Diez: Ella, él y la corazonada.

― Despierta, Jungkook.

JiMin presiona la nariz de su esposo con su pulgar e índice, este a los pocos segundos abre los ojos y la boca para tomar aire rápidamente. JiMin suelta su nariz que termina rojiza por la presión.

― ¿JiMin? ― Trata de calmarse por el susto.

― Al fin despiertas. ― Él rueda los ojos y se da la vuelta en la cama dandole la espalda. ― Ve a que te sirvan el desayuno.

Jungkook alza una ceja ante la actitud de su esposo, no es usual en él levantarlo de esa manera. ― ¿Estás bien? ― Su mano pasa por su cintura y llega a su pecho, se apega a su espalda. ― ¿Algo te molesta? ― Deja un beso en su cuello.

JiMin gira hacia él. ― Te encontré ebrio, eso no es normal viniendo de ti. ― Su mirada fría es realmente parecida a la mirada que Woong le da cuando hace algo estúpido.

JiMin y su padre se parecen muchísimo. El tono de voz al hablar, su perfecta labia que les permite manipular a los demás, y su liderazgo innato, ambos calman las situaciones complicadas y ayudan a los demás a contribuir. Si no fuera porque JiMin sufre de ataxia y está embarazado, ya sería el mejor asesino para su padre o hasta el líder de su imperio.

― Lo siento. ― Se acerca y besa su mejilla, pero no logra quitar la mirada fría de su esposo.

― ¿Porqué bebiste?

El silencio se extiende, Jungkook no responde su pregunta.

― Está bien si no respondes mi pregunta, entiendo si no confías en mí... ― Dice sonando lastimero.

Jungkook al escucharlo solo suelta una risa. ― Sabes muy bien que tus truquitos no funcionan conmigo, no puedes hacerme sentir culpable.

JiMin rueda los ojis y se aleja de su tacto, pero Jungkook no se lo permite. Lo atrae a su cuerpo y lo abraza bajo las sábanas. Besa con cuidado sus labios y no lo deja alejarse hasta momentos después. JiMin queda algo atontado y sonrojado. Después de todo Jungkook es su debilidad.

― Tu padre me dijo que debía celebrar porque encontraron información sobre Master. Y Taehyung se sumó y nos dejamos llevar, sabes que a él le encanta el vino y... eso es todo.

Jungkook es muchas cosas. Sicario, homicida, idiota, fuerte, astuto, pero hay algo en lo que falla, él no sabe mentirle a su esposo. Puede mentirle a todos, puede ocultarle a todos sus planes, pero no puede mentirle a JiMin. Cuando lo intenta es tan penoso que él mismo sabe que lo hizo mal, JiMin lo sabe bien. En ese momento recuerda la advertencia de su padre por teléfono.

― Bien, está bien. ― Se acerca y besa sus labios. ― Lo dejaré pasar.

― ¿No quieres saber nada más?

JiMin lleva la mano de su esposo a su vientre donde siente el ligero movimiento del bebé, una perfecta distracción.

― Está creciendo. ― La sonrisa en Jungkook ocasiona que su corazón se acelere.

― Pronto estará acá, espero no sea inoportuno. ― Claramente refiriéndose a los acontecimientos que están pasando.

Jungkook despega sus ojos grises de la barriga de su esposo y se fija en sus ojos tristes. Hasta el brillo peligroso en sus ojos púrpuras se desvanece, tiene miedo. Toma su barbilla y suavemente JiMin levanta la mirada para encontrarse con la suya.

― No tengas miedo, yo estoy aquí y jamás te dejaré solo. ― JiMin sonríe tristemente, porque le cree ciegamente . ― Todo lo hago por ti, respiro por ti, sacrifico todo por ti, no lo dudes.

Verdaderamente lo hace, está en ese maldito negocio sucio y se mancha las manos día a día por mantenerlos a salvo y seguir en la cima del bajo mundo.

Acaricia su barriga y siente una pequeña patada. ― Los protegeré con mi vida.

JiMin asiente sin pensarlo dos veces, porque JiMin se siente bien siento protegido por su esposo, solo por él. Toda su vida se esforzó en ser el mejor para proteger a su familia, pero cuando Jungkook llegó a su vida con esa determinación y fuerza, pensó que estaba bien permitirse bajar la guardia y dejar que él lo proteja.

― Te amo, mora.

Se miran a los ojos con amor, el gris y el púrpura de sus miradas se encuentran, siendo una mezcla tan rara y que tan bien funciona.

JiMin sonríe genuinamente. ― ¿Más que yo? No lo creo.

― Déjame demostrarte lo mucho que te amo, cariño.

Pasa una de sus manos por su cabello rubio y sonríe cuando recibe un pico en los labios. Jungkook toma su cintura y lo apresa en sus brazos para plantarle un suave y cálido beso en los labios que duró minutos enteros, tomándose su tiempo.

Una hora después Jungkook ha caído dormido, JiMin lo observa dormir y suspira al mismo tiempo que toca un mechón rubio de su esposo, feliz por tenerlo a su lado, sintiéndose amado por su esposo.

¿Quién diría que sería de sus últimos momentos de paz?

JiMin baja de su habitación dejando a Jungkook dormido. llega a la cocina y ahí encuentra a Taehyung tomando su desayuno. JiMin bosteza a la vez que Taehyung se acerca a él para tomarlo de la muñeca y guiarlo hasta la silla de la isla con cuidado.

― ¿Quieres que te haga el desayuno?

― No, descuida. ― Le regala una pequeña sonrisa. ― De hecho ya comí, solo bajé a la cocina para hablar contigo.

El de cabellos rojos asiente confundido. ― ¿Sobre qué?

― Sobre Jungkook. ― Aplana los labios y juega con el anillo en su dedo. ― Mi padre me dijo algo que no dejo de pensar.

Taehyung entiende el peso de esas palabras cuando ve la inseguridad en sus ojos púrpuras, se inclina hacia él para escucharlo con atención. ― No se lo diré a nadie, cuéntame todo.

― Papá dijo que tenga cuidado con Jungkook, que él era capaz de arruinarnos a todos... ― Pasa una mano por donde se encuentra su corazón acelerado al recordar las palabras de su padre. ― Mi padre dice que debo alejarme de él pero no puedo... Tal vez mi padre solo está exagerando.

Lo único que el mayor hace es abrazarlo para reconfortar sus miedos. ― ¿Tienes miedo?

― Sí.

Taehyung lo entiende porque también sintió miedo cuando sentía que perdía a su prometida años atrás. Recuerda su perfume a rosas y la suavidad de sus manos, ella se llevaba sus miedos, ella le daba seguridad y esperanzas de un mejor futuro.

Ella era la mujer más importante en su vida, recuerda a esa mujer tan hermosa y buena, y se tortura. Luego de su muerte se sumió en sus demonios y por poco termina destruyendo su vida, pero tiempo después fue encontrado por Jungkook y dió a parar en la casa de los Jeon, a servicio de JiMin y Jungkook como jefe de seguridad.

Si no pude protegerla a ella, lo protegeré a él, piensa.

― No puedo decirte que hacer, JiMin. El que debe saber que hacer eres tú, debes pensar qué es lo que quieres. ¿Escucharás a tu padre o estarás con tu esposo? Es tu decisión, JiMin. ― Taehyung sonríe. ― Pase lo que pase te apoyaré.

― Gracias Tae.

Se despiden, JiMin vuelve a su habitación con su esposo y Taehyung se queda en silencio en la cocina.

¿Qué esconde Jungkook? piensa, y con eso en mente se levanta de su asiento abandonando su plato en la isla de la cocina. Tiene una corazonada. Camina con determinación hacia la oficina de su jefe aunque duda en abrir la puerta cuando está frente a esta.

Cuando toma la perilla y la trata de girar no consigue abrir la puerta, está con seguro puesto pero al ser encargado de la seguridad de los Jeon tiene libre acceso a todas las habitaciones de su hogar.

Saca un juego de llaves y busca la que tiene forma de corazón para introducirla en la cerradura. La abre y cierra la puerta después de dar pasos dentro, se detiene abruptamente cuando encuentra botellas de alcohol en el piso, unos cigarrillos ya consumidos en un cenicero y fotografías tiradas en el suelo. Un desastre. 

Cuando alza la mirada hacia una de las paredes él simplemente se queda sin aliento. Lee cada cosa escrita en el pizarrón y sigue cada hilo rojo que conecta imágenes. Una completa locura que Jungkook planificó en una noche entera, sin descanso.

― Está loco...

¿Qué creen que habrá visto Taehyung? ¿Qué hará ahora? Los leo.

- Mgg.

(EDITADO: 20/07/2022)

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