Cap. 15 Cine
Y he aquí cuando la vida se convierte en un remolino de emociones.
Las cosas en la universidad iban normales toda la primera semana, a excepción de algo, los celos del Uchiha.
Narra Sasuke
Todo habia sido perfecto con mi Hinata, estaba avanzando en mi relación con ella, ahora por lo menos me le quedaba viendo durante un rato y se sonroja en ves de golpearme o decirme "Acosador" y ese es un avance, a pesar de que ese maldito Otsutsuki se ha estado entrometiendo, y lo peor es que no se que hacen en el salón de clases, hay unas que compartimos como Inglés avanzado, matemáticas, dibujo y en los cursos cooperativos, ella se metió a gimnasia, canto, pintura, atletismo y natación, yo comparto con ella pintura, canto, atletismo y natación, a parte me metí a fútbol ya que el imbécil de Naruto no dejaba de joder con que deberíamos de estar en algo juntos, de ahí todo normal.
Hoy es sábado y supuestamente iremos al cine Ino, Sai, Hinata y yo, pero Ino me dijo que ella y Sai se escaparan de la función y que llevarán a Hinata con la excusa de que será una película de acción aunque ellos hayan escogido una de terror para quedarnos ella y yo solos.
-Temee!!!.-escuche gritar a Naruto desde el piso de abajo.
-Que quieres dobe?.-baje las escaleras ya arreglado, con mi blusa azul marino con el símbolo Uchiha en la espalda, una sudadera negra igualmente con el símbolo Uchiha atrás y finalmente una chaqueta, unos jeans y mis convers negros era verano pero estaba haciendo frío.
-A dónde vas?.
-Al cine.-respondí frío, tome el celular y las llaves de mi auto.
-Me llevas?.-me puso ojos de gatito pero yo solo negué con la cabeza.
-No.-tome las llaves de la casa y vi que Naruto se acerco hasta mi corriendo.
-Por favor!.-me rogó.
-No.
-Anda, teme.
-No.
-Di que siiiii.
-No.
-Irás con Hinata-chan?.-me miro pícaramente
-No te incumbe.-le solté y azote la puerta detrás de mi, salí de la casa y fui a tocar la puerta de Hinata, saque un paraguas de mi auto ya que estaba lloviendo y espere afuera.
-Voy!.-escuche desde adentro y sonreí entre mi.-Ya, perdón, es que no encontraba mi celular.-me sonrió y yo solo alcancé a sonrojarme y mirar para otro lado, iba vestida con una blusa negra que no se le veía el estampado por el suéter que llevaba de lana de color beige con una nube blanca con dorado alrededor, una falda color coral con unos mayones negros y zapatos dorados.
-Vas muy descubierta.-le dije aun mirando para otro lado.
-¿Eh?.-me alcanzó a decir.-Pero si llevo suéter.-sentí que el calor de mis mejillas iba disminuyendo poco a poco.
-Entra al auto entonces.-le dije y le abrí la puerta, por hoy, quedamos que la iba a llevar yo y no se iba a ir sola en el auto.
-Gracias.-me sonrió y entro al asiento del copiloto.
-De nada.-entré al del chófer y encendí el auto, nos fuimos platicando todo el camino al cine, por ahí nos encontramos a Ino y Sai y decidimos hacer una carrera, obviamente, gane yo, a parte de que la que condujo fue Hinata.
~En el cine~
Pasamos a la función de Anabelle 2 a parte de que los boletos los habíamos comprado por internet Sai y yo fuimos por la comida lo que Hinata pidió fueron nachos con doble queso, refresco de 7UP y unas palomitas extra grandes con extra picante y extra mostaza.
¿En verdad se comería todo eso?.
Pues ya, al entrar Ino fingió sentirse mal, así que Sai la llevo a su casa, el plan iba funcionando, solo que faltaba algo...
¡Hinata no se asustaba!.
-¿En verdad no te da miedo?.-ella me miro con incredulidad.
-¿A ti si?.-sonrió al ver como mi cara se decoloraba a un color rojo.
-Claro que no, solo que no te veo asustada.-sonreí al ver como se espantaba con un screamer de la cara de la muñeca.
-Bien, pues ahí esta tu asustada.-dijo al notar mi risilla cuando ella se espantó, paso un rato y cada vez estaba mas asustada hasta el punto en el que me termino quitando la chaqueta y ella tapándose la cara con ella para no ver mas screamers así.
-¿Y bien? Dónde quedo tu orgullo.-le dije con burla al salir del cine.
-En la silla FA del cine de la sala 4.-me empecé a reír al momento en el que ella dijo eso con tanta normalidad.
-Ven, vamos a la casa.-le abrí la puerta de mi auto y ella se subió, de ahí conduje directo a nuestras casas dispuesto a celebrar jugando videojuegos con Naruto hasta las tres de la mañana después de esto, al llegar a su casa vi claramente como le recorrieron escalofríos al encontrarse ante un casa tan grande y solitaria.-Miedosita.-susurré en su oído lo cual hizo que ella diera un brinco del susto.
-No soy una miedosita.-abrió la puerta de su casa y entró a la vez que yo cerraba el carro, pero justo cuando yo iba a entrar a mi casa sentí una suave y delicada mano tocar mi hombro, voltee a ver y vi una pequeña figura de una Hinata asustada y sonrojada.
-¿Qué paso?.-leí su mente y vi lo que planeaba pedirme.
-¿Te puedo pedir algo?.-dijo mirando a otro lado para evitar que yo viera su sonrojo.
-Si, dime.-sonreí a punto de salir triunfante de ahí.
-Olvídalo.-mis ilusiones y esperanzas se esfumaron en ese momento, estaba seguro de que me lo iba a decir.
-¿Segura?.-insistí.
-¿Te quedarías a dormir conmigo?.-sonreí triunfante y tomé su mano para después entrar a su casa.
-Adelante, muéstrame en donde.-la seguí a paso lento hasta su recámara lo cual me sorprendió, nunca pensé en que ella se quisiera quedar a dormir conmigo en la MISMA recámara, por un momento deje volar mi imaginación y no pude evitar que un sonrojo apareciera en mis mejillas.
-Uchiha.-la miré y estaba igual o mas sonrojada que yo.
-Qué paso?.-la note seria y con los brazos cruzados.
-Podrías e-esperar a-afuera... D-debo cambiarme....-me dijo apenada y yo solo reí, salí de la habitación y en pocos segundos me dio permiso de pasar otra vez.
-Y-ya... U-usted no se va a cambiar? Uchiha-san?.-sonreí ante el pequeño apodo que me había dado, me traía buenos recuerdos.
-Yo solo dormiré con mi camisa.-su cara se decoloro en pocos segundos para después desmayarse-Hinata! Hinata!-dije preocupado, pero luego recordé que esa era su típica reacción de antes así que la acosté en su cama para después acostarme yo junto a ella.-Perlita-san... Te quiero.-me sonrojé ante mis propias palabras y me dormí, fue la primera noche en la que no tuve pesadillas.
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