One

Crecer en una familia religiosa fue sin duda alguna, una de las peores etapas por las que Taehyung había tenido que pasar, y si, tal vez piensen que no podría ser para tanto, pero, vivir en un pueblo tan alejado de la ciudad, dónde la unica diversión que existe es volverte un fanático de la religión, no pintaba nada bien para ese curioso chico que siempre quiso saber que es lo que habia mas allá.

Su familia en particular era de aquellas que llevaban la religión al extremo, de una forma casi obsesiva que le ponía tantas restricciones y lo limitaba de tal manera que su vida desde niño fue regida al cien por ciento por lo que dictaba la iglesia.

“No mientas, es pecado”

“No vistas inadecuadamente”

“No seas soberbio”

“Se generoso, siempre piensa en el resto antes de ti mismo”

“La lujuria es un pecado, debes mantener tu castidad hasta el matrimonio”

“No seas perezoso”

“Nunca digas abiertamente lo que piensas”

Entre otras tantas reglas que regían en aquel hogar y que el reconoció a muy temprana edad, que las rompería una por una, y eso no le preocupaba ni siquiera quiera un poco.

“¿Estaba algo mal con el?”

La respuesta era negativa, solo quería vivir, quería tener experiencia, quería equivocarse y saber levantarse solo.
Tenía tanta ansias por descubrir el mundo, por probarse a sí mismo que cada cosa que le fue prohibida, podía ser posible, al menos de una forma que no sobrepasara lo incorrecto.

“¿Pero que es exactamente lo correcto?”

Su madre fue fiel creyente en la palabra de dios, esa que era la que movía por completo todo el funcionamiento de su familia, nada se hacía si no era en nombre de el y cada cosa se agradecía, lo cual estaba bien, solo que ya se había cansado de aquella vida “de perfecta norma”  de hacer lo correcto y de cuidar ser siempre lo que que todos esperaban que fuera.

Los domingos, para su madre eran su día favorito, algo así como un día sagrado, ya que toda la familia estaba en la obligación de acudir a la iglesia y presenciar la misa que se impartía,para Taehyung solo significaba volver a fingir y sonreír como si todo estaba bien.

Lo que se divertía cuando debía dar la paz a aquellas señoras que se jactaban de una vida digna y en más de una ocasión las había sorprendido siendo infieles a su maridos con los mismos hombres que estaba ahí golpeando su pecho y llevando la mejor cara de inocencia que podrían portar ante su dios.

Su silencio le había valido un par de dólares que cada vez le acercaban más a su gran sueño.

Taehyung prometió, cuando tuviera la edad suficiente, huir tan lejos como le fuera posible de su familia, de su pueblo y de la religión impuesta en su vida, una que para él por todas las exigencias, solo había sido un dolor de cabeza.

Cuando cumplió sus 18 años, tomó una pequeña maleta, guardó en ella las pocas ropas que le eran permitidas, también por aquella religión que le repetía una y otra vez que debía vivir su vida de la forma menos ostentosa posible, el dinero que había recolectado por cada secreto bien guardado y salió a hurtadillas, cuando la noche caía en el pueblo, sin mirar atrás, dejando en el olvido al que fue por un largo tiempo, su hogar.

“Fue libre”.

“Se sintió libre”.

Al fin vivió su vida de la forma en que quiso, aunque si era sincero estaba seguro de que su madre ahora mismo le arrojaría piedras por haberse vuelto un descarado pecador que disfrutaba de los placeres de la carne más que de su propia existencia.

Había una necesidad tan grande de sentirse libre cuando por fin se vio lejos de todos ellos, que no sé limitó, vivió su vida de la forma más placentera que le fue posible y lo logró.

No tenía límites, las experiencias venian a él como si tuviera un maldito imán, una a una las reglas que antes conoció, desaparecieron por completo.

Al momento en que llegó a la ciudad, tuvo la bendita suerte de encontrarse con las personas correctas, unas que sin conocerlo le dieron la oportunidad de trabajo y le hicieron aún más fácil comenzar su nueva vida.

Jimin, el fue su mejor amigo desde el primer segundo, tan solo verse conectaron de inmediato y no volvieron a separarse.

Al igual que Taehyung él también había crecido en una familia religiosa y podía entender por completo la necesidad del en ese entonces adolescente de huir tan lejos como le fuese posible, el mismo lo había hecho dos años atrás, la única diferencia es que no lo había hecho solo, había llegado a la ciudad con su novio, con el cuál había tomado la decisión de escapar.

Jimin era dos años mayor que Taehyung pero cualquiera diría que parecían gemelos por la forma tan sincronizada en que hacían todo, y la manera tan bonita que tenían de tratarse el uno al otro, como si realmente fueran hermanos.

El trabajo ofrecido fue en una cafetería que se había ganado con esfuerzo una muy buena reputación y al día de hoy podía presumir ser una de las más famosas en la ciudad, una que le pagaba lo suficiente como para poder sentir sus sueños cada vez más reales.

Logró alquilar un departamento, algo pequeño, pero suficiente para el, en el que comenzó con su nueva historia, viviendo en paz, al menos así lo hizo por unos cuatro años, antes que por la mala suerte del destino, fuese su hermano mayor quien lo encontrara cuando visitaba la ciudad por cuestiones personales.

Recuerda haberlo visto de frente, sin oportunidad para huir cuando los ojos sorprendidos de Namjoon lo escaneaban por completo y hacían una mueca desaprobatoria por lo que tenía enfrente.

—¿Que es esto Taehyung? Con que aquí estuviste todo este tiempo…

—¡Hermanito! Quisiera decir que gusto verte, pero no, lamentablemente desearía que aún te mantuvieras en ese pueblo, bien lejitos de mi.

Namjoon bufó molesto.

—Mirate… estoy seguro de que dios no aprobaria esto en lo que te has convertido — dijo señalando las ropas que portaba el contrario.

Taehyung había cambiado mucho, su vestimenta y su cabello eran la fiel prueba de que aquel adolescente, hijo de  familia religiosa, ya no existía más, había desaparecido por completo.

—Suerte que no me importa la opinión de ese señor — dijo mientras encendía un cigarrillo.

—Tienes vicios, tu cabello… Taehyung… tu cabello es negro, mamá se volverá loca.

—No le digas, si sabes que le va a dar algo mejor cierra la boca Nam.

— ¡No le mentiré a mi madre!

—En teoría no estás mintiendo, solo omitiendo…

—¡Dios no tendrá piedad contigo!

— Me gusta cuando no tienen piedad conmigo — dijo en tono divertido — ya deja el drama, has como que no me viste y listo, sigan con su vida, es simple, ustedes no me necesitan y yo no los necesito.

—No sabes cuánto tiempo te buscamos…

— Pues no debían, les dejé una nota, les dije que me iba para siempre, debieron olvidarme.

—Sabes que mi madre tenía otros planes para ti, no esto que tú mismo decidiste… te convierte por completo en un pecador.

— Claro, esa mujer quería que fuese sacerdote, lo siento no podría haber cumplido con su deseo, no tengo madera para la religión y ahora mismo ese señor— dijo apuntando al cielo — Me tiene en su lista negra, no es el único, me tiene sin cuidado.

El pelinegro peinó suavemente su  cabello hacia atrás, dejando ver por completo los piercing que se posaban en su oreja y  el pequeño tatuaje que llevaba en su cuello, uno que sin duda alguna había sorprendido a su hermano quien parecía estar rezando mientras lo  observaba atónito sin poder creer que eso estuviera en su piel.

—Como pudiste….

— ¿Te gusta?  Siento que se ve muy lindo, además tiene un trasfondo, imagina que me liberé de mi familia, muy lejos de ustedes, me fui por el camino del mal y ahora estos pequeños cuernos que se asemejan a lucifer se posan tan bonito sobre mi piel.

—Eres una vergüenza… Pero aún así, deberías saberlo— dijo moviendo su cabeza de un lado a otro— papá está muriendo, está muy enfermo, no le queda tiempo, hacemos todo lo posible pero aún así no es suficiente.

El semblante de Taehyung estaba serio, si bien se alejo de ellos porque no era feliz y no era lo que quería para su vida, no podía evitar sentir nostalgia por su padre, él aún siguiendo a su religión, fue quien lo cubrió tantas veces, cuando el travieso niño tenía actitudes que merecían un castigo, aun asi, el fue padre primero que todo y si debía reconocer que el único amor sincero  de familia que recibió, fue de aquel hombre.

—Lo lamento mucho…

—Pide verte, una y otra vez pide volver a verte y ya lo habíamos convencido de que eso no pasaría, porque no teníamos idea de tu paradero, pero el destino al parecer sí quiso encontrarnos.

— No volveré allí.

—Solo una vez, hazlo por él, nadie podrá volverte a retener, me aseguraré de que mamá no lo intente, te doy mi palabra, pero cumple el último deseo de nuestro padre.

—No lo sé Namjoon, mírame, solo verme lo terminará de matar.

—El es distinto, lo sabes, no volveremos a buscarte, solo quiero que pueda despedirse de todos sus seres queridos.

—Lo pensaré — dijo serio — aún así no cambiaré mis ropas ni mi cabello, me pides que vuelva, este soy yo, no hay más, no cambiaré por nadie.

—Esta bien, no es lo correcto, pero es lo que el necesita, solo verte, no importa que lleves ese absurdo tatuaje y esa ropa… reveladora — dijo apretando la mandíbula.

—Se llama cuero y me queda divino, ¿si o no?

El mayor solo respiro y cerró sus ojos unos segundos, no entraría en una discusión más grave, no ahora que tenía la posibilidad de cumplir con el último deseo de su padre.

—Toma — le extendió un papel — ese es mi número, estaré en la ciudad hasta mañana, si decides ir, pagaré tu pasaje y me asegurare de que vuelvas lo antes posible aquí.

Taehyung lo recibió sin pensarlo, aún cabía la posibilidad de que fuera, no era un no rotundo.

—Nos veremos, tal vez…— respondió alejándose de su hermano y dejándolo solo allí, parado en la acera.

Mientras caminaba tuvo tiempo de pensar en muchas cosas, de meditar los pro y los contras de ese pequeño viaje que haría si así lo decidía, pero para eso necesitaba un trago, no siempre te enfrentas al pasado, mucho menos para despedirte de alguien querido.

Se dirigió hasta el bar más cercano, dónde bebió algunas copas, coqueteo con algunos hombres, pero no tuvo el ánimo de ir más allá con ellos, no sintió ese deseo latente que siempre ocurria, solo podía pensar en el maldito pueblo ese del que salió.

Se sintió asqueado, no tenía la disposición de otros días, solo quería llegar a su casa y recostarse en su cama, sentirse tranquilo y en paz, pensar con claridad en que debía hacer.

Se apoyó en una pared y observó hacia la ciudad, autos pasando, la gente siguiendo delante de el, cada uno viviendo a su manera.

Estaba a punto de encender un cigarrillo cuando al cruzar la calle vio al que probablemente podría ser el hombre más guapo que sus ojos habían tenido la dicha de contemplar.

Hombros anchos, cabello oscuro, piel blanca y unos maravillosos ojos negros que parecían brillar aún estando en completa obscuridad.

Su mirada siguió haciendo un escaneo de aquella anatomía que parecía caída desde el cielo, jamás en su vida había visto un espécimen tan perfecto como aquel.

Sus ropas eran algo que dejaba mucho que desear, ya que parecía más bien como uno de esos chicos del pueblo, de esos que si seguían la religión y que golpeaban su pecho todos los domingos en la iglesia, pero por alguna razón a ese hombre le sentaba a la perfección, esos pantalones de anciano se apegaban gloriosamente a sus muslos y más aún, tan deliciosamente a su trasero y al prominente miembro que parecía iba a explotar, tenso entre la tela, pidiendo a gritos su liberación.

Quería tocarlo.

Sabía que era muy descarado de su parte pero quería sentir que tan duro era ese trozo de carne, no recuerda alguna vez haber tenido un pensamiento así con alguien que acababa de ver, pero la necesidad estaba siendo un completo dolor de cabeza que sin duda alguna tenía que controlar, después de todo no sería la primera vez que hacía una estupidez por tener aunque sea un poco de atención de un chico que le gustase.

Pensó en ir directamente, después de todo el bar estaba a la vuelta de la esquina, podría invitarle unos tragos y con algo de suerte podría ser un buen polvo en algún oscuro callejón, de esos que le hacían liberar el estrés y de los que huía satisfactoriamente al terminar, dejando solo un recuerdo de aquel encuentro casual.

“Señor dios, tapa tus ojos porque tú hijo, la oveja descarriada volverá a pecar y espera que sea aún más lujurioso y sucio que la última vez”

Caminó hacia él, sintiéndose solo un poco mareado, pero con el alcohol justo en su sistema para poder lograr lo cometido sin ningún contratiempo.

Bueno, al menos eso pensaba, cuando al estar lo suficientemente cerca, se tropezó con absolutamente nada y cayó hacia delante, el impacto era inminente, su bello rostro quedaría estampado en la acera, menos mal dios aún le guardaba algo de cariño y por arte de magia puso frente a él una gruesa y dura barra, de metal, suponía, se sentía realmente firme, lo suficiente para sostenerse de ella y evitar el accidente.

Un grito de dolor se escuchó frente a el, uno realmente angustiado, como si hubiese lastimado a alguien.

Observó sus manos y sus ojos se ampliaron al ver que aquella barra divina que lo habia salvado, no era nada más ni nada menos que el miembro viril de aquel Adonis que había estado contemplado minutos atrás.

Se maldijo internamente, sin soltar el pedazo de carne e hizo lo primero que se le vino a la mente, fingir.

—¿Hay alguien aquí? — pregunto observando a la nada— ayuda por favor, soy ciego — una idea brillante.

El contrario se sorprendió ante la reciente confesión, y a pesar del dolor que sentía en ese momento, solo pudo intentar ayudar al pobre no vidente que había tomado por error su pene.

—Si… podrías soltarme por favor, te ayudaré — dijo con voz temblorosa.

Taehyung enderezó sus cuerpo con sus ojos abiertos y su mirada hacia el infinito, intentando no reír por lo divertida que le había parecido la situación.

Se apartó levemente, sintiendo el frío en su mano al haberla alejado de esa gloriosa zona mientras maldecía en su interior por la primera impresión que le había dado a ese dios griego, que sin duda alguna ya no era opción para sus cochinadas.

—Lo siento, no puedo ver nada, que descuidado, uf, lo lamento tanto.

—Esta bien, tranquilo, necesitas que te lleve a algún sitio.

—No te preocupes, mi hermano pronto pasará por mi— mintió sin problemas, el plan de abordar a la Adonis acababa de ser abortado.

—Bueno, te dejo estoy algo apurado, espero que estés bien — dijo observando a cada lado antes de alejarse de Taehyung y perderse por el camino.

Una vez el menor se vio solo, comenzó a reír como loco, sin duda alguna habia sido el encuentro mas random que había tenido con algún chico.

Lastimosamente ya había arruinado lo que podría haber sido un divertido encuentro por su torpeza, no había más que hacer, solo que comenzar su camino hasta su casa, a la cual llegó a los pocos minutos.

Entro directo a su habitación, dejando caer su cansado cuerpo sobre el colchón mientras tapaba sus ojos con el antebrazo, completamente a oscuras.

Su cabeza daba vueltas.

La noche pasaba y Taehyung no lograba pegar ni un solo ojo, las palabras de Namjoon seguían dando vuelta en su cabeza y su cerebro no le permita alejarlas de ahí, no cuando afectan directamente a su padre, a quien siempre recordaba con cariño, la única persona que lo protegió y acepto cada parte de él.

Debía ir.

No había otra respuesta para el, iría a ver al hombre, se despediría de el, y está vez si saldría de ese pueblo para no volver jamás.

Había llamado a su hermano luego de tomar su decisión y ahora mismo se encontraba, en la estación de tren, esperando por el.

Su elección de atuendo constaba de unos pantalones de color negro, completamente ajustados a sus gruesos muslos y una camisa blanca abierta en los primeros botones, dejando ver algo de su pecho y sus clavículas.

Llevaba su chaqueta de cuero en la mano, por si el ambiente se ponía algo frío, aunque no ayudara a cubrir mucho, podría servirle.

Se encontraba sentado en el suelo, comiendo un sandwich de pavo mientras observaba su teléfono, viendo algún vídeo de tik tok que le había sido enviado por Jimin para mantener la racha, el cuál le había parecido muy divertido y lo tenía riendo abiertamente mientras esperaba.

—Deberias levantarte de ahí, está sucio.

—Yo también lo estoy y el piso me acepta — dijo burlesco observando a su hermano que había recién llegado al lugar.

—Salimos en cinco minutos, vamos a subir al tren.

Taehyung asintió y se puso de pie para después guardar el resto de su sandwich en el pequeño bolso que portaba, antes de llevar sus manos a su trasero y sacudir sus pantalones tranquilamente.

—Ya estoy.

—¿Justo hoy se te iba a ocurrir vestir así?

—¿Que tiene? Me veo sexy, me gusta.

—Espero que papá no muera de un infarto al verte y que mamá no te haga un exorcismo.

—Que se lo que tenga que ser— dijo caminando hacia el vagón para subir en él mientras Namjoon le enseñaba los pasajes al auxiliar encargado de revisarlos.

Tomaron ubicación al fondo, con Taehyung junto a la ventana, como un niño pequeño, observando hacia afuera.

Sin duda alguna viajar siempre ha sido una de sus cosas favoritas, y ha intentado hacerlo a menudo desde que logró su independencia.

No cruzaron palabras, no había mucho tema de conversación entre ellos, ni siquiera tuvieron esa cercanía antes, cuando vivían juntos, ahora mismo luego de tantos años, parecían realmente extraños que solo compartían un apellido.

Luego de un par de horas se encontraban en la vieja estación del pueblo, todo lucía tal cual como Taehyung lo recordaba y eso solo le generó una mueca de desagrado, no estaba en su planes volver algún día allí, ni siquiera se le había pasado por la cabeza algún tipo de visita a ese lugar.

Si las cosas no hubiesen ocurrido de eso forma, el destino no hubiese querido reunirlo con su hermano y su padre no estuviera enfermo en ese momento, todo allí, sería solo un mal recuerdo.

—Luce… horrible, tal como lo recuerdo.

—Te pediré que moderes tus palabras mientras estés aquí, quiero ayudarte pero no me lo haces fácil.

—Te lo dije antes de venir Namjoon, este soy yo, no hay más, no voy a aparentar ser otra cosa por volver a aquí.

El mayor asintió rendido, sabía perfectamente que su hermano ya no era aquel jovencito manipulable que seguía los mandatos de su madre, el que estaba allí, frente a el, era una persona totalmente nueva que muy a su pesar, era el verdadero Taehyung.

Holaa, primer capítulo de esta nueva historia.
Planeo que sea algo cortito, aunque uno nunca sabe y puede ser que me inspire y salgan más capítulos, ya pasó antes 😅

Espero que me dejen sus opiniones y que les guste la nueva aventura 🌸

Gracias por leerme ✨

🌸Erlith_🌸

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