Día De Misión
En lo que parecía ser una habitación con un escritorio y una silla frente a una ventana por la que pasaban rayos de sol, un armario en una esquina cercana a la puerta de la habitación que estaba cerrada, a un lado del escritorio había una cama con un bulto de sábanas de color negras.
Encima del escritorio en una esquina del mismo, un objeto de forma circular con lo que parecía ser una pantalla se encontraba vibrando con un fuerte sonido.
—Mmm, 5 minutos más...—decía la persona que formaba el bulto de sábanas.
En vista de que por decir eso no paso nada, la persona sacó su brazo del bulto para tomar el objeto y meterlo en el bulto.
Hubo unos segundos de silencio hasta que de repente la persona junto al bulto de sábanas salto de la cama gritando.
—¡Llegó tarde!—grito intentando librarse del enredó de sábanas que tenía a su alrededor.
Al lograrse librar de la sábanas se pudo ver a un joven de aproximadamente 16 años, tenía una larga cabellera lisa de color negro, tenía unos ojos de color azul celeste, vestía una pijama sencilla conformada por una playera roja y un pantalón de lana color gris.
—Maldita sea, voy tarde, voy tarde—decía corriendo fuera de su habitación.
El chico pasaba por un pasillo hasta llegar a un puerta, al abrirla se podía ver que era el baño, contaba con lo normal de estos, un retrete, un lavamanos, algunos pequeños muebles con un par de puertas y encima toallas dobladas, además de una regadera con su cortina.
—Odio esto pero si no llego más tarde de lo que ya voy—dijo abriendo el agua fría de la regadera com rapidez mientras se comenzaba a desvestir—Hagamos esto—dijo adentranse en el agua fría.
El joven se tuvo que dar una ducha rápida con el agua fría, pese a que el agua fría chocaba con el cuerpo del chico remarcando un poco unos pequeños músculos se podía ver como salía vapor caliente, tras la ducha el joven tomó una toalla cercana y salió disparado nuevamente a su habitación mientras se secaba, pasó rápidamente al armario de su habitación sacando ropa que ponerse.
Al terminar de vestirse ahora tenía un pantalón de mezclilla, una playera de color blanca, encima una sudadera con cierre de color negra con una línea gris que iba desde la manga hasta los hombros, finalizando con unas botas negras.
—Listo, ahora a darme prisa—dijo tomando el dispositivo y unos lentes de su escritorio.
Salió nuevamente de su habitación y bajando rápido por unas escaleras llegando hasta a una cocina bastante sencilla, un horno con estufa, un refrigerador, un horno de microondas, licuadora y algunos muebles para guardar cosas como una mesa pequeña, el joven tomó una hogaza de pan que se encontraba en una especie de cesto en la mesa pequeña.
—Mis compañeros me van a matar—decía comiendo el pan rápidamente para dirigirse a la salida de su hogar y comenzar a correr.
Mientras corría se podía vislumbrar varias casas y algunas personas sacando a pasear a alguna mascota o algunos trotando o volando con un par de alas.
—Buenos días Yagi ¿tarde otra vez?—decía un señor que movía sus manos frente a un arbusto cambiando poco a poco su forma.
—Sueño pesado, ya sabe, lamento no poder quedarme a hablar señor Barton—decía el ahora conocido como Yagi sacudiendo la mano mientras corría.
El señor ahora conocido como Barton replico la accion de Yagi con una sonrisa y una pequeña risa, el joven seguí corriendo aumentando la velocidad gradualmente llegando hasta un edificio algo grande de color blanco con unas puertas bastantes grandes.
—Lo logré—decía Yagi sujetando sus piernas respirando bastante del cansancio.
—Y nuevo récord, 53 minutos tarde—decia una persona al lado de Yagi.
La persona en cuestión era un joven de aproximadamente la misma edad de Yagi, pelo corto de color blanco y algo alborotado con un mechón que le cubría uno de sus ojos, estos eran de color amarillo acompañados de unos lentes, el joven vestía una playera holgada de color azul y unos pantalones de mezclilla junto a unos tenis azules.
—Buenos días Sora, ya sabes, tengo el sueño pesado je je—decía Yagi con una sonrisa nerviosa mientras se rascaba una mejilla.
—Lo sé, desde niño siempre tuviste el sueño pesado, vamos, Rieka y Umi ya están adentro, con ganas de matarte por parte de la primera—decía Sora con cierta mezcla de burla y temor en su voz.
—Al menos solo ella quiere matarme, me sorprende que Umi aún no—dijo Yagi entrando al edificio.
El lugar era una mezcla entre moderno y algo rústico, el suelo era de tablones de madera, había varias mesas del mismo material, algunas con algún tipo de planta en el centro o a un lado, un enorme tablón a un lado de la entrada y había lo que parecía ser un mostrador frente a dicho tablón.
—Creo que eso lo compensa las ganas de matarte de parte de Rieka—decía Sora algo nervioso.
—¡Ahí estas maldito retrasado!—grito molesta una persona.
Quien se acercaba era una mujer de posiblemente la misma edad que los otros dos jóvenes, vestía una franelilla blanca con una chaqueta negra, un pants del mismo color, su cabello de color gris muy alborotado, sus ojos afilados y de color zafiro, lo que más destacaba de ella es que tenía orejas y cola similares a las de un lobo, además de un collar de cadena en su cuello, la joven se acercaba con molestia hacía Yagi.
—Y ahí está Rieka—decía Sora alejándose de Yagi quien retrocedía temeroso.
—¡No lo mates, a mi me cae bien!—gritaba una persona que sujetaba a Rieka de la cintura.
La persona que sujetaba a Rieka era una chica de pelo azul corto un poco ondulado, sus ojos y pestañas largas eran colo negro, además de notarse que tenía dientes de sierra, vestía lo que parecía ser un traje de baño de una pieza de color negro con un pequeño corazón en el pecho, acompañado de unos shorts del mismo color, además de tener encima un abrigo de color morado, además portaba unos mocasines negros.
—¡Sueltame Umi si no quieres que te mate también!—dijo molesta Rieka mientras intentaba alcanzar a Yagi dándole zarpazos.
—Yo mejor me voy—dijo Yagi comenzando a correr.
—¡Vuelve aquí maldito!—dijo Rieka soltandose de Umi para comenzar a correr detrás de Yagi.
—¡Ayuda!—gritaba Yagi mientras huía.
—Bueno, no se diga que no lo intente—dijo Umi tomando lugar en una mesa cercana.
—Yagi debería de poner su alarma más temprano, así se despertaría a tiempo—decía Sora tomando lugar en la misma mesa.
—¿Cuánto a que Reika atrapa a Yagi antes de que Harland los separe?—preguntaba mostrando unas monedas con un diseño que asemejaba un especie de zodiaco.
—5 Caidoz a que Harland los detiene antes de que Rieka atrape a Yagi—dijo mostrando las monedas.
—¡Deja de huir, solo te voy a lastimar mucho!—dijo Rieka enojada.
—¡¿Eso porque haría que dejara de huir?!—preguntó Yagi confundido.
Rieka embistió a Yagi tirandolo al suelo, apenas el chico recuperaba sus sentidos sintió como lo estaban ahorcando mientras lo agitaban.
—¡Te voy a enseñar a ser puntual maldito idiota!—grito Rieka agitando al pelinegro.
—Soy...puntual...solo me gana...el sueño...—respondió Yagi difícilmente mientras se podía ver que se le salía el alma por la boca.
—¡Eso no tiene ningún sentido!—grito Rieka agitando aún más al ya moribundo Yagi.
—¡Ey déjalo en paz!—grito una nueva voz.
Rieka al voltear a ver de donde provenía la nueva voz recibió una patada en la cara, específicamente en la mejilla, que le apartó de Yagi quien volvió a respirar.
—Uff, estoy vivo, gracias Neráida—dijo Yagi con una sonrisa tranquila viendo a la persona que había llegado.
La persona a quien se dirigía era una chica de cabello rosado liso, algo largo con cierta parte atado en una coleta, además de que tenía dos mechones que iban hacia los lados de un color rosa más pálido, sus ojos eran morados con amarillo brillante y en el centro una estrella de cuatro puntas, tenía un sonrojo permanente en ambos cachetes, vestía una playera blanca cuyo cuello tenia un patrón de flores acompañado de un suéter de un color verde opaco.
—Siempre puedes contar conmigo—dijo con una sonrisa animada.
—Tch, tienes suerte que no me meto con personas mucho más fuertes que yo—dijo molesta Rieka sobandose la mejilla en donde recibió la patada mientras se retiraba.
—Yei, gane—dijo Umi tratando de tomar las monedas pero Sora se las quito.
—Me temo que tu ni yo ganamos, la apuesta concluía con Harland llegando, debido a que no se presentó, ninguno gana nada—decía Sora con voz tranquila.
—Mal perdedor—respondió Umi con un puchero.
—Déjame adivinar, te volviste a quedar dormido por tener el sueño pesado—dijo algo burlona Neráida.
—¿Tan predecible soy?—preguntó Yagi avergonzado.
—Un poco, solo falta que hayas desayunado un solo pan mientras venias para acá—dijo Neráida con una sonrisa.
—Je je je—una risa nerviosa es lo único que salio de Yagi mientras se rascaba detrás de la cabeza.
—No tienes arreglo, ¡Así que nunca cambies!—dijo Neráida algo decepcionada al inicio pero muy animada al final.
—¿Eh? ¿Gracias?—preguntó confundido.
—¡Sora Arashi, Umi Fukai, Rieka Mond y Yagi Kurosaki, requiero su presencia frente al tablón de misiones, vamos tarde!—grito alguien a través de lo que parecía ser un altavoz.
—Por fin podemos empezar—dijo Rieka comenzando a caminar hacia donde se indicó.
—Ya escucharon, andando—dijo Umi parándose de su lugar.
—Nos vemos después Neráida—dijo Yagi retirándose junto al resto.
—Si, cuídate—dijo Neráida con una sonrisa animada para pasar poco después a un rostro preocupado.
—Descuida, no dejaré que nada le pase—dijo Sora con una sonrisa.
—Gracias Sora, te lo encargo, bien vuelvo con mi equipo, deseame suerte—dijo Neráida volviendo a su actitud animada.
—Bueno, ojalá no tengamos misiones tan complicadas hoy—dijo Sora caminando hacia el resto.
En frente del tablón de misiones se encontraba un hombre fornido de cabellera castaña un poco larga, tenía un parche en us ojo izquierdo su ojo visible era de color naranja, tenía una pequeña barba, vestía una playera blanca y encima chaqueta verde con botones dorados en sus hombros, además de unos pantalones verde militar, en su espalda llevaba lo que parecía ser una espada gigante.
—¡Capitán Harland!—dijeron al unísono Umi, Sora y Yagi haciendo un saludo militar.
—Cuantas veces les he dicho que me digan solo Harland—dijo dando un suspiro.
—Ya díganos cual es la misión que haremos—dijo Rieka notablemente irritada.
—Tranquila fiera, como se que aveces se cansan de las misiones, decidí probar a darles una misión un poco más complicada—dijo serio Harland.
—¿Un poco más complicada?—preguntó Umi ladeando la cabeza confundida.
—La misión con la que comenzaremos es rastrear y capturar a un ladrón que ha estado ocasionando alguno que otro problema por lo escurridizo que es—respondió Harland.
—No será tan difícil, tenemos a Rieka—dijo Yagi apuntando a la mencionada.
—¿Qué insinúas con eso?—dijo Rieka molesta.
—No te enojes Rieka, de hecho por eso es que no es tan complicada esta misión, tu olfato de lobo será de mucha utilidad en esta misión—dijo Harland con una ligera sonrisa.
—Tch, bien, vamos a hacer esa mierda—dijo molesta Rieka.
—Ok, ya que les informe de que va la misión, iremos al último lugar donde se identifico a este ladrón, andando equipo—dijo Harland serio saliendo del lugar siendo seguido por los jóvenes.
Tras andar unos minutos caminando terminaron llegando a lo que parecía ser una tienda de antigüedades con una ventana rota, en la entrada había una anciana esperando pacientemente.
—Lamento la demora señora—dijo Harland amable.
—No se preocupe, no tengo prisa—dijo tranquila la anciana.
—Podemos ver si encontramos pistas ya—decía Rieka irritada.
—Muestra un poco de respeto, a la pobre mujer le robaron—dijo Sora reprendiendo a la chica.
—Tan pobre no será si tiene antigüedades que valgan la pena robar—refutó la chica.
—Al menos muestra un poco de respeto para los mayores—dijo Umi molesta.
Rieka en respuesta dio un chasquido de lengua mientras miraba a otro lado.
—Veo que tiene a su cuidado jóvenes bastante interesantes—dijo la anciana viendo la pequeña discusión del grupo.
—Si no es mucha molestia, ¿puede decirnos que fue lo que robaron?—preguntó Yagi.
—¡Yagi!—se quejaron Umi y Sora espantando al mencionado.
—No se preocupen, no tengo problema, lo que robaron fueron algunas decoraciones como candelabros de mesa y algunas vasijas de cerámica—dijo dulcemente la anciana.
—Ya veo, ¿sabe si el ladrón dejo caer algo o si llego a tocar algo que no logro robar? —preguntó Sora.
—Pues como pueden ver el ladrón rompió la ventana para escapar, debido a que era peligroso el cristal roto he alejado a los curiosos—dijo señalando a los vidrios rotos.
—¿Dónde están los guerreros de seguridad cuando se les necesita?—preguntó Umi.
—Recuerda que a las misiones que ellos no han logrado completar en cierto plazo de tiempo pasa a los gremios cercanos a dicha misión, para no obstruir misiones con mayor prioridad—explicó Sora tranquilo.
—Si guerreros cuyo trabajo es manejar este tipo de situaciones no pueden completarlas, eso hablara de que tan bien hacen su trabajo—dijo Umi algo burlona.
—Basta de charla, Rieka olfatea este pedazo de cristal, tal vez puedas seguir su rastro—dijo Harland extendiendo un pedazo de vidrio con lo que parecían ser marcas.
—Odio hacer esto—dijo Rieka tomando el pedazo de vidrio y acercandolo lo suficiente para no cortarse.
Rieka estaba olfateando un poco el pedazo de vidrio, parecía estar concentrada en ello.
—¿Tardará mucho?—preguntó Yagi a Sora.
—Puede que un poco, tiene que detectar los aromas impregnados en el cristal, separarlos de los aromas cercanos para concentrarse en uno que no esté presente o no tan cercano para poder seguirlo—dijo Sora tranquilo.
—A veces no se como te aprendes todo eso, pareces una biblioteca andante—dijo Yagi sorprendido.
—Las ventajas de estudiar amigo mío, tal vez deberías intentarlo—dijo Sora con una sonrisa.
—Paso, no creo necesitar tanta información, posiblemente más la mitad pase a ser inútil—dijo Yagi alzando los hombros.
—Tu te lo pierdes—respondió Sora.
—Listo, lo detecte—dijo Reika soltando el pedazo de vidrio haciendo que se rompa.
—Perfecto, señora usted espere aquí, recuperaremos lo que le robaron—dijo Harland con una sonrisa.
—Muchas gracias jovencitos—dijo la anciana regresando la sonrisa.
—Ok Rieka, guianos—ordenó Harland.
Rieka a regañadientes comenzo a olfatear mientras caminaba lentamente siguiendo el rastro que encontró, caminando entre las calles de lo que parecía ser una pequeñas ciudad, aunque a pasos lentos.
—¿No podemos ir más rápido?—preguntó Umi confundida.
—No es tan fácil Umi, el rastro que Rieka sigue se puede dispersar entre los distintos olores que hay por aquí, por lo que necesita concentrarse—dijo Harland tranquilo.
—Aquí termina el rastro—dijo Rieka deteniéndose frente a un parque.
—¿Un parque?—preguntó Sora confundido.
—No me vean a mi, yo solo seguí el rastro—dijo Rieka molesta.
—Busquemos alguna pista equipo—dijo Harland entrando en el parque.
Los jóvenes hicieron lo mismo buscando algún tipo de rastro, buscando en árboles, arbustos, bancas entre otras cosas, no parecía haber ningún rastro.
—Creo que preferiría buscar alguna mascota perdida—dijo Sora buscando entre arbustos.
—Vamos, esto es más emocionante, ¿te imaginas que el ladrón resulta ser un buen peleador y tengamos un enfrentamiento épico?—decía emocionado Yagi estando encima de un árbol.
—Lo dudo bastante, posiblemente se le de bien esconderse y escabullirse, no encuentro nada—decía Sora notablemente agotado.
—Se vale soñar—decía Yagi bajándose del árbol.
En el momento que cayó de golpe al suelo, la tierra cercana al árbol tembló un poco, haciendo que el suelo sobre el que encontraba el joven se cayera.
—¡Yagi!—grito Sora preocupado corriendo a donde cayó su amigo.
A un lado de árbol ahora se podía vislumbrar un agujero ni tan profundo, dentro de dicho agujero se encontraba Yagi cubierto de tierra.
—Creo que encontré una pista—dijo Yagi con los ojos en espiral.
—Que bueno que estas bien, ¡Ey chicos, encontramos algo!—grito Sora llamando la atención de su equipo.
El resto del equipo se terminó de acercar al lugar viendo como Sora ayuda a Yagi a que saliera dle agujero.
—Ya veo, un pasaje subterráneo, el ladrón debería de usar esto para llegar a su guarida, bien hecho chicos—dijo Harland con una sonrisa mientras saltaba dentro del agujero.
—Apenas había salido de ahí—dijo Yagi desanimado saltando detrás del castaño.
—Las damas primero—dijo Sora dándole paso a Umi.
—Yagi te va a matar si se entera que dijiste eso—respondió Umi soltando una leve risa a la vez que saltaba.
Rieka salto sin decir una sola palabra para finalmente Sora saltar también.
—No puedo ver nada—dijo Umi entrecerrando los ojos.
—Ilumina un poco Yagi—ordenó Harland.
—Captado—respondió Yagi.
En ese momento Yagi alzó su mano creando una leve llama rojiza en su mano que iluminó un poco el túnel, pero aún así no se podía ver el final de este.
—Parece que será un largo camino—dijo Sora.
—Puedo oler levemente el rastro de esa persona—dijo Rieka olfateando.
—Eso es buena señal, andando—dijo Harland serio.
El camino que estaban siguiendo era bastante extenso, por más que caminaban no parecían llegar a ningún lugar y podría decir que ya llevaban una hora o tal vez dos andando por ese camino.
—Esto tiene final ¿verdad?—pregunto Yagi cansado.
—Eso espero, me duelen los pies—dijo Umi igualmente agotada.
—Si dejaran de hablar el camino sería menos largo—dijo Rieka molesta.
—¿Vas a decir que en verdad no estas cansada de solo caminar?—preguntó Yagi.
—Tal vez ya estarías haciendo otra misión si no hubieras llegado tarde—dijo Rieka dirigiendole una mirada de odio al pelinegro.
Antes de que Yagi pudiera decir algo en respuesta una luz se veía a lo lejos, lo que indicaba que ya estaban por llegar a la salida, al salir del túnel terminaron en lo que parecía ser un bosque bastante grande con poca iluminación por parte del sol.
—Wow ¿Qué es este lugar?—preguntó Sora inspeccionando su alrededor.
—En un lugar al que no se debería acceder sin autorización—dijo serio.
—¿Entonces no deberíamos estar aquí?—pregunto Umi.
—En teoría no, por suerte debido a que soy su capitán de equipo, nos libramos de algunos problemas, pero ese ladrón, no correrá la misma suerte—respondió Harland serio.
—Puedo detectar más fuerte el aroma de esa persona, no esta muy lejos, en esa dirección—dijo Rieka apuntando entre los árboles.
—Bien, este es el plan, nos dividiremos, yo me adelantare y prepararé una emboscada, ustedes irán juntos y atraerán la atención del ladrón, sin arriesgarse ¿entendieron?—dijo Harland serio.
—Entendido capitán—dijeron Umi, Sora y Yagi al unísono.
Al responder todos vieron a Rieka esperando su confirmación.
—Tch, bien, acatare esa orden—dijo Rieka a regañadientes.
—Bien, iremos a un ritmo constante para que nos podamos visualizar a la distancia—dijo Harland recibiendo un asentimiento del grupo.
El grupo de cinco personas se dividió comenzando a caminar a la dirección señalada por la chica, conforme avanzaban se iban separando más, siguieron hasta llegar a una zona más abierta con lo que parecía ser una cueva, de dicha cueva se podía ver salir a un hombre de cabellera castaña corta con una camisa roja y overol de leñador junto a unas botas marrones.
—El rastro me lleva a él—dijo Rieka viendo a Harland del otro lado del bosque dando un asentimiento.
Harland entendiendo el mensaje regreso el asentimiento, escabullendose entre los árboles del bosque.
—Bien, ya saben que hacer, solo hay que distraerlo, lo mejor será mantener distancia entre nosotros y el debido a que desconocemos sus habilidades—dijo Sora serio.
En el momento en que terminó de hablar Rieka salió de entre los árboles corriendo hacia el individuo, mientras corría encima de sus manos se iba formando lo que parecía ser hielo hasta crear un tipo de guantes con garras.
—¡¿Rieka que haces?!—grito en un susurro Umi.
A escasos metros de la persona, Rieka aumento la velocidad apunto de lanzar un zarpazo ascendente, en ese momento una sombra se hizo presente encima de la chica, al dirigir su mirada hacia arriba pudo ver como un bloque de roca descendía con rapidez, solo logró poner sus dos manos encima de sí misma para soportar el peso de la roca.
—Los jóvenes son muy imprudentes, lanzarse al ataque de forma tan temeraria tal vez ameritaria una felicitación de otro adulto, pero eso solo te puso en esa deplorable situación—dijo el hombre caminando hacia Rieka.
—M-maldito—decía Rieka con dificultad sujetando la piedra para no ser aplastada.
—Eres muy tonta pequeña ¿enserió pensaste que no prestaría atención a mi entorno lo suficiente para no notar que una niña venía a atacarme?—preguntó burlón el hombre.
—Maldita sea, necesita ayuda, hora del plan B—dijo Sora sacando un bote de pastillas de su bolsillo y tomar una pastilla redonda de color roja para posteriormente morderla.
—Me parece bien el plan B—dijo Yagi poniéndose en posición de batalla.
—Por lo que veo eres algún tipo de can, así que debiste rastrearme por los robos que realice, así que mejor no dejar testigo—dijo serio el hombre.
En ese momento aquel hombre alzó ambas manos mientras apretaba un poco las manos, en consecuencia dos cubos hechos de piedra se elevaron del suelo, acto seguido el hombre choco sus dos manos haciendo que ambos bloques se dirigiera hacia una indefensa Rieka.
—(Mierda, debo de hacer algo o moriré)—pensó con molestia Rieka.
Cuando los dos bloques de piedra iban a mitad del camino, Yagi apareció en medio viendo a uno de los bloques, tenía un brillo rojizo en su boca al abrirla libero una poderosa llamarada que rompía poco a poco la roca, por el otro lado Sora apareció frente a la otra roca, tenía unas alas de halcón en su espalda y rayos azules salían de su cuerpo, en un veloz movimiento asestó una patada electrificada rompió el bloque con facilidad, Umi por su parte formó una pistola con sus dedos y disparo lo que parecían ser balas de agua.
—Sabía que tendrías un equipo oculto contigo, necesitarán más que eso para vencerme—dijo el hombre esquivando las balas.
—Que bueno que lo dice, por que esas balas no son normales—decía con una sonrisa.
El hombre volteo a ver a donde fueron las balas que esquivo ante ducha declaración, su sorpresa fue grande al ver como las balas se habían convertido en lo que parecía ser un pequeño tiburón conformado de dicho líquido, el hombre dio un fuerte pisotón al suelo que elevo un pilar de piedra que destruyó al tiburón de agua.
—¡Toma esto!—grito Sora lanzado una patada hacia la roca que tenía Rieka.
—No les pedí su ayuda—dijo Rieka molesta.
—Un gracias no estaría mal—dijo Yagi con la voz un poco ronca.
—Veo que esto será interesante, veamos que tal les va con esto—dijo con una sonrisa confiada el hombre.
En el momento en que dijo eso varias piedras iguales a las anteriores se elevaron.
—Ok, ¿cuál es el plan Sora?—-preguntó Umi un poco nerviosa.
—Ir de frente e intentar noquear a ese tipo—respondió Sora preparandose para volar.
—Por primera vez dices algo que me agrada—dijo Rieka tomando una pose similar a la de un lobo.
—Después nos disculpamos por no seguir el plan A—dijo Yagi rodeando sus puños de fuego.
Sora fue el primero en lanzarse a gran velocidad rompiendo algunas rocas logrando despejar un poco el camino, Rieka y Yagi se lanzaron después golpeando algunas rocas logrando romperlas y teniendo que esquivar algunas otras, Umi creaba tiburones de agua desde la retaguardia para asegurar el camino de los otros.
Rieka tomó delantera rompiendo una roca de un tajo con su mano izquierda preparando otro con su mano derecha para darle al hombre, grande fue su sorpresa al ver que había desaparecido de donde había estado.
—¿Pero que?—pregunto Rieka notoriamente confundida hasta que su oído captó un sonido desde abajo.
Al dirigir su mirada hacia el suelo viendo como se estaba agrietando hasta romperse y revelar al hombre quien le metió un fuerte puñetazo en el estómago a Rieka haciendo que escupiera un poco de saliva mientras salía volando hasta chocar con una roca dejándole medio inconsciente.
—¡Rieka!—gritaron preocupados al unísono sus compañeros.
—Si que son novatos—dijo burlón lanzándose a atacar a Rieka.
—¡Aléjate de ella!—grito Umi lanzando tiburones de agua.
Los tiburones comenzaron a "nadar" alrededor del individuo limitando sus vías de escape.
—Bien hecho Umi, Yagi ve con Rieka y ayudala a levantarse—dijo rompiendo otra de las rocas de una patada.
—Entendido—respondió Yagi corriendo a donde se encontraba la chica.
Mientras corría sintió un leve temblor en sus pies y debajo de sus pies salió el hombre dándole un fuerte uppercout que lanzó a los aires al pelinegro.
—No deberían descuidar sus pies mocosos—dijo dando un salto apunto de arremeterle un puñetazo en el aire a Yagi.
—Y tu no deberías descuidar tu frente—dijo Yagi medio aturdido lanzando una llamarada de su boca.
El hombre sorprendido solo logró cruzar sus brazos para minimizar el daño, al recuperarse vio al suelo mientras parecía preparar un clavado, en cambio Yagi iba cayendo siendo atrapado en el aire por Sora quien respiraba pesadamente.
—Ya entiendo, su elemento es tierra, eso explica las rocas, su animal debe de ser un topo u otro animal con las habilidades de excavar—decía Sora analizando al enemigo.
A escasos metros de que el hombre tocara el suelo, este comenzó a agrietarse y del suelo emergió Harland portando su espada.
—¡No te atrevas a tocar a mis muchachos!—grito Harland molesto.
Sin tener tiempo de reacción, el hombre recibió el golpe en el estómago mientras lanzaba un grito ahogado para posteriormente caer inconsciente al suelo, junto a él las rocas que había elevado cayeron al suelo.
—Que bueno que ha terminó—dijo Umi con un suspiro.
—¿Se encuentran todos bien?—preguntó denotando preocupación Harland.
—Si, máximo unas contusiones leves—dijo Sora descendiendo mientras dejaba a su amigo en el suelo.
—Me alegra, ahora me gustaría escuchar la explicación de porqué desobedecieron y se lanzaron a atacar—dijo Harland con una sonrisa mientras se podía sentir como un aura de enojo salía de el.
—Uno de nosotros salió al ataque y los otros tuvimos que actuar en consecuencia—dijo Sora viendo de reojo a Rieka.
—¿Y quien fue?—preguntó Harland cruzando los brazos.
Nadie decía nada en ese momento dejando un silencio un tanto incómodo.
—Si el culpable no da un paso al frente todos recibirán un castigo—dijo serio Harland.
Ante eso se pusieron nerviosos el resto, Sora iba a abrir la boca pero en ese mismo instante alguien dio un paso al frente.
—Fui yo, lo lamento mucho capitán—dijo Yagi apenado.
Harland se sorprendió bastante al igual que el resto de los jóvenes ante la declaración.
—Estoy decepcionado Yagi, hablaré de tu castigo después, de momento inspeccionemos la cueva y tomemos todo lo robado—dijo Harland serio.
Todos asintieron adentrándose en la cueva, la sorpresa de los jóvenes fue grande cuando vieron que además de lo mencionado por la anciana, había algunas otras cosas de valor, tales como joyeria, algunas partes de armadura y armas.
—Cada quien tome lo que pueda, por suerte ese tipo parece que dejo los sacos en los que se llevaba lo robado, así que guarden lo que puedan—dijo repartiendo los sacos a los jóvenes.
—Si que iba a obtener una buena cantidad a cambio de todo esto—dijo viendo de reojo una lanza.
—Si, esto seguramente es caro—dijo Yagi viendo fijamente la gema de un anillo.
—Yagi no, sabes que no puedes quedarte eso, por más que te lo digan tus instintos—dijo Umi tomando el anillo y poniéndolo en un saco.
—Lo siento, eso de los dragones es en verdad molesto a veces—dijo Yagi rascándose la cabeza.
—A veces no entiendo bien como funciona eso—dijo Umi confundida.
—Mañana en clases retomaremos ese tema si no mal recuerdo, ahí puedes aclarar tus dudas—dijo tranquilo Sora.
—No recuerdo que estábamos viendo la semana pasada—dijo confundida Umi.
—Mañana también hay repaso, pero mejor recuerda chechar tus apuntes regresando a casa—dijo Sora con un suspiro.
Tras una leve charla para calmar el ambiente terminaron por recoger todo lo robado, así que procedieron a salir de la cueva, al salir Harland con su pierna alzó al hombre desmayado y lo puso en su hombro para llevárselo.
Caminaron hacia el túnel en donde Yagi en su mano creo una llama iluminando el camino, el joven y Harland iban un poco adelantados del resto.
—Dime, ¿por qué aceptaste la culpa?—pregunto Harland serio.
—Porque si no todos recibiriamos un castigo y no me parecía justo—dijo Yagi tranquilo.
—Ya veo, eres bastante amable—dijo Harland.
—Si sabe quien fue el que desobedeció ¿por qué pregunto quien había sido?—preguntó Yagi confundido.
—Quiero que se haga responsable de sus acciones y entienda que otros pagaran por los platos rotos, si le obligó a aceptar la culpa terminará generando el efecto contrario—respondió Harland serio.
—¿Cómo esta seguro de eso?—preguntó Yagi de vuelta.
—Lo sé porque ya lo he llegado a ver, por lo que se que pasará, finge que te puse un castigo y mañana llega pareciendo estar sumamente agotado—dijo Harland con una sonrisa.
—Captado capitán—respondió Yagi dando un saludo militar.
El camino debido a que llevaban objetos pesados terminó volviéndose aún más largo de lo que ya era, así que al momento de llegar al otro lado ya eras bastante tarde, teniendo que ir a entregar al ladrón a las respectivas autoridades y regresar todos los artículos robados termino llegando el atardecer dejando sumamente agotado al grupo frente al gremio.
—Pensar que un poco más complicado resultaría ser una misión de todo el día—decia Umi dando un respiro.
—Ya pueden volver a su casa a descansar, Yagi recuerda cumplir con tu castigo o lo duplicare—dijo Harland serio.
—Si capitán—dijo Yagi serio.
—Descansen chicos y estudien, a algunos no les fue tan bien en los últimos exámenes—decía Harland haciendo que Umi comenzará a silbar.
—Hasta luego—dijo Rieka retirándose.
—Nos vemos mañana chicos, suerte Yagi—dijo Umi yéndose también.
—Si tienes problemas con el castigo que te puso Harland no dude en llamarme, en caso de no necesitarme nos vemos mañana por la mañana—dijo Sora retirándose con una sonrisa.
—Hasta luego chicos, prometo no llegar tarde a clases mañana—dijo Yagi agitando su mano.
Yagi comenzó a caminar con calma hacia su casa, a momentos se detenía a ver su alrededor con una sonrisa, tras unos minutos y con el anochecer llegando llegó a su hogar, al entrar un olor muy bueno llegó a su nariz haciendo que su estómago gruñiera.
—¿Hay alguien en casa?—preguntó a sí mismo.
Adentrándose en el lugar pudo ver como en la cocina había una mujer de cabello verde un tanto opaco enfrente de la estufa.
—¿Tía Eir?—preguntó Yagi ligeramente sorprendido.
—¿Eh? Oh Yagi llegaste—dijo la mujer dándose la vuelta.
Al darse la vuelta reveló ser una mujer de tez morena, sus ojos eran de un color verde brillante y en sus labios se podía denotar labial rosado, además tenía unos lentes, vestía una camisa blanca con unos pantalones negros y tacones del mismo color, por último y no menos importante un collar de perlas.
—Que sorpresa verte ¿qué haces aquí?—pregunto Yagi sorprendido.
—Tu madre me hablo, dijo que saldría tarde y me pidió que viniera para por lo menos prepararte algo de cenar que posiblemente estarías hambriento—dijo Eir con una sonrisa.
—Ya veo, ojalá mi madre no trabajará tanto, me preocupa que se esfuerce mucho—dijo Yagi denotando preocupación.
—Tu sabes que tiene obligaciones muy pesadas, después de todo es una Tierkreis—aclaro Eir.
—Lo entiendo, pero creo que no debería sobre exigirse—dijo Yagi de igual manera.
—Tu madre no es un hueso fácil de roer, así que confía en ella, cambiando de tema ¿que tal tu día?—preguntó Eir sirviendo dos platos de lo que parecía ser curry.
—Diría que fue un día bueno—dijo Yagi tomando lugar en la mesa.
Yagi procedió a contar como había comenzando su día hasta llegar a la misión que le tomó todo el día, Eir veía expectante como el pelinegro contaba con una sonrisa su día, aunque se sobaba al recordar los golpes que recibió no perdía su sonrisa, al igual que el apetito, por todo lo que habia vivido ese día él y su equipo no comieron, por lo que verlo pedir otro plato de curry no era raro, Eir soltaba leves risas ante eso, se le veía feliz escuchando a Yagi relatar su día.
Con esa cena bastante pacífica se dio por finalizado el día con una misión algo ajetreada y más larga de lo que se esperaba.
Continuará...
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