Four
El cuerpo de Taehyung fue arrojado a la cama descuidadamente, haciendo que rebotara en ella mientras reía por la acción efectuada por el falso sacerdote.
—Estas loco— dijo divertido.
Jungkook gateo sobre la cama hasta quedar sobre el cuerpo del menor y observarlo solo unos segundos directo a los ojos antes de atreverse a tomar sus labios con los propios en un beso lento y profundo, morboso y húmedo, ingresando su lengua y explorando con ella cada rincón de la cavidad contraria, disfrutando su sabor y casi gimiendo por lo suaves y deliciosos que le parecían aquellos labios.
—Eres el maldito pecado, exquisito— dijo al separarse mínimamente antes de volver a besarlo.
Sus manos fueron hasta el pecho de Taehyung y se colaron entre sus ropas descaradamente, tocando la tibia piel, tan suave y tan perfecta que la ansiedad por ir más allá lo estaba consumiendo.
Delineó la fina mandíbula con su lengua, haciendo un camino hasta el cuello para dejar sus húmedos besos, e intentar marcar la zona, como si realmente fuese de su propiedad.
—Adoras el pecado, padrecito y yo amo que de vez en cuando traten de sacar el demonio de mi cuerpo— dijo insinuante.
La pelvis endurecida del contrario presionó con firmeza sobre la de Taehyung y los movimientos circulares no se hicieron esperar, presionandolas entre sí y haciendo que ambas respiraciones comenzarán a agitarse y la temperatura subiera a una velocidad inimaginable.
Encajaban perfecto.
Cada extremo de su piel pedía y clamaba por el otro, necesitaban ir más allá, sentirse en cuerpo, follar como animales hasta que ambos se rindieran agotados.
Jungkook podría jurar que jamás había sentido esa necesidad, jamás se había sentido tan consumido por la excitación, por el deseo de follar a alguien.
Jamás había puesto en riesgo su propio bienestar y seguridad por ceder a sus instintos, unos que ahora mismo le hacían querer tomar a ese chico y llevarlo lejos de ese pueblo de mierda, aunque eso significase convertirlo en un fugitivo como él mismo, y condenarlo a estar huyendo una y otra vez por el resto de sus vidas, o hasta que fuesen atrapados.
Y ser atrapado no era una opción, jamás dejaría que lo pusieran tras las rejas, menos si eso significaba condenar al hermoso pecador a una vida que no merecía.
Aún así la necesidad por hacerlo suyo y no dejarlo ir, parecía que pesaba más que cualquier otro pensamiento.
—Eres un peligro para mí— dijo con voz jadeante, antes de tomar los labios de Taehyung en un beso sucio, sin detener la presión que ejercía sobre su intimidad — adictivo —reconoció.
—Suelo tener ese efecto— respondió altanero — aunque esto en nuevo, jamás lo había tenido sobre un sacerdote — rió — aunque seas uno fake, sigues siendo el santo aquí en este maldito pueblo— sostuvo el trasero del mayor para empujarlo aún más hacia sí mismo— cuando sepan que profanaste este lugar van a quemarte en la hoguera— sacó su lengua para lamer los labios contrarios y luego dejar una mordida sobre ellos.
—De igual forma me iré de aquí, solo me sirven estos idiotas ciegos mientras pueda mantenerme un tiempo y conseguir algo de dinero para largarme otra vez— metió una de sus manos entre los pantalones del chico y presionó la carne de su trasero, acercando peligrosamente sus dedos a la fruncida entrada que parecía palpitar pidiendo por el.
El silencio reinó luego de aquellas palabras y las ropas desaparecieron en menos de un pestañeo, dejando ambos cuerpos expuestos y desnudos frente a si, totalmente a la Merced del otro.
Exploraron cada rincón de su piel, tocaron cada extremos sin querer perderse ningún detalle mientras se observaban y mordían sus labios de forma insinuante, queriendo dar el próximo paso lo antes posible.
Taehyung separó sus piernas dando acceso por completo al mayor, mientras sonreía ladino, y deslizaba la punta de sus dedos a lo largo de la columna del pelinegro.
—Tus feligreses realmente son ciegos— afirmó— vamos, padre, entra en mi— casi suplicó.
Jungkook no espero una segunda súplica mas y se alineó de inmediato, presionando la punta levemente, ingresandola y luego sacándola de su interior, jugando con su cordura, y con la propia, porque ahora las ansias de empujar hará el fondo de ese cálido interior, era todo lo que tenía en su mente y sentía en su cuerpo.
—No grites tanto, pensaran que te hago un exorcismo — dijo antes de ingresar por completo, sin darle tiempo al menor de decir algo al respecto, ya que estaba más preocupado de morder sus labios y enterrar sus uñas en la palida piel del sacerdote.
Eso sin duda alguna había dolido, pero se había sentido tan satisfactorio que ni siquiera haría el amago de quitarse.
Abrió aún más sus piernas y dejo caer sus manos a los costados para hacer puños con las sábanas y tirar su cabeza hacia atrás mientras sus ojos quedaban en blanco y un leve temblor comenzaba a tomar posesión de su cuerpo.
El falso sacerdote tomó las largas y acaneladas piernas de su siervo pecador y las puso sobre sus hombros, mientras sus manos se apoyaban en el colchón y se impulsaba con fuerza en su interior, entrando y saliendo sin descanso, está vez dejándose ir en la necesidad que tenía de empotrar a ese delicioso chico sobre su cama, de joderlo tan rico y tan profundo que recordara que nadie más podría metérsela como el, que nadie más podría hacerle sentir tanto placer.
—Que bien lo haces — halagó — tienes un maldito trozo de carne entre las piernas que sabes ocupar como un experto, un maldito dios del sexo— afirmó mientras gemia sin reparos, importandole un carajo que alguien pudiera escuchar lo bien que lo atendía el maldito sacerdote del pueblo.
—Cada vez que gimes, mi polla se pone aún más dura— reconoció — me encantaría destrozar ese culo, pero mañana, no tendrias cómo explicar porque estás inválido.
—Algo se me ocurrirá — dijo recibiendo un fuerte embiste que arrastró su cuerpo sobre la cama— Follemos como animales hoy, luego pensemos en que pasara — pidió rodeando el cuello del sacerdote para atraerlo por un beso.
El mayor exploró su boca suciamente, haciendo un sonido morboso por la cantidad de saliva que se estaba empleando en aquel contacto, descuidado, sucio, salvaje.
Salió de su interior para girar el cuerpo sobre la cama y sentarse mientras atraía al chico sobre él, dejándolo con su espalda pegada a su pecho, e ingresando de inmediato en su interior, llenando el leve vacío que había quedado y que ahora parecía placenteramente abrumador lo bien que se sentía estirado y maltratado por su polla.
Sostuvo desde el cuello a Taehyung, presionando sin lastimar, solo dándole la clara señal de que en ese momento era el quien tenía el control y esperaba una total sumisión de su parte, la cual le fue otorgada de inmediato, escuchando los gemidos de Taehyung y lo dócil que se había vuelto entre sus brazos.
Lo penetró sin descanso, impulsando sus caderas hacia arriba mientras sentía a Taehyung elevarse y dejarse caer a su encuentro, apretaba sus pezones, jugaba con el los como si fueran perillas y le daba aún más placer del que estaba sintiendo.
Quería a ese hombre en su interior por días, jamás lo habían complacido así, jamás alguien lo había follado tan perfecto, y tan bien.
—Que rico se siente.
—Estás tan dispuesto para mí, cariño y cuando entro en ti tu culo me aprieta tan bien, como si no quisiera que saliera de él, me succiona la polla tan malditamente bien— lo sostuvo de sus hombros para ir aún más dentro, sintiendo el clásico cosquilleo del orgasmo posarse en su vientre bajo, pronto a explotar.
Llevó su mano hasta el pene de Taehyung y comenzó a masturbarlo al tiempo en que seguía con sus penetraciones, coordinando sus movimientos y llevándolos a ambos al orgasmo, uno que no tardó en llegar y que se dejó ir mientras los choques de pieles resonaban en la habitación y las esencias manchaban todo a su paso, marcando por completo la perfecta escena del pecado, una de la que solo ellos dos serían conscientes, al menos esperaban aquello, y de la que estaban seguros volverían a dejar rastro una y otra vez.
Porque ahora que habían probado sus cuerpos, y cada pieza de su vida encajaba a la perfección, era seguro de que ninguno de los dos dejaría ir al otro jamás.
—Ojala no haya algún chismoso que nos escuchara mientras el cura me partía mi culito— dijo Taehyung jadeante mientras dejaba caer su cuerpo sobre las sábanas, sintiéndose vacío sin el pedazo de carne que había en su interior minutos atrás.
—No lo creo, y de así ser, me iré y ya esta.
—Nos iremos, padrecito, me perteneces desde ahora.
—Y tu me perteneces a mi, por lo mismo te contaré a qué me dedico y te daré el chance de que sepas en lo que te metes.
—Dime — dijo acercando su cuerpo y recostandose sobre el desnudo pecho del contrario.
—Soy un estafador.
—Eso está claro — se burló.
—La policía me busca.
—Chico malo.
—Cada cierto tiempo debo cambiar de ubicación y de identidad.
—Jeon Jungkook…¿Es tu verdadero nombre o también es otra de tus identidades?
—Es el verdadero, no creí que en este miserable pueblo necesitara cambiarlo, además tu padre ya sabía mi nombre real.
—Es un tramposo, no estaría aquí si no fingiera su enfermedad — suspiro — fue perfecto que tú fueses su amigo, aquella familia se trago todo lo del milagro.
—Tu familia.
—No lo es más, hace mucho.
—Desterrado, me gusta.
—Mas bien fugitivo, me fui de aquí hace mucho y prometí no volver más— afirmó — pero la mentira de mi padre me tiene de vuelta.
—¿Lo quieres?
—Creo que es la única persona en esa familia a la que amo, el siempre fue un buen padre, me cuido muchas veces, mintió para salvarme de los castigos y siempre me demostró amor, muy contrario a los demás— contó abrazándose a la cintura de Jungkook — volví solo porque se trataba de él, es la única a persona por la que sería capaz de volver a este infierno.
—Ahora que esta bien…¿Te irás de nuevo?
—Lo Haré— afirmó — si me quedo mucho tiempo aquí, siento que una parte de mi, del nuevo Taehyung que es libre, que es feliz, desaparecerá— su voz tembló levemente — está no es la vida que quiero para mí y me lo haces demasiado difícil porque no creo poder separarme de ti.
—Ire contigo — dijo sin rodeos— es lo que hago, puedo cambiar de lugar cada vez que quiera, no estoy amarrado a ningún sitio y si me pides que vaya contigo lo haré sin pensarlo.
—Ven conmigo— dijo tranquilo aunque eso había sonado más a una súplica.
— Te folle solo una vez y ya no puedes vivir sin mi polla — dijo divertido.
—¿Podrás tú siquiera seguir tranquilo luego de haber estado entre mis piernas?— preguntó — no creo que vuelvas a follar tan rico como lo has hecho conmigo, pude verlo en tus ojos, nunca te habías excitado tanto por alguien, y yo tampoco, es lo justo que sigamos juntos.
Jungkook lo levantó por su mentón para besar sus labios, está vez delicado, tranquilo, sin apuros, disfrutando de la sensación para luego volver a dejarlo recostar sobre su pecho.
—Imposible, cariño.
—¿Entonces nos vamos?
— Necesito dos días ¿Puedes esperarme? Aún tengo que retirar algunos fondos de la iglesia, lo necesitamos para nuestro nuevo comienzo — dijo riendo— dios se auspicia — río fuerte.
—Está bien, puedo esperar, pero debes dejarme dormir aquí todas las noches, no soportaría tener que escuchar a mi madre en sus oraciones nocturnas, sobre todo porque la mujer está loca y se cree algo así como una enviada de dios — contó — ¡puaj! El extremo me agobia — reconoció.
—Esta loca — repitió.
— ¿Darás una misa? Podría sentarme al fondo de la iglesia y observarte mientras me toco descarado ante tu dios, puedes decir que estoy poseído y traerme aquí para sacarme el demonio, again, una y otra vez hasta que salga por completo y esté a salvo.
—Tan descarado que me la pones dura solo con hablar, me gustas así, sucio y descarado, perfecto para mí.
—Lo mismo para ti, padrecito, me empalmo solo de verte, es que estas para comerte, y sabes igual de rico de lo que te ves — dijo antes de morder un pectoral del mayor quien rió divertido.
— Vamos a dormir, intentaré terminar con todo esto lo antes posible y luego tu y yo desapareceremos para siempre, no habrá límites para nosotros y verás toda la diversión que tenemos por delante.
Sin decir nada, Taehyung solo se acurrucó aún más en el cuerpo cálido del que ahora era su hombre y cerró sus ojos para dormir, por primera vez desde hace mucho, se sentía seguro y en paz, una paz que venía de la mano del caos y era perfecta para el, perfecta para una vida, para un futuro.
Bien dicen que dios los crea y el diablo los junta…
Gracias por la espera y por seguir leyendo mis historias 🌸
🌸ErLith_🌸
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