Hermosa Karla:

Hay batallas que nos hacen creer que ganamos pero al ver la gravedad de la guerra debemos aceptar la derrota.

Te amo es muy poco para decirte lo que siento, solo son cinco letras que no componen ni una milésima parte de mis sentimientos hacia ti, pero son las únicas cinco que conozco que se acercan.

Me has enseñado que amar es algo magnífico que lleva el alma lejos a donde solo llegan los más felices y sublimes deseos; cada parte de mi ser te pertenece pues tú despertaste todo en mí, tú le diste vida a mi alma.

¿Recuerdas cuando te dije que eras mi primera vez? Lo fuiste. En todo.

En absolutamente todo.

Mi primer beso, mi primera vez, mi primer amor, mi primera ilusión, mi primer suspiro y la primera chispa que incendiaría mi corazón.

Ese arcoiris que vimos aquella vez en el parque cuando nos dimos nuestro primer beso, me hace pensar en ti. Yo era una gota de agua, clara y simple, pero con tu rayo de luz hiciste que salieran colores. Dibujaste mis matices en un mundo donde todo era gris y blanco.

Sabes que las cosas se han complicado y no hay nada que lamente más que saberte lejos; las últimas veces que pudiste entrar en mi habitación te dije que estaba bien y en esas precisas ocasiones era cierto porque tú estabas ahí. Estando contigo cada segundo era bien gastado y estaba perfectamente bien en tu compañía.

Sin embargo, la imposibilidad de verte ahora y el vivir los límites a los que han llegado mis padres, me hacen ver que no puedo estar feliz sin ti y ellos no me dejan estar cerca de ti.

Sufro de ansiedad y me he deprimido como nunca pensé estarlo, no tengo apetito y al verme al espejo veo una sombra tras de mí intentando sofocarme; mamá sigue diciendo que es el proceso para que Dios me cure pero lo estoy dudando y no me dejan acceder a un psicólogo como deberían.

Me tiene con píldoras diarias dadas por un psiquiatra que asiste a la iglesia con mis padres; el sacerdote viene cada día a empaparme en agua bendita. Mamá cree que estoy enferma y eso no cambiará ni con el mayor de los milagros. Papá me dice que si no cambio mis pensamientos y conductas pecaminosas, arderé en el infierno y que los golpes que me da son para que sepa que Jesucristo se sacrificó peor por mí, para que aprenda a apreciarlo y siga su camino pues él sufrió mucho más.

Tú sabes que soy creyente de Dios, que he entregado oraciones del corazón toda la vida a Él y que lo alabo como el ser omnipotente que es; también sé que él no nos juzga, amor mío, sé que Dios me dio un corazón para amar y el libre albedrío para escoger amarte a ti.

Sé que los verdugos están en tierra cambiando Su Palabra a su antojo para condenarme.

Cada día desde que te alejaron de mí ha sido un infierno, amor. No solo por la distancia física sino por el grito constante que me repite que me equivoco contigo pese a que mi corazón está seguro de amarte con cada latido. No puedo seguir con la vida que llevo acá. Jamás seré libre y por consiguiente, tú no lo serás tampoco al estar atada a mí.

No quiero que te sientas culpable de nada. No lo eres, tú siempre fuiste el pilar de mi mundo desde que te conocí... pero no puedo aprovecharlo y por eso hago esto. Porque sé que la manera en que decidí amar jamás será buena para este mundo y no puedo lidiar con el odio cuando es tan injustificado.

Karla, te amé, te amo y te amaré por la eternidad.

No encuentro palabras para poder pedirte perdón por esto pero sé que en tu corazón hay bondad y que lo harás, que me perdonarás... eventualmente. No sientas que no hiciste suficiente porque hiciste más que eso, me diste más de lo que merecía y más de lo que alguna vez me pude atrever a pedir.

Me diste a conocer la felicidad, el amor desenfrenado, la devoción del alma y ahora deseo que busques todo eso en alguien más.

Eres hermosa, inteligente, dulce y perfecta, tu corazón vale más que el mundo entero, tu espíritu es capaz de alumbrar las oscuridades. Sé que encontrarás a quien te haga feliz.

Deseé pasar hasta el último día de mi vida amándote y lo estoy cumpliendo.

Te quiero.

Te adoro.

Hoy y siempre, te amo.

Eternamente tuya, Gaby.