Los tres jóvenes habían terminado de comer, y ahora yacían hablando de lo que sucedió ese día. Pero sin duda había una cosa que para Sehun era completamente extraño, toda su atención se encontraba en el gato. Mismo que se encontraba a fuera echado sobre el borde de la ventana, viendo hacia dentro, desde que él hubo entrado. 

"¿Por qué no se iba?"—Esa era su pregunta desde que lo vio a través del cristal. Los chicos se dieron cuenta de lo distraído que estaba. —Awww... parece que le has gustado al gato, no se ha ido— comentó Baek, moviéndose de un lado a otro con el celular en la mano en busca de señal. —¿Por qué no le das de comer, Hunniei? Pobrecito ha estado ahí desde que llegaron, debe tener hambre— dice Chanyeol —ahora que lo pienso, ese gato no es doméstico y en estos lugares no los hay. Creo que es ¿Gato pardo o gato salvaje? Hay muchas razas y son muy parecidos a los domésticos— Sehun prestó mucha atención a lo que decía el orejon y al parecer el gato también por lo que aladeó su cabeza como si hubiera escuchado. —Oh... Pero si es salvaje ¿Por qué no huyó? Cuando ven algún humano o especies más grande huyen, pero con éste es todo lo contrario ahora está allá fuera y no ha dejado de mirar a Hunnie. Los amigos de Sehun hablaban del extraño suceso, y él volvió a mirar hacia fuera. El rocío de la noche oscura caía empañado el cristal, el gato se encontraba echado y acurrucado a causa del frío. —Nos iremos a dormir, no tenemos señal, mañana nos iremos después del desayuno— dijo Baek levantándose del sillón junto a Chanyeol. 

-Está bien, yo también iré a dormir. Se levantó y vió que el gato también lo hizo en sus cuatro patas.

 —¿Que?— preguntó cuando este rasga la ventana con una de sus patas. 

 Caminó hacia él y le abre la ventana—Entra, te daré de comer, solo comerás atún porque es lo único que te puedo dar— tomó una lata de la alacena —toma, cuando termines sales por dónde entraste ¿Entendido?-— el gato maúlla antes de ponerse a comer. "¿Acaso me entendió?"— Confuso salió de la cocina dejándolo ahí yendo a su cuarto, al acostarse y cerrar los ojos quedó profundamente dormido al instante.

 Los rayos del sol se colaban entre las cortinas de la ventana, se encontraba un tanto despierto costando le abrir sus ojos pesados. Intentó moverse para esconderse entre las sábanas, pero algo se lo impidió sintiendo de un momento a otro un gran peso sobre él. Por instinto palmea lo que sea que estuviera encima suyo, sintiendo un cuerpo cálido y un cosquilleo entre su cuello.  

Abrió los ojos de golpes asustado y bajó la mirada, viendo una cabellera rubia y un cuerpo desnudo abrazado a él. 

 Gritó dando un salto en la cama empujando el cuerpo ajeno, provocando que este caiga al piso haciendo se escuchar un golpe seco y los quejido del chico. —¿Quién eres tú, como entraste aquí y por qué estás desnudo?— preguntó retrocediendo. —Tu me dejaste entrar anoche y como la mayoría de las veces he estado desnudo cuando cambio— se escucha su voz suave entre el llanto. 

 —¿Qué? Que locuras dices... Aquí sólo somos tres y en ningún momento te he dejado entrar, solo dejé entra a un gato. Y cuando el desconocido iba a responder, la puerta fue tocada, al chico por el susto le salieron un par orejas y una cola.

 Y la cara de sorpresa del pelinegro al ver eso fue descomunal, y no sabía si era su imaginación pero el chico parecía más asustado que él. "No lo puedo creer, creo que me estoy volviendo loco... Ese chico resultó ser el gato"