Cincuenta y seis: Respuesta.

Cuando una persona es presa de sus demonios, tiene dos opciones. Puede hundirse más en su miseria y sucumbir ante los demonios que lo atormentan, o hacer algo al respecto. Jungkook escogió la primera opción. Él cayó ante sus tormentos, engañandose a sí mismo.

Creyó que callaría las voces en su cabeza al matar a su propia sangre, pero lo único que logró fue crear su propia condena, siguiendo un camino que lo mantendría preso de las voces de las que trató de escapar. Empezó a seguir un camino que ahora lo mantiene contra la espada y la pared, sintiéndose cada vez más oprimido por las consecuencias de sus decisiones. 

Ahora se encuentra apresado dentro de la mansión Manoban, derrotado, con los bolsillos vacíos y el corazón marchito. Es como un ratón cobarde en medio de la incertidumbre, escapando de su depredador, el cual lo mantiene acorralado en base a amenazas.

Quizás podría escapar si lo intenta, después de todo fue el sicario más peligroso de la ciudad, podría enfrentar a más de uno de los guardia a la vez con un simple cuchillo... pero no tenía a dónde ir y mucho menos un plan. Además, si incumple el trato su familia puede ser puesta en peligro.

Pasa sus manos por su rostro sintiéndose cansado.

Hace dos noches Lisa fue a reunirse con Namjoon y desde entonces no ha vuelto a la mansión. Desde que despertó en la mañana no ha recibido ningún tipo de información, por ello trató de obtenerla por sus propios medios. Desde la mañana hasta ahora ha dejado más de 32 llamadas al número de JiMin, 21 a Woong y 27 a Taehyung, tratando de contactarse con ellos para conocer su estado.

Pero ni una sola de sus llamadas ha sido contestada.

No quería creer lo peor pero se siente inquieto cada que recuerda las palabras de Manoban. Al escucharla supo que estaba completamente sedienta de venganza y que haría lo que sea para cumplir sus objetivos.

Solo espera que ella mantenga su palabra.

"No puedes hacerme daño Jungkook. Con una sola orden mía asesino a tu familia, y a tu hermano también."

Él se queda a cambio de que ella no lastime a su familia.

"Piensalo bien, ¿Harás lo que te digo?"

Se fija en la hora que marca el celular, y con un suspiro vuelve a marcar el número de su esposo. Suena uno, dos, tres pitidos pero nadie contesta. Espera un poco más, luego cuelga y llamada a Taehyung, pero tampoco contesta. Se deja caer de espaldas en la cama y pasa sus manos por su rostro. Reflexiona, y piensa que tal vez sea hora de salir de ahí.

Entonces, recibe una llamada entrante de un número desconocido. Se incorpora sobre la cama, se estira para tomar el aparato y contestar.

― ¿Quien eres? ― Va directo al grano.

― Soy yo.

Reconoce esa voz, se acomoda en su asiento y por un momento siente alivio de verdad.

― Taehyung, estuve llamándolos todo el día.

― No tenemos nuestros teléfonos, así que te estoy llamando del teléfono de alguien más. ― Kim suspira al otro lado de la línea. ― Es una larga historia.

― ¡Taehyung, dime si están bien! Lisa amenazó que atentaría contra los Park, pero no supe nada más. Me drogó, quedé inconsciente y apenas hoy desperté.

Dos noches atrás, antes de irse Manoban ordenó a sus guardias que se "encargaran" de Jungkook. Ellos cumplieron, lo golpearon toda la madrugada y lo drogaron como cereza del pastel. Supone que fue para que no trate de escapar o arruine sus planes. Él se mantuvo inconsciente hasta que hoy logró despertar, bastante alterado y confundido. Cuando revisó su teléfono, se dio cuenta que había pasado un día entero desmayado.

― Realmente no estamos bien... Lisa sí atentó a la mansión, y...

El silencio lo dijo todo. Jungkook se colocó de pie con el corazón bombeando fuerte.

― ¿Quienes?

― Todos, menos Woong... Yo, JiMin, Seiji y Jane no estábamos cuando pasó, así que...

Con su mano libre cubrió parte de su rostro y volvió a tomar asiento. Maldice a Manoban en voz baja, maldice no haberla matado antes, maldice que Namjoon lo haya traicionado y haya entregado a su hermano, quien fue el que reveló la información.

― Estamos a salvo, pero nadie está bien aquí. Ha sido muy duro, especialmente para Woong... jamás lo había visto así.

― Lo imagino... ― Resopla.

Se queda en silencio mientras la culpa cae con fuerza sobre sus hombros, haciéndolo apretar los puños con fuerza. Él no reveló información sobre los Park, Lisa ya la tenía cuando él llegó; solo lo usó para responder algunas de sus dudas, como si habían viviendas cerca de la mansión o no. Aún así, de alguna manera contribuyó en aquella tragedia y eso significa un peso más sobre sus hombros. 

― Pero... están a salvo, eso me mantiene tranquilo.

― A mi igual.

Al menos JiMin y Seiji no estuvieron en la mansión de los Park. Podría llamarlo milagro o suerte, pero escaparon de las garras de Manoban, y se sentía agradecido. Si no hubiera sido así... un escalofrío recorre su espalda de tan solo pensar en las posibilidades, ¿Realmente Manoban hubiera cumplido con su trato? 

― Debemos hablar. ¿Dónde estás?

- Lisa me encerró en su mansión.

― ¿Puedes escapar?

― No puedo irme. JiMin y Seiji están contigo, pero Lisa tiene a Gguk. Él se metió en problemas por mi culpa, no puedo darle la espalda ahora.

Taehyung suspira. ― Jungkook, escúchame atentamente. ― Toma una pequeña pausa. ― Gguk no está secuestrado por Lisa, al menos ya no.

― ¿Cómo lo sabes?

― Hace una semana y un poco más lo encontraron en estado crítico a las orillas de un río y lo llevaron al hospital Kangbuk. Apenas ayer despertó y se nos fue comunicado por la tarde... Luego de eso fuimos a la mansión de los Park y bueno, nos enteramos de lo que había pasado ahí. ― Explica con calma.

Jungkook se queda en silencio hasta que Taehyung retoma la palabra.

― ¿Jungkook? ¿Estás ahí?

― Maldita imbécil. ― Murmura. ― Cuando salga de aquí te devuelvo la llamada.

― Bien, cuando me llames te informaré el punto de encuentro. Realmente necesitamos hablar.

Taehyung finalmente cuelga y Jungkook lanza con fuerza el celular hacia el colchón. Empieza a maldecir a Manoban y toma sus cabellos, sintiéndose un completo imbécil por haber confiado en ella. Lisa abandonó a su hermano a su suerte a las orillas de un maldito río. Para ella Gguk había muerto, y aún así lo engañó solo para tenerlo comiendo de su mano.

Se había reído en su cara.

A la mierda el trato, jamás fue algo verdadero. Estaba seguro que tampoco habría sido capaz de cumplir con su palabras, y si sus hombres se hubieran topado con su esposo e hijo, ellos ya no estarían con vida.

Acomoda su saco e ignora el dolor de sus extremidades. Posiblemente tenga alguna costilla rota, pero eso no interesa ahora. Tendrá que luchar cuerpo a cuerpo con los guardias de Lisa, pero eso no supone un obstáculo para él. Ya lo ha hecho muchas veces antes.

Sale de la habitación directo hacia la cocina de la mansión para buscar el cuchillo más afilado que encuentre.

Marca el número en su teléfono y es respondido casi al instante.

― ¿Lograste escapar?

― Fue más fácil de lo que pensé.

Se mira un momento en el espejo retrovisor, tiene el rostro salpicado en sangre así como el resto de su ropa. Un par de golpes y un roce de bala en su hombro izquierdo que cubrió con una parte de su camisa rota. Luce como salido de una película de terror, por lo que agradece infinitamente tener las ventanas blindadas en lo que sale de la ciudad.

― Perfecto, te mando la ubicación, debemos hablar contigo.

― ¿"Debemos"?

― Tengo dos personas que nos ayudarán a deshacernos de Manoban de una vez por todas. Y antes de que digas algo sí, confío en ellos... y tú también tendrás que hacerlo.

― Bien, no haré comentarios.

― Y te lo advierto, nada de armas o cuchillos, o nos meterás en problemas.

Esta vez fue Jungkook quien cuelga la llamada. Un par de segundos después llega a sus mensajes la ubicación para el encuentro con Taehyung y estas misteriosas personas. Pisa el acelerador mientras trata de limpiar su rostro con unos pañuelos que encontró en su guantera. Menos mal logró recuperar su auto, y todas sus cosas dentro. Incluso encontró la peluca que usaba cuando cambiaba de identidad; al verla sintió repulsión y terminó arrojándola fuera del auto.

Media hora más tarde se encuentra aparcando el auto al lado de unos árboles. No entiende porqué el punto de encuentro debe ser fuera de la ciudad, pero se imagina que es por protección y privacidad. Se da un último vistazo en el espejo retrovisor y verifica que no hay manchas de sangre en su rostro. Chasquea la lengua porque no logran salir las manchas del todo, mucho menos en sus ropas, pero no tiene muda de ropa en mano, así que suspira y sale del lugar.

― No tardaste mucho.

Ahí estaba Taehyung, recostado en su camioneta de siempre.

― Dijiste que necesitábamos hablar, creí que era urgente así que me apresuré.

Taehyung lo mira de arriba a abajo y chasquea la lengua.

― Te ves como la mierda, ¿No tienes muda de ropa? ― Él niega. ― No importa, dejémoslo así.

Le da un rápido vistazo al interior del coche, encontrando dos sombras dentro, pero no puede verles el rostro. Alza la mirada y más adelante divisa otro automóvil, es negro con lunas polarizadas, y una sirena colocada sobre el techo del coche. Frunce el ceño ante ese detalle.

― ¿Cómo has estado? Te ves...

― ¿Como un drogadicto? Lo soy. ― Rasca su nuca con incomodidad.

Desde que perdió a JiMin se perdió a si mismo, por completo. La droga y el alcohol, sumado a la última golpiza que recibió hace poco, le dejó un físico deplorable. Ojeras gigantes bajo los ojos, delgadez, piel pálida y mirada cansada, sin tomar en cuenta el moretón en su pómulo izquierdo y la herida aún abierta en su hombro. Un desastre de principio a fin.

Taehyung sonríe de lado por un momento. daba algo de satisfacción verlo así, siendo la consecuencia viviente de todo lo que ocasionó.

― Estacioné al lado de la carretera, pero nos están esperando por acá.

Taehyung se incorpora y empieza a caminar hacia el interior del bosque. Jungkook lo sigue en silencio. Se siente desconfiado, más no dice nada, solo se mantiene alerta. Caminan en línea recta por unos segundos antes de toparse con un hombre recargado en un árbol y una mujer con chaleco antibalas a su lado.

― ¿Quienes son?

― Jungkook, te presento al comisario Kim Seokjin. ― Kim saluda de lejos sin acercarse. ― Y a la superintendente Ahn Hyejin. ― Señala a la mujer, quien estira su mano hacia Jungkook, pero este la mira en silencio y con el rostro estoico.

― Al parecer viene de familia. ― Murmura retirando su mano. ― Es un gusto finalmente conocerte. Me han hablado mucho sobre ti, Jungkook.

Jeon mira a Taehyung y con poco respeto lo toma del brazo y lo arrastra dos metros atrás. Antes de que Taehyung diga algo, a juzgar por la molestia en su rostro, Jungkook retoma la palabra y suelta su brazo.

― ¿Dónde mierda nos has metido, Kim?

― Escucha, debemos confiar en ellos, debemos trabajar en conjunto. ― Trata de calmarlo pero es inútil, Jungkook tiene esa mirada asesina en los ojos, a pesar de verse débil. ― Espera, ¿Tienes una herida en el hombro?

― Eso no importa, mierda. Explícame porque debería confiar en ellos.

― Porque ellos no ayudarán a deshacernos de Manoban, y sus aliados.

Jane se acerca a ellos y se coloca entre ambos para explicar mejor lo que está pasando para Jungkook. Mientras el peli rojo nota algo diferente en ella, se ve... ¿Decidida? ¿Molesta? Ambos, al parecer.

― Ellos están investigando a Manoban desde hace meses, buscan desmantelar su mafia. Igual que nosotros.

― ¿Cómo pueden creer en ellos? ¿Se les olvida que no tenemos inmunidad como antes? Mierda, podemos acabar en la cárcel.

Jane frunce el ceño. ― No lo haremos, tenemos un trato. Nosotros les damos información para que se encarguen de Manoban, y ellos nos dejan en paz. Nosotros ganamos justicia y ellos cierran su caso.

― Pero para eso te necesitamos a ti. Tú tienes mucha más información que nosotros. ― Taehyung palmea su hombro suavemente, pero Jungkook sisea. ― Oh mierda, perdón, te di en el hombro herido.

― Imbécil. ― Murmura. ― ¿Qué les hace creer que cumplirán con su trato?

― Escucha. Cuando rescataron a Gguk, ya lo tenían fichado como sospechoso. Creyeron que trabajaba con Manoban, y estaban a punto de arrestarlo. Tuvimos que confesar que éramos de la mafia, pero no de Manoban, y hacer un trato para salvarnos de la cárcel... Debemos cooperar o estamos jodidos. Confiemos o no en ellos.

― Debieron pensarlo mejor.

Jane rueda los ojos. ― ¿Por qué mejor no cierras la boca y nos ayudas? ¿O acaso quieres que te paguemos? ¿Eso quieres? ¿Dinero?

Niega con las manos, aunque se arrepiente al instante por la punzada de dolor de su hombro.

― Mierda no, no quiero eso... Me tomó por sorpresa. ― Jane no cambia la dura expresión en su rostro. ―  Ayudaré... Si con eso le ponemos un fin a todo esto, lo haré.

Vuelven con los oficiales, esta vez acompañados por Jane. Jungkook se acerca a la superintendente y le ofrece su mano para estrechar. Hwasa parpadea sorprendida pero no duda en apretar su mano.

― Jeon Jungkook.

― Lo sé. ― Dice ella y sueltan sus manos. ― ¿Hay una razón por la ropa... manchada de sangre? ― Cuestiona.

Su camisa blanca parecía una rojiza a ese punto.

― Estuve cautivo en la mansión de Manoban, tuve que escapar deshaciendome de un par de sus guardias. 

― Ya veo, al parecer no hay buenas relaciones. El plan que tenía en mente no funcionará, pero no importa. Se puede arreglar, es por eso que estamos aquí reunidos.

Se gira para llamar al comisario, quien se acerca a ellos. 

― Creo que antes de realizar algún tipo de plan, necesitamos saber su respuesta. ― Kim señala con el mentón a Jungkook.

Hwasa concuerda. ― Jeon, necesitamos saber si nos ayudarás. Me imagino que Taehyung y Jane ya te explicaron la situación. 

Asiente firme. ― Ayudaré. ― Dice con seguridad. ― He sido infiltrado de Manoban por meses. Daré toda la información que pueda para contribuir a la investigación. 

― Me alegra escuchar eso.

― Y no solo de los Manoban, también cuento con información sobre sus aliados. ― Mete las manos en sus bolsillos. ― Ahora mismo puedo darles nombres, edades, qué áreas ocupan y dónde encontrarlos. Pero centrense en Manoban, ella los controla a todos.

Hwasa y Seokjin lucen satisfechos con su respuesta.

― Conozco dónde vive, cuántos guardias tiene y que horarios toman para rotar. Conozco la guarida de Namjoon y cual es su territorio, en qué clubes se le encuentra y en qué horas. Ustedes hagan las preguntas, y yo lo digo todo... ― Se acerca a Hyejin y se agacha un poco a su altura. ― Pero no quiero traiciones, suficiente he tenido de eso. Si yo cumplo mi parte, ustedes también.

― Creeme, pienso igual que tú. No creas que son los únicos que se están arriesgando. Mi compañero y yo estamos poniendo en riesgo nuestro pellejo por este caso. No los conocemos del todo, no sabemos si son de fiar, así que estamos en la misma situación, Jeon. Es lo que nos queda, cooperar en conjunto.

Jungkook asiente de acuerdo. No hace falta decir más.

― ¿Cuando me interrogarán?

― Ahora no, he dejado por mucho tiempo mi puesto vacío en la estación. Debo volver y arreglar algunas cosas, y ustedes deben descansar. ― Se hace a un lado y apunta un camino de tierra detrás suyo. ― Este camino los llevará a la cabaña de la que les platiqué. ― Mira a Jane quien asiente. ― Volveremos por la mañana para llevarlos a la estación.

― No es necesario, yo tengo mi camioneta. Estaremos ahí a primera hora.

― Bien, cuento con eso. El comisario Kim y yo nos retiramos.

Se despiden rápidamente y ven a los oficiales subirse a su auto y marcharse de vuelta a la ciudad. Jane vuelve a la camioneta de Taehyung y se le escucha platicar con la otra persona dentro.

― Todos estamos cansados, ellos han pasado por mucho y deben descansar. Los dejaré en la cabaña e iré al hospital.

― ¿Quién está dentro? ― Pregunta viendo hacia el interior de la camioneta.

― Es Woong.

― ¿Y JiMin?

― Él fue al hospital con un oficial como resguardo. Quería estar con Marilyn cuando le den de alta, y de paso averiguar el estado de tu hermano. Luego de instalarnos aquí tendré que ir por él.

Jungkook asiente, la verdad no podía mentir. Tuvo la pequeña esperanza de que JiMin estuviera ahí, pero no pasó.

― Debería llevarte al hospital, estás sangrando Jeon.

― No es necesario.

― Al menos deja que te desinfecte y te coloquemos unas vendas. ― Insiste. ― Luego podrás irte. ― Jungkook asiente. ― ¿Tienes dónde quedarte?

― Tengo mi casa en la ciudad, supongo que iré ahí para colocar todo en orden. Lo dejé hecho un desastre cuando me fui, estuve drogandome por días.

― No lo hagas, ¿Entendiste? Te necesitamos lúcido. 

Asiente en silencio, se despide casualmente y mete las manos en sus bolsillos para caminar hasta su coche. Se monta y emprende viaje hasta su casa en la ciudad, mientras Taehyung, Jane y Woong se instalan en aquella cabaña brindada por los oficiales. Cuando llega resopla y se toma su momento antes de suspirar con fuerza tomando con fuerza el volante entre sus manos. Ha pasado mucho en muy poco tiempo, se siente francamente mareado. Recargar la cabeza en el volante.

Se sigue sintiendo acorralado, pero ahora por la ley.

Hola, les traigo un capítulo medio tranqui. La verdad lo tenía listo desde el viernes pero se me olvidó publicarlo jeje

Se nos vienen los planes y las movidas entre mafias, y por supuesto, ¡un encuentro entre ya saben quienes!

Cuidense, coman bien y duerman a sus horas o un gatito llora eh.

- Mgg.

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