Alas De Dragón
En el gremio se podía ver a la mayoría del equipo de Harland, siendo que Rieka se mantenía distante en una esquina del lugar mientras que Sora y Umi estaban en una mesa.
—Umi, despierta, no te duermas—decía Sora chasqueando sus dedos.
—Toy desperita—respondió Umi exaltada tras escuchar los chasquidos.
—¿Todo bien? No sueles estar tan adormilada—preguntó Sora preocupado.
—Si, solo buaaaah, siento que no dormí bien, ni recuerdo bien que sucedió anoche—decía la de cabello azul estirandose a la vez que bostezaba.
—¿Segura que deberías estar aquí? Puedo decirle al capitán que no estas en condición para cumplir misiones—sugirió Sora con preocupación.
—No es necesario, solo necesito despertarme bien y tampoco quiero retrasarlos más, tuvieron que parar cualquier actividad por mi—decía Umi con cierto pesar y mirada baja.
—Umi—le llamo Sora buscando que la peliazul alzara la vista.
Al haberse ganado la atención de la chica, el peliblanco le dio un golpe con sus dedos algo fuerte en la frente generando un quejido de parte de la chica.
—Ya te lo dijimos, no te culpamos ni nada de eso, así que deja de hacerlo y la próxima vez que lo hagas el golpe irá con electricidad—decía Sora serio.
—Perdón—respondió Umi sobandose en donde se le pegó.
—Rieka ¿este lugar está ocupado?—preguntó Harland tomando una silla.
La peligris viendo a su capitán soltó un bufido mientras desviaba la mirada con molestia.
—Se que estos últimos días han sido...complicados, pero necesito hablar contigo—hablaba el castaño con una voz que amable pero que denotaba seriedad.
—No hay nada de que hablar, ni voy a suplicar por perdón o algo así—decía Rieka sin dirigirle la mirada a su capitán.
—No se trata de eso, se trata de—dijo Harland siendo interrumpido.
—¡Llegue!—anuncio Yagi a todo pulmón tras azotar la puerta de la entrada.
—Esta vez si te pasaste—mencionó Sora viendo su comunicador.
—Perdón, tuve un sueño bastante bueno y simplemente no quería despertar—dijo el pelinegro con una risa nerviosa.
—Ese chico no cambiará eso—murmuró Harland con un suspiro volteando a donde Rieka quien ya no se encontraba—En otro momento será entonces—se dijo a si mismo poniéndose de pie.
El castaño camino a la entrada en donde se encontraban sus aprendices, notandose como había un mal ambiente alrededor de Rieka al estar cerca de sus compañeros.
—Bien, se que tal vez es pronto para que vuelvan a las misiones en sus estados actuales, por eso me dedique a checar las misiones en donde no será necesario un esfuerzo tan elevado, empezaremos con una en donde Yagi tendrá importancia—explico el castaño viendo al mencionado.
El pelinegro vio a ambos lados para señalarse a si mismo.
—¿Yo? ¿yo?—preguntó Yagi incrédulo.
—Si, tu tu, puede que lo entiendas cuando llegues al lugar de la misión, por el momento vamos hacia allá—decia Harland tomando la delantera.
El grupo le siguió con notable confusión, siendo que discutían cual podría ser la razón por la que el pelinegro tendría más importancia que el resto, considerando su elemento, su apariencia e incluso sus habilidades para cocinar, conforme siguieron avanzando hasta llegar a una zona residencial.
—Capitán, ¿a donde vamos?—preguntó Sora sin comprender porque estaban en ese lugar.
—Ya te lo había dicho, es una misión en donde no se requerirá tanto esfuerzo—respondió Harland llegando a una casa de dos pisos de color blanco.
El capitán del equipo toco la puerta un par de veces con tranquilidad, al cabo de unos segundos la puerta se abrió revelando a una mujer de cabellera larga de un castaño un poco blanquesino y de ojos de un color aguamarina, vistiendo un vestido blanco con un mandil celeste.
—¿Señorita Araceli?—preguntó amablemente el castaño.
—Si soy yo, son los guerreros que debieron haber aceptado la misión que puse, por favor pasen, no esperaba que se aceptara tan rápido—respondió Araceli de forma algo torpe cediendo el paso.
El grupo algo extrañado pasó hasta llegar a la sala compuesto por una sala blanca con una alfombra blanca y un par de sillones para una y tres personas teniendo una mesa redonda con un juego de té, además de un par de cuadros en donde se veían de una a tres personas.
—Agradezco mucho que hayan venido pese a lo irrelevante del asunto—decía con amabilidad la mujer.
—No hay ningún problema, como guerreros es nuestro deber velar por la seguridad y bienestar de la gente, por más pequeño que sea el problema—decía tranquilo Harland—Me gustaría los detalles de lo que necesita si no es mucha molesta, la información de la misión daba una leve idea pero veo que dejo vacío apropósito—continuó atento.
—Si, es un tema delicado, hace aproximadamente una semana atrás mi hija desarrolló alas y cola, es una dragona por si le sirve, esto le causo dificultades al no estar acostumbrada a tenerlas, así que a veces salen en medio de las clases causan molestia a compañeros y maestros, según me informaron debía de ser tan natural el controlar sus nuevas extremidades pero no ha sido el caso por desgracia, debido a todo esto mi pequeña ha sido molestada, la he considerado cambiar de escuela pero si no controla sus alas temo que la historia se repita—explico la mujer con pena e impotencia en su voz.
—Me temo que le mintieron, el controlar alas no es algo natural, al igual que caminar, nadie nace sabiendo, se debe de enseñar el como hacerlo—mencionó Sora pensativo.
—Ya veo, muchas gracias por su aclaración—dijo Araceli denotando un leve enojo.
—Entonces hay que enseñarle a una niña a controlar sus extremidades extra, no suena complicado—decía Umi con emoción.
—E-espera ¿el motivo por el que era de importancia era por ser un dragón?—preguntó Yagi con un claro nerviosismo.
—Así es Yagi, confiamos en ti—respondió el castaño poniendo su mano en el hombro del pelinegro en señal de apoyo.
—Pero capitán, yo no tengo alas para poder ayudar—susurro preocupado Yagi.
—Por algo tiene un equipo, te ayudarán a cubrir tus carencias—dijo Harland de forma positiva.
Sabiendo que no podría convencer a su capitán de que no era apto para la situación el pelinegro solo soltó un suspiro.
—Mi hija se encuentra en el patio trasero jugando, es algo tímida así que agradecería que sean amables, su nombre es Sky—mencionó Araceli amablemente.
—N-nosotros nos encargaremos—dijo con nervios el pelinegro.
Tanto Yagi como sus compañeros se retiraron dirección al jardín, dejando en la sala a Harland y a Araceli tomando el té, tras llegar al jardín vieron a una niña de cabello idéntico al de su madre aunque tapado por un gorro blanco con un lazo negro, vestía una camisa beige con un vestido negro, esta se encontraba jugando con figuras de juguete.
—¡Buenas tardes peque—estaba a punto de gritar Umi hasta que Sora le tapo la boca.
—¿Qué haces? No te le acercas a una niña tímida gritando—cuestiono Sora anonadado.
—Por eso exactamente lo hago, si voy con optimismo verá que somos buenas personas—decía la peliazul con optimismo.
—Por favor dime que nunca te ofrecieron dulces gratis—susurro Sora preocupado.
—¿Entonces que sugieres? Tarde o temprano hablaremos con esa niña, mejor temprano para ayudarle lo mejor que podamos—decía Yagi con preocupación.
—Déjame pensar, lo más cercano que tenemos a alguien tímido es Chloe, si pienso en como nos relacionamos con ella la primera vez que hablamos...—murmuraba el peliblanco pensativo.
Si qué ninguno de los tres se diera cuenta Rieka se acercó a la niña inclinandose para estar a su altura.
—Disculpa pequeña ¿tu eres Sky?—preguntó Rieka con voz amable.
Ante la pregunta la niña se volteo revelando su cabello no tan largo pero lo suficiente para taparle un ojo siendo que estos se notaba que tenían el mismo color que su madre, en el mechón qué le cubría el ojo tenía un broche en forma de estrella de color azul, tras ver a Rieka unos segundos decidió asentir con claro nerviosismo.
—Tu madre nos contacto para ayudarte a controlar tus alas y cola, mi compañero de ahí atrás es un dragón también, confía en el para solucionar tu problema—continuo la peligris con el mismo tono de voz señalando con su pulgar a donde estaba Yagi.
La niña en mayor confianza dio un asentimiento con menos nervios, la peligris se levantó volteando hacia sus compañeros que veían la situación con incredulidad qué aumentó al ver en Rieka una sonrisa amable qué rápidamente desapareció hasta ser el ya conocido ceño fruncido.
—Bien retrasado, haz lo que debes de hacer—dijo Rieka con molestia para recargarse en un pilar de la casa.
—No sabia que fueras tan amable con los niños—mencionó Umi incredula.
—Una sola palabra al respecto y congelo tu boca—se quejo la peligris desviando la mirada.
Umi quería hablar pero Sora le tomó del hombro para negar con la cabeza, la peliazul solo se quedó en silencio mientras que Yagi se acercaba a la niña.
—Hola pequeña, mi nombre es Yagi, un placer—decía el pelinegro extendiendo su mano.
—S-soy Sky—dijo con nerviosismo la castaña ocultando los juguetes con los que jugaba detrás de ella.
—Ese es Stadragon—mencionó Yagi con leve impresión.
—¿Lo conoces?—preguntó sorprendida Sky.
—Claro que lo conozco, con el poder de la luz...—respondió Yagi apunto de hacer la pose del guerrero.
—¡Soy Stadragon!—gritó animada la pequeña.
Al momento en que dio el grito con la pose, de su espalda salió un par de alas y cola con características de un dragón que golpearon a Yagi al estar tan cerca.
—P-perdón—se disculpo la niña con bastante tristeza en su voz.
—N-no te preocupes, los accidentes pasan—dijo rápidamente Yagi para que Sky no estuviera triste.
El pelinegro logró notar rápidamente que las alas y cola de dragón si bien se veían como las de cualquiera, había una diferencia y era que estas tenían un pelaje esponjoso en las zonas qué debían ser escamosas.
—Wow, no sabía que había dragones con pelaje—dijo Yagi sorprendido.
—¿E-es malo?—preguntó Sky preocupada.
—Todo lo contrario, es bastante único, las especies de dragones con pelaje no son tantas, el que un humano tenga alas con esta característica es sorprendente, no te hará mejor en algún aspecto, pero es algo que puedes presumir—respondió Sora acercándose a analizar tanto alas como cola.
—¡Ey, normalmente no es agradable que toquen cola u otra parte animal, así que manos fuera!—gritó molesta Rieka lanzandole un pedazo de hielo a Sora.
—Mensaje recibido—murmuró Sora separándose de Sky con molestia—Solo analizaba para ayudar—susurro agotado.
—¿E-están peleando por mi culpa?—preguntó Sky preocupada.
—No, no, no, así nos llevamos, siguiendo, vinimos a ayudarte a controlar tus extremidades de mejor manera, ayuda de un dragón a otro—respondió amablemente el pelinegro.
—¿También tienes alas?—preguntó expectante la niña.
—Nooooo, pero mi amigo si tiene alas de halcón, debe de seguir un principio similar ¿no?—preguntó nervioso el pelinegro.
—No estoy segura...—respondió Sky dudosa.
—Más o menos, aunque cumple ciertos aspectos similares también hay unos diferentes—dijo Sora soltando un suspiro.
—¿Ves? Te apoyaremos para que controles tus alas y cola—dijo animado Yagi.
La niña aunque con dudas decidió seguir el ánimo del pelinegro para intentar controlar sus alas.
—Lo primero es lo más importante, mover tus alas y cola, guardar estas partes puede ser algo más difícil de lograr, así que de momento trataremos de que las muevas a voluntad—explico Sora sacando sus alas.
—Ahora vamos a entrenar tus alas, piensa que es como escribir, no sabes hacer una a pero puedes mover tus dedos para intentarlo—dijo con ánimo Yagi.
—Aunque no es el mejor ejemplo sirve, así que trata de mover de adelante hacia atrás—decía Sora moviendo lentamente sus alas hacia el frente y luego hacia atrás.
—B-bien—dijo Sky agitando sus alas.
Si bien las alas se agitaban una se movía más rápida que la otra haciendo que la pequeña se tropezara dejando caer un leve sollozo.
—Tranquila, nadie aprende tan rápido, con constancia y esfuerzo lo lograrás—decía Yagi acercándose a la pequeña.
Sky aunque con lagrimas apunto de salir dio un asentimiento para volver a pararse e intentar nuevamente, aunque volvió a caer Yagi volvió a animarla a intentarlo, siendo un proceso que se repitió un par de veces hasta que la castaña logró igualar el ritmo de sus alas alzandose un par de centímetros del suelo.
—Bien, ahora intenta mover tu cola mientras agitas tus alas, esta te brinda estabilidad al volar, así que intenta moverla y esta te permitirá alzarte un poco más—explico Sora tranquilamente haciendo gestos con sus manos para que entendiera mejor.
Sky con nervios intento lo pedido, aunque falló al mover mucho su cola dándole un golpe a Yagi y haciendo que esta cayera al suelo.
—P-perdón ¿estas bien?—preguntó con arrepentimiento la niña.
—Si, estoy bien, no te preocupes—respondió el pelinegro notando la expresión de la niña.
—Es un error normal, tranquila, intentemos de nuevo—decía Sora viendo su alrededor hasta ver algo—Hagamos esto, trataremos hoy de llegar a esa rama, eso nos indicará que tanto has avanzado—continuó señalando la rama de un árbol en el jardín.
—¿C-crees que pueda lograrlo?—preguntó dudosa Sky.
—No es tan sencillo, pero en un día deberías lograrlo—contesto el peliblanco.
—Tu puedes Sky, confía en ti—dijo Yagi con alegría.
—L-lo trataré—decía la castaña con un nervioso entusiasmo.
—Yagi casi que parece un padre enseñandole a su hija—decía Umi viendo como el pelinegro animaba tanto a la niña.
Rieka lo único que hizo fue ignorar ese comentario tratando de mantener un rostro tranquilo para no preocupar a Sky.
—Rieka yo...lamento lo que sucedió...no fue mi intención que las cosas fueran como sucedieron—dijo Umi con pesar.
La peligris ante la disculpa de Umi no pudo evitar fruncir el ceño mientras desvía su mirada para que no se le viera el rostro, causando pesar en la peliazul.
Con el pasar del tiempo Sky se dedicó a intentar elevarse hacia la rama mencionada, siendo que fallaba varias veces dándole un golpe o dos a Yagi o a Sora, siendo el primero quien se dedicó a animar a la niña y evitar que sintiera culpa por los golpes, así siguió hasta llegar el atardecer.
—Sky, puede que sea el último intento de hoy, ya que el día casi termina, no te preocupes si fallas, vendremos otro día—decía Sora algo agotado pero tratando de evitar sonar desanimado.
—O-ok—respondió la castaña cerrando los ojos y respirando hondo.
Sky comenzó a agitar sus alas e intentar controlar su cola elevandose más que antes acercándose bastante a la rama.
—Se está acercando—decía Sora feliz.
—Pero tiene los ojos cerrados—dijo Yagi tras fijarse en el rostro de la niña.
Yagi retrocedió para tomar impulso y correr dirección al árbol, siendo que gracias al impulso inicial pudo correr sobre el árbol hasta sujetarse de la rama que era el objetivo, justo antes de que la niña lo alcanzará.
—¡Sky, lo lograste!—gritó Sora animado.
—¿E-en serio?—preguntó sorprendida la niña abriendo los ojos.
Al abrir los ojos Sky perdió la concentración haciendo que comenzará a caer, pero por fortuna Yagi estuvo preparado y la atrapó para sentarla en la rama.
—Sabía que lo lograrías—dijo Yagi con una sonrisa cálida.
—G-gracias por creer en mi—respondió avergonzada la niña.
—¡Chicos, díganle al capitán Harland y a la señora Araceli de los avances de Sky, seguramente estará feliz!—gritó alegre el pelinegro.
—¡Ok, pero no dejes caer a la niña cuando bajen!—advirtió Sora serio.
—¡No lo haré!—gritó Yagi ofendido.
El peliblanco confiando en su amigo ingreso junto a Umi, siendo Rieka la última en entrar denotando desconfiar un poco del pelinegro, pero finalmente decidió entrar al hogar también.
—Señor Yagi...—murmuró Sky algo dudosa.
—¿Qué sucede?—preguntó Yagi volteando a ver a la niña.
—¿Usted cree que si aprendo a controlar mis alas mis compañeros dejarán de molestarme?—preguntó insegura la castaña.
—Mmm, te seré sincero Sky, posiblemente no, al igual que a ti, me solían molestar de más pequeño, aunque cambie el motivo por el que era molestado, seguí siendo el objetivo de esos niños—respondió Yagi con leve nostalgia.
—¿Cómo soporto el que le molestaran?—preguntó Sky confundida por la expresión del pelinegro.
—Porque cuando sentí que estaría solo siempre llego mi mejor amigo, me salvo de estar solo e hizo que centrará mi atención en el y no en las burlas de los demás—respondió nuevamente el pelinegro con alegría.
—¿El señor Sora?—preguntó interesada.
—Así es, no le digas que dije esto, le subirá el ego—susurro Yagi a lo que la niña asintió haciendo un signo de cerrar cierre en su boca—Y también llego una chica que quiso ser mi amiga, incluso me defendía a mi y a Sora de quienes nos molestaban—continuo con un leve rubor.
—¿Es tu novia?—preguntó Sky con leve burla.
—N-no lo es, es una preciada amiga—respondió avergonzado el pelinegro —No eres tan tímida como parecías—dijo con falsa molestia.
La niña solo soltó una leve risa para pasar a un semblante más nervioso.
—¿Crees que pueda conseguir amigos tan buenos como los tuyos?—preguntó Sky con preocupación.
—Esa es una pregunta difícil de responder, pero creo que mientras seas fiel a ti misma tarde o temprano llegaran a ti los amigos indicados—respondió Yagi notando como no era la respuesta que la niña esperaba—Lamento no tener las habilidades de un dragón real para enseñarte a controlar tus alas, pero si puedo prometerte algo—decía tranquilo.
—¿Qué cosa?—preguntó la castaña confundida.
—Que seré tu amigo, aunque pases momentos difíciles te voy a apoyar como lo hice hoy—respondió con una sonrisa el pelinegro.
—¿Enserió?—preguntó Sky con ilusión.
—Por supuesto—respondió Yagi extendiendo su meñique a lo que la niña replicó la acción.
Al cabo de unos minutos el pelinegro bajo del árbol y ayudo a la niña a hacer lo mismo, con el anocher el equipo se tuvo que despedir para seguir con la misión otro día, siendo que Harland caminaba junto a sus aprendices guiandolos a sus respectivos hogares.
—¿Notaron algo peculiar a lo largo del día?—preguntó el castaño viendo a su grupo.
—Fuera de que Yagi aguanta más los golpes de lo que parece nada—respondió Umi pensativa.
—Creo que se refiere a si vimos algo raro en Sky—mencionó Yagi con una gota de sudor.
—Mmm, no puedo asegurarlo pero creo que Sky reniega su parte dragón—dijo Sora.
—Supuse que había esa posibilidad tras lo que nos contó su madre, pero el que lo hayas considerado tras pasar el día con ella significa que efectivamente es así—mencionó Harland pensativo.
—No estoy entendiendo—dijo Umi viendo al peliblanco y al castaño.
—Se refiere a que Sky rechaza su parte dragón por las burlas qué le hacían—aclaro Rieka con molestia.
—Pero ¿cómo eso afecta a Sky en lo que hicimos hoy?—preguntó Yagi aun sin comprender.
—Durante el día Sky tardo en solo elevarse hacia una rama de un árbol, cosa que logró con un gran esfuerzo en concentrarse, no tendría que haber sido tan exigente para ella, por lo que no es extraño suponer que reniega su parte dragón al estar ligado al hecho de tener alas y cola qué son el motivo de burla de sus compañeros de clase—respondió Sora siendo lo más claro que podía.
—Ya veo, entonces dices que el que no pueda controlar sus nuevas extremidades es algo más mental que físico—dijo el pelinegro recibiendo un asentamiento de su amigo.
—Si ese es el caso ¿Por qué no le dijimos que ese era su problema?—cuestionó Umi confundida.
—La niña sabe que piensa eso de ella misma, con decirle que no piense así no le ayudará, es como decirle a alguien que esta triste que no esté triste, no va a generar ningún efecto, lo mejor que podemos hacer es brindarle seguridad en si misma, hoy lo hicieron bien, pasado mañana iremos de nuevo, si quieren planear algo se los encargo, creo en ustedes—decía Harland con confianza.
—¡Haremos lo mejor que podamos!—gritó Yagi determinado.
Tras aquel grito llego el siguiente día en donde los estudiantes estaban a poco de iniciar su ciclo escolar.
—¿Me debería preocupar qué Yagi llego antes que cualquiera al salón de clases?—preguntó Nahuel con notable confusión.
—Estuvo muy interesado en la misión de ayer, así que esta aprovechando su tiempo al máximo que puede—respondió Sora viendo a su amigo.
—¿Qué haces?—preguntó Neráida viendo a Yagi.
—Buenos días, estoy retocando mi disfraz del halloween pasado—respondió pintando un casco para que tuviera un diseño similar a la cabeza de un dragón blanco con amarillo.
—Creí que te había gustado ese disfraz—mencionó Neráida confundida.
—Si, pero esto es más importante, ayer conocí a una niña que al igual que yo es fan de Stadragon, creí que podría animarle tener un casco similar—dijo Yagi viendo como iba el casco.
—Vas a entregar una parte de su disfraz para alegrar a una niña...eso es muy lindo de tu parte—decía la pelirrosa con impresión y alegría.
—N-no creo que sea para tanto, es algo que haría cualquiera—dijo Yagi con nerviosismo.
—Tal vez para un ser cercano, pero tu lo estas haciendo por alguien a quien acabas de conocer, eso demuestra tu corazón dulce—decía Neráida con una sonrisa.
—Creo que me estimas mucho—dijo Yagi desviando la mirada avergonzado.
El resto de la clase presente se quedó viendo la escena, siendo que Tomaru y Nahuel sujetaban a Jay para que no interrumpiera ni dijera nada, siendo lo que interrumpió la situación la llegada del profesor Studious quien con su sola presencia hizo que todos fueran a sus lugares y Yagi guardará el casco.
—Me alegra ver que todos los estudiantes llegaron temprano una situación que me llena de orgu...—decía Studious yendo al frente del salón hasta que noto algo—Hable muy pronto ¿alguien sabe porque la señorita aun no llega?—preguntó tranquilo pero con una leve confusión al no ver a la peliazul.
—No, no ha enviado ningún mensaje haciendo referencia a que llegaría tarde o si enfermo—mencionó Chloe viendo su comunicador.
De repente un azote se hizo presente viéndose a Umi con el cabello alborotado y ropa mal arreglada.
—¡Perdón, me quedé dormida y se me hizo tarde!—gritó agitada Umi.
—Al menos aun no empezaba la clase, así que consideraré qué llego a tiempo, tome asiento señorita Umi—decía con amabilidad el profesor.
La peliazul ingresó al salón para que la clase pudiera dar inicio, siendo que estas fueron con normalidad, siendo que Umi se iba quedando a momentos dormida y Sora le daba leves toques para que reaccionará, siendo algo que se repitió hasta finalizar las clases, siendo notado por sus compañeros de clase, excepto por Rieka quien se fue apenas la clase terminó.
—Umi ¿estás bien?—preguntó Tomaru preocupado.
—Si, estoy bien, solo no dormí bien—respondió Umi bostezando.
—Ya llevas varios días así ¿es por lo que paso hace unos días?—preguntó Sora preocupado.
—No, no, no, aunque aún me molesta un poco lo que sucedió, pero no para el punto de no dormir bien—aclaro Umi nerviosa.
—Podrías ir con mi tía, podría darte un diagnóstico en caso de que tengas algo—propuso Yagi guardando el casco terminado en su mochila.
—Lo consideraré, por hoy solo quiero irme a casa—decía Umi agotada.
—Bien, te ayudo a llegar sin que te quedes dormida—dijo Sora tranquilo.
—Yo los acompaño, nos vemos mañana chicos—se despidió el pelinegro.
—Suerte, nos avisan como llego Umi—decía Tomaru despidiendose mientras hacía la tarea.
—Hiciste la operación mal ahí—aclararon Nahuel y Chloe señalando el cuaderno del moreno.
—Al menos no iba tan avanzado—respondió Tomaru tranquilo borrando su error.
—Yo ya termine—decía Jay mostrando su cuaderno.
—Todo esta mal ahí...—mencionó Nahuel viendo el cuaderno poniendo triste a Jay.
—Es una pena que me quiera ir ya, se ve que tendrán un día divertido—dijo Umi bostezando.
—Tu salud primero, luego hablamos—decía Sora serio.
El trío de jóvenes salio de la escuela caminando un par de cuadras rumbo a casa de la peliazul.
—¿Estas segura que no es por lo del parque?—preguntó Yagi viendo a su amiga.
—Yagi, solo porque lo preguntes cada cinco minutos mi respuesta no va a cambiar, no es eso, ya medio lo procese—respondió Umi agotada.
—No puedes negar que es raro que justo después de ello tengas problemas para dormir—mencionó Sora apoyando a Yagi en su preocupación.
—Podía dormir más o menos bien, me molestaba lo que había sucedido pero si simplemente no podía permanecer más tiempo despierta me dormía profundamente, con pesadillas pero dormía al fin y al cabo—decía la peliazul explicando su situación.
—Así que te sentiste de esa forma tras lo sucedido, sentimos traerte esa experiencia de vuelta—dijo Sora con pesar.
—No te preocupes, ya cosa pasa—intento decir Umi hasta que chocó con alguien—Lo siento...¿Rieka?—preguntó confundida al ver con quien choco.
—Son ustedes—dijo la peligris con molestia.
—¿Qué haces por aquí?—preguntó Yagi confundido.
—No tengo porque responderte—respondió Rieka desviando su mirada.
—¡Rieka!—gritó una voz conocida para el grupo.
Al voltear a ver de quien se trataba notaron qué era Harland quien se veía algo alterado.
—¿Pudiste dar con Sky?—preguntó Harland preocupado.
—No, no pude dar con su rastro—respondió Rieka molesta.
—¿Sky? ¿Qué sucedió?—preguntó Yagi confundido.
Harland ante la pregunta de Yagi dirigió una mirada hacia Rieka mientras tomaba aire.
—Su madre me contacto esta mañana, Sky se escapó de casa y no podemos dar con ella, le solicité a Rieka qué ayudara por sus habilidades de rastreo—respondió el castaño con pesar.
—¡¿Escapó? ¿Por qué?!—preguntó Sora incrédulo.
—No lo sé alguno tiene una leve noción de ¿Por qué habría podido tomar esa decisión?—
—No, tenía sus inseguridades pero no vi nada raro o que pueda relacionar con un escape de casa—murmuró Sora pensativo.
—De hecho se veía menos tímida qué cuando la conocimos conforme avanzó el día—secundo Umi.
—(Un motivo para que escapara ¿qué pudo ser?)—pensaba Yagi confundido hasta que abrió los ojos sorprendidos—(¿Fue por lo que dije?)—pensó anonadado.
—Bien chicos, esta es la estrategia, yo iré con Rieka, Sora vuela por los cielos mientras que Umi y Ya—decía Harland serio hasta que noto la ausencia del pelinegro—¿A donde fue Yagi?—preguntó confundido.
—Oh no, cambio de planes, Umi irá conmigo, y de paso trataremos de dar con Yagi—decía Sora jalando a la peliazul comenzando a correr.
—Wow ¿Qué sucede Sora?—preguntó Umi confundida.
—La naturaleza dragón de Yagi posiblemente salio a luz—respondió el peliblanco preocupado.
—En español por favor—pidió Umi sin entender.
—Veras, los dragones son depredadores apex en la naturaleza, así que no tienen que preocuparse por depredadores o de cuidar sus territorios, así que se centran mucho en sus manadas y priorizan sus crías, pero no importa la especie del dragón ni si invadió su territorio, los dragones siempre cuidarán de las crías aunque no sean suyas—explico Sora.
—Espera ¿estas diciendo que Yagi escapó porque su naturaleza dragón lo fuerza a sobre proteger a Sky?—preguntó Umi asimilando la información.
—Si, hay que dar con el por si acaso, no se que pasaría si se deja llevar—mencionó el peliblanco con preocupación.
—¿Por qué no le hablamos?—preguntó Umi confundida.
—Por la situación posiblemente nos ignorara al pensar que le retendremos de seguir la búsqueda, es imposible que por unos cuantos minutos desde que se fue hayamos encontrado a Sky para informarselo—respondió Sora.
—Ay maldita sea, debemos de buscar a una niña y a un idiota ¿esto puede empeorar?—preguntó la peliazul con pesar.
—Recemos porque Sky este bien, me elevare para buscarle y a Yagi—dijo el peliblanco tomando su medicina y alzando vuelo.
Mientras tanto en un pequeño bosque se podía ver a Sky quien llevaba una mochila rosa, notandose qué estaba algo agotada.
—Llevo caminando mucho ¿qué tan lejos puede haber un dragón?—preguntó Sky al aire sentándose junto a un arbusto.
La niña puso a un lado su mochila para sacar una botella de agua y una barra de granola, quedandose viendo la barra unos momentos.
—No se si debería de comer una o ahorrar, no se que tan lejos esta la siguiente ciudad—decía la castaña para tirar se logrando ver de reojo que en el arbusto a un lado suyo había moras naranjas.
Sky tomó una y la probó, sus ojos se volvieron estrellas al probar aquellos frutos, por lo que siguió comiendo unos cuantos mientras era observada por algo.
En las calles de Newhaven se podía ver a Rieka y a Harland correr buscando con la mirada a la niña desaparecida, hasta terminar en un callejón.
—¿Por qué?—preguntó Harland serio.
—No se, ya deberíamos haber dado con una pista, hasta preguntamos—respondió Rieka molesta.
—No pregunto eso, pregunto ¿Por qué de tus actos tan irresponsables?—preguntó el castaño serio.
—Agh, esto de nuevo—se quejó la peligris tratando de encontrar el aroma de Sky.
—Ayer lo quise tratar civilizadamente, pero por tus acciones de hoy no pudo hacerlo, te dije que le avisaras al resto del equipo de la situación, resulta que solo llegaste tú y aparentemente ni siquiera tuviste la molestia de decirles que Sky se fugó de casa, dame solo una razón para no suspenderte temporalmente, no solo por esta situación si no por todas las que has llegado a causar en misiones pasadas—declaró Harland con voz autoritaria.
—¿Una razón? ¡¿Una razón?!—preguntó con furia Rieka—¡Un guerrero debe de poder cumplir con estas cosas por si solo, encontrar a una niña debería ser algo que cualquier guerrero fracasado debe de lograr por lo menos!—gritó sin medir su furia y dando un pisoton qué dio un aire frío.
—¡No eres una guerra, eres una aprendiz, además no disminuyas el valor de la misión de encontrar a una niña, estamos hablando de una vida en posible peligro, estas situaciones requieren ayuda, es el deber de los guerreros trabajar juntos para velar por la seguridad de la gente y no es algo que debas tomar a la ligera!—gritó Harland molesto ante las palabras que oía de su aprendiz.
—¡¿La seguridad de la gente?! ¡Si alguien te importa solo esta en tus manos protegerle, no puedes confiar en nadie, solo eres tu contra el mundo si es necesario y harás lo que sea para que quien te importe este segura, incluso si significa ser una guerrera fuerte!—gritó Rieka lanzandole un puñetazo a Harland.
El castaño recibió el golpe en su pecho sin ningún tipo de daño o retroceso, ante ello sujeto el brazo de la peligris y la atrapó en un abrazo con su brazo izquierdo.
—No dices eso porque si, no voy a presionarte para que me digas que implica todo lo que sientes, pero al menos, hay que calmarnos un poco—decía Harland lo más comprensivo que podía mientras para sus adentros sentía pesar por haber alzado su voz contra su aprendiz.
En el mismo pequeño bosque se podía escuchar pasos acelerados siendo causados por la pequeña Sky quien se veía asustada, detrás de esta se encontraba un oso quien le lanzaba ráfagas de viento qué tomaban la forma de cuchillas y que de forma milagrosa la niña lograba esquivar para solo recibir roces.
—¡Deja de seguirme!—gritó Sky aterrada.
El oso hizo caso omiso del grito y lanzó una ráfaga de viento al suelo, logrando tirar a la castaña y que esta rodará hasta chocar con un árbol.
—Ay ay ay—se quejo Sky sujetando su cabeza.
La niña notó como la sombra de aquel animal crecía cada vez más, por lo que solo pudo retroceder hasta chocar su espalda con el mismo árbol, sin rutas de escape solo cerró los ojos asustada mientras el oso arremetia contra ella, aunque este repentinamente puso sus patas delanteras para detener el impulso, el pelaje del animal se había erizado mientras sus ojos se ponían blanco dle miedo, frente a el sentía que había un depredador.
—¡Aléjate de la pequeña!—gritó Yagi enojado dándole una patada en el estómago al oso teniendo y teniendo sus pupilas contraídas.
La niña al escuchar aquella voz abrió los ojos sorprendida.
—¿S-señor Yagi?—preguntó incrédula la castaña.
—¡Sky ¿estas bien?!—gritó Yagi agitado acercándose a ver a la pequeña mientras esta difícilmente movía su cabeza indicando que estaba bien—Qué alivio ¿Es que eres tonta Sky? ¿Cómo se te ocurrió escaparte? Tu madre debe de estar preocupada—decía Yagi con preocupación en su voz mientras sujetaba a la niña de los hombros.
—Y-yo, lo siento, pensé que si aprendía de un dragón a volar mi mamá no tendría que preocuparse por mi y usted y el señor Sora no tendría que esforzarse tanto en ayudarme—respondió la niña con lagrimas en sus ojos.
—No debí haber mencionado eso, esto es en parte mi culpa, lamento haberte dicho tonta, lo importante es que estas bien—decía el pelinegro logrando calmarse.
La niña ante eso solo se aferro al abrazo con lagrimas en sus ojos qué poco a poco iban disminuyendo, o así era hasta que un rugido se hizo presente alertando a Yagi quien en un rápido movimiento empujó a Sky, siendo que la niña vio como una espiral de viento golpeó al pelinegro haciéndolo chocar contra un árbol.
—Maldita sea, debí asumir que eso no bastaría para dejarlo fuera de combate—murmuró Yagi levantándose tras el golpe que recibió y volteando a ver a la castaña—¡Sky, corre a la ciudad lo más rápido que puedas, yo me encargo de esto!—grito tomando una posición de combate.
—P-pero usted—trato de refutar la castaña con miedo.
—¡Sin peros, no puedo pelear bien mientras velo por tu seguridad, así que huye y encuentra a mi equipo, creo en que puedes lograrlo!—gritó Yagi con una sonrisa amable.
La niña con pesar hizo caso a lo que se le estaba pidiendo y comenzó a correr para salir del bosque, el oso al ver a la niña intento correr contra está pero fue tacleado por el pelinegro.
—Intenta tocarle un solo pelo de su cabello a esa niña—decía Yagi tomando posición usando tanto piernas como brazos para alzarse en el suelo—¡Y veras las consecuencias!—gritó exhalando fuego de su boca y vapor de su cuerpo.
El oso retrocedió un paso al sentirse intimidado, pero rápidamente dio un rugido acompañados de zarpazos de viento qué iban dirección al pelinegro quien esquivo la mayoría y ante el último lanzo una bola de fuego haciendo que ambos ataques al chocar dieran una ráfaga de viento caliente.
—(Yo solo no se si puedo ganar, pero al menos estoy ganando tiempo)—pensó Yagi en guardia.
El pelinegro atento ante el oso logró ver como este lanzó zarpazos dirección a los pies del chico, así que rápidamente este dio un salto esquivando con éxito el ataque, pero sin prever que el oso aprovechó a acercarse y darle un golpe con su antebrazo lanzandolo contra el suelo.
Recomponiendose rápido, Yagi vio como el animal iba a clavarle sus garras por lo que giro salvandose por los pelos del ataque, pero su sudadera no corrió la misma suerte siendo que quedó atrapada en las garras del oso y el suelo.
—¡Maldición!—se quejo Yagi dispuesto a darle una patada al animal para tratar de librarse.
El oso iba a usar su garra libre para acabar con el joven aprovechando la desfavorable situación en que lo había puesto, justo antes de lograr su cometido o de que el pelinegro se intentará defender una piedra de un tamaño considerable le dio al animal justo en la cabeza forzandolo a retroceder.
—¡D-déjalo en paz!—gritó Sky quien se encontraba volando cerca del combate.
—¡Sky, te dije que huyeras!—gritó Yagi preocupado.
—¡N-no podía dejarte solo, tenía que ayudarte!—respondió la castaña con nervios pero a la vez determinación en su voz.
Antes de que la discusión pudiera seguir el oso se logró recomponer dispuesto a lanzar una ráfaga de viento hacia la niña que le había atacado, Yagi al notar esto corrió contra el animal dándole una patada en el hocico para detener el ataque, cosa que funcionó, antes de recomponerse Sky lanzó otra roca al animal para retrasar su recuperación.
—(Sky esta decidida y parece que logró dominar el volar)—pensó el pelinegro viendo a la niña, hasta que notó algo raro—Espera, eso no es—murmuró confundido.
Antes de poder preguntar algo el animal se recompuso para dar un rugido qué generó ráfagas de viento qué hicieron retroceder a Yagi y a Sky, aprovechando el retroceso de ambos el oso comenzó a lanzar zarpazos qué iban dirección a la niña.
—¡Sky!—gritó Yagi preparando fuego en su boca.
El pelinegro lanzó bolas de fuego qué le dieron a la mayoría de zarpazos, siendo que un par lograron escaparse de sus ataques, Sky ante esto movió sus brazos y alas para esquivar los ataques, con cierta dificultad lograba esquivar los ataques, pero en un descuido se quedó suspendida en el aire al no lograr controlar bien su vuelo una de las ráfagas de viento le dio en unas de sus alas alzando polvo y haciendo que Sky cayera contra el suelo.
La mirada de Yagi era de incredulidad, que intercalaba entre preocupación pero más importante furia, sus pupilas nuevamente se habían contraído dándole una mirada más afilada, volteo a ver al oso que soltó un rugido para imponerse, el pelinegro ignoro aquello para corre contra el animal quien comenzó a hacer lo mismo para imponerse, el pelinegro ante cierta cercanía del animal dio un salto logrando posicionarse sobre su adversario y antes de que este pudiera darse cuenta de la situación Yagi creo fuego en sus manos para impulsarse y estrellarse contra el oso estampandolo contra el suelo por el impulso.
—¡Todavía no terminó maldito!—gritó Yagi al ver como el oso se estaba levantando decidió aferrarse al pelaje del animal.
El oso al sentir en su espalada al pelinegro intento quitárselo de encima con sus garras, pero el pelinegro se había posicionado en un lugar difícil de alcanzar para las garras del animal, ante el nulo resultado de sus esfuerzos el oso se lanzó de espaldas contra un árbol haciendo que Yagi suelte un quejido por el dolor, pero aún así se siguió aferrando y viendo la desfavorable situación se elevó un poco para clavarle una mordida en el hombro al animal haciendo que este rugiera por el dolor y fallara en un segundo intento de golpe, el oso ante el dolor se comenzó a agitar tratando de librarse del pelinegro fallando, por lo que pese al dolor repitió su acción anterior estrellando a Yagi contra el suelo quien pese a quejarse del dolor del golpe sumado al peso del animal solo ejerció más fuerza en su mordida haciendo que el oso se levantará y agitara de forma más violenta para librarse del pelinegro quien finalmente salió rodando en el suelo no sin antes el sonido de algo rasgandose se hubiera hecho presente.
El pelinegro vio al oso mientras se paraba y escupía algo hacia un lado, el oso lo vio con molestia pero con algo de terror mientras su hombro sangraba, el animal viendo que Yagi no parecía retroceder decidió dar media vuelta para perderse entre los árboles.
—Al menos se fue—dijo Yagi al aire soltando quejidos de dolor que se había reservado.
El pelinegro fue rápidamente a donde Sky viendo que estaba relativamente bien, pero semi inconsciente.
—Sky, Sky, Sky, responde—decía Yagi preocupado agitando suavemente a la niña quien solto leves quejidos.
—Uhm ¿qué paso?—preguntó la castaña soltando un leve quejido de dolor.
—Que bien que reaccionas, me diste un susto de muerte—sonrió el pelinegro soltando un suspiro aliviado.
—¿Q-qué le sucedió señor Yagi?—preguntó Sky notando la tierra y raspones qué tenía el pelinegro.
—Nada de lo que te debas preocupar, lo importante es saber que tal estas tu—decía Yagi viendo a la niña.
—Me duele el cuerpo, pero creo que estoy agh—se quejo la niña al mover una de sus alas.
—Debió de ser de cuando te dio la ráfaga de viento—mencionó Yagi viendo aquella ala de cerca—Por suerte no parece fracturada...Pusiste piedras alrededor de tus alas ¿verdad?—preguntó notando polvo en sus alas.
—S-si, no se maniobrar, pero si se usar mis habilidades, así que puse rocas en mis alas para poder maniobrar—explico Sky nerviosa y algo adolorida.
—Eso parece que te salvó de un mayor daño, las piedras se rompieron ante el ataque pero recibieron la mayor parte del daño, aunque parece que caíste sobre tu propia ala, amortiguo el impacto por ser esponjosa pero aún así se daño, volvamos a la ciudad para que veas a un doctor—explicó Yagi analizando la situación.
—Mi mamá se va a enojar conmigo ¿no es así?–preguntó Sky angustiada.
—Si, va a estar muy enojada, aunque en realidad será preocupación—respondió Yagi incandose para que la niña subiera en su espalda, quien hizo caso—Eres su hija y desapareciste de repente, no me puedo imaginar que tan aterrada estaba, tendremos que disculparnos—explicaba con tranquilidad.
—P-pero yo fui quien se escapo—mencionó confundida la niña.
—Pero yo te di la idea de buscar un dragón real, haya sido a propósito o no—decía el pelinegro tomando rumbo a la ciudad.
Al cabo de un rato tanto el pelinegro como la castaña habían llegado a la entrada de la ciudad, siendo que Yagi pudo suspirar aliviado de haber llegado sin ningún percance, idea que se terminó tras escuchar algo caer frente a el.
—H-hola Sora—saludo el pelinegro alzando su mano con nerviosismo.
—¿Hola? ¡¿Hola?! ¡Es todo lo que dices después de que te desapareciste de golpe y cuando al fin te encuentro estas hecho mier...!—silencio Sora su propio enojo al ver que Sky le veía con miedo—Al menos volviste y encontraste a Sky sana e ilesa, supongo que podemos ignorar tu impulsividad—decía logrando sonar tranquilo.
—En realidad deberíamos ir a un doctor, Sky se lastimo al...tropezar—aclaró Yagi con claros nervios.
El peliblanco soltó un suspiro agotado ante esa información mientras sacaba su comunicador.
—Bien, iremos a un doctor rápido y una vez estemos ahí contactaremos con la señora Araceli para decirle que encontramos a su hija—explicó Sora comenzando a caminar rumbo a la clínica más cercana.
—Por cierto, dijiste podemos ignorar mi impulsividad ¿ya desarrollaste personalidad múltiple?—preguntó Yagi con burla.
—No, me refiero a mi y a Umi...—respondió Sora viendo como la peliazul no estaba cerca—A quien deje atrás al tener la capacidad de volar...Le diré donde estamos a ella y a Harland una vez lleguemos a la clínica—explicó siguiendo con su camino.
—L-lamento los problemas que cause señor Sora—dijo Sky con pesar.
—No diré que eres inocente o que no diste problemas, pero es algo que se tiene que hablar una vez estés sana y salva, así que apresuremonos en llegar a la clínica—respondió Sora acelerando el paso desanimando un poco a la niña.
—Sora es objetivo y algo cruel, pero si esta preocupado por ti, por ello quiere llegar rápido con un doctor—susurro Yagi con una sonrisa.
La niña asintió con un mejor ánimo, siendo que con un ambiente menos tenso en el pequeño grupo habían llegado a una clínica de pequeño tamaño y colores claros en donde se le atendía a Sky mientras Sora y Yagi estaban en unos asientos a un lado de la puerta del doctor.
—Ya le notifique a Harland donde estamos, el se debe de encargar de informarselo a la señora Araceli—decía Sora con su comunicador en la mano.
—Yo le avise a Umi, deberemos esperar a ver si los esperamos aquí o tenemos que ir a algún lugar para encontrarnos—mencionó Yagi también con su comunicador en mano.
—Por la emoción del día, no te regañare hasta mañana por tus acciones de hoy—le reprocho el peliblanco a su amigo.
—Estaba preocupado, no puedes culparme—mencionó Yagi indignado.
—Claro que te puedo culpar, elegiste por decisión propia ser impulsivo y se que al menos hoy, no querrás decir porque tienes rasguños, suciedad y algo de sangre encima—declaró Sora molesto.
Antes de que el pelinegro pudiera tratar de defenderse en vano, los comunicadores de ambos jóvenes sonaron.
—Eso fue rápido—mencionó Sora viendo su comunicar sorprendiendose—Esto no es un mensaje de Harland—murmuró.
—Es un aviso de que se dará inicio a un toque de queda de forma indefinida—leyó Yagi en voz alta—Sora, tu lees las noticias ¿sabes algo de porque sucede esto?—preguntó viendo a su amigo.
—No lo sé, aquí dice que un Tierkreis dará la cara y explicará el porque de esto en un rato más—respondió Sora leyendo el anuncio.
Ambos jóvenes se vieron con notable preocupación ante aquella noticia y solo guardaron silencio, solo podían esperar a dicha explicación mientras esperaban a que Sky saliera y a recibir una respuesta de su capitán, todo teniendo cierta intranquilidad generada por la incapacidad de dejar de pensar en el aviso recibido.
Continuará...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top