Cap. 6: ¿Más... relleno?

Me pasé el resto de la tarde en mi cuarto, familiarizándome con el entorno y estudiando el caso más a fondo. Rohan no había vuelto a salir de su estudio desde que yo le había mencionado mi extraño encuentro con el sujeto de cabello rubio...

Estaba devanándome los sesos, tratando de encontrar entre mis archivos algo referente al testigo que había sobrevivido la noche del asesinato de Reimi Sugimoto y su familia, cuando unos golpes a la puerta me sobresaltaron.

-Si eres el acosador cabeza de pasto, te advierto que estoy ocupada, muuuuuy ocupada- dije, sin levantar la cabeza de los papeles.

La puerta se abrió sin ton ni son, y yo fingí taparme el cuerpo (supuestamente desnudo) con algunos papeles.

-¡No me haga daño, señor!- grité exageradamente -¡Haré lo que usted me diga!

Rohan se detuvo en la puerta y me miró levantando una ceja.

-Tienes tu pijama puesto. Y sabes que no he venido a hacerte nada indecente- me dijo, cruzándose de brazos.

-Bah, eres un aburrido. Tendrías que haberme seguido la broma... a saber dónde hubiera acabado eso- solté, mirándolo provocativamente.

-Pasaré por alto tu comentario...- lo vi sonrojarse un poquitín -. Venía para preguntarte qué querías para cenar.

-¿Cocinas?

-Algo, lo básico...

-Pues si cocinas como dibujas...- dejé la frase inconclusa a propósito, y luego proseguí -. Entonces seguramente eres un gran chef...

Por un momento su expresión se había amargado, pero luego de que acabé la oración, cierto brillo apareció en sus ojos.

-Veo que sí sabes apreciar el buen arte...- se jactó.

-Bueno, sí... ¡pero que no se te suba a la cabeza!- le advertí, mientras me levantaba de la cama y organizaba ligeramente los archivos -. Podría ayudarte a cocinar.

-¿Sabes hacerlo?

-Algo... lo básico- respondí, sonriendo.

Time skip

-¿¡Pero qué estás haciendo!?- chilló él, al verme con el rostro cubierto de harina y las manos horriblemente cubiertas de pegajosa masa.

-Amasando, ¿qué te parece que estoy haciendo?

-¡Le pusiste demasiada agua a eso! Dijiste que sabías cocinar...

-¡Dije que sabía lo básico!

-La pizza está dentro de lo básico...

-Pues no para mí, genio. ¿¡Para qué me pediste ayuda si sólo ibas a criticarme!?

-¡Yo no te pedí ayuda, tú te ofreciste!

-Ah, ya cállate.

Mientras decía eso, tomé un puñado de harina entre mis enchastradas manos, y lo lancé hacia el rostro del peliverde. El harinazo asestó en el blanco, y una nube de polvo blanco quedó flotando a su alrededor.

-¡Ja, ahora estás más blanco que nunca, paliducho!- me reí, viendo su semblante.

-¿Te crees graciosa? Ya verás...

Luego de eso, comenzó una salvaje guerra de harina. Creo que terminé comiendo más engrudo que pizza...
Fue divertido, pero la peor parte vino a la hora de limpiar. Había masa pegada hasta en el techo, y ninguno de los dos sabía cómo había llegado eso hasta allí.
Luego de un rato, las pizzas estuvieron listas. No eran ninguna obra de arte, pero eran comestibles. Aunque en algunas partes el queso no se había derretido completamente, y los bordes estaban un poco quemados.

Comimos y conversamos sobre su último trabajo, y me pidió si podía robarme un poco de mi tiempo el día de mañana para un boceto que pretendía hacer. Planeaba usarme de modelo para un personaje secundario femenino.

-¿Primero le das mi personalidad al personaje principal, y ahora quieres darle mi cuerpo a un secundario? También tengo madera de villano, por si quieres inventarte alguno basándote en mí...- comenté devorándome el último trozo de pizza que quedaba.

Rohan rió y negó con la cabeza, mientras se levantaba y llevaba los platos sucios hacia la cocina. Lo seguí, llevando conmigo el resto de los trastos.
Mientras yo lavaba y él secaba, una idea asaltó mi cabeza.

-Parecemos una pareja de recién casados... Míranos, lavando los platos juntos, haciendo guerras de harina...

Un escalofrío me recorrió la espalda, y lo mismo pareció sucederle a Rohan.

-¡Que quede claro que tú no eres mi tipo!- se apresuró a aclarar notando que yo lo estaba observando.

-Tranquilo, viejo. Tú tampoco eres mi tipo...- le respondí, luego de soltar un sonoro resoplido.

-Claro, seguro tu tipo es alguien como ese sujeto rubio que te cruzaste hoy, ¿no?- soltó, amargamente.

-¡Agh, ahí vas de nuevo! ¿Cuál es tu problema? Nunca dije que él me gustara o algo así... ¡Si apenas lo conocí hoy!

Había logrado sacarme de mis casillas. ¿Acaso Rohan era un tsundere? Primero me decía que yo no era su tipo, y luego otra vez parecía ponerse celoso a causa del desconocido rubio...
El ambiente se había puesto algo tenso. Sé que fue mi culpa, debido al comentario que hice en un primer momento, pero ¿qué puedo hacer? Tengo una bocota demasiado grande...

Habíamos terminado de lavar todo, y un silencio incómodo sobrevino sobre nosotros. En ese momento, me sentí inmensamente cansada. Todo sucedió en una fracción de segundo. Mis alrededores comenzaron a girar vertiginosamente, y mi visión comenzó a volverse borrosa. Recordé que ese día no había tomado mi pastilla. En un momento, todo se había tornado negro, y ya no pude sentir el suelo bajo mis pies.

Time skip

Las mantas oprimían mi cuerpo, por lo que supuse que debía estar en mi cama, envuelta cual gusano. Sentía que mi frente estaba mojada, al igual que el colchón sobre el que estaba tumbada. Abrí los ojos con pereza, y levanté la vista. No sé por qué, pero esperaba encontrar a mi madre allí, cuidando de mí como solía hacerlo en las primeras instancias de mi enfermedad.
Pero ella no estaba allí. Tampoco mi padre, ni mi hermano. De hecho, me sorprendió encontrarme en un sitio desconocido. Las cortinas fueron lo primero que llamó mi atención. Tenían apariencia de ser bastante expensivas, pero por algún motivo me parecían familiares.

-¿Estás despierta?- preguntó alguien a mi izquierda.

Giré lentamente la cabeza. Esos cabellos verdes serían inconfundibles incluso teniendo los ojos cerrados.

-¿Cabeza de árbol?- pregunté.

De repente recordé dónde me encontraba. Estaba en Morioh, en la casa del mangaka loco que me había rentado una habitación.
Inhalé y exhalé apesadumbradamente. Ahora debería darle explicaciones al peliverde.

-¿Estás bien? ¿Qué fue lo que te pasó?- sonaba preocupado.

-Sí, estoy bien... Creo que sólo necesitaba hecharme una siestecita...- mentí.

-¿Una siestecita? Estuviste inconsciente durante casi un día...

Un día. Eso significaba que había faltado al trabajo. Eso no estaba bien.

-Ah, es normal. Me sucede algunas veces. He estado trabajando demasiado, no he dormido ni comido bien en estos días... Pero no es nada grave, no tienes de qué preocuparte.

No pareció del todo convencido, pero por lo menos no siguió insistiendo. Me incorporé en la cama, y vi que traía puestos otros pijamas, no los que tenía cuando me había desmayado.

-¡Juro que miré lo menos posible!- se apresuró a decir, al notar mi desconcierto.

-Sí... claro...

Puse un pie fuera de la cama, luego el otro, y finalmente aventuré un paso. Perdí el equilibrio irremediablemente, y me preparé para caer de cara al piso. Pero vamos, ¿no está mi historia llena de sucesos cliché? Obviamente Rohan me atrapó antes de que cayera, y me sostuvo fuertemente entre sus musculosos brazos.

-Deberías tomártelo con calma. Tienes que comer y reponer energía...

-Ajá, pero primero quiero ir al baño... ¿Me sueltas porfis?

Él asintió y me permitió ir. De hecho, me llevó hasta la puerta del baño y me dejó allí.
Me lavé el rostro y me observé en el espejo. Era un maldito desastre. Tenía unas horrendas ojeras, y mi piel se veía tan pálida que parecía muerta. Suspiré y cerré el grifo de agua.

Rohan se empeñó en obligarme a comer. Por más que no tuviera ganas de hacerlo, él prácticamente embuchó la comida en mi boca.
Fue... tierno de su parte, pero realmente me molestó que se preocupara tanto. Ya tenía suficiente con toda mi familia como para que ahora él también se compadeciera de mí.
Tuvimos que posponer la sesión de dibujo, ya que según él "la idea no es retratar un cadáver, ¿sabes?".

Esa misma tarde recibí un llamado desde la jefatura de policía. Una nueva chica había desaparecido. Tenía que recuperarme y volver al trabajo cuanto antes. Había que poner un punto final a las desapariciones, y no podía tomarme más tiempo.

Tu bi continue -------->

Cap. 6. Por fin. Luego de una larguísima espera. Creo que se me quemó mi última neurona tratando de hacer éste capitulo...
Por cierto, me dediqué a corregir ciertos errores bastante terribles que tenía este fanfic (por ejemplo: la rayis había ido dos veces al funeral del señor Higashikata 😖), y también algunos errores ortográficos... No me culpen! Es el autocorrector de mi celular!!! Ahora me despido, y a seguir con el siguiente capítulo... pero del fic de Josssske... ewe

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top