capítulo 36
La puerta del ascensor se abrió y veía un TaeHyung serio, con un traje color azul, y el cabello algo desprolijo debido a que lo llevaba algo largo.
«Se veía muy sexi.»
—Buenos días señora. —me dijo serio, seguido de una reverencia.
—Buenos días, estoy buscando a mí padre. —Debo admitir que me costaba un poco ser sería con él.
—Su padre está en camino. ¿Necesita algo? Quizás la puedo ayudar.
—Necesito unos papeles o información.
—¿Qué papeles?
—¿Podemos entrar a la oficina de mi padre?
—Si, adelante. —Entramos a la oficina de mi padre, primero yo y detrás de mí él.
—¿No me vas a saludar como corresponde? —digo apenas cierra la puerta, elevando una ceja sonriendo.
—Buenos días. —Hizo una reverencia de noventa grados, y me sonrió.
—Así no. —Hice puchero —Ven.
Se acercó y dejó que yo tome la iniciativa. Pasé mis brazos alrededor de su cuello y al instante entendió lo que quería.
—¿Está segura de lo que quiere? —Asiento.
Comenzamos a besarnos controlando que la situación no se nos vaya de las manos, disfrutando de lo prohibido.
Lo abracé por la cintura y apoyé mi cabeza en su pecho.
—¿Qué pasa?
—Park JiMin, eso pasa.
—¿Te hizo algo? —dijo de manera apresurada.
—No, sospecha que pasa algo entre nosotros. ¿Tae es verdad que iras con nosotros si no hay hoy una solución?
—Si, ¿por qué?
—Mi padre le contó a JiMin que tú irás con nosotros y ahora quiere viajar con nosotros. No sé que hacer.
—Tranquila, aún no sabes que te dirán. Si hay que ir o no.
—¿Y si tenemos que ir?
—Tendremos unos días para pensar, no te preocupes. —Me dió un beso y tomó su celular —Está subiendo tu padre.
—Me voy, antes de que llegue. Solo quería saber si era verdad que viajarías con nosotros. ¿Me das un beso?
—Todos los que quieras mi bombón. —Me sonrió y besó.
—Qué cursi eres. —Reí.
—Tú me haces ser así.
—Me voy antes de que llegue, si pregunta que quería dile que no sabes. Por favor.
—Ok. _______ no te preocupes, ¿si?
—Si.
Pasé toda la mañana tratando de llegar a un maldito acuerdo pero nada, al contrario, se complicaba aún más.
Si o si debíamos viajar, y a los problemas debía sumarle buscar una excusa para viajar sin JiMin.
Llamé a mi padre a mi oficina para informarle lo que había pasado. Minutos antes de que mi padre llegue, sin previo aviso llegó JiMin, mucho antes de lo que imaginaba.
—Hola amorcito. —Entró con una sonrisa.
Esa actitud me remontó a aquellos horribles meses previos al compromiso y casamiento, con la diferencia que en aquel entonces lo hacía solo para molestarme (creo) y ahora lo hace porque sospecha que algo pasa entre Tae y yo.
—Te dije que me avisaras, como también que podías pasar en la tarde.
—Es verdad, me dijiste que te avise pero yo nunca te dije que lo haría. Yyyy... Vine porque estoy libre de trabajo.
—Tú estarás libre, pero yo no.
—¿Mi amor, qué pasa? —Se acercó a mi —Se te nota muy tensa, —Daba masajes a mis hombros —¿quieres que descarguemos tensiones en aquel sillón como la última vez que vine? —Besaba mi cuello.
—No, no empecemos.
—¿Por qué no? ¿Acaso olvidaste lo bien que la pasamos? Fue la única vez que no sentí rechazo, ni que te causaba asco estar conmigo. Dime algo. —Se sentó en el borde del escritorio frente a mi —¿Ese día, fingiste?
Quedé en silencio, no sabia que contestar. Si le decía que sí, estaría mintiendo; porque por primera vez había sentido placer con él, escucharlo, sentir sus manos en mi cuerpo me habían generado placer. Pero si le decía que no, quizás podía llegar a pensar que tenía algún sentimiento por él y no era así.
—No, no fingí, —Sonrió triunfante —pero no te hagas ilusiones, tu sabes... ¡Papá! —JiMin giró.
—Perdón, no sabia que estabas muy bien acompañada. —dijo mi padre —¿JiMin, como estas?
—Hola, suegro. —Se puso de pie.
—Papá... Hablé con el señor Chae, pero no hay caso, sigue negando las irregularidades del terreno y no quiere llegar a un acuerdo.
—Eso quiere decir que...
—Eso quiere decir que debemos...
—Que nos vamos de viaje familiar a las Islas Jeju. —dijo JiMin.
—Llama al abogado Kim, que nos espere en la sala de reuniones. Debo decirles algo.
—Hija... No te había dicho, pero el que se encargará de esto es Kim, pero no padre, sino hijo. —JiMin de inmediato me miró y tuve que fingir desagrado ante tal noticia.
—¿Qué? ¿Y recién me lo dices? Bueno, avísale que nos espere en la sala de reuniones.
—No tengo como avisarle, hazlo tú.
—Papá debes enviarle un maldito mensaje al celular, nada de otro mundo.
—Es que no traigo el móvil.
—Hay, por Dios. —negué varias veces. —Ordené a mi secretaria que lo haga.
—Enseguida regreso, —le dije a JiMin —y nos podremos ir.
—Voy con ustedes, no haré ruido. No notaran mi presencia.
—Como quieras. —Debí aceptar sin más para no levantar sospechas.
Nos dirigimos a la sala de reuniones, Tae aún no había llegado. Salí con la excusa de que iba a pedirle algo a mi secretaria, pero en verdad le envíe un mensaje a Tae.
• Por favor, no me mires, ignórame, trátame mal de ser posible.
• Luego te explico.
• No entiendo.
• Haz lo que te pido, por favor.
• Ok...
A los pocos minutos dió la casualidad que llegó mi secretaria con café y luego llegó Tae, cuando entró a la sala y vio a JiMin, elevó una ceja, entendiendo mi pedido.
—Perdón por la tardanza. —dijo y tomó asiento.
—Bien, estamos todos. ¿Puedo comenzar? —Tomé asiento en la cabecera de la gran mesa, JiMin se ubicó a mi lado derecho.
—Si, ¿Qué dijo Chae? —dijo mi padre.
—Volvió a negar que los planos estén mal, me dijo que eran excusas sin sentido para romper con la sociedad. Por esa razón se debe ir cuanto antes; pero yo no puedo hasta dentro de 15 días. Lo mejor es que vaya esta semana el abogado. Aunque... pensé que iba a ir el abogado Kim.
—¿Cree que no soy capaz? —dijo Tae tratando de sonar ofendido.
—Lo dijo usted, no yo.
—Mi recomendación señor, es que alguno de los dos vaya, debe ir un representante.
—¿Acaso usted no oficia como representante al aceptar ser nuestro abogado?
—Si, pero...
—Ahora que lo recuerdo, por más que quisiera yo no podría ir, el señor Chae me dejó en claro que quiere de ahora en más arreglar cualquier problema con el socio mayoritario.
—Hija yo no...
—Yo tengo dos problemas papá: mi agenda y que no soy la socia mayoritaria. Al menos que me pases las acciones que me faltan para llegar al 51%
—¡¿Qué?! No.
—Entonces no puedo hacer nada más, lo dijo muy en claro. Quiere hablar con el dueño del circo, no con los payasos. —Tae sonrió —¿Qué es lo gracioso?
—Perdón. Señor se puede ceder un poder, no hace falta la transferencia.
—¿Qué parte de NO puedo ir no queda en claro?
—Usted arregló con ellos, fue hasta allá y hasta hace unas horas habló en representación de la empresa.
—Hasta hace unas horas ellos pensaban que tenía la mitad de las acciones como hija del dueño que soy. Ellos ahora quieren negociar con el dueño o con el accionista mayoritario, y no podemos dejar pasar el tiempo.
—El poder lo puedo hacer y tener en 24 horas.
—Tiene algún problema auditivo asís... Abog...
—Abogado Kim. —dijo orgulloso.
—Lo qué sea, yo no puedo ir. Fin. Vamos. —le dije a JiMin, mientras me ponía de pie. —¿Que?
—Vamos.
—¿Hija que vamos hacer?
—Ya les di las soluciones, ahora queda en manos de tu nuevo abogado, supongo que podrá.
—Hija... Haz un espacio en tu agenda.
—Papá. —Miré a JiMin, él se encontraba de espaldas a mi —No insistas, no voy a ir y por más que quisiera no puedo. Lo siento. —Le guiñe el ojo —Hasta mañana.
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