Exámenes
Un nuevo día había llegado y con eso la alarma de un comunicador sonaba una melodía bastante fuerte haciendo que Yagi se levantara de golpe.
—¡¿Eh? ¿Qué pasa?!—grito asustado el pelinegro.
El pelinegro solo volteo a todos lados a todos lados hasta que logro dar con su comunicador y lo tomó para apagar su alarma.
—¿Porqué puse una alarma tan fuerte? Es muy temprano buaaa—dijo tapándose la boca y volviendo a refugiarse en sus cobijas.
Unos cuantos segundos pasaron desde que se tapo nuevamente y enseguida Yagi volvió a levantarse, tomando su comunicador para checar la fecha y hora.
—¡Diablos ya es lunes, es día de exámenes!—grito aterrado dándose un par de palmadas en la cara para despertar bien.
Una vez el pelinegro se sintió relativamente despierto, salto de la cama para tomar una toalla y dirigirse al baño, haciendo sus actividades mañeras lo más rápido que podía lograr en el menor tiempo, estando ya listo salió de su hogar a toda prisa.
—Maldición, casi me quedo dormido y este día no puedo tener ningún contratiempo—dijo nervioso el pelinegro sin bajar la velocidad—...—de golpe se detuvo en un fuerte silencio.
Yagi checo su espalda dándose cuenta que faltaban dos cosas, su típica sudadera negra que llevaba a todos lados, pero aún más importante su mochila.
—¡No puede ser!—grito teniendo que dar media vuelta.
Una vez volvió a casa fue a la sala de estar a recoger su mochila y subió a su habitación para recoger su sudadera y ponérsela lo más rápido que pudo, por lo que salio corriendo de su hogar nuevamente intentando llegar lo más rápido a la escuela, en el transcurso de su camino una cara familiar se le acercó.
—Temia que en serio fuera a tener que ir a despertarte—dijo Sora quien había llegado a su lado y le seguía el paso.
—¿Y esa falta de fe en mi?—preguntó el pelinegro con falsa desilusión.
—Sabes bien que hoy no puedes llegar tarde bajo ningún pretexto, más ahora que sabemos que si nos va mal nos suspenden temporalmente como aprendices a guerreros—dijo Sora serio.
—Lo sé, lo sé, no puedo dejar que pase, casi estoy seguro que Harland después del rendimiento que hemos tenido nos dará misiones más interesantes—dijo Yagi con cierta esperanza.
—Hemos sido mediocres, dudo que sea el caso—respondió el peliblanco sin pelos en la lengua.
—Soñar no cuesta nada buaaa—respondió el pelinegro soltando un bostezo.
—Y más vale que no te pongas a soñar en medio de los exámenes—dijo Sora serio.
—No puedo prometer nada—respondió Yagi con una sonrisa—Y llegamos a nuestro destino, espero que hayas apostado a que lograría despertar temprano—dijo el pelinegro viendo que estaban a entrada de la escuela.
—Dejamos de apostar con ello, casi siempre era que no despertabas temprano—dijo Sora tranquilo.
Ambos dejaron el tema de lado y avanzaron hacia la escuela con tranquilidad dejando de correr de una buena vez, los pasillos no estaban agitados por lo que no tuvieron mucha dificultad en llegar rápido a su salón.
—Ahora que lo pienso...no se suponía qu—sin tiempo de terminar su oración el pelinegro había recibido un fuerte cabezazo de alguien que iba saliendo del salón.
—¿Estas bien?—preguntó preocupado quien le había dado el cabezazo.
—¡¿Cómo que si estoy bien?, tu cabeza es durisima!—se quejo del dolor Yagi mientras se levantaba del golpe.
Frente de Yagi se encontraba un muchacho de tez morena, su vestimenta era el uniforme pero por encima tenía una sudadera verde y unos guantes sin dedos, al mirar su rostro se podían notar que tenía unos ojos negros y un cabello igual negro pero algo largo y alborotado, algo que lo hacía destacar era unas orejas y cola de lobo del mismo color que su cabello.
—¿Estas bien?—preguntó en voz baja una chica asomándose.
Quien se asomó vestía el uniforme, se podía notar que era algo baja de estatura, su cabellera era rubia y algo corta, sus ojos eran negros y en sus mejillas había unas cuantas pecas.
—Ahí esta tu respuesta Yagi, tanto Tomaru como Chloe volvieron—decía Sora tranquilo pero denotando cierta burla.
—Tomaru, te he dicho que dejes de ir de frente al avanzar, no es la primera vez que le das un cabezazo a Yagi, tu cabeza es casi un arma blanca—dijo Neráida con cierta molestia poniendose frente a Tomaru.
—P-perdón—respondió el ahora identificado como Tomaru apenado y algo temeroso.
—Bien, mientras lo entiendas—respondió la pelirrosa volviendo a su actitud positiva y retirándose a su lugar en el salón.
—A veces creo que tu novia es bipolar—susurro Tomaru a Yagi, aunque se pudo notar que le salio mal el susurrar.
—N-no es mi novia—grito en voz baja Yagi con un sonrojo mientras le daba un leve golpe en el hombro a su compañero.
—¿Deberíamos decirle a Tomaru que sigue susurrando mal?—preguntó Chloe aun con un tono de voz bajo.
—Nah, así es más divertido—respondió Sora con una leve sonrisa ingresando en el salón.
—(¿Sabrán que los escucho?)—pensó Tomaru moviendo levemente sus orejas.
—Cambiando de tema ¿Cómo les fue en su misión? ¿Fue emocionante?—preguntó Yagi con cierta emoción.
—Pues diría que fue normal, solo ayudamos a resolver un problema de terreno, no fue gran cosa—respondió Tomaru haciendo memoria.
—Pero también tuvimos que ayudar a arrear a los animales, a diferencia de mi y los otros no somos tan aterradores para que las ovejas intentarán avanzar—dijo Chloe nuevamente con un tono de voz bajo.
—Claro que la ovejas me tendrán miedo, porque soplare y soplare y su casa derribare—dijo Tomaru con una leve risa.
—Nunca entendí ese cuento ¿Porqué una oveja pensaría que era buena idea hacer una casa de lana? Encima de que no aguantaría debía de hacer un calor horrible—decía Umi uniéndose a la conversación.
—No lo sobre pienses, es solo un cuento infantil, no busca ser lógico—respondió Sora.
—En lugar de pensar en esas tonterías, deberían estar estudiando para los exámenes de hoy—dijo con molestia Rieka quien acababa de llegar, no sin antes dirigirle una mirada de molestia a Yagi y posteriormente dirigirse a su lugar.
—No se que le molesta más, que llegue tarde o que llegue temprano—dijo Yagi soltando un suspiro.
—Diría que eres tu quien le molesta en general—respondió Chloe.
Esa respuesta desánimo un poco a Yagi pero supo manejarlo bien al hacer simplemente cara de perro regañado.
—Perdón...—dijo la rubia al ver el estado de ánimo de Yagi.
—No te preocupes, además tiene un punto, no es fácil lidiar con mi forma de ser ¿Verdad Sora?—preguntó Yagi dándole un leve codazo al peliblanco.
—Tomó su tiempo, pero por fin he logrado casi lidiar con su forma de ser—respondió Sora acomodando sus lentes.
—¿Ven?...espera ¿Cómo que casi?—Yagi preguntó confundido viendo confundido a su amigo sacándole una risa al resto.
En ese instante el profesor Studious ingreso al salón con una pila de hojas en cada mano.
—Me alegra ver que están todos de forma puntual y es de mi agrado ver a los estudiantes faltantes nuevamente en el salón—dijo con una sonrisa el profesor poniendo las hojas encima de su escritorio.
—Nos agrada estar de vuelta junto a todos—respondió Chloe con una leve sonrisa.
—Es una pena que hayan vuelto en exámenes, pero horarios son horarios, como mi deber es mi deber—dijo Studious con un falso pesar—Primero como es costumbre, explicaré nuevamente como funcionará esto—mencionó observando a todos en el salón.
—(Esto de nuevo)—pensaron todos los estudiantes.
—Como en cada temporada de exámenes que tenemos haremos todos los exámenes en solo este día, aunque algunos no les guste este método, fue elegido por mayoría de votos entre ustedes, cubriremos los temas que hemos visto hasta ahora, una vez que el día termine, es su deber informarles a sus padres o su tutor que han de venir a una charla para hablar de sus calificaciones y su rendimiento como guerreros, entiendo que algunos de ustedes tiene complicaciones por que sus tutores estan ocupados o no están en al ciudad por alguna situación personal, así que si alguno de ustedes tiene ese problema le hayan notificado con anterioridad a su tutor de esta información—explicó serio el profesor—¿Entendieron todos?—preguntó sereno.
—Si profesor—dijeron la mayoría de estudiantes al unísono.
—Bien, hagan una fila y conforme les su examen pasen al lugar que les indique de ser necesario—dijo Studious tranquilo mientras veía ver a sus estudiantes hacer lo indicado—Yagi y Neráida, hasta el fondo del salón, justo al lado del ventilador, Yagi a un lado de la ventana—indico extendiendo un par de hojas engrapadas.
—Oído profesor—dijo Yagi tomando su examen y dirigiéndose hasta donde se le indicó.
—Gracias—dijo Neráida tomando su examen y caminando hasta su lugar—Pss Yagi...suerte—susurró sentándose.
Como respuesta el pelinegro dio una sonrisa acompañada de un pulgar arriba.
—Luego, Tomaru y Rieka, hasta el frente lado izquierdo del salón, hasta el fondo lado derecho del salón—dijo Studious extendiendo los exámenes a lo que ambos estudiantes los tomaron y fueron a sus lugares—Umi al frente, Sora y Nahuel en medio a cada extremo del salón, Chloe y Jay, les doy libertad a ustedes de sentarse donde más se acomoden—dijo extendiendo los exámenes.
Cada alumno tomo su examen y se dirigió a su lugar.
—Te voy a superar—dijeron al unísono Sora y Nahuel cruzándose entre si para ir a sus lugares.
—Que dramáticos—susurró Jay viendo los serios que estaban sus amigos.
—Es un todo o nada entre ellos, normal que estén así—respondió Chloe sentándose en su lugar.
—Bien ¿están listos?—preguntó Studious viendo a sus estudiantes ya en su lugar, ante la pregunta los jóvenes respondieron con un asentimiento—Bien, comiencen con sus exámenes—dijo con tranquilidad quedándose en el frente del salón.
El tiempo iba avanzando, la mayoría de estudiantes estaban centrados en su examen mientras que otros parecían estar divagando en pensamientos para responder.
Jay movió un poco su pie a un lado de su silla haciendo que Studious le dirija la mirada.
—¿Estas seguro de querer intentarlos Jay?—preguntó Studious desde su lugar mientras apuntaba a sus orejas.
Jay entendiendo solo sudo y se acomodo nuevamente en su asiento, posteriormente camino hasta el fondo del salón encendiendo el ventilador, justo a tiempo ya que de la cabeza de Yagi comenzó a salir humo que fue sacado por la ventana gracias al aire mientras que encima de Neráida figuras que parecían letras desaparecían por el ventilador también.
—Chloe, no le susurres la respuesta a nadie—dijo Studious sin mirar a la chica.
—P-perdón—susurro más bajo de lo normal la rubia con cierto rubor de vergüenza.
—(Solo van unos 30 minutos, aguanta un poco más hasta el descanso)—pensó algo agotado Studious.
—¡Termine el primer examen!—gritaron Sora y Nahuel al mismo tiempo.
—Prosigan con el siguiente—respondió el profesor tomando ambas hojas de examen.
Después de un par horas la primera mitad del día de clases había concluido dándo paso al descanso que varios de los estudiantes ya ansiaban y que aprovecharon para subir a la terraza de la escuela.
—Mi cerebro me duele de tanto examen—dijo Yagi comiendo una torta.
—A mi también, estudie tanto pero los nervios me ganan—secundo Umi comiendo sushi.
—Al menos contigo no hay trato especial, el ventilador es algo molesto—decía Neráida tomando solo un jugo.
—Al menos lo tuyo es lógico, por accidente siempre generas el inciso qué crees es correcto encima de tu cabeza, el que no tiene excusa es este de aquí—dijo Nahuel con cierta molestia mientras señalaba a Jay quien se había puesto nervioso.
—No puedo cree que hayas considerado hacer trampa, la primera vez que lo intentaste te salió muy mal—dijo Tomaru viendo con sorpresa.
—¡No quería hacer trampa, solo quería robarle el sacapuntas a Nahuel porque olvidé el mio!—grito Jay con vergüenza al haber atraído la mirada se todos.
—¿Ibas a hacer qué?—preguntó Nahuel con molestia.
—No me veas así, estoy haciendo mi mayor esfuerzo—dijo Jay indignado.
—Debiste haberte esforzado desde hace meses, estudiando, haciendo anotaciones, prestando atención, cualquiera con dos dedos de frente lo hubiera hecho—decía Sora viendo de reojo a Yagi y Umi quienes solo silbaban nerviosos.
—No hay que ser malos, a algunos se nos dan bien algunas cosas y a otros otras—aporto Chloe algo nerviosa.
—Exacto, gracias Chloe, eres tan linda por defendernos de esos crueles compañeros—dijo Umi abrazando a la rubia mientras que Nahuel y Sora le daban una mirada de enojo.
—Aunque tampoco voy a mentir, los conozco y se que no se centraron totalmente en estudiar—respondió Chloe de forma tajante.
—E-eso no es...del todo verdad—dijo Yagi nervioso.
—¿Es enserió que te estuviste distrayendo?—preguntó Tomaru viendo con una leve risa al pelinegro.
—Umi y Yagi se fugaron a las maquinitas después de una misión—mencionó Sora comiendo unas galletas.
—¡¿Cómo te enteraste?!—gritaron sorprendidos Yagi y Umi a la vez.
—No lo sabía, solo adivine, gracias por confirmar—respondió Sora con una leve sonrisa burlesca.
—Este día no puede ser peor...—admitió Umi decaída.
—No quiero bajarte el ánimo, pero aún nos faltan la mitad de los exámenes—dijo Chloe con pesar.
—...¡Solo quiero que este día acabe!—grito Umi al cielo con lagrimas en sus ojos.
Pasando de Umi gritando al cielo pasamos a verla recostada en su lugar con la mirada perdida mientras Yagi pasaba su mano frente a su rostro.
—Creo que se le frió el cerebro—comentó Neráida preocupada.
—Se recuperará en cinco minutos...espero—dijo Sora con cierta duda en su voz.
—¿Porqué no le dan un golpe?—preguntó Nahuel quien tenia sujetado a Jay con los ojos en espiral.
—Buena idea, Tomaru dale un cabezazo a Umi—respondió Yagi.
—Eso suena un poco extremo—dijo el pelinegro un tanto dudoso.
—Si, es mejor no hacerlo—secundo el peliblanco.
—Bueno, supongo que habrá que esperar a que de recupere por si misma—decía Yagi viendo a Umi.
—Mi color favorito es el C—dijo Umi aun con la mirada perdida.
—Jóvenes—hablo Studious ganándose la atención de todos—Me alegra ver que se esforzaron tanto en esta maratón de exámenes, como mencioné hoy deben mencionar a más tardar a sus tutores para que los que puedan venir hagan acto de presencia el día de mañana—explicó serio.
La mayoría de estudiantes asintieron ante esas palabras.
—Se que algunos de sus tutores no se encuentran en la ciudad y requieren el tomar todo un día para llegar a la ciudad, por lo que no tenemos problema, al igual que entendemos que algunos otro de sus tutores no tienen la disponibilidad que se desearía, ya veremos como lo manejamos—mencionó Studious viendo a unos pocos estudiantes—Con eso dicho, ya se pueden retirar, que tengan un buen día—continuo con una sonrisa.
—Muchas gracias—dijeron la mayoría de estudiantes.
—Mañana comienzan a venir que nervios—dijo Chloe con nerviosismo.
—Mi padre viene mañana, con suerte, si que será un día tenso en saber si vendrá mañana o no—menciono Nahuel temblando.
—Mi madre si que viene mañana, se que no me fue mal pero si que te pone nervioso esto—decía Sora estando en la misma condición que Nahuel.
—¿Que familiar vendrá de ustedes? Lo más probable es que mamá sea quien venga—preguntó Neráida tratando de relajar el ambiente.
—Mi hermano es quien vendrá—respondió Tomaru tranquilo.
—Mi jefecito será el que venga—dijo Jay con ánimo.
—Rieka ¿quien vendrá de tu familia?—preguntó Yagi viendo como la peligris estaba apunto de retirarse.
—No te metas en mis asuntos retrasado—declaro Rieka con un humor peor que el de costumbre.
—Que mal humor—dijo Neráida con disgusto.
—Yo solo quería que fuera parte de la conversación, mantuvo mucho la distancia hoy—dijo Yagi ganándose la mirada de todos—Más de lo normal—aclaro.
—Rieka siempre es así, mantiene la distancia al resto de la clase y a veces la mantiene aún más—comentó Sora indiferente.
—No entiendo como la toleran—mencionó Nahuel.
—Vamos Nahuel, las cosas no serian iguales si Rieka no estuviera—dijo Jay.
—Si tu lo crees así—respondió Nahuel alzando los hombros.
—Bueno, dejemos de lado eso ¿Quién vendrá de tu familia Yagi?—preguntó Neráida con una sonrisa retomando el tema.
—No tengo idea—respondió el pelinegro con una sonrisa nerviosa.
—¿Cómo no tienes idea?—cuestionó Sora sorprendido.
—Mi hermano no está, mi tía hace unos días se fue a otra ciudad, mi mamá se la vive trabajando—explicó el pelinegro tranquilo.
—¿Entonces que se supone que harás?—pregunto confundido Tomaru.
—Lo más probable que pase es que el día de mañana al explicar mi situación me darán una hoja con las calificaciones y comentarios importantes a tomar en cuenta, no es la primera vez que pasa—respondío Yagi pareciendo querer restarle importancia.
Ante su respuesta sus compañeros se vieron algo incómodos sin saber sin comentar algo más.
—¿No te hace sentir mal eso?—preguntó Umi quien parecía ya estar recuperada.
—Al inicio si, pero entiendo que tienen que hacer cosas importantes y ya me acostumbre, así que no es problemático—respondió Yagi con una sonrisa.
—Bueno, eso suena bastante maduro...para ser de ti de quien hablamos—comentó Nahuel con una pizca de burla.
—Ey, de mi amigo solo me puedo burlar yo—respondió Sora con molestia.
—Que mal carácter—dijo Nahuel con el mismo tono.
—Te odio—decía Sora agarrando su mochila.
—¿Ya te vas?—preguntó Yagi sorprendido.
—Hoy me toca hacer la cena a mi y debo de comprar algunas cosas para ello, nos vemos mañana—respondió el peliblanco retirandose.
—Yo también me voy, se me olvido avisar a mis padres así que será arreglar quien vendrá mañana—dijo Jay con una sonrisa nerviosa para salir corriendo.
—¡E-espera no hagas la idiotez de correr a máxima potencia!—grito Nahuel preocupado tratando de alcanzar a su amigo.
—Yo me iré a no hacer nada, lo bueno de no tener que venir mañana—decía Umi con una sonrisa animada tomando sus cosas.
El resto de estudiantes se comenzaron a retirar seguido dejando a casi ningún estudiante en el aula.
—Vaya, quien diría que todos tienen cosas que hacer—dijo Yagi sujetando yendo por su mochila.
—¿Tu no tienes que hacer algo? Comentaste que no hay nadie en casa—preguntó Neráida confundida mientras caminaba al lado del pelinegro.
—No, en casa tengo lo necesario para hacerme de comer y cenar, máximo limpiar algo como trastes—respondió el pelinegro tranquilo.
—¿Y estas bien con estar solo?—pregunto la pelirrosa denotando preocupación.
—Lo dices porque en secundaria si me molestaba mucho eso ¿verdad?—preguntó Yagi con una sonrisa nerviosa.
—Si, así que si te sientes solo podríamos hacer una especie de pijamada—propuso Neráida con entusiasmo.
—Una pijamada entre solo nosotros dos seria raro, además estoy bien, confía en mi—respondió el pelinegro.
—Mmm, ok, confío en ti—dijo la pelirrosa dándole un pulgar arriba.
—Gracias, nos vemos mañana—decía Yagi comenzando a caminar en una dirección opuesta a la de Neráida.
Neráida se quedo unos momentos de pie viendo al pelinegro y cuando se dispuso a dar vuelta para comenzar a caminar en dirección contraria a Yagi se detuvo y giro a ver a su amigo.
—¡Oye Yagi!—grito la pelirrosa para llamar su atención.
—¿Sucede algo?—preguntó Yagi corriendo hasta donde estaba Neráida.
—Quería preguntar, el otro día mientras Levy y yo hacíamos un combate de práctica, tu te fuiste ¿Acaso te dañe mucho? ¿Dije algo malo?—preguntó Neráida con notable preocupación sorprendiendo al pelinegro.
—Nada de eso, olvidé algo importante y tuve que irme rápido—respondió Yagi con una sonrisa dándole unas palmadas en la cabeza a su amiga.
—¿Enserió? Que alivio—dijo Neráida con una sonrisa aliviada
—Me alegra que no fuera nada grave, ahora si, nos vemos mañana—decía con una sonrisa Yagi retomando su camino.
—Adiós, ve con cuidado—decía Neráida agitando bastante su brazo para despedirse.
Yagi siguió su camino con tranquilidad hasta su hogar y una vez ahí en la cocina comenzó a cortar verduras qué puse en una olla junto a piezas de pollo que llenó de agua y algunas especias, tras ponerlo al fuego se sentó en un silla a esperar.
Quería preguntar, el otro día mientras Levy y yo hacíamos un combate de práctica, tu te fuiste ¿Acaso te dañe mucho? ¿Dije algo malo?
—Me fui porque me sentí débil...pero no podía simplemente apartar la mirada, te veías tan brillante y hermosa que era difícil no verte combatir...¡Dios que cursi soné!—grito avergonzado totalmente sonrojado mientras se cubría el rostro.
De la cabeza de Yagi comenzó a salir vapor de la vergüenza a la vez que la olla también sacaba vapor, la vergüenza del pelinegro hubiera seguido hasta que su comunicador comenzó a sonar y Yagi apenas pudo responder de forma atropellada.
—¡B-bueno!—saludo el pelinegro muy nervioso.
—Wow Yagi ¿Qué pasa con esos nervios?—preguntó Eir con leves risas.
—Perdón es que estaba pensativo—dijo Yagi con nerviosismo.
—Pensabas en una linda hada rosa—mencionó la peliverde con risas al escuchar del otro lado de la llamada al pelinegro hablando atropelladamente—Pero a lo que venía, los exámenes se debieron haber dado ya ¿Akane si podrá ir al escuela?—preguntó un poco preocupada.
—Oh, gracias por preocuparte, pero lo tengo controlado—respondió Yagi con ánimo.
—¿Estás totalmente seguro?—preguntó Eir nuevamente.
—¿Me crees capaz de mentirte?—preguntó Yagi como respuesta.
—No...bien, te creo, me avisas cualquier cosa que suceda—decía Eir con buen ánimo.
—Por supuesto, esta vez me dedique más a mis estudios—decía con ánimo el pelinegro.
—Eso es todo—respondió Eir con alegría aunque una voz se escuchó del otro lado—Me debo de ir, espero estar de regreso en una semana mínimo, te quiero, adiós—decía cortando la llamada.
—...me va a matar cuando sepa que no tengo nada bajo control—dijo Yagi con miedo en su voz.
Tras eso se dedicó a hacer sus actividades comunes en el hogar hasta que cayó la noche.
—Mañana y pasado es el día de que vean nuestras calificaciones,me pregunto si el resto de mi clase estará igual de ansiosos que yo—se cuestionaba Yagi estando acostado en su cama.
Vuelta tras vuelta en las cobijas y no podía conciliar el sueño.
—Mañana sin duda iré con todo menos ánimo de estar despierto—se dijo a si mismo con pesar.
La noche paso dandole paso a un nuevo día, en la escuela de nuestros protagonistas se podría ver ya a algunos estudiantes siendo solo algunos estando acompañados por algún adulto.
—Me sorprende los pocos que han llegado ya—dijo Sora viendo a su alrededor.
—Cada quien tiene su forma de actuar, de por sí nosotros salimos tarde—decía Hikari acomodando los tacones que llevaba.
La mujer está vez llevaba una ropa que asemeja a la de una oficinista de un color gris, además de que esta vez podía vislumbrar su cabellera de una coloración blanca además de contar con un par de orejas felinas.
—Te dije que no debías arreglarte tanto, solo son firma de boletas, con ropa casual hubiera bastado—dijo el peliblanco.
—Debo de dar el ejemplo como madre—dijo Hikari.
En ese instante un motor se escucho y enfrente de la entrada de la escuela se estacionó una motocicleta que gritaba en todo su diseño ser de un pandillero siendo un diseño costumizado.
—Y llegamos—decía con ánimo la mujer que conducía quitándose el casco.
La mujer que conducía tenía un cabello corto de un tono rubio opaco, sus ojos eran de un amarillo brillante además de contar con una estrella de cuatro puntas, su vestimenta era una chamarra de cuero con una playera blanca debajo que iban a juego con un pantalón de mezclilla.
—¿Ya es seguro bajar?—preguntó Neráida que estaba detrás de la mujer.
—Por supuesto—respondió la mujer con una sonrisa.
—Pero si es Atenea la salvaje—decía Hikari con cierta molestia.
—Bueno, pero si es la monjita ¿sigues con el mismo trabajo aburrido?—preguntó la ahora conocida como Atenea con el mismo tono.
Un choque de miradas entre ambas mujeres se estaba llevando causando un ambiente bastante tenso.
—Me alegra ver que aún no te dejas amedrentar monjita—dijo Atenea con una sonrisa.
—Lo mismo podría decir—decía con calma Hikari
—¿Qué pasa con esa ropa?—preguntó la rubia con leves risas.
—Es para dar el ejemplo, a diferencia de traer una moto de pandillera—dijo Hikari viendo de reojo la motocicleta.
—Los jóvenes deben decidir cual será su estilo, si los limitamos solo serán copias idénticas uno del otro—decía Atenea alzando los hombros.
—En eso te debo dar la razón, los jóvenes deben de decidir que vida viviran...aunque preferiría que no se vuelvan criminales—dijo la peliblanca con una sonrisa.
—A veces me extraña lo cercanas que son nuestras madres—dijo Neráida viendo a Sora.
—Las madres tienen un don innato para socializar entre si, así que ya no me es tan extraño—decía Sora soltando un suspiro.
En ese momento una patrulla de color negra con blanco se estacionó cerca de la entrada, de esta bajo Nahuel y un hombre adulto.
—Papá te dije que no viniéramos en patrulla, llama mucho la atención—se quejo Nahuel.
—Lo sé Nahuel, pero apenas termine esto debo volver al trabajo—respondió el hombre.
Aquel hombre vestía el uniforme típico de policía de pies a cabeza, de su gorro sobresalía una cabellera negra, su mirada era afilada y sus ojos era de un color morado, en su mejilla sobresalía una herida y en su boca un par de dientes afilados resaltaban.
—Al menos podías estacionarte más lejos para no llamar la atención—decía Nahuel soltando un suspiro.
—Oficial William, que placer verlo—decía Atenea con alegría.
—Teníamos pensado ir a tomar algo un día ¿Le gustaría unirse?—preguntó Hikari con una sonrisa.
—Tendré que declinar esta vez, el servicio consume mucho tiempo—dijo de forma respetuosa el nombrado William.
—Ya ni modo—decía la rubia alzando los hombros.
De repente escucharon un golpe de algo metálico, todos al voltear vieron a Yagi quien había chocado con un poste.
—¿Estas bien?—preguntó Neráida ayudandolo a recomponerse.
—¿En que momento se movió?—preguntó Nahuel en un susurro.
—Te acostumbras—respondió Sora tranquilo.
—Si, estoy bien, solo no dormí bien y ando algo dormido—dijo Yagi soltando un bostezo.
—¿Nervios?—preguntó Neráida nuevamente.
—Si, estoy algo nervioso—respondió el pelinegro con una sonrisa nerviosa.
—Descuida, ya veras que tendrás buenas calificaciones y tu...familiar que venga estará orgulloso de ti—dijo Neráida con una sonrisa.
—Eso espero ¿por cierto, no faltan algunos aun en llegar?—preguntó Yagi notando a sus compañeros con sus tutores.
—Algunos llegaron antes y otro aun no, así que si queremos podemos ingresar ya—dijo Sora acercándose.
—¡¿Ya podemos?, yo aguantando la tortura de usar tacones!—grito Hikari dejando de lado su tranquilidad.
Ante eso la mayoría de los presentes soltaron una risa para empezar a caminar al interior de la escuela y afuera del salón de clases se veían sillas en donde se encontraban un par de estudiantes junto a sus familiares.
—Recuerda Chloe, no me puedes decepcionar, te quiero incondicionalmente porque soy tu padre—decía un hombre al lado de la rubia.
Aquel hombre vestía una camisa de cuadros y un pantalón de mezclilla, su cabello corto era de un color rubio, sus ojos de color negro y en sus mejillas un par de pecas.
—Lo sé papá, llevas diciéndolo desde la mañana—dijo Chloe con un sonrojo de vergüenza.
—Lo sé, pero es para que no lo olvides—decía el hombre con una sonrisa avergonzando más a su hija.
—Ojalá mamá o papá hubieran estado libre—decía Jay con pesar.
—Oh vamos, se que adoras estar con tu hermanita—dijo una muchacha quien abrazaba a Jay con alegría.
La chica tenía una cabellera larga de un color verde lima qué tenía algunas manchas de diversos colores, vestía una bata de laboratorio, sus ojos eran idénticos a los de Jay solo que llevaba unas lentes redondos y que estaban bastante opacos.
—Lo haría si te hubieras arreglado, ni siquiera te cambiaste, saliste con la misma ropa que usaste ayer y ni siquiera intentaste arreglarte, tu cabello sigue manchado de no se que y tus lentes están super sucios—decía Jay tomando los lentes de su hermana para limpiarlos.
—Garoth...si alguna vez te juzgue como hermano, lamento lo que haya dicho—decía Tomaru tomando del hombro a su familiar.
Quien estaba a su lado era un muchacho de tez morena que tenía una cabellera alborada de tonalidad castaña y sus ojos compartían un color similar, era alguien robusto, vestía una camisa blanca con una corbata, se notaba que intentaba verse lo más formal posible.
—Tomaru, te perdo...espera ¿Cómo que lo que hayas dicho?—preguntó Garoth viendo de manera a acusatoria a su hermano quien comenzó a silbar—Oh no, no vas a librarte tan fácil de mi pregunta—decía sujetando con su brazo al pelinegro.
—Ustedes dos, estamos en una institución dedicada a la educación, se que ustedes son así, pero agradecería un poco de compromiso con el mantener una imagen digna como adulto responsable señorito Garoth y señorita Aura—dijo Hikari viendo a los hermanos mayores con un aura sombría sobre ella.
—S-si señora—respondió tanto Garoth como la ahora conocida Aura intimidados.
—Me alegra que lo entiendan—respondió Hikari con una sonrisa tomando lugar.
—Tu mamá a veces da miedo—susurro Yagi asustado.
—Dímelo a mi, crecí con ella—susurro Sora de igual forma.
De la puerta del salón salió Studious con unos papeles en la mano.
—Veo que la mayoría de estudiantes y familiares ya se encuentran aquí ¿Alguien gusta ser el primero en pasar?—preguntó el profesor con amabilidad.
—Si no les causa molestia, me gustaría ser el primero en pasar—decía William de forma respetuosa.
—Descuide, no tenemos molestia—respondió Atenea comprensiva.
—Se lo agradezco, vamos Nahuel—dijo el oficial avanzando al salón siendo seguido por su hijo.
Antes de ingresar al salón Nahuel dirigió una mirada burlesca a Sora quien comenzó a refunfuñar lo más bajo que podía para evitar que su madre lo notará.
—(Será un largo día...espero que al menos el de ella esté yendo mejor)—pensó Yagi viendo el patio de la escuela a través de la ventana.
Mientras eso se daba en un jungla se podía notar a una manada de aproximadamente veinte gorilas con la peculiaridad de que cada uno de los individuos llevaba un tronco de alguna forma, ya sea en su espalda o en mano, la manada avanzaba siguiendo al que parecía ser el dominante quien se detuvo abruptamente al notar una figura humanoide quien se acercaba a ellos lentamente.
—Así que esta es la manada que tantos problemas se la pasan causando, no se ven tan problemáticos a decir verdad—decía Akane quien portaba su armadura al completo además de llevar una esfera metálica de un tamaño considerable atada a una cadena.
Algunos de los gorilas se lanzaron contra la mujer dando un salto y preparando un golpe de martillo con los troncos que llevaban.
—Bueno, si quieren jugar rudo, jugaré rudo—dijo la pelirroja comenzó a girar la esfera a una velocidad bastante alta.
En un rápido movimiento dio un golpe con su bola de demolición a los gorilas lanzandolos contra un árbol a cada uno, ante eso dos gorilas se prepararon para lanzar su tronco como si de una jabalina se tratara, Akane lanzó nuevamente su arma bloqueando uno de los troncos justo cuando fue lanzado y mientras el otro venía atrajo la bola y como si de un balón se tratara la pateo bloqueando el otro tronco.
—Esto es muy fácil ¿Enserió otros guerreros tuvieron problemas?—preguntó Akane con tranquilidad lanzando a un gorila de una patada.
En ese instante el gorila dominante le lanzó un golpe con su tronco que hizo a Akane defenderse y retroceder un poco a su vez que perder su arma.
—Entiendo, tu eres el problemático, si que eres fuerte para solo usar un tronco—decía la pelirroja con cierta emoción.
La de armadura dio un salto haciendo que el ataque del gorila siguiera golpeando una roca en el proceso, la mujer dio una patada de hacha dispuesta a noquear al animal aunque para sorpresa de esta un par de lianas la tomaron y la lanzaron contra una roca rompiendola en el proceso.
—Claro, debí tomar en cuenta que no solo eres fuerza bruta, mala mía—dijo Akane levantandose como si nada.
El gorila en un rápido movimiento le comenzó a lanzar una ráfaga de puñetazos a Akane quien por lo repentino del ataque recibió de lleno cada golpe hasta que la mando lejos con un último golpe.
—Esto se puso divertido, mi turno—dijo la mujer tronandose los puños.
La pelirroja se lanzo contra el animal dándole un golpe en el estómago que lo dejó sin aire, sin tiempo a que se recupere recibió un golpe en el rostro que le hizo retroceder, seguidos de golpe tras golpe de parte de la mujer mientras preparaba un golpe para acabarlo hasta que comenzó a sonar una canción.
—¿Eh? ¿Quién podrá ser?—se cuestionó sacando su comunicador y respondiendo—Bueno—saludo gentil.
—Akane que gusto que respondieras—dijo Eir del otro lado de la llamada.
—Estoy un poco ocupada ¿Qué necesitas?—preguntó Akane recibiendo varios golpes de diversos gorilas.
—Oh, osea que fuiste con Yagi, me alegra saber que si te diste el tiempo—dijo la peliverde con un suspiro aliviado.
—¿Qué quieres decir?—pregunto Akane confundida.
En ese instante un gorila le dio un golpe con tu tronco en la cabeza, por desgracia para el animal el tronco se rompió dejándolo sorprendido y triste.
—...Hoy hay firma de boletas—dijo Eir llevándose a la cara su mano con pesar.
—¡No sabia, perdón! ¿Crees poder ir tu en mi lugar?—pidió apenada la pelirroja.
—No puedo, no estoy en la ciudad—respondió con un suspiro.
Otro gorila trato de golpearle aunque esta vez en el hombro, obteniendo el mismo resultado que el anterior.
—¿Entonces quien esta acompañando a Yagi?—preguntó Akane confundida.
—Por lo visto absolutamente nadie, es casi seguro que pensó que si no te decía nada no causaría problemas con tu trabajo—mencionó de forma pensativa la peliverde.
—Ay Karma ¿trabajo tanto para que parezca que causaría problemas si lo dejo para después?—preguntó Akane angustiada.
—Sip, si lo parece—respondió Eir a secas.
En ese instante el dominante dio un martillazo a la cabeza de Akane con su tronco, pero lo que no vio venir es que el tronco se doblo de forma en que tomo la figura de la mujer, dejando confundidos a todos los gorilas.
—Bueno, termina lo que debes hacer hoy y mañana trata de ir a la firma de boletas con Yagi—dijo Eir con pesar en su voz.
—...no...—susurro Akane.
—¿Qué?—preguntó confundida la peliverde.
—¡Voy a llegar hoy, incluso si debo abandonar esta misión!—grito la pelirroja decidida colgando la llamada y extendiendo su mano.
En ese instante su arma se elevó y fue hacia la mano de Akane noqueando a uno de los gorilas de paso, una vez su arma llegó a ella partiendo la esfera en dos y la puso en los costados de sus botas y las moldeo levemente para que fueran similares a ruedas, tomó posición y comenzó a avanzar a toda velocidad dejando a los gorilas procesando la situación.
—Karim dijo que esto podía pasar, como siempre un paso adelante—decía una voz que se acercó entre los árboles.
Era un hombre de cabellera negra con una bandana del mismo color en la frente, sus ojos eran de un color azul y tenía una tez bronceada, vestía una chamarra de piel y una bufanda que había visto mejores días.
—Bueno ¿quieren seguir con la fiesta?—pregunto con una sonrisa girando en cada mano una pistola.
Los gorilas al identificarlo como enemigo se le lanzaron con furia.
—Bueno, a diferencia de Akane, a mi me gusta hacer las cosas rápido—dijo apuntando sus armas las cuales de la boca de las pistolas se comenzó a emitir una leve luz amarilla y al disparar una fuerte luz se hizo presente.
Mientras eso sucedía Akane iba patinando a toda prisa con una mirada determinada debajo de su casco.
Volviendo a la escuela ya habían pasado un par de estudiantes junto a su tutor a recibir calificaciones junto a una charla de parte de Studious quien mencionaba respecto al desempeño académico como el desempeño de los jóvenes como aprendices a guerreros, en este momento en la azotea se veía a Yagi quien veía como Tomaru y su hermano Garoth se retiraban mientras se notaba que iban jugueteando un poco y molestandose debido a los codazos que se daban entre sí.
—Es adorable—decía Yagi con una sonrisa y recargando ambos brazos en el barandal.
—¿Estas celoso?—preguntó Sora llegando a su lado.
—Tal vez un poco—respondió con tranquilidad el pelinegro.
—Ey, tu hermano tarde o temprano deberá volver a casa—dijo Sora apoyando su mano en el hombro de su amigo.
—Ya lo sé, pero me preocupa como le va—decía Yagi soltando un suspiro.
—Te digo que volverá y veras como esta bien ¿Alguna vez me he equivocado?—preguntó Sora con una sonrisa—No te atrevas a responder esa pregunta—dijo Sora antes de que el pelinegro pudiera responder.
—Bueno, te creeré esta vez—dijo Yagi con una sonrisa más tranquila.
—Me alegro, me sentaría mal irme cuando se te ve desanimado—decía Sora con una sonrisa.
—¿Tanto se me nota?—preguntó Yagi un poco preocupado.
—Lo suficiente para que varios lo notemos pero no lo suficiente para que Neráida este exageradamente preocupada por ti—comentó el peliblanco burlon sacandole una risa a Yagi—Te dejo amigo, cualquier cosa, llámame o envía un mensaje al grupo—dijo Sora caminando hacia la puerta que da al interior del edificio.
—Adiós~—decía Yagi de forma divertida—Uff si que me debo notar mal—dijo tomando su posición previa.
—Pues viendo tu situación, preocuparía más el que no estés mal—decía Neráida estando volando frente al pelinegro.
Yagi dirigió su mirada hacia la chica, estando unos segundos procesando la situación finalmente reaccionó.
—¡N-neráida!—grito asustado el pelinegro retrocediendo hasta caerse.
—Perdón, no quería asustarte—decía Neráida extendiendo su mano.
—Creí que ya te ibas—decía Yagi aceptando la ayuda para pararse.
—Le pedí a mi mamá que me esperará unos momentos—decía la pelirrosa.
—¿Olvidaste algo?—preguntó Yagi confundido.
—Si, olvidé darte esto—dijo Neráida dándole un abrazo al pelinegro.
—¿Q-qué?—preguntó confundido el pelinegro.
—Se que es difícil para ti ver a todos nosotros con nuestras familias, así que aunque no es mucho, quiero decirte que esta bien sentirte triste, es normal querer pasar más tiempo con tu familia—decía la pelirrosa apretando el abrazo.
Yagi ante eso solo acepto el abrazo y hundió su cabeza en la cabellera de Neráida, no quería que su amiga viera la mirada triste que tenía, el abrazo duro unos segundos más hasta que el pelinegro se separó.
—Gracias Neráida, no sabría que haría sin amigos como tu—dijo Yagi con buen ánimo.
—No es problema, me alegra verte más animado—decía Neráida con una sonrisa.
—Si, no sabía cuanto necesitaba ese abrazo y esas palabras—dijo Yagi con un leve sonrojo.
—Por algo me encargo de tu seguridad, no sabes cuidarte a ti mismo—dijo Neráida con un puchero.
—Jeje perdón, tratare de mejorar eso—dijo entre risas el pelinegro.
—Bien, ya me voy, recuerda, buen ánimo—dijo Neráida alzando vuelo mientras daba dos pulgares arriba.
Ese acto fue imitado por Yagi quien solo vio como su amiga descendia para llegar hasta el piso inferior.
—Bueno, seguramente soy el último a pasar, así que iré con buen ánimo a ver a Studious—decía Yagi abriendo la puerta la puerta para ingresar al edificio.
Lo que no esperaba es que al abrir la puerta la mayoría de sus compañeros cayeron apilados uno encima del otro.
—¿Debo preguntar?—cuestionó Yagi sin creer lo que veía.
—No estábamos viendo como tenias un momento íntimo con tu interés romántico—respondió Jay con una sonrisa nerviosa.
—Y que no tuviste el valor de confesarte pese a que el ambiente era perfecto—mencionó Nahuel decepcionado.
—¡¿D-de que hablas?!—preguntó avergonzado el pelinegro.
—¡Hasta yo estoy decepcionada y no estoy ahí!—grito enojada Levy.
Desde el comunicador de Sora se escuchaba la voz de la chica.
—¿Incluso hicieron llamada?—preguntó Yagi incrédulo.
—Si, y Levy, no lo regañes, es adorable—dijo una voz femenina al lado de Levy.
—Cállate Elia, Yagi ya debería tomar valor—decía Levy con molestia.
—Ten Yagi, tu resuelve esto—dijo Sora dándole el comunicador a Yagi revelando que era una video llamada.
—Yagi te quiero pero eres lentísimo para demostrar que te gusta Neráida y que ella lo noté—dijo Levy inflando sus mejillas del enojo hasta que fue empujada.
En la pantalla se veía ahora a una chica de una cabellera algo larga de un tono castaño y lacio, sus ojos parecían estar cerrados y tenía una bendita en la mejilla, su vestimenta apenas y se podía notar que tenia un suéter hecho a mano de color morado.
—Perdón Yagi, pero Levy es algo pesada cuando se trata de amor—dijo la chica tratando de mantener alejada de la cámara a Levy.
—Descuida Elia, entiendo como se siente—decía con una sonrisa nerviosa el pelinegro.
—Nos vemos luego, tratare de relajar a Levy—decía Elia con una sonrisa.
—Pero todavía no he dicho todo lo que tengo que—trato de decir Levy aunque la llamada fue cortada antes de terminar.
—Ustedes, agradezcan que me caen bien si no los intentaría reventar a golpes—dijo Yagi enojado viendo a sus amigos quienes temblaban de miedo.
Yagi camino entre sus compañeros para ingresar al edificio, no sin antes dejarle su comunicador a Sora.
—Les dije que no debíamos espiar—susurro Chloe.
—¡Pero si tu fuiste la primera en venir!—gritaron todos los presentes enojados.
Mientras el grupo comenzaba una discusión Yagi había llegado a su salón y tomó asiento frente a Studious.
—Así que nadie vendrá—decía Studious soltando un suspiro.
—Lo lamento mucho, mi familia está ocupada y no puedo dar una fecha para que alguno esté libre—dijo Yagi con tranquilidad.
—No te preocupes, entiendo que es un poco difícil este tipo de cosas—dijo Studious comprensivo.
—Gracias ¿quiere darme las boletas con las notas?—preguntó Yagi viendo las hojas que tenia Studious en su escritorio.
—¿Seguro?—preguntó Studious confundiendo al pelinegro—Si tu familia sabe de la firma de boletas dudo que no hagan lo que este a su alcance para venir—decía serio.
—No quiero llevarle la contraria, pero mis familiares con mayor oportunidad de venir son mi tía y mi madre—respondió Yagi con tranquilidad.
—Tu tía Eir es una doctora y tu madre es una Tierkreis, si lo se—decía Studious repasando la situación.
—Entonces entiende que sus obligaciones las mantienen ocupadas—respondió el pelinegro.
—Si, lo entiendo, si crees genuinamente que nadie vendrá, no tendré otra opción—dijo Studious con un suspiro.
En ese instante la puerta se abrió abruptamente dejando ver a Akane quien ya no llevaba gran parte de su armadura y su cabello estaba alborotado.
—¡Lamento llegar tarde!—grito Akane agitada.
—Me alegra que haya podido acompañarnos, tome asiento por favor—dijo Studious con una sonrisa.
Akane tomó asiento al lado de Yagi, quien veía a la pelirroja con impresión.
—¿Como le gusta proceder? ¿Quiere ver las calificaciones de Yagi? ¿Las notas de su capitán de escuadrón respecto a su desempeño como aprendiz de guerrero?—preguntó Studious preparando los papeles.
—Me gustaría empezar con las calificaciones—respondió Akane tranquila.
Yagi solo se quedo en silencio viendo como Akane escuchaba todo lo que decía su profesor, el pelinegro notó que en la mirada de su madre se veía brillante, notándose cierto orgullo, por la situación tan inesperada no noto el avanzar del tiempo.
—Eso sería todo, agradezco su atención señora Akane—decía Studious con una sonrisa.
—Al contrario, gracias por todo lo que hace por mi hijo—dijo Akane dando una leve reverencia
—¿Eh? Ah si, muchas gracias—dijo Yagi de forma un poco atropellada imitando a su madre.
—Nos vemos el próximo día de clases, disfruten el resto del día—decía Studious despidiendose.
Akane junto a Yagi se retiraron y comenzaron a caminar dirección a su casa.
—¿Tienes hambre? Podemos ir a comer pizza si lo deseas—dijo Akane pensativa.
—Si, creo que podría comer pizza—dijo Yagi con una sonrisa.
—¿Por qué no me dijiste que había firma de boletas?—preguntó la pelirroja.
—Creí que tenias que cumplir con tus responsabilidades como Tierkreis—respondió el pelinegro con pena.
—Yagi, si me hubieras dicho hubiera movido cielo y tierra para hacerme un par de minutos para ti—decía Akane dándole un abrazo Yagi.
—Lo tomaré en cuenta entonces—dijo Yagi con una sonrisa aceptando el abrazo.
—Bien, ahora a comer pizza, hay que celebrar tus esfuerzos—dijo Akane animada alzando los brazos.
—Me gusta esa idea, de paso podrías contarme un poco como te ha ido—decía Yagi con una amplia sonrisa.
—A cambio de me debes de decir que que has hecho en tus misiones—dijo Akane con una sonrisa.
Madre e hijo siguieron su camino con buen ánimo para pasar tiempo en familia, el día había terminado mejor a como había empezado.
Continuará...
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