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.+*• no hay caja
que contenga los sentimientos •*+.

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« ... »

Se impulsó con fuerza dejando tras él el aire hecho burbujas, al tiempo en que sus pies tocaron el muro de piedra con algunas algas por ahí.

Hyungwon miró hacia abajo y sus ojos encontraron la vista nocturna de su pueblo siendo alumbrado por la fluorescencia de sus farolas vivas brillando un color celeste muy hermoso. Aquel color combinaba bien con el rielar de la luz lunar atravesando las olas del mar bajo la noche y llegando hasta donde no pudiera lucir más en lo profundo.

Dentro de aquel atrayente paisaje de luces, con la flora y la fauna marina conviviendo en armonía, Hyungwon encontró, sobre el techo inclinado de Gungjeon el ministerio que rige Palansaeg, a Hoseok escondido entre corales que casi como un arrecife coralino atestaban los muros, con distintos peces rodeándolo. Harto de los peces que curiosaban en su cabello y mordían sus orejas, Hoseok manoteó para alejarlos, lo que era muy inútil, pues los peces regresaban en la más mínima oportunidad. Él parecía bastante inmerso observando por un tragaluz allí.

Entonces la travesura dibujó, en el rostro de Hyungwon, una sonrisa divertida.

Nadando con sigilo, tan cuidadoso como su cuerpo se lo permitió, llegó a Hoseok por la espalda de un salto estrepitoso.

— ¡¿QUÉ ESTÁS HACIENDO?!

Hoseok brincó sintiendo su corazón salírsele del pecho. Su cuerpo se giró, y los peces, tan espantados como él, nadaron sin retorno. — ¡Por la... — Hoseok se reprimió viendo a Hyungwon reir de esa forma tan característica suya. De haber sido alguien más, como el ingenioso de Minhyuk, Hoseok no habría dudado en soltar una patada. Sus latidos martillaron su pecho, pero Hoseok estuvo indeciso sobre si era, o no, una secuela de lo anterior. — ¿De dónde saliste, Hyungwonnie? — Pero Hyungwon siguió riendo, pidiéndole entre su diversión unos repetidos "perdón" que no sentía del todo. Hoseok bufó esperando por una explicación que nunca llegó.

— Y entonces, ¿Qué estamos espiando? — Hoseok no se movió dejando que Hyungwon se acomodara tan cerca como quisiera. Hoseok iba a responderle cuando Hyungwon atisbó, a través del tragaluz, un rostro familiar. — Ah, ahí está mi mamá.

— El consejo convocó una junta de emergencia con los principales acuicultores y la OGA. La caída de nieve oceánica el día de hoy fue importante, la salinidad del agua no ha disminuido, al contrario, aumenta. Alcancé a escuchar que algunos cultivos murieron y que aparentemente se aproximará una tormenta de nieve. — La palabra "tormenta" dió unas cuantas vueltas por la cabeza de ambos.

— Mi mamá dice — Hoseok volteó hacía Hyungwon — que no es algo por lo que debamos preocuparnos, pero... ¿Sabes? No me gustan las miradas que ella y mi papá comparten ante estos temas.

Hoseok se giró para sentarse y dijo: — La nieve oceánica en pleno verano... En estas cantidades... Algo malo está pasando.

Después de alcanzar a ver que los guardianes, entre ellos su mamá, un elemento importante de la OGA, empezaban a analizar un tipo de mapa que no entendió, Hyungwon se giró, saliendo del techo, agarrando la mano de Hoseok para arrastrarlo consigo hacia el flujo del agua.

— ¡Oye! — Hoseok protestó, pero no es como si hubiera puesto mucha resistencia.

Sonriéndole, y sin soltar su mano, Hyungwon hizo a Hoseok rotar su cuerpo hasta quedar sobre él en posición horizontal. Frente a frente, suspendidos en el agua, se dejaron fluir en ella al mismo ritmo acompasado de sus tobillos y brazos. Sus cabelleras lacias ondeaban.

La luz lunar resplandeció en las celestes escamas de Hoseok y su brillo se reflejó en el iris almendrado de Hyungwon. Ellos se miraban.

Hoseok atrapó la muñeca de Hyungwon y lo jaló en una suave vuelta que invirtió sus lugares. Las palmas de sus manos unidas se expandieron y sus llemas de los dedos se tocaron. Hyungwon tenía las manos más largas, a diferencia de las manos de Hoseok que en su lugar eran más anchas.

— Hace mucho que no salimos a nadar.

— Nadamos siempre. —  Contestó Hoseok.

Hyungwon resopló. —Sabes a lo que me refiero. Tú y yo.

— Y los peces.

Hyungwon rió y Hoseok volvió a mirarlo. — Sí. También. A veces nos acompañan. ¿O nosotros los acompañamos a ellos? No me lo había preguntado. — La intensidad con la que Hoseok lo miraba era tan obvia, pero parecía no serlo para Hyungwon. — ¿Me acompañas a mi casa?

Hace mucho tiempo que Hoseok decidió que aceptaría cualquier cosa que Hyungwon le pidiera.

Incluso alejarse.

— Claro.

Sospechó de donde venía su querido Hyungwon, una vez lo siguió, pero no lo enfrentó, y no diría nada, pues mientras Hyungwon lo quisiera a su lado, Hoseok lo estaría.

Y estaría bien con eso, incluso se llegaba a lastimarse.

«...»

Luego de la última clase, la instructora dió un aviso muy importante: se inauguraba una piscina tipo olímpica que recientemente habían integrado al instituto social e incluía clases de natación abierta al público durante los fines de semana en que no había curso. Y ya que Hyungwon levantó la mano para ser parte del grupo de socorristas y entrenadores al igual que Hyunwoo, Hoseok, se vió obligado a participar, por lo que, Kihyun también y Minhyuk, bueno, él no tenía nada más importante que hacer.

Pero compartían un mismo problema: ninguno contaba con un "traje de baño", el tipo de ropa que los terrestres usan al nadar.

Al día siguiente, Minhyuk estiraba el elástico de un traje de baño con estampado de frutas, examinándolo por dentro y por fuera. Hizo una mueca. — ¿Por qué tenemos que comprar esto? Nunca hemos tenido que usar esta clase de... ropa para nadar. En todo caso, cualquier cosa que tengamos en casa serviría. — Hoseok respiró ruidosamente al escucharlo.

— Porque nunca hemos nadado fuera del mar. Hacerlo meramente por diversión o deporte, es cosa de terrestres. ¿No han pensado que el cloro en la piscina nos hará daño? — Hoseok resopló, desviando la mirada de Hyungwon que se movía entre ganchos de ropa junto a Hyunwoo.

Los cinco chicos se encontraban dentro de uno de los muchos locales de ropa que había en una parte del centro de la ciudad: Keun Gage, el mayor lugar de comercios, tiendas y mercados. Todo lo que fueras a buscar, seguramente estaba allí, esperando a ser encontrado.

— Yo puedo llevarlos allí. — Se había ofrecido Hyunwoo al finalizar las clases del curso. — Yo también tengo que hacer unas compras.

Kihyun se giró, sonriéndole falsamente. — No, gracias.

Hyunwoo miró esa sonrisa y dió media vuelta. — Shownu espera... — Hyungwon dio un paso y Hoseok, aunque desconcertado por como había llamado al otro, intentó frenarlo, pero Hyungwon ya había agarrado el brazo de Hyunwoo. — Déjame hablar con ellos.

Y no es que Hyunwoo hubiera estado escuchándolos a escondidas, más bien, es que los chicos marinos hablaban muy alto. La prima de Kihyun, Jeongyeon, (quien recientemente comenzó a trabajar en una "tienda terrestre" cuatro días a la semana según le contó Hyungwon en su última reunión nocturna), les dió confunsas indicaciones de como llegar al centro mediante un croquis indescifrable que les dibujó en una hoja antes de dejarlos frente a la puerta de ISMI.

Hyunwoo vio a los chicos marinos discutir unos segundos. Kihyun rodó los ojos con fastidio cuando Hoseok finalmente cedió, y como Minhyuk, de hecho, no tenía ningún problema con el ofrecimiento de Hyunwoo, no tuvieron de otra más que aceptar e irse todos juntos.

— Mmm, con razón no pareces muy divertido, Wonho. — Minhyuk miró entre sus amigos. Kihyun tampoco parecía muy cómodo con la presencia del moreno, pero él pensó en otra razón para ello. — Ya que. Iré a probarme esto.

Hoseok de pronto se percató de que ni Kihyun, ni Hyungwon, o siquiera Son, se encontraban cerca en los adentros del local. Estaba haciéndose tarde, la hora para regresar a casa se acercaba y ninguno se preocupó por llevar agua del mar consigo.

Al detenerse entre los exhibidores giratorios, Hoseok veía como Hyungwon, dentro del probador despejado de la gruesa cortina negra, sonreía a Hyunwoo vestido en esa ropa terrestre con mangas largas mientras le preguntaba cómo se veía.

Se dió media vuelta.

Kihyun apretó en sus manos las prendas que escogió. No lo detuvo.

Giró la mirada cuando sintió, más que escuchar, que alguien se paraba a su lado.

— Sin Hyungwon alrededor, tu serías el primero en la vida de Wonho.

Kihyun contrajo su expresión. — ¿De qué estás hablando?

— Yo solo digo. Conociste a Wonho primero, y tenías toda su atención. — Minhyuk sonrió y siguió con su camino en dirección a los probadores con dos trajes color azul oscuro en las manos.

Kihyun lo siguió en silencio. Minutos después, estaban ambos tras Hyungwon y Hyunwoo que terminaban de ser atendidos en la caja de pago.

-— ¿Y Ho? ¿Dónde esta? — Preguntó Hyungwon al verlos.

Minhyuk alzó los hombros. — Se fue, ¿No te dijo? — Hyungwon parpadeó y en vez de responder preguntó por qué y si ellos sabían si Hoseok compró el traje de baño. Minhyuk y Kihyun negaron. Hyungwon decidió entonces regresar a los adentros de la tienda para llevar algo que Hoseok pudiera usar, pero Kihyun se le adelantó.

La lengua de Kihyun quedó atrapada entre sus labios mientras intentaba alcanzar el dichoso gancho con su brazo totalmente estirado y sus pies en puntillas. Estuvo por pedir ayuda a algún dependiente del local, cuando el traje que escogió lo alcanzó primero.

— Aquí. — Kihyun alzó la mirada, Hyunwoo estaba a su lado. — Tus amigos están... esperándote.

Kihyun regresó sin detenerse a ver a Hyunwoo, arrebatándole de la mano el traje de baño azul marino, dejándolo atrás.

«...»

Fue a casa de Hoseok luego de hacer todos sus deberes. Ya era noche, pero no era tarde. Se detuvo de pronto, desde la vereda de piedra caliza delineada por algas cortas, que unos cangrejitos cortaban (por lo que debía tener cuidado con ellos o se quedaría sin sus dedos de los pies), vió a Hyungwon nadar directamente hasta la ventana de la habitación de Hoseok.

Kihyun se impulsó, y llegó a la contraventana de Hoseok, asomó un poco la cabeza y vió a Hyungwon sentado en el piso contra la cama de Hoseok con Hoseok a un lado mirando el techo acariciando distraídamente el cabello de Hyungwon con los dedos. Se agachó rápidamente. Hyungwon se levantó al escuchar un movimiento en el agua. Kihyun escuchó que preguntaba qué había sido eso y Hoseok respondía que seguramente era aquel pulpo ladrón del que le estaba contando. Kihyun se soltó de la contraventana, bajo un poco y con una sonrisa practicada nadó hacia arriba. — Toc, toc. — Golpeó la madera de la contraventana.

— ¿Kihyun? — Hoseok salió del piso parándose a la par de Hyungwon. — ¿Qué haces aquí?

Kihyun levantó una ceja. — Ah, claro, si quieres me voy, Hyungwon. — Hyungwon entorno los ojos, y Hoseok sonrió.  — Sólo vine a traerte esto, Wonho. — Le extendió una bolsa de tela con el traje de baño bien dobladito. Hoseok la tomó ladeando su cabeza para luego mirar adentro.

— Ah... Gracias.

— Bueno, chicos — Kihyun le dio un rápido vistazo a Hyungwon —, me voy.

— Espera — Hoseok le agarró la mano y Kihyun sintió un dolor extraño recorrerlo entero —, voy a pagártelo.

— En otro momento. ¡Ya me tengo que ir! — Kihyun sonrió y se soltó. — ¡Nos vemos, mañana!

Kihyun salió por donde entró de un brinco, el azul del océano era atravesado por la luz trémula de la luna y reflejaba las corrientes circulares de nieve oceánica haciéndolas brillar.

"... serías el primero en la vida de Wonho".

El cuerpo de Kihyun osciló en el agua. Su nariz roja y sus ojos al borde de combinarse con el mar. Minhyuk se equivocaba, Kihyun lo sabía, pero eso no hacía que doliera menos.

Tenía que dejar de pensar en eso.

Esa noche en su habitación, miró a su erizo de mar dentro de la pecera. Sola y encerrada, no pudo evitar comparar sus sentimientos con su mascota cautiva.

Al menos alguien cuidaba de ella, Kihyun se cuidaba solo.

«...»

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"Porque hacerse a un lado, puede ser la prueba de amor más sincera y desinteresada"

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