EXTRA | San Valentín

Meses después...

― ¡Maldito vino! ― Reniega de la búsqueda que no da frutos, está más de media hora buscándolo y aún le falta bañarse, cambiarse y preparar algo para cenar.

De pronto, su celular suena en la sala, se coloca de pie y corre como puede para llegar lo más rápido posible a su celular, tirarse sobre el sofá y contestar.

― ¡Hola!

Suena un pequeño bostezo del otro lado. ― Hola, Jungkook.

― Hola, JiMin. ― Sonríe como tonto, volviendo a saludar. ― ¿Ya estás listo? Yo aún debo arreglarme...

Sobre eso...

Jungkook deja de sonreir. ― ¿Pasa algo?

Suena otro pequeño bostezo. ― Estoy atorado en el tráfico, típico de Londres. ― Ríe un poco, escuchandose cansado. ― Salí corriendo de la práctica para llegar temprano pero aún sigo en la calle y falta menos de media hora para nuestra cita...

― Tal vez sea porque es San Valentín y todo el mundo sale... ― Carraspea, acomodándose sobre el sofá. ― Entonces... ¿Quieres cancelar nuestra cita? ― Pregunta con cuidado, y algo dudoso.

Solo espera que la respuesta a su pregunta sea negativa, puesto que ha estado esperando esta cita por más de dos semanas. JiMin y él no se ven hace un tiempo, han estado distanciados y eso le duele a Jungkook, le duele estar alejado del hombre que ama, con escasa comunicación.

Todo por culpa de sus exámenes finales, tuvo que pedirle a JiMin que no se hablaran hasta que los termine, ya que aún está tratando de acostumbrarse al ritmo universitario. JiMin entendió todo eso, y acordaron verse en San Valentín para celebrar juntos, ya que para ese entonces Jungkook habría terminado sus exámenes.

― No, sí quiero que nos veamos, pero... ¿Quizás un poco más tarde? ― Propone apenado.

Jungkook asiente y suspira. ― Claro, no tengo ningún problema, me avisas cuando estés listo.

― Perfecto, te llamo al rato, te quiero.

― Te quiero. ― Responde, para finalmente colgar y dejarse caer sobre el sillón, suspirando.

Media hora después finalmente tiene la botella de vino en sus manos, ya se baño, cambió y arregló, listo para su encuentro con su novio.

― Bien. ― Susurra al ver el mensaje de JiMin en su celular, avisando que ya llegó a su casa y se bañará para poder verse.

Con una sonrisa en los labios se dirige al espejo de su baño, para arreglar su cabello ahora completamente negro. Hace un tiempo dejó el azul atrás. Arregla su camisa negra y se coloca perfume en su cuello, aunque luego de hacerlo ríe por su acción.

― Ni si quiera lo notará. ― Niega con una sonrisa divertida.

Sale del baño y camina hasta su habitación, donde el vino y una copa de vidrio lo esperan en su escritorio, toma asiento frente a su laptop y la enciende para matar el tiempo jugando algún juego, mientras JiMin le avisa para encontrarse.

Pero pasan los minutos muy rápido, pronto son diez minutos, luego veinte, treinta y al final todos esos minutos se convierten en una hora. Una hora sin saber nada de JiMin, empezando a aburrirse, la sonrisa en su rostro se perdió mientras ve la pantalla de su laptop señalando que había perdido la partida del juego.

Suspira y se estira un momento, luego cruza sus brazos a la altura de su pecho, con la cabeza hacia atrás viendo el techo. Realmente extraña ver a JiMin, y espera verlo, pero no se le haría raro si él se hubiese quedado dormido, de todas formas la academia de baile le exige demasiado, y siempre termina exhausto.

Aún así, no pierde las esperanzas de verlo.

Decide escribirle pero este lo deja en visto, lo que me extraña, ¿Acaso no quiere verle? ¿Capaz está molesto por no haberse hablado tanto estos días por culpa de sus exámenes? No está seguro de nada.

Una notificación lo hace saltar en su silla, toma rápidamente el celular con las esperanzas de encontrar un mensaje de JiMin avisando que podrían verse, pero en vez de eso, recibe un mensaje de JiMin indicando que se siente muy cansado y no cree verlo...

En silencio su sonrisa se borra completamente, suspira pesadamente, como si quisera dejar salir toda su tristeza. Se levanta de la silla, cierra la laptop y se tira sobre su desordenada cama.

― Tener una relación a distancia es difícil.

Lloriquea con la cara contra la almohada. Puede jurar que sus ojos empiezan a lagrimear, pero tratando de calmarse al recordar que para el año que viene él y JiMin estarán más cerca, puesto que él dejará Seúl para mudarse a Inglaterra y estudiar allá.

Espera que sus planes se hagan realidad, sabe que cuenta con un buen trabajo en el que se está esforzando para ahorrar todo lo que pueda, y además sus abuelos quieren apoyarlo en su decisión.

De pronto escucha el timbre sonar, avisando que seguramente el señor de la pizza que pidió ya estaba ahí. Con pereza se levantó y cogió un par de billetes que tenía en su mesita de noche, con los cabellos desordenados, lagrimas en los costados de sus ojos, una mirada triste y un par de boxers puestos. Se arregló todo lo que pudo para terminar luciendo como si hubiera sido víctima de una cruel ruptura amorosa.

Llega a la puerta y con un suspiro abre la puerta contando los billetes en sus manos.

No recuerda cuánto tenía que pagar. ― Eh, ¿Cuánto le debo por la pizza?

― Un beso.

Frunce el ceño y alza la mirada, completamente extrañado, pero en vez de encontrar al supuesto repartidor de pizzas encontró a alguien más.

― JiMin... ― Dice completamente embobado, procesando la imagen de su novio frente suyo.

― ¡Sorpresa! ― Deja a un lado su maleta de rueditas y le dedica una gran sonrisa.

― Tú... Tú estás aquí. ― Una sonrisa empieza a extender sus labios, y su novio suelta una risita cuando se fija en su vestimenta. Jungkook por inercia también baja la mirada, para darse cuenta de que no lleva pantalones. Se cubre la zona rápidamente, sonrojado hasta las orejas. ― ¡Mierda!

― ¿Así recibes a todos los repartidores de pizza? Si es así, no me molestaría convertirme en uno. ― Se alza de hombros con una sonrisa divertida en los labios.

Jungkook ríe también y rueda los ojos, deja de cubrirse para extender sus brazos y recibir a su bonito novio entre sus brazos. Lo había extrañado tanto, no lo veía en persona desde hace más de medio año. La esper alo estaba matando, y no se había dado cuenta de ello hasta ahora, que lo tenía consigo.

― Me alegra que estés aquí.

― ¿Estás llorando, cariño?

― N-no.

JiMin se separa de él para tomar su cara entre sus manos, y plantar un pequeño besito en sus labios, mejillas y nariz. ― Perdón por hacerte creer que no nos veríamos por videollamada, pero quería que sea una sorpresa, ¿Me disculpas?

Jungkook asiente, tomando su cintura con sus manos, juntando sus frentes. ― Te perdono todo.

Se separaron unos minutos después y se alejaron de la entrada para cerrar la puerta y finalmente quedar dentro del pequeño apartamento. JiMin fue a dejar sus pertenencias a la habitación de Jungkook mientras este se colocaba su pijama.

― ¿Quieres vino?

JiMin bosteza. ― Sí, fue un viaje largo, un poco de vino me vendría bien para despertarme. ― Jungkook ríe. ― No paro de bostezar por el cansancio... Por cierto, ¿Vendrá el verdadero repartidor de pizzas?

Jungkook se detiene en medio de la habitación, con dos copas de vino en mano, mirando a JiMin con los ojos bien abiertos y los labios separados, como si se hubiera dado cuenta de algo sorprendente.

JiMin se coloca sobre sus codos, para ver mejor a Jungkook. ― ¿Pasa algo?

Jungkook parpadea un poco, y luego baja la mirada para sonreír negando con la cabeza. ― No, no... Solo me doy cuenta que yo jamás pedí pizza.

― ¿Y porqué creíste que yo era un repartidor de pizza?

― La verdad, no tengo idea. ― Ríe un poco, acercándose por completo a la cama y entregándole a JiMin una de las dos copas de vino en sus manos.

Ambos sobre la cama del mayor, con la laptop encendida a los pies de la cama, la pantalla mostraba el inicio de una película, pero estaba pausada.

― Entonces, vamos a disfrutar de nuestro San Valentín. ― Le sonríe, extendiendo su copa de vino.

Jungkook choca con cuidado ambas copas de vino creando ese clásico sonido. ― Salud.

― Salud.

Cada quién tomó un sorbo de sus copas para luego acercarse al otro y besarse hasta el cansancio, olvidando la película que se reproducía en la laptop del mayor.

― Feliz San Valentín, JiMin.

Se besaron todo lo que no pudieron en esos meses de distancia, sintiéndose felices y plenos en la compañía del otro.

Espero les haya gustado este extra pequeñito. Muchas gracias por todo el apoyo, ¡Mil gracias!

- Mgg.

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