cuerpo se arquee y mi garganta se exprese con toda sus fuerzas.

Gemía en mi boca y yo en la suya, aumentó el ritmo de sus embestidas, haciéndome perder totalmente la cabeza, me volvia loca.

—Aaahhh... —gemí fuerte —Más, más. —Le suplicaba y él concedía mi deseo —No pares, estoy por llegar, no pares T...

—Me encanta escucharte, que hayas cumplido tu promesa. No sabes lo feliz que me haces al pedirme más mi amor.

Abrí rápidamente los ojos al escuchar la voz, no se trataba de un sueño, tampoco se trataba de Tae. Frente a mi, haciendome el amor se encontraba Jimin.

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