Treinta y cuatro: Pesadilla.
Agua, agua y más agua. Tiene las ropas mojadas y la respiración agitada.
No sabe cómo llegó a las orillas de un lago, tan grande y lleno de neblina que sus ojos no alcanzan a ver más allá de un metro y poco más. Por alguna razón, su pecho se llena de una ansiedad repentina, que recorre sus venas y enciende sus alarmas. Pronto se está arrastrando hasta entrar al lago, este poco profundo así que el agua le llega a la cintura.
Avanza poco a poco, mientras más se adientra a las aguas el agua se hace más pesada, como si fuera nieve, y la neblina lo ciega cada vez más. Llega a un punto donde moverse es dificultoso, y la neblina cubre su al rededor de un blanco que eleva su ansiedad.
Pero, de repente, siente las aguas que rodean su cintura moverse violentamente, y la neblina se abre frente suyo hasta revelar una silueta que sobresalía del agua, buscando algo a lo que aferrarse porque parecía hundirse lentamente.
Pedía ayuda.
Y entre los movimientos violentos de la silueta de aquella mujer, reconoce el rostro de su prometida que pedía ayuda con todas sus fuerzas desgarrando una voz que hace mucho no escuchaba, una voz que jamás vio llena de ira o desesperación como ahora. La voz de su prometida siempre fue calmada y coqueta, no como ahora.
Ella para sus movimientos poco a poco cuando decide girar el rostro y verlo a los ojos, hundiéndose lentamente, con una mirada llena de pena y furia. Entonces recuerda la última vez que la vio, en sus brazos... fue la vez que murió.
― ¡Espera!
No puede quedarse con los brazos cruzados, sale de su parálisis momentánea y trata de correr hasta ella, pero no puede avanzar, la neblina lo come poco a poco y no puede hacer nada cuando el agua traga a la mujer que más amó, hundida en el pesar del agua negra.
― No, no... ― Su rostro se desfigura en una mueca de dolor, se rinde porque ya no puede ver nada de ella, y cierra los ojos con fuerza para tomar sus cabellos.
Es casi exactamente como pasó. Cómo la perdió.
― ¡Taehyung!
Pero esa voz...
Alza la mirada y suelta sus cabellos rojos, ahora está de rodillas frente a lo que parece ser una habitación en llamas en medio del bosque, con una puerta negra sin perilla y el humo saliendo debajo de esta.
― ¡Taehyung!
Otra vez esa voz viene desde dentro de la habitación en llamas.
― ¿JiMin? ― Rápidamente se pone de pie, su corazón chocando bruscamente contra su pecho.
― ¡Ayúdame!
― ¡JiMin! ― Corre hasa chocar contra la puerta, no tiene perilla y la única manera de abrirla es romperla. Empieza a chocar su cuerpo una y otra vez contra la madera, pero esta no quiere ceder, no tiene ni un solo rasguño y los gritos se hacen cada vez más y más fuertes. ― ¡Espera, espera JiMin!
― ¡Ayúdame! ― Gritaba de dolor.
Hacía lo que podía para romper la puerta, incluso dejó de golpearla con su hombro y empezó a patearla, hasta golpearla con sus puños, sintiendo sangrar pero sin darle importancia. Él realmente trataba de hacer de todo para llegar hasta JiMin, y cuando estuvo por rendirse dio una última patada que terminó derribando la puerta.
Taehyung sintió cómo el abrasador calor por el fuego golpeaba su cuerpo, pero poco le importó. Se adentró a la habitación y ahí estaba JiMin, a los pies de su cama, inconsciente y rodeado de fuego y humo. No dudó ni un segundo en acerca para tomarlo en sus brazos, pero antes de que pudiera siquiera tocarlo el fuerte sonido de un bebé llorando cerca suyo disparó su corazón hasta despertarlo de tal pesadilla.
Abre los ojos y rápidamente coloca una mano en su pecho. Tiene la respiración acelerada y algo de sudor en la frente que se encarga de limpiar con el dorso de su mano, cuando se siente más tranquilo.
― Mierda.
Aún oye el llanto de un bebé, por lo que busca con la mirada de dónde proviene, hasta que se da cuenta que está bajo la ventana de la habitación de Seiji, que seguro acaba de despertar por hambre o alguna otra necesidad. Su fuerte llanto se calma poco a poco, JiMin de seguro ya lo había calmado.
Encorva la espalda y coloca sus codos sobre sus rodillas. Se arrepiente de haber tomado un descanso, de su turno de madrugada, para sentarse en uno de los sillones exteriores a, supuestamente, descansar las piernas. Sesupone que serían solo unos minutos y terminó quedándose dormido.
Suspira y pasa una mano por su rostro con frustración. Las pesadillas que involucran a su prometida han ido incrementando con el paso de estos últimos días, esta es la tercera vez que sueña con ella en lo que va de la semana. Es extraño que él sufra de pesadillas, y sin más extraño es sufrirlas repetidamente.
― Disculpe jefe, ya es hora de rotar los turnos.
Escucha a uno de los guardias hablar por la radio en su hombro, y asiente aunque este no lo ve. Inhala y exhala profundamente y luego aprieta el botón en la radio para hablar.
― Tienes razón, roten turnos todos, ¿Oyeron?
Recibió confirmaciones por parte de todo el equipo del que está encargado. Deja caer su espalda hacia atrás en el respaldar del sillón y masajes su nuca. La tensión y el cansansio por los turnos lo están matando. Se levanta del sillón y camina de vuelta a la casa para lavarse la cara y olvidar la pesadilla tan desagradable que tuvo, y que tan real se sintió.
Por ahí escuchó que tus sueños son mensajes de tu subconsciente, entonces, ¿Qué está tratando de decirle? ¿Qué significa todo esto? No lo logra comprender, y no tiene la intención de pararse a pensarlo, perdiendo su tiempo.
Cuando refresca su rostro y sale del baño más relajado, encuentra a Jungkook pasando cerca suyo. Ni se inmutó de su presencia, no lo miró, prácticamente lo ignoró y siguió de frente hasta entrar a la cocina de la casa. Taehyung frunce el ceño porque pudo notar el tambaleo en sus pies y su extraño aroma cítrico. Es entonces que decide ir detrás suyo, llegando hasta la cocina, viéndolo tomar un vaso entero de agua en segundos. Mientras, él se dirige hacia el lugar dónde tienen guardados los licores y se sirve una pequeña copa de whisky, lo necesita para despejar su mente un momento.
― Deja de mirarme así. ― Parece gruñir Jungkook luego de un momento en silencio.
Taehyung ve como Jungkook se gira y deja de darle la espalda para verlo directamente a los ojos.
― ¿De qué hablas?
― Siento tu maldita mirada en mi espalda. ― Entrecierra los ojos. ― Si tienes algo que decir, hazlo ya soldadito.
Taehyung sonríe de lado por un momento, y luego cambia a su expresión seria. ― Lo que pasa es que te ves algo sediento...
― ¿Quieres saber si tome? Sí, lo hice, ¿Algún problema? ― Taehyung no contesta, en cambio mueve su vaso con hielos y whisky, con la mirada ahí. Jungkook aprieta la mandíbula. ― Sí, mejor quédate callado. Ya he tenido suficiente con tu escenita de ese día frente a JiMin.
En ese momento Taehyung alza la mirada. ― ¿Qué? ¿Te molesta tanto que lo diga?
― Preferiría que cerraras la boca y que recuerdes que por el único motivo por el que sigues vivo, es porque JiMin me pidió que no te matara. ― Rie. ― Porque si fuera por mí, ya estarías tres metros bajo tierra.
Al parecer tanto él como Jungkook empezaban a decirse ciertas verdades cara a cara. Y claro, Taehyung no se quedaría atrás. Sonríe burlón. ― Es gracioso, ¿Sabes? Tu extraño código de moral, de buenos modales y elegancia no te duró mucho tiempo... Tardaste un poco en mostrar tu verdadera cara.
― ¿A qué viene eso?
― Siempre decías odiar el alcohol, el humo del cigarrillo, y matar por placer. Tu extraño código de moral de valores y modales estúpidos desaparecieron. ― Lo señala con su vaso de licor de arriba a abajo. ― Mírate ahora, son las cinco de la mañana y llegas ebrio a tu casa, donde tu hijo y esposo viven.
― ¿Crees que lo que me dices me afecta o siquiera importa? ― Se cruza de brazos. ― Vete a la mierda, hipócrita. Lo dices como si tú tuvieras una moral perfecta... ¿Te recuerdo que por tu culpa murió tu prometida?
― Cállate. ― Su voz se hace más profunda.
― Ya que estamos siendo sinceros el uno con el otro...
Es turno de Taehyung de gruñir y dejar con brusquedad su vaso sobre la isla. ― Cierra. La. Boca. ― Afila su mirada. ― Sabes que fue un accidente.
― Esa es tú versión.
Taehyung se acerca a él, pero algo llama su atención antes de que diga nada. Una marca en el cuello de Jungkook lo hace detenerse por completo.
― ¿Qué es esa mierda en tu cuello?
Por un momento puede ver a Jungkook dejar de respirar para subir acomodar más el cuello de su camisa sin corbata, y así cubrir mejor aquella marca. No hacía falta que diga nada. Era obvio lo que aquella marca en su cuello significaba. Taehyung ríe por lo bajo y da un paso atrás, vuelve a tomar su vaso con whisky y se lo toma de un solo trago.
― Eres despreciable.
Jungkook no dice nada.
― ¿Y sabes porqué? No es solo por eso. ― Señala su cuello. ― También porque este plan tuyo de infiltrate en los Manoban ya no se trata de proteger a tu familia, se trata de ti... Lo he dicho tantas veces, y créeme, no me cansaré de hacerlo.
Jungkook le sostiene la mirada, aguantando las ganas de tener su cuello entre sus manos y asfixiarlo hasta que deje de respirar.
― Ese maldito plan es lo que nos tiene vivos ahora, incluso a ti.
― Lo siento, pero ya no lo haré más. Me importa poco lo que pienses, ahora más que nunca no me callaré, y como ese día, te diré tus verdades a la cara incluso si JiMin está frente a nosotros.
― Hijo de perra. ― Murmura por lo bajo, a punto de acercarse a Taehyung para darle un buen golpe en su cara.
Jungkook quiere cerrarle la boca, para él está hablando de más, metiéndose en lo que no le incumbe, arruinando su buen humor, creyéndose mejor que él cuando ambos podrían ser la misma mierda.
― Vaya, vaya, ¿Tan temprano y ya peleando?
Ambos hombres se quedan quietos en sus lugares, y voltean al mismo tiempo para ver la entrada de la cocina que conecta con la sala, ahí ven la figura del Jeon mayor.
― ¿Qué pasa, hermanito? ¿Te comió la lengua el gato? ― Bromea, teniendo el mismo humor de siempre. Avanza hacia ellos con las manos en los bolsillos.
― Gguk, ¿Qué haces acá? ¿Desde hace cuánto estás ahí parado? ― Frunce el ceño.
― Hey, calma, ¿Porque tanta agresividad? No escuché su estúpida conversación. Además, esas no son maneras de saludar a tu hermano mayor que no te ve desde hace meses. ― Afila su mirada, y su sonrisa juguetona se vuelve una sonrisa falsa.
Últimamente todos parecían tener algo contra Jungkook. Realmente nadie podría culparlos, hay muchas razones para estar contra suya.
― En fin, gracias por la llave de repuesto Taehyung. ― Saca una mano que estaba en su bolsillo y enseña una llave, agitandola un poco. ― Espero no te moleste, hermanito, algunas veces paso por acá para ver a mi sobrino. ― Se encoge de hombros, Jungkook a su lado gruñe por lo bajo. ― ¿Qué tal si tomamos un trago entre todos y recordamos los buenos tiempos? ― Ofrece animado.
Jungkook rueda los ojos ya irritado con la presencia de su hermano. ― Como sea, yo estaba de pasada, tengo asuntos que atender en mi oficina. ― Y sin decir nada más pasa al lado de los hombres, caminando con pisadas fuertes hasta llegar a su dichosa oficina y cerró la puerta con fuerza.
Gguk mira un momento la dirección por donde se fue su hermano y suspira, viéndose menos animado que a su llegada. Taehyung nota esto y se cruza de brazos.
― ¿Pasa algo?
Gguk vuelve la mirada a él. ― Se ha vuelto una mierda. ― Vuelve a suspirar. ― ¿Cómo pueden soportarlo?
― Yo no lo aguanto, el único aquí que apenas lo soporta es JiMin, pero parece que ya se está cansando. ― Hace una mueca.
Gguk asiente. ― Parece que es tan grave como pensé... ― Mira el rostro afligido de Taehyung, su postura rígida y ojeras bajo los ojos. ― Hombre, te ves como la mierda, ¿Es porque Jungkook te arruinó la mañana o pasaste mala noche?
― Ambos.
― Entonces, ¿Unos tragos?
― Me vendrían bien.
― ¿Está bueno?
Taehyung asiente, pasa una mano por sus cabellos y se apoya en la barra del pequeño bar que tienen en el sótano de la casa. Taehyung no suele bajar ahí como antes.
― Gguk...
― ¿Sí? ― Le da un trago a su copa.
― Sé que escuchaste toda nuestra conversación... no es necesario que mientras sobre eso.
Gguk alza una ceja y suelta una pequeña risa. ― Bien, no lo haré... Escuché todo, confirmé toda la mierda que sospechaba. ― Mira el líquido en su copa. ― Ahora que vi de cerca a Jungkook sentí, de alguna manera, un maldito deja vu al verlo a los ojos.
― ¿A qué te refieres?
― Me refiero, a que sé cómo es Jungkook cuando se le niega algo. Se comporta como un imbécil con la gente que se opone a sus ideas, y tiene esa misma mirada de mierda.
― Siento que hay algo que no me estás diciendo, Gguk. ― Frunce el ceño.
El de cabellos negros baja los hombros y pasa una mano por sus cabellos. ― Jamás te lo dije pero para mí esta actitud no es tan nueva, él ya se había comportado así antes, conmigo. Fue hace años...
― Te escucho. ― No quería recibir un no por respuesta, y su voz lo hacía saber.
Suspira. ― Tú sabes la historia de cómo Jungkook incendió nuestra casa en el bosque para matar a Master, y de como llegamos a casa de los Park para, eventualmente, quedarnos ahí a vivir.
― Sí, me sé la historia.
― Bien, pero la historia no acabó ahí como JiMin o Jungkook te lo hayan contado. Antes de que nos instalaramos como parte de la familia Park, hubo una gran pelea. ― Frunce el ceño recordando. ― Jungkook se había acercado a mí cuando aún me estaba recuperando, y recuerdo perfectamente lo que me dijo, "He decidido que me quedaré aquí con los Park, con JiMin, porque lo amo y no puedo dejarlo solo". ― Ríe bajo. ― No te imaginas lo furioso que me puso, luego de todos los planes que tuvimos para marcharnos lo más lejos posible... y me venía con esa mierda.
― Espera... ― Taehyung lo mira a los ojos, Gguk tiene los ojos pintados de melancolía. ― ¿Tú jamás quisiste quedarte con los Park? Pensé que-
― Lo sé, todos pensaron que yo siempre estuve de acuerdo con Jungkook, o que me quedé porque estaba muy herido, pero no es cierto, para las épocas de Navidad yo estaba recuperado casi por completo y, tanto Jungkook como yo, teníamos planes para largarnos de ahí... ― Hace una mueca con su boca de desagrado. ― Pero JiMin lo arruinó.
JiMin lo arruinó... No había resentimiento en sus palabras, era algo más parecido a la melancolía y la resignación.
― Ese tiempo le eché toda la culpa a JiMin, pero al final fue mi hermano quien me traicionó... Yo jamás quise quedarme y él lo sabía, aún así aceptó la idea de JiMin de quedarnos con ellos. ― Niega. ― Al día siguiente me acerqué a JiMin y le grité lo egoísta que era en su cara. No le tenía miedo ni a él ni a su padre.
Toma de la copa hasta acabarse el líquido de licor de un solo trago. Al parecer necesitaba calmar el creciente resentimiento en su pecho.
― Él estaba furioso y yo también, llegamos a insultarnos incluso. ― Hizo un gesto de disgusto con la boca. ― Yo sabía que él había manipulado a Jungkook, porque ese tiempo JiMin era un niñito mimado que hacía todo lo posible para conseguir todo lo que quería, y siempre le funcionaba, claro.
De alguna u otra manera, eso era completamente cierto. JiMin fue un mimado toda su vida, un mimado que heredó la actitud manipuladora de su padre.
― Pero al final, luego de unos días de la discusión JiMin cedió, dijo que hablaría con Jungkook para que nosotros podamos irnos, y que estaba arrepentido de haberle pedido de quedarse, según él quería que Jungkook sea libre y toda esa mierda. ― Toma la botella de licor y se sirve otra copa llena. ― JiMin le dijo que debían de terminar su relación y que él debía irse conmigo como queríamos, pero al parecer Jungkook descubrió que yo había hablado con JiMin y no se lo tomó nada bien.
Taehyung se hacía una idea de a dónde iba todo el asunto.
― A Jungkook se le metió en la cabeza de que quería separarlos, porque él sabía lo mal que me llevaba con JiMin. Entonces su mejor idea fue gritarme lo mucho que me detestaba, y entre la pelea que tuvimos podía ver esa mirada suya... esa mirada extraña, tan parecida a la de mi abuelo. Me da escalofríos recordarlo incluso. ― Le da un corto trago al licor.
― Y terminaste cediendo.
― Lamentablemente, Jungkook no tenía intenciones de irse, no quería empezar una nueva vida, ya que esto implicaría dejar a JiMin atrás.
Gguk aún recuerda las frías palabras de su hermano, le daba a entender explícitamente que no aceptaría una negativa en respuesta a y que iba a quedarse cuando exclamó un "¡No puedes negarme mi felicidad, no después de haberte salvado la vida como lo hice!".
― Era quedarme o irme y abandonar a mi hermano a merced de los Park... ― Suspira. ― Escogí quedarme con él, porque le debía el haberme salvado la vida, supongo que también tenía que sacrificarme de alguna forma con él. ― Ríe un poco. ― Es gracioso, ¿Sabes? La idea de matar a nuestro abuelo y escaparnos había sido suya, pero fue él quien mató nuestro sueño de ser libres.
Taehyung no habla si no hasta momentos después, cuando los recuerdos en los ojos de Gguk dejaron de brillar tanto.
― ¿Por qué lo ocultaste tanto tiempo? Yo jamás lo supe, ni cuando estuvimos juntos.
Gguk rasca su nuca. ― Simplemente no quería hablar de ello.
― ¿Has pensado en irte ahora? Podrías dejarlo todo, podrías irte lejos, Jungkook ya es un hombre adulto, y creo que ya saldaste tu deuda con él lo suficiente.
Sonríe de lado delineando el costado de su copa con su dedo índice. ― Pensaba en escapar, pero no planeaba hacerlo solo... ― Alza la mirada. ― Pero como sea, háblame de ti, ¿Qué tal tu corazón, soldadito?
― No me llames así, me recuerda al idiota de Jungkook.
― Ya no se soportan, lo entiendo.
Le da una mirada y vuelve a posarla en su vaso con hielo. ― El tema de mi corazón es complicado, no solo soy el mejor amigo del hombre que amo, también parezco ser el reemplazo de Jungkook, y lo odio. ― Pasa una mano por sus cabellos. ― No digo que me moleste cuidarlo o a Seiji, claro que no, amo hacerlo, pero siento que JiMin busca en mí la atención y cariño que Jungkook ya no le da.
― ¿Eso es un bueno para ti? Al fin te está viendo más como una potencial pareja que lo puede cuidar, más que su amigo el guardaespaldas.
Niega. ― Yo no quiero eso, JiMin está muy inestable, necesita un amigo a su lado más que una pareja. Además el hecho de sentir que estoy reemplazando a Jungkook me incomoda demasiado, a pesar de lo imbécil que es, no puedo ignorar los años de amistad que tuvimos antes de todo esto. ― Lo mira con las cejas ligeramente juntas. ― Yo no quiero ser el reemplazo de su esposo para él.
Gguk suspira y coloca una mano en su espalda, dando una palmada ahí. ― No te aflijas, yo creo que él te ve más como un apoyo que como un reemplazo de su esposo ausente.
― Tal vez, no tengo idea. ― Se levanta y estira su cuerpo. ― Si me permites iré tomar una siesta, la espalda me está matando.
Gguk también se levanta y deja su copa sobre la barra. ― Perfecto, yo iré a visitar a mi sobrino.
― Bien, salgamos de aquí.
Finalmente está frente a la habitación de su sobrino, está está entre abierta y puede escuchar una pequeña melodía desde dentro del cuarto, deduce rápidamente que se trata de JiMin cantándole a Seiji.
Necesitaba un momento antes de entrar y ver a JiMin. Volver a recordar la extraña mirada de su hermano y la pelea que fue el inicio en la decadencia de su relación de hermanos, solo logró inquietarlo con sentimientos que hace años no sentía, como el rencor y la frustración.
No es hasta que se siente más tranquilo que toca la puerta suavemente con sus nudillos y la termina de abrir para asomarse.
― Gguk...
― Hola, cuñado. ― Le saluda con su típico tono juguetón.
JiMin tiene en brazos a Seiji mientras le da de tomar del biberón. Gguk coloca un pie dentro de la habitación llena de tonos celestes, y se queda de pie frente a ellos con las manos en los bolsillos.
― ¿Puedo hablar contigo? Es urgente.
JiMin parpadea confundido pero asiente. ― Claro.
Gguk le devuelve el gesto junto con un sospechoso silencio. JiMin mira extrañado como este se gira para cerrar la puerta, entendiendo que no quiere que nadie más en casa escuche su conversación. Finalmente se acerca a él y lo mira desde arriba, ahora más cerca podía ver la incertidumbre reflejada en sus ojos.
Sabía que si estaba ahí, con ese sentimiento en la mirada, era porque atendía algo sumamente importante que decirle... o pedirle.
― Te escucho, Gguk.
Así es, conocimos una nueva versión del inicio de los Jeon en la mansión Park, y detalles en Gguk y Taehyung, ¿Qué opinan de esto?
Psdt: Tomen en cuenta la info de este capítulo, es todo lo que diré.
- Mgg.
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