Bare

- Uhm~- los pequeños suspiros salían de los carnosos labios del pequeño rubio. Con sus auriculares en sus orejas y conectados a su celular donde se veían a tres hombres teniendo sexo.

Su mano se movía energéticamente a lo largo de su miembro, mientras dentro de él un pequeño vibrador abusaba de su próstata. Sus dientes mordían sus labios para acallar lo más posible aquellos sonidos tan vergonzosos que moría por gritar. Cuando aquel chico de en medio que estaba siendo follado por dos grandes penes se corrió, lo hizo igualmente el de hebras doradas. Su tibio líquido reposando dentro del condón; que se puso debido a no querer ensuciar el edredón de su cama.

Su pecho subía y bajaba rápidamente, apago el celular y quitó rápidamente sus auriculares, mientras veía al techo y aun sentía los espasmos recorrerle cada fibra de su cuerpo. Los golpes en la puerta le hicieron pegar un leve brinco.

- Minnie...- llamó su madre- quiero verte bien presentado en diez minutos ¿vale? Los invitados no tardan en llegar.

Jimin dijo un audible si como respuesta, poco después se escuchó los tacones de su madre azotando el pulcro suelo con rapidez.

Hoy era fin de año y su madre había querido reunir a su familia y a la de su padre para tener una agradable velada. Con comida, música y quien sabe que sin fin de cosas más. Quitó cuidadosamente el condón, le hizo un pequeño nudo y lo boto en una pequeña cesta debajo del escritorio donde reposaba su computadora. Con un suspiro sacó el vibrador rosa que posteriormente apago.

Se dirigió a su armario y sacó el impecable traje negro que se pondría esa noche. Posteriormente dirigió sus pasos a su baño y se dispuso a darse una relajante ducha con agua caliente. Después de las emociones sentidas tras el inminente orgasmo, Jimin se sintió levemente decaído, no pudo evitar soltar un suspiro.

Su problema había comenzado desde los dieciséis, al principio le pareció normal ver porno y masturbarse diariamente... Pero las cosas habían cambiado tanto, ahora a sus diecinueve veía mínimo cinco vídeos al día y se masturbaba mínimo unas seis. Con el dinero que ganaba trabajando en un parque de diversiones y la gran cantidad de dinero que le daban como mesada, se podía dar el lujo de suscribirse a sus ahora más de seis páginas online y costearse un sin número de juguetes sexuales; que guardaba recelosamente en un pequeño cofre al lado de su cama. Por la inminente vergüenza había guardado aquel pequeño secreto solo para él, no, absolutamente nadie lo sabía.

Obviamente la inocencia ya no corría por sus venas, había perdido su virginidad a los diecisiete con su mejor amigo; Jung HoSeok. Y aunque aún se seguían hablando aquel pequeño desliz no había vuelto a ocurrir, lo que le hacía ponerse un poco triste, ya que HoSeok se movía muy bien en la cama... Si, aun lo podía recordar. Cuando una punzada bajo hasta su miembro descarto los pensamientos tan rápido como pudo y cambio el agua caliente a la fría.

Salió goteando del baño y con mesura fue secando cada trozo de su cuerpo. Tomo el pulcro traje y se lo puso, se miró al espejo y sonrió ante su imagen. Fue hasta su baño y empezó a secarse el cabello, aplicó solo un poco de sombras café claro que pasaban desapercibidas, un poco de bálsamo para los labios y se dispuso a salir.

Bajo por las extensas escaleras dando con el gran recibidor, a su izquierda se podía oler la comida que provenía de la enorme sala del comedor y a su derecha estaba la sala. Condujo sus pasos a la izquierda. Allí se encontraba su madre, que en cuanto lo vio le otorgó una bonita sonrisa de ojos cerrados.

- Tan guapo como siempre mi pequeño Jiminnie- elogió su madre.

- Tú también te ves de maravilla madre ¿y papá?- indagó.

- Oh, tu padre. Él aún está vistiéndose, pero no demora en bajar, no te preocupes. Minnie, bebé hermoso ¿podrías hacerle un gran favor a tu mamá?- La pequeña azabache se acercó a su hijo e hizo un tierno puchero mientras juntaba sus manos en forma de súplica.

- Hay má, sabes que no debes de hacer eso... Le hace mal a mi corazón- pronunció para posteriormente agarrarse dramáticamente donde había dicho-. Claro que ayudaré ¿qué quieres?- Los ojos de su madre brillaron en agradecimiento.

- ¿Podrías recibir a los invitados? ellos no demoran en lle-

Tan pronto como su madre había pedido aquel pequeño favor, se oyó el timbre de la casa resonar por toda esta. Jimin volteo los ojos fingiendo fastidio y dirigió sus pasos a la enorme puerta.

Jimin ya le dolían las mejillas de tanto sonreír, ya tenía que mantener la puerta abierta de tantas personas que habían empezado a llegar ¿era una cena familiar o su madre había invitado a todos los habitantes de Busan? Personas que jamás en su vida había visto lo saludaban como si incluso vivieran con él. Cuando llegó un grupo de señoras todas le besuquearon sus cachetes, todas alagando de ser sus tías, abuelas. Y él ya no sabía que creer.

Cuando pensó que ya todos habían llegado cerró la puerta y se dirigió a la gran sala donde todos tenían una copa de champagne y hablaban animadamente, su madre se acercó y le agradeció en un susurro el asintió en respuesta. Cuando se disponía a tomar una copa con aquel liquido dorado claro, el timbre volvió a sonar. Fastidiado ahora si abrió la puerta más brusco que lo que debería -ni siquiera se dignó a sonreír-.

- Buenas noches-habló amablemente una señora sumamente pálida- ¿Casa Park? Cierto.

- Si, señora...- pronunció escuetamente Jimin.

- ¡Oh! Dios Santo, perdona soy Min JiHye ¿tú eres Jimin, cierto?

- Uhmm, sí. En efecto- frunció un poco su ceño ¿y está ahora quien vendría siendo, su tátara abuela?

- Te vi cuando estabas en pañales, no, incluso antes- Vamos, que conversación tan cliché, ya se estaba cansando de escuchar eso toda la bendita noche-.Cariño- llamó la castaña y a su lado apareció un imponente hombre de anchos hombros, mirada frívola e igual de blanco que la señora a su lado-. ¿Recuerdas, recuerdas? Es Jimin, mi sobrino. - El alto señor solo asintió.

- ¿Disculpe?

- Yo soy tu tía. Tu madre es mi hermana. - dijo con una brillante sonrisa plantada en su cara, Jimin arrugó su entre cejo-. Es raro, lo sé pero al casarnos adoptamos el apellido de nuestros esposos, mi hermana Park y yo Min. Somos de Daegu y no habíamos podido dar señales hasta que mi hermana nos contactó. - explico rápidamente, vale y eso a Jimin ¿Qué le importaba?- ¿Y YoonGi?- pregunto a su esposo borrando su sonrisa de la cara.

- Fue a parquear el auto, dijo que no demoraba.

- Ese malcriado- bisbiseo entre dientes, alzo su mirada a Jimin y volvió a la compostura-. Mi hijo no tarda en llegar ¿podrías esperar un poco?- El rubio alzo sus hombros en signo de desinterés y con una sonrisa el señor y señora Min se dirigieron a la sala.

Jimin maldecía entre dientes porque aquel muchacho no llegaba y ya habían pasado seis minutos, seguro era de esos chicos de diecisiete que se creían los reyes del mundo y podían dejar esperando a cualquiera - en especial a él- en frente de una puerta. Ya cansado empezó a cerrar la puerta, hasta que una fuerza exterior la detuvo, iba a reprochar pero sus palabras quedaron bien hundidas en su interior.

Frente a él había un peli azul, sumamente pálido, en un elegante traje negro, su inmaculada camisa de vestir blanca con un botón abierto. Su oreja derecha con mínimo ocho piercings y una expansión en su izquierda, según los pocos conocimientos de Jimin debería ser la numero seis o siete. Siguió escaneando su rostro; tenía un septum y dos piercings en su labio inferior, cada uno en un extremo, el chico pálido sonrió y pudo notar el smiley también, si ese que se ubicaba en el frenillo. Jimin se sintió derretir allí mismo. El blanquecino se hizo paso como si nada, llevando sus manos a los bolsillos de su pantalón de vestir, Jimin percibió el leve olor a cigarrillo y aquella colonia sumamente masculina cuando pasó a su lado.

Cerró la puerta rápidamente y volvió la mirada, el peli azul apenas había entrado a la sala. El rubio se obligó a respirar profundamente ya que su pene palpitaba dentro de su ropa interior, Jesús, ese tal Min YoonGi era la misma testosterona andante.

«Es sumamente caliente» pensó el pequeño Jimin mientras trataba de tranquilizarse forzosamente. Al parecer su noche había tomado un rumbo divertido... Y vaya que sí.

Tan pronto como entró en la sala su madre llamó la atención de todos los invitados, indicando que la cena aguardaba por ellos, cada uno con conversaciones distintas se fueron dirigiendo al enorme comedor. Increíblemente todas aquellas personas pudieron obtener un puesto. Sus padres y el ocuparon los asientos de las parte del medio e increíblemente la familia Min igual, únicamente que el tal YoonGi se encontraba diagonalmente a él, enfrente suyo se encontraba el señor Min.

La cena transcurrió de lo más normal, todos elogiaban al chef por su singular sazón y hablaban entre ellos de cosas banales que Jimin no sabía ni le tomaba importancia, era mejor así. Cuando el postre de chocolate ingreso como último platillo, lo devoro en cuanto llego a la mesa; amaba el chocolate y el postre había sido una sugerencia suya. Por el rabillo del ojo notó como el peli azul lo miraba y se atraganto un poco, lo cual le hizo toser. Inmediatamente su madre empezó a golpear suavemente su espalda y todos dirigieron sus miradas tintadas de preocupación hasta él. ¡Dios! Qué vergüenza sentía el rubio en estos momentos.

- Muchas gracias, señora Park- habló entonces el pálido, despistando a más de uno de su persona. Dejó sus cubiertos finamente acomodados dando a entender que estaba satisfecho. Jimin se sorprendió por la profunda que sonaba su voz y trago el último pedazo del postre.

- Dime tía, YoonGi. No te preocupes por ser muy formal con mi persona.

- De acuerdo -asintió y se levantó de su asiento- estuvo deliciosa la cena, pero disculpe usted mi atrevimiento, necesito usar su baño. - la madre de YoonGi apretó su pequeña cuchara entre sus dedos. La mamá de Jimin le sonrió comprensiva.

- ¡Claro! Se encuentra en el segundo piso, pasillo de la derecha, segunda puerta a la izquierda.

- Muchas gracias y disculpe nuevamente. -Con una reverencia YoonGi dejó la sala.

Jimin siguió con la mirada a YoonGi hasta que este se perdió por el arco del comedor. Siguió esperando hasta que todos hubiesen terminado. Regresaron a la enorme sala y su madre puso la radio donde ya se estaba dando la cuenta regresiva del fin de año, todos empezaron a gritar y cuando llego a cero, los fuegos pirotécnicos no se hicieron esperar. Todos se deseaban feliz año nuevo unos con otros y fue cuando su madre puso música a todo volumen proclamando "La fabulantastica fiesta de año nuevo". Jimin en otras circunstancias hubiese aceptado pero con el mayor rondando por allí no se quería arriesgar, aquel chico con solo una mirada prendía todas sus alarmas y quizá también otra cosa. Por ello informo a su madre que se sentía mal, ella un poco decepcionada asintió, pero eso no la detuvo de ir a bailar con un tipo una cabeza más grande que él, bufo negando divertido.

Jimin empezó a subir las enormes escaleras y se encaminó hasta su habitación. Tal vez al llegar abriría una de sus páginas e imaginaria a su primo. Dios incluso decir eso sonaba enfermo. Antes de llegar desajusto su corbata y quito algunos botones de su traje. La música estridente sonaba por cada rincón de la enorme casa, negó con la cabeza y cerró la puerta justo detrás de él. Un zumbido le hizo volver la mirada al frente.

La luz de afuera se filtraba por las cortinas y parado justo en frente de su ventana se encontraba aquel peli azul... con el vibrador rosa prendido en su mano. Todos los colores subieron al rostro del más bajo y un nudo se posó en su garganta y estómago.

- T-tú ¿Qué se supone que haces?- inquirió seriamente preocupado y avergonzado. Se le había olvidado guardar el consolador, santa mierda.

El aludido se giró con una socarrona sonrisa plantada en sus delgados labios y aventó aquel objeto hasta la cama.

- Solo... Me perdí- soltó, ensanchando su sonrisa pero dando una mirada de inocencia ¿era eso posible?

- L-lo dudo- Jimin pego lo más que pudo su cuerpo en la puerta y apretó el pomo de esta fuertemente entre sus regordetes dedos al percatarse que YoonGi se acercaba a él. Trago duro la saliva acumulada en su boca.

El pálido llego junto a él y lo tomó de sus hombros haciendo que Jimin se tensara en su lugar. Los dos chicos se miraron a los ojos.

- Que diría mi querida tía Park si se enterase que su hijo, todo un ángel cabe recalcar como ella te nombro delante de todos. No es más que una sucia perra que se mete cosas por el culo. - Jimin se tensó incluso más y trago duro, su boca secándose mientras observaba como la lengua de YoonGi pasaba por sus labios y en ese momento también se percató de que portaba un piercing que le atravesaba horizontalmente la punta de esta.

- No le digas, te lo suplico- imploró sin quitar la vista de esos rosados labios.

- ¿Y que ganaría yo a cambio, ah primito? ¿Qué gano yo?- La gruesa voz haciendo estragos en el pobre interior del rubio.

- Yo... Yo..., yo haré cualquier cosa que tú desees, YoonGi. - pronuncio en un pequeño susurro.

- ¿Cualquier cosa?

- Si... Lo que quieras pedir yo lo haré.

YoonGi mostró sus relucientes dientes en una socarrona sonrisa.

- Entonces bésame-pidió.

- ¿Qué?- aturdido Jimin despego sus ojos de aquellos belfos y los poso en los ojos de su contrario, descubriendo cuan dilatados estaban.

- Te la pasaste mucho tiempo observando mis labios ¿No? Algo me dice que quieres probarlos, bien. Te ordeno que lo hagas, bésame. - demandó.

Con manos temblorosas Jimin dirigió sus manos a las mejillas de su primo, descubriendo la piel suave y tersa, un suspiro ahogado broto desde sus labios mientras se acercaba lentamente. Cuando sus labios estaban a punto de tocarse YoonGi cambio la dirección de su rostro y lo planto justo al lado del cuello del rubio, mandando diferentes tipos de electricidad por todo su cuerpo, unas cosquillas indescriptibles se posaron en él cuando el más alto susurro justo en su oreja.

- Jamás había conocido a alguien tan necesitado. -declaró, Jimin chilló en respuesta- Vamos a divertirnos- dijo justo después de empezar a besar el cuello del rubio.

Jimin jamás había sentido algo parecido, sentía a su primo morder y posteriormente lamer su cuello. Había terminado con las manos por encima de su cabeza y su mente ya no razonaba en lo absoluto, no cuando YoonGi con su corbata amarro sus manos y amenazo de mantenerlas arriba que de lo contrario eso acababa, no cuando el pálido de un solo movimiento rasgo su camisa de vestir blanca mandando a volar lejos los botones. Todo su torso se encontraba al descubierto ahora.

YoonGi bajo sus besos hasta sus clavículas las cuales mordió y chupo. Jimin ya sentía aquella molestia en los pantalones. Casi cae de rodillas cuando la traviesa de lengua de YoonGi jugaba con sus pezones, sintiendo un piercing más. Suspiro gustosamente cuando los dientes agarraron su ya erecto pezón derecho, intercambiando el placer a su otro pezón con sus huesudos dedos. Un ardiente chasquido se escuchó y su primo se reincorporo.

- De rodillas, ahora-ordenó. Jimin sumisamente cumplió su orden de inmediato, puso sus manos -aún atadas-en sus muslos mientras observaba como el contrario rebuscaba entre sus pantalones su miembro. Cuando lo saco de sus pantalones Jimin sintió su boca secarse... Debería de estar de broma- ¿Te gusta?- con la boca abierta Jimin asintió lentamente.

YoonGi estaba semi erecto pero eso no quitaba el hecho que aún su pene se viera grande y grueso, Jimin le promedio unos veintiún centímetros mínimo, además que estaba hermosamente circuncidado y un plus incluso más caliente, si, YoonGi incluso tenía una perforación en el pene, justo debajo de su glande. Jimin se relamió los labios por la vista.

Sin esperar a órdenes llevo sus pequeñas manos hasta aquel blanquecino miembro, sintiendo bajo las palmas de sus manos la suave piel de su base y la tibieza de este. Chillando internamente dirigió su lengua hasta su ya sonrojado glande. Empezó a dar leves lametazos mientras veía como de la uretra empezaba a salir presemen, el cual lamió gustoso. Dirigió su mirada hacia arriba percatándose que YoonGi lo miraba profundamente, con el pene aun en sus labios lo fue engullendo sin apartar su mirada del peli azul, el cual gruño en respuesta.

Llego hasta la mitad cuando sintió que la punta de aquel miembro llego hasta la pared de su garganta y el piercing reposando en su lengua, sin poder evitarlo finas lágrimas escaparon de sus ojos. Con la misma lentitud tortuosa con la que lo ingreso a su boca se fue alejando. Un fino rastro de saliva lo unió a aquel pene cuando lo saco de su boca, su mano masturbaba la parte en la cual no alcanzaba a llegar. YoonGi gruño por apartarse de aquella calidez y lo tomó de los cabellos.

- Si no te lo metes ahora, abran problemas pequeña zorra- advirtió con sus ojos completamente dilatados, Jimin gimió por aquella imagen tan libidinosa.

Con ambición volvió a meter aquel grueso pene, ahuecando sus mejillas y subiendo y bajando mientras sus manos seguían aquel movimiento. La mano que estaba en su cabello se apretó alrededor de estos, obligando a Jimin a ceder el poder. Ahora su cabeza siendo controlada por aquella grande mano, volvió a subir su mirada y noto como YoonGi mordía uno de los piercings de sus labios, se veía sumamente caliente.

Jimin gimió cuando YoonGi le obligo a tragarse un poco más de su pene, mientras no dejaba de mecer sus caderas. Apresuro el movimiento de su mano cuando las estocadas fueron en subida. El rubio jadeo cuando YoonGi saco su miembro de su boca y empezó a masturbarse en frente de su cara. Sus manos volviendo a sus muslos e instintivamente abriendo la boca, cerro sus ojos cuando oyó al pálido gemir roncamente, poco después sintió el espeso liquido en parte de su rostro y lengua, abrió lentamente los ojos y sintió el glande de su primo en su lengua, sin apuro apretó sus labios alrededor de este y con su lengua empezó a lamerlo en círculos, sintiendo a aquel liquido con toques dulzones en sus papilas gustativas. Cuando YoonGi se apartó, el abrió su boca mostrando la corrida del pálido y posteriormente pasándosela. Chillo gustoso.

- Pero que zorra me saliste- pronunció YoonGi roncamente. Jimin jadeo y se acercó hasta el gateando tomando de nuevo entre sus manos la erección del peli azul, contemplándola. - ¿Te gustó?- inquirió con burla.

- Me encantó-. El pobre rubio ya no razonaba, aun sosteniendo la polla entre sus manos restregó su mejilla por el largo de la base dando luego pequeños besos- Su leche me encantó aún más- subió su mirada y sonrió lascivamente a YoonGi, que lo miro con ojos llenos de sorpresa para luego sonreír coquetamente.

YoonGi no hubiese imaginado que su querido primo se volviera tan pervertido, a simple vista le pareció alguien sumamente tímido y de alguna u otra forma soso, pero caliente; si, el maldito rubio a pesar de todo era sumamente sexy, con ese pantalón que se ajustaba de una forma sublime a su gran trasero, esos grandes labios y esa mirada de no romper ni un solo plato, pero no, Jimin rompía toda la vajilla y si tenía oportunidad la de repuesto también.

- Esto no ha terminado aquí- declaró el pálido. Los ojos de Jimin se iluminaron en expectación. De un movimiento el menor fue levantado del suelo y aventado a la cama, recorrió con la mirada a YoonGi cuando se acercó a su preciado cofre-. ¿Dónde está la llave de este tesoro?- inquirió. Jimin señalo donde estaría el cajón de su escritorio.

YoonGi aventó unos cuantos papeles hasta dar con una pequeña llave plateada, la cual tomo entre sus manos para posteriormente dirigirse al cofre que se situaba al lado de la cama del rubio, abrió el candado y se sorprendió de grata manera cuando en el interior de este diviso diversos dildos, esposas, lencería, incluso habían floggers. Había muchas cosas más pero jamás terminaría de nombrar todos aquellos objetos.

Entre sus manos escogió anillos para el pene y unas hermosas esposas, también una cadena como la de un perro; hecha de cuero sintético y en la parte del collar llevaba pequeños taches plateados. Con aquella mirada gatuna se dirigió hasta el excitado rubio, del cual quitó su pantalón y su bóxer, Jimin suspiro de alivio cuando su erección se liberó. El pálido tomó aquel sonrosado miembro y le puso tortuosamente el anillo, un sollozo lastimero salió de aquellos abultados labios, después quitó el nudo de la corbata y en cambio puso las esposas y delicadamente ajusto la correa en el cuello del rubio el cual tenía pequeñas manchas sonrosadas. Sonrió en satisfacción. Era una imagen digna de enmarcarse.

- Serás una buena perra ¿cierto?- El rubio lo miró y asintió -. Bien, entonces quiero que te pongas en cuatro como una- recatadamente hizo lo que le pidió- mirada al frente y no quiero que te muevas o te castigaré.

Jimin suspiro cuando escuchó y sintió movimientos por su espalda, Dios, el jamás se había sentido tan expuesto y asustado... No esa clase de miedo, era más que todo anticipación y expectación por lo que vendría. Sus sentidos se agudizaron cuando sintió algo caer al suelo, deseaba mirar hacia atrás pero sinceramente no quería que eso que estaba sucediendo acabara.

Ahogo un gemido cuando aquellas frías manos empezaron a subir lentamente por sus pantorrillas dirigiéndose a la parte interna de sus muslos y con lentitud empezar a abrirlos, los colores volvieron a su rostro porque sabía que ahora el mayor estaría viendo aquella parte de él. Fue grande su sorpresa cuando aquella gran mano empezó a palmear su culo, primero suavemente, luego podía escuchar como impactaba está con su ya sensible piel, tornándola de un suave color rosado. Sus gemidos no tardaron en escucharse.

Luego de un pequeño respiro, pudo sentir algo duro en la zona afectada de sus nalgas, algo viscoso, tibio. Su alma salió de su cuerpo cuando supo de qué se trataba, sus brazos se debilitaron cuando aquella lengua se fue dirigiendo hasta su entrada, gimió audiblemente cuando esta se posó a un lado sin llegar a tocarla. Gruñó y maldijo interiormente, YoonGi lo estaba torturando de una manera dolorosa y excitante.

- Por favor, por favor, por favor- explotó sin poder ya siquiera llevar las riendas de la situación ¿acaso las tuvo en algún momento? Por supuesto que no.

- Por favor ¿qué?- incluso sintió la burla en aquellas palabras.

- Por favor, mi señor. Se lo suplico, le pido que me tome, saboréeme, cómame, haga lo que quiera con mi cuerpo, soy una zorra necesitada y lo necesito. - lloriqueo el menor, sin percatarse de que las palabras dichas no solo calentarían al mayor, si no más que eso. Empezaría un juego sin retorno ni fin.

Sin mediar más palabras aquella escurridiza lengua empezó a tantear aquel apretado anillo de músculos, Jimin chillo por la sensación, sus brazos ya no lo pudieron sostener más y su mejilla término sobre el suave edredón. Su lengua hacia círculos al redor para luego empezar con unos lametazos por aquella zona. El rubio gimió cuando esta empezó a tantear su entrada, para meter solo la punta con aquella perforación y salir para luego repetir la operación. Su erección dolía demasiado, se sentía caliente pero vacío al mismo tiempo. Sus ojos se agrandaron cuando junto con la lengua sintió uno de aquellos largos dedos comenzar a entrar y salir escurridizamente de su interior.

Se sintió llegar al éxtasis cuando la lengua ahora estaba en su perineo y dos dedos lo estaban follando magistralmente, YoonGi doblaba un poco estos para dar con aquel cúmulo de nervios que lo estaban haciendo gemir como una puta, ese anillo para el pene que no hacía nada más que retrasar lo inevitable y cuando un tercer dedo se unió con los otros, Jimin se corrió mandando escurridizos hilos de semen, los cuales mancharon parte de su pecho y del cubre cama debajo de él. Se dejó caer en la cama con su respiración entrecortada y todo su cuerpo temblando deliciosamente por aquel orgasmo.

- Creo que me ha gustado la entrada... ¿seguimos con el plato fuerte?- YoonGi murmuro cerca de su oído para posteriormente erguirse y rebuscar en el cofre. Jimin aún no podía salir de aquella nebulosa en la que se encontraba-. Mira nada más lo que encontré aquí- En las grandes manos de YoonGi se encontraba un dildo bad dragon; de tamaño mediano que tomaba el color celeste en la base y en la punta era de color rosa, tenía pequeños segmentos de relieve y en la parte posterior como si tuviese escamas, salía de la parte inferior una delgada manguera y al final de esta un jeringa, esta para ser llenada de un líquido viscoso que se asemejaba al semen.

El peli azul jamás había visto uno de cerca y se sorprendió al hallarlo al fondo de aquel gran cofre, ese pequeño aparato le daría mucha diversión, más de la que ya tenía. Se dirigió otra vez a Jimin y lo halo de la correa haciendo que ambas miradas se conectaran.

- Tendrás que darme un espectáculo muy bueno con esto, zorra ¿oíste? Y si lo haces bien, quizá, y solo quizá te folle con el mío. - de un movimiento soltó la correa y entre las pequeñas manos deposito aquel exótico juguete.

El mayor tomo la silla del escritorio y se sentó justo al final de la cama, Jimin miro hacia aquel lugar y paso la saliva que se acumuló en su boca al notar el pálido pecho desnudo de YoonGi, pero aun con su pantalón de vestir negro, donde pudo divisar su gran erección, ahora con un anillo para el pene y con su glande de un hermoso color rosa. Tomo una profunda respiración y con lentitud llevo aquel dildo hasta su trasero, se removió cuando la punta del juguete se presionó con su ya dilatada entrada, volvió a suspirar y empezó a bajar, el juguete por fin entrando tortuosamente y lentamente dentro de él. El solo pensar que su primo le estaba viendo de aquella manera lo calentó más, lo cual hizo que bajara de una sola embestida, tragando casi todo el juguete, gimió.

Las cosas para el chico de la silla, mejoraban a cada momento. La cantidad de porno y sexo que había tenido y visto no se comparaban ni en lo más mínimo a la escena que estaban presenciando sus ojos, esa rosada entrada engullendo de una manera maravillosa aquel dildo, esa entrada aprisionando entre ella ese juguete, su mano tomo vida y empezó a pasearse por su base, tocando su sensible glande y volviendo bajar hasta sus testículos, gruñendo y gimiendo por una de las mejores y más pervertidas vistas.

Cuando sus miradas conectaron Jimin lamió sus rosados labios, YoonGi aprisiono entre sus dedos su glande, jadeando.

- ¿Puede notar como me pongo, mi señor?- preguntó Jimin mientras dirigía sus manos a sus nalgas, abriéndolas, dejándolo más expuesto, dejándose caer más duro sobre el juguete- Soy una zorra, que le encanta que le miren de aquella forma hambrienta con la que usted me está mirando- mordió sus labios cuando este se hundió más profundo rozando su próstata-. Se lo suplico, mire. Estoy caliente por usted, no deseo este dildo, yo lo quiero sentir dentro de mí- la filosa mirada de YoonGi viendo al rubio y sus movimientos, masturbándose más rudamente. Jimin jadeando dando en su punto y sintiendo aquel cúmulo en su abdomen- ¿lo puede ver? Imaginar que es usted no me es suficiente, quiero sentirlo profundo y caliente, quiero que le dé a su perra de aquel dulce semen.

Los movimientos se volvieron erráticos y rudos, sus hambrientas miradas pasándose por todo lo que hacía el contrario, con un extenuante movimiento el sudoroso y caliente Jimin gimió un poco más gravemente, cuando se empezó a correr de nuevo sobre su cama y abdomen a la vez que sentía un líquido pegajoso dentro de su ano, viendo cómo mientras se corría en gemidos roncos YoonGi hacia presión a la jeringa cargada del semen artificial, descargándola casi toda, ambos corriéndose al mismo tiempo. Jimin empezó a salir lentamente del juguete, haciendo que el líquido que rebosaba de su interior empezara a salir, bajando por sus muslos. Alejó sus manos que aún mantenían sus nalgas separadas y volvió a caer de bruces en la cama. Ya en ese punto no sabía si podría continuar, pero incluso así su cuerpo le pedía más, su pene pidiendo ser atendido por aquella fría mano y su culo pidiendo ser llenado por aquel gran miembro que se cargaba su primo.

Chillo cuando fue jalado de la correa, haciendo que se arrodillara y se sentara en sus talones, sintió el aliento cálido de YoonGI a un lado de su rostro.

- ¿Te gusta provocarme no es así, zorra? ¿Quieres sentir mi pene profanando tu interior? ¿Qué me dices? ¿Te gustaría sentir como mi perforación se frota entre tus mojadas paredes? ¡Dilo!-el mayor lo halo más rudamente de la correa- Tu lo deseas, porque eres una sucia zorra hambrienta y aún quieres más.

El peli azul -ahora completamente denudo- hizo a un lado el rostro de Jimin y acerco su labios a los suyos, empezando un desesperado y caliente ósculo, sus manos paseándose por los costados de Jimin llegando hasta sus glúteos los cuales apretó entre sus manos, haciendo gruñir al rubio durante el beso. Sus babosas lenguas pasando a iniciar una húmeda pelea, Jimin disfrutando de aquellos dos piercings. YoonGi alineo su glande hasta la maltratada entrada, entrando de una sola estocada. Las húmedas y calientes paredes dándole gustosamente la bienvenida. Jimin rompió aquel asfixiante beso para jadear y gemir, al sentir aquel grueso y largo pene profanarlo de aquella manera tan morbosa.

- Ng~ Oh, Dios. Está muy profundo-gimió cuando sintió cuando su primo se empezó a deslizar lentamente afuera, dejando solo su glande dentro y volver a embestirlo con fiereza, robándole el aliento.

- ¿Te encanta no es así, perra? Te gusta que te folle de esta manera-pronunció entrecortadamente, mientras no dejaba de seguir embistiendo dentro del rubio.

- Sí, sí, sí. Me encanta, lo puedo sentir completamente. -exclamó Jimin extasiado mientras volvía a juntar sus labios con el pálido.

Jimin gruñó en desaprobación cuando YoonGi dejo sus cálidas paredes, para luego girarlo y que quedaran viéndose fijamente, ambos con los labios rojos y un poco hinchados, sus cabellos totalmente pegados a sus frentes a causa del sudor. Volvieron a unirse en un hambriento beso, mientras YoonGi llegaba a las manos de Jimin y le quitaba las esposas y las botaba por algún lugar de la habitación, Jimin llevo sus manos a la parte del cuello del peli azul para profundizar el beso, Jimin tomo entre sus dientes una de las perforaciones del labio de YoonGi y la halo para después pasar su lengua. YoonGi jadeó y empujando por el pecho a Jimin lo hizo recostarse en la cama.

Hizo a Jimin llevar sus rodillas hasta su pecho, tomo su pene nuevamente y está vez se fue adentrando en Jimin de una forma lenta y tortuosa. Jimin sintiendo cuando el glande entró y después aquella dureza de la perforación, las venas de este, hasta que sus testículos tocaron sus glúteos, arqueo su espalda al sentir como el pene de YoonGi incluso así alcanzaba a tocar aquel cúmulo de nervios, jamás se había sentido tan lleno.

Las embestidas fueron en un principio lentas, aumentando cada que ambos gemían más alto, cuando Jimin gimió el nombre de YoonGi fue cuando este empezó a arremeter dentro de él deliciosa y desesperadamente. YoonGi miraba como aquel ano se tragaba su gran polla sin oposiciones, mordiendo uno de sus piercing cuando por el rabillo del ojo diviso al solitario bad dragon. Una sonrisa lasciva se situó en sus labios.

El rubio aun con sus ojos cerrados sintió como YoonGi se dejaba de mover lo cual incluso le molesto un poco, iba a protestar cuando sintió algo más queriendo entrar en él. Casi inmediatamente se recompuso, sosteniéndose de sus antebrazos mientras que notaba la mirada concentrada de YoonGi intentando hacer algo que desconocía.

- ¿Pero qué-?- sus palabras murieron en el aire cuando un escozor terrible se fue situando en su entrada, algo más entrando a él. - ¡No! Es-espera- lagrimas empezaron a surcar sus mejillas e intento retroceder de aquel dolor. YoonGi con su otra mano lo retuvo de la correa de su cuello.

- Quieta, zorra. Es como cuando eres virgen, todo después se pone mejor, ya verás.- YoonGi aun concentrado en hacer entrar aquel dildo junto a su miembro, cuando un poco más de la mitad estuvo dentro YoonGi aflojo el agarre en la correa y gimió- Así incluso te sientes más estrecho, oh joder. Te encanta sentirte lleno ¿no? Que más lleno que tener dos penes en tu interior.

El menor no sabía que pensar, se sentía adolorido pero de cierta forma su erección no hizo más que expulsar presemen en grandes cantidades, apreso su labio inferior entre sus dientes y mordió fuertemente cuando su primo empezó a salir lentamente de él, teniendo con una de sus manos el dildo para que no se saliese, cuando se adentró fuertemente dentro suyo lanzo su cabeza para atrás. Si, Dios. Este tipo de sensaciones eran sumamente extenuantes y exquisitas.

- Oh, mierda, mierda-sollozo de placer al recibir una nueva embestida-d-duele, pero se siente tan bien, mi señor. Gracias, gracias-con su mirada llorosa y llena de admiración la dirigió a YoonGi el cual sonrió complacido.

- Pequeña perra necesitada. -declaró para soltar la correa y empezar a follar al rubio que se revolcaba de placer.

Jimin volvió a tumbarse en la cama, sintiendo el juguete y a YoonGi que era un poco más grande, maltratando su ano y su próstata, pero se sentía de maravilla, se sentía en el mismo cielo o infierno, como lo quisiesen ver. En un arrebato de locura Jimin tomo las grandes manos de YoonGi y las dirigió a su cuello.

- Mi señor, mi señor, se lo pido. Juegue con esto también- suplicó.

YoonGi negó divertido, sin dejar de moverse y empezar a rodear con sus grandes manos el cuello de Jimin, el cual chilló contento. Empezó a apretar, primero levemente, sintiendo cuando Jimin pasaba saliva. Jimin paso sus manos a la espalda del peli azul y enterró sus uñas en aquella blanquecina piel, este se quejó y apretó más duramente mientras seguía follandolo arduamente, Jimin empezó a rasguñar su espalda cuando la respiración le hacía falta y empezaba a hacer sus pulmones arder. Se sentía en una especie de burbuja, cuando YoonGi deshizo un poco el agarre el tomo otra bocanada de aire y sintió la presión de nuevo e incluso un poco más dura que la anterior. Su boca abierta y baba escurriendo por la comisura de esta.

YoonGi sentía aquel ardor en su espalda y como el rostro de Jimin tomaba un delicioso tono rosa, su pene siendo increíblemente apretado por aquellas paredes, más de lo normal a causa del dildo, lo empezó a follar brutalmente apretando su agarre más y más, se sentía en la gloria. Fue cuando Jimin, arañándolo fuertemente y con un gemido que desgarro su garganta cargado de su nombre se empezó a correr descontroladamente, ensuciando ambos abdómenes y su ano aprisionándolo aún más -si es que se podía- con unas cuantas embestidas más YoonGi se corrió en su interior.

Ambos chicos envueltos en una nube de espasmos y gemidos, sintiendo incluso como todos sus nervios se desconectaban para solo sentir aquella libidinosa unión de sus cuerpos y sus fluidos. YoonGi se dejó caer levemente encima del cuerpo del rubio quien no podía carburar nada, todo estaba blanco dentro de su cabeza, jadeo cuando sintió el dildo salir y luego YoonGi. Le pedía a los cielos que el pálido no quisiera hacerlo otra vez o moriría, enserio. Jamás se había sentido de aquella manera tan plena.

Suspiro cuando YoonGi se apartó de encima de él y se tumbó a su lado, para luego llevarlo encima de su pecho. Sintiendo la calidez de este contra su mejilla.

- Jamás habían durado tanto-dijo en un susurro el peli azul-. ¿satiriasis?-preguntó. Jimin no hizo más que asentir a su pregunta-. Vaya, creo que tú y yo nos llevaremos muy bien.

Un atisbo de sorpresa se presentó dentro de él. YoonGi, quitó la correa y luego metió su mano entre sus húmedos cuerpos y retiro los anillos para pene, Jimin sintió una carga menos y justo encima del pálido sintió aquella pesadez en sus ojos. Con la estridente música aún sonando fuera de las paredes de su habitación, el rubio cayó dormido, unos minutos después le siguió el mayor.

Más tarde Jimin despertó, entre sus sucias sabanas. Escuchaba algo en la planta de abajo y ni YoonGi ni nada de él se encontraba por ningún lugar de su habitación. Rápidamente se puso algo de ropa y bajo corriendo, viendo a su madre sonriendo a todos los invitados mientras los despedía en la puerta. Ella lo miro y le sonrió fraternalmente.

- Fue una agradable velada, hermana- la señora Min se encamino hasta su madre y le dio un gran abrazo, mientras el señor Min y YoonGi esperaban a un lado para despedirse-. No dudes en llamarnos para otra celebración.

- Por supuesto que no- ella sonrió- Y para que tú hijo y mi Jiminnie se conozcan un poco más. Jimin no pudo asistir ayer en la noche por un dolor que le dio, a la próxima podemos juntarlos, seguro se llevan bien.

Fugazmente los primos hicieron contacto visual y una sonrisa cómplice se posó en sus labios. Las hermanas siguieron hablando un poco, el mayor aprovecho el momento para acercarse y susurrar en el oído de Jimin.

- Deje mi número telefónico escrito en una hoja de tu libreta, esto no ha acabado aquí, pequeña zorra.

Jimin pasó duro cuando YoonGi se separó de él y no hizo más que asentir.

- Vámonos YoonGi- demandó su madre.

- Claro- respondió- la velada estuvo... exquisita, tía. Espero volver a verlos muy pronto y estrechar mejor los lazos con Jimin. - dijo educadamente YoonGi después de hacer una reverencia.

- ¡Por supuesto!-pronunció animadamente su madre- ¡Nos veremos pronto!- la familia Min salió de la casa y su madre cerró la puerta, miró a Jimin que aún seguía plantado en la puerta, lo miro y se dirigió a la cocina para darle el desayuno a su hijo.

Jimin llevo el dedo pulgar a su boca y mordisqueo un poco su uña, definitivamente esto solo era el comienzo de algo adictivo y excitante. Si, se vería demasiado pronto con aquel hermoso sátiro llamado Min YoonGi.

Gracias a todas esas bellas personas que llegaron hasta aquí. Es mi primera vez de escribir algo tan explícito y detallado, pero estoy satisfecha con el resultado.
Espero que a ustedes también les haya gustado, no olviden ✨ y 💬
Les amo 💙

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