𝐂𝐔𝐀𝐓𝐑𝐎

¡Atrapa la pelota!

SooJin juega básquet con sus amigas en el patio al lado de la escuela, ya habían terminado las clases pero ella decidió quedarse un rato más para practicar su técnica con el balón, por ello JiMin está en las gradas esperando por su prima para ir a casa. Usualmente van y vuelven juntos de la escuela.

JiMin la observa desde las gradas, con sus piernas cruzadas y una mano sosteniendo su mentón, mientras la capucha cubre sus cabellos.  Ella salta y ríe mientras sus amigas tratan de quitarle la pelota. Llena de vida, y viéndose tan bonita.

Aparta la mirada.

JiMin tiene celos.

Se siente inferior a los demás, aunque no quiera pensar así, a veces es inevitable. Todo empezó por las críticas de su padre, un hombre estresado por el trabajo y las obligaciones en casa. Cuando el estrés era demasiado para él se desquitaba con JiMin.

"Si dejaras de pedirme tanta comida yo dejaría de trabajar tanto y tú de ser tan gordo"

Felizmente su madre se separó de su padre cuando JiMin tenía doce años, ella no aguantaba los malos tratos hacia su hijo. Aún así el daño en él ya estaba hecho, en su pequeña cabeza tenía la creencia de que todas las críticas de su padre eran ciertas y que él no era nada ni merecía nada.

Con los años y la ayuda de Jungkook logró saber que aquellos pensamientos eran malos para él, pero eso significaba que mágicamente dejaría de pensar así. Por eso no es sorpresa que se sienta celoso de su prima, de su bonito rostro, cuerpo perfecto, personalidad amable e indiscutible carisma.

¿Porqué él no puede tener su sonrisa perfecta? ¿Porqué ella no tiene imperfecciones en su piel pero él sí? ¿Porqué ella puede ser tan perfecta y él no? ¿Porqué ella puede estar Jungkook pero él no?

La vida es muy injusta, esa es su única explicación. Siente celos de SooJin no solo por su belleza, si no porque tiene a Jungkook a su lado y él no.

Cierra las ojos y suspira.

"Tú eres muy valioso, JiMin"

Abre los ojos y tira su cabeza hacia atrás, viendo el cielo gris sobre su cabeza. A pesar de todo las palabras de Jungkook no abandonan su cabeza, y lo hacen sentir mejor cuando esos pensamientos tontos llenan su cabeza. Eso lo consuela, sus hermosas palabras permanecerán en su memoria para sobrellevar los malos momentos.

Pero es difícil aunque trate de no caer en aquel pozo.

JiMin siente una gota de agua caer en su mejilla y mira hacia el frente, SooJin ya no está ahí, ni sus amigas. Al parecer empezó a llover y ellas volvieron a la escuela. Siente más gotas alcanzarlo pues siente sus prendas húmedas. Sin embargo, prefiere no moverse y disfrutar del agua fría cayendo sobre él.

Jungkook llegó lo más rápido que pudo al lugar para socorrer a SooJin de la lluvia, sabiendo que ella estaba ahí ya que la había visto por la ventana de la biblioteca. Tiene un paraguas en su mano derecha que lo cubre de la lluvia y empieza a buscar con la mirada a su novia mientras da largas zancadas, pero se da cuenta de que no está ahí.

Tiene la intención de volver adentro pero a lo lejos logra ver a un chico sentado en las gradas bajo la lluvia. Levanta las cejas al reconocer su silueta luego de un par de minutos.

― ¿JiMin?

No puede ver su rostro al darle la espalda pero por su silueta cree que puede ser él. Se acerca rápidamente para cubrirlo con el paraguas. JiMin por su parte vuelve a la realidad cuando deja de sentir las gotas de lluvia sobre él. Mira hacia arriba y se da cuenta de que un paraguas lo está cubriendo.

Gira su cuerpo y se encuentra con Jungkook. ― Jungkook...

― Hola JiMin.

Vuelven a la escuela en un silencio incómodo, ninguno de los dos dice nada. JiMin prefiere no hablar porque no está en su mejor momento, y Jungkook se siente nervioso al tener de cerca a la persona que hace apenas dos noches le robó un beso mientras dormía.

No ha podido dejar de pensar en eso, y más aún porque extraños sueños han llegado a su mente desde ese beso, como si fueran recuerdos de ambos como protagonistas.

Llegan a la entrada posterior de la escuela.

― Creo que no hay luz por la lluvia.

Jungkook asiente.

Miran por ambos lados pero todo está oscuro, son al rededor de las seis de la tarde y sin luz hay poca iluminación en esos pasillos. Tampoco hay alumnos y JiMin agradece por eso.

― Yo ya me voy.

JiMin está dispuesto a encontrar a su prima y volver a casa lo más rápido posible, pero una mano en su muñeca lo detiene. Gira y se encuentra con la mirada dudosa de Jungkook.

― Hasta mañana chicas, vuelvan seguras a casa, ¡Tengan cuidado con la lluvia!

― ¡Tu también!

―¡Sí, hasta mañana SooJin!

SooJin sale del cambiador de chicas con el propósito de encontrar a su novio que supone sigue en la biblioteca estudiando, y a su primo que ella cree también entró a la escuela por la lluvia.

Pero al acercarse a la puerta trasera, cerca de las escaleras para subir al segundo piso escucha unas voces familiares. Se acerca a dicho pasillo y asoma su cabeza, el pasillo es oscuro pero la luz que entra por las puertas traseras abiertas deja ver que hay dos chicos ahí, discutiendo de algo que no entiende.

Entrecierra los ojos y ahí los reconoce por sus perfiles.

― ¿JiMin y... Jungkook?

A lo lejos no se escucha muy bien su conversación por el sonido de la lluvia fuera de las instalaciones, y prefiere no acercarse... solo se queda  a ver de lejos.

― ¿Qué pasa? Debo ir por SooJin.

JiMin trata de zafarse de su agarre pero la mano de Jungkook se hace más firme, siendo un contraste con su expresión nerviosa. Jungkook no sabe porqué lo ha detenido de su huida si JiMin siempre huye de él cuando ambos se quedan solos. Solo sabe que esta vez no quiere que sea así, se siente confundido por ese beso y necesita una explicación.

― JiMin...

Su nombre saliendo de sus bonitos labios endulza y amarga su corazón. JiMin se queda sin palabras mientras el contacto visual entre ellos se intensifica. Lo conoce muy bien, Jungkook tiene algo que decirle y eso lo coloca nervioso.

― ¿Qué quieres decirme? Hazlo rápido.

Trata de que su voz no tiemble ante el tacto de la mano de Jungkook tomando su muñeca, pero falla. El de cabellos azules inhala para tomar valor y finalmente hablar.

― ¿Porqué me tratas así?

JiMin se queda en blanco, no sabe que responder, su corazón se altera y su cabeza se hace un garabato cuando Jungkook se acerca a su rostro y siente su respiración contra la punta de su nariz.

― No sé de qué hablas.

― Claro que lo sabes, me evitas, huyes de mí y me tratas como si me odiaras pero luego tú... ¡Pero luego tú me besas! ¡Y estoy muy confundido!

Siente como un peso menos cae de sus hombros al confesar finalmente eso que ha estado atormentando su cabeza desde esa noche donde se quedo en casa de JiMin. JiMin por otro lado, está sonrojado y tiene las cejas levantadas, realmente se ha quedado sin palabras, sus pensamientos no tienen un orden y mucho menos sus latidos. Él pensó que aquel beso que ayudó a calmar su mal día sería algo que solo sabría él, pero no... que equivocado estaba.

Jungkook lo descubrió.

― Yo realmente necesito saber porqué lo hiciste si me odias tanto.

JiMin siente su labio inferior temblar, atrapado bajo la mirada del menor sobre él, tratando de buscar una respuesta en sus ojos llorosos. Baja la mirada y cierra los ojos con fuerza.

― N-nunca te besé.

Miente.

― No sé de qué hablas... debió ser un sueño, no es mi culpa-

― Por favor no me mientas JiMin. Sé muy bien que no fue un sueño porque esa noche me quedé despierto hasta el día siguiente.

Atrapado.

― Mírame.

JiMin mantiene su mirada en el suelo y niega. Ante los ojos de Jungkook se ve frágil y tembloroso, nunca antes había visto esa faceta del mayor.

Y le duele verlo así, es algo que no entiende.

― JiMin, mírame.

Escucha su respiración y por un momento todo se detiene cuando JiMin sube su mirada y sus ojos se encuentran nuevamente.

"¿No piensas venir conmigo? ¿Esa es tu respuesta?"

JiMin llora con una mano en el volante y otra haciendo gestos en el aire, molesto y lloroso. Sus ojos lo miran con detenimiento y tiene las cejas fruncidas.

"¡Mira al frente y sí, esa es mi respuesta final!"

"¿Entonces q-quieres terminar conmigo?"

Solloza y su mirada vuelve rápidamente a la pista cuando un auto pasa rápidamente por su lado sonando el claxon. Estuvo cerca.

"Dios JiMin, mira al frente, ¡Y no, no quiero terminar contigo!" Responde Jungkook con la respiración agitada y toma la mano al aire de JiMin con determinación. "¡Yo quiero estar contigo! ¡Te amo, JiMin!"

"¿¡Y entonces porque no vienes conmigo?!" Sus lágrimas amargas caen por su rostro. "Ya estoy harto de tener que estar ocultos, yo te amo mucho... ¡Allá podríamos estar juntos, lejos de nuestras familias y-"

"¡JiMin!"

Y el recuerdo se desvanece con la escena final de una luz cegadora acercándose a ellos, los ojos llorosos de JiMin y su mano aferrada a la del mayor. Retrocede un paso aturdido cuando vuelve a la realidad, a su presente.

JiMin aprovecha esto y logra zafarse de su agarre.

― ¿Por qué...?

― Es algo que no entenderías.

Se va, dejando a Jungkook viendo como se aleja con el corazón en la garganta y la cabeza hrcha un nudo. Completamente confundido con el recuerdo que cruzó su mente.

SooJin trata de dar un paso adelante para saber de una vez por todas qué está pasando y porqué su primo está llorando, pero una mano se coloca en su hombro.

― ¡SooJin al fin te encuentro! Olvidaste tus cosas en el cambiador. ― Ella voltea hacia su amiga, y le sonríe al ver su bolsa con su uniforme de básquet dentro. Toma la bolsa. ― Gracias.

― No es nada, te veo mañana.

La chica se despide de ella y SooJin vuelve a ver al pasillo pero ahora no hay nadie, ni Jungkook ni JiMin. Extrañada apreta los labios y se aleja del lugar.

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