Cap. 14: Internada
Una voz sonaba lejana, aunque no estaba segura de si salía de mi cabeza o si verdaderamente la estaba escuchando. Era la voz de una mujer, y sonaba realmente preocupada.
Además de esa voz, comencé a oír un insistente pitido, que parecía no detenerse jamás. Presté atención a la voz que hablaba, y de esa forma pude captar retazos de lo que estaba diciendo.
-¡Ya le dije que no soy familiar directo! ¿Cómo que no puede dejarme verla? ¡Ella es como mi hermana!... Ahg, ya le dije, mi nombre es Tomoko Higashikata, ¿usted está sorda, señorita?
¿Tomoko? ¡¿Qué demonios estaba haciendo ella aquí!? Un segundo... ¿¡dónde era "aquí"!?
Traté de recordar dónde estaba, o qué había pasado, pero mi mente no parecía querer colaborar conmigo...
-Bien, sí, llamaré a un pariente directo. Pero no creo que llegue pronto, me parece que está fuera del país...- continuó Tomoko.
Después, no escuché nada más. Y otra vez me vi sumida en una completa oscuridad silenciosa...
Time skip
Me levanté dramáticamente, pegando un exagerado salto en la cama. No me tomó ni un segundo darme cuenta de que estaba en el hospital; ya había desperdiciado mucho tiempo allí entre internación e internación como para no reconocerlo de inmediato.
-Tranquila, ya estás bien- me dijo una enfermera, acercándose a mí rápidamente -. Tuviste una fuerte recaída, casi te perdemos allí...
-¿Tan mal estuve?- indagué, un tanto sorprendida.
Nunca antes había tenido un ataque tan fuerte. Es más, ni me había dado cuenta de que había estado a punto de morir. Tal vez la enfermera sólo estaba exagerando un poco...
-Tuviste visitas mientras estabas inconsciente. Una mujer llamada Tomoko insistió para que le permitiéramos verte, pero no pudimos dejarla pasar, ya que aún estabas en un estado muy delicado...- comentó la chica, mientras me cambiaba el suero -. De hecho, ahora mismo hay alguien que quiere verte...
-¿Alguien quiere verme? ¿Quién?
-Un chico joven, bastante apuesto...
Se me paró... el corazón en el pecho. ¿¡Y si era Rohan!? No, no podía ser... él estaba internado al igual que yo, no tenía por qué enterarse que yo también estaba en el hospital...
-Este chico... ¿sabes su nombre?- pregunté, tratando de disimular que estaba aterrada.
-No... pero vino con dos amigos suyos.
Dos amigos... bien, no podía ser Rohan. Que yo supiera, él no tenía amigos...
-Iré a decirles que pasen, si no te molesta.
Le indiqué a la enfermera que podía proceder. Luego de unos momentos, un conocido jopo azul apareció por la puerta. Josuke venía seguido por su amigo, Okuyasu, y por un joven de baja altura... al cual ya había visto antes...
-¡(T/N), has regresado a la tierra de los vivos!- saludó Josuke, con una enorme sonrisa.
-Sí, ésta vez ya hasta oí las campanas del cielo que me llamaban- bromeé -. Pero ya, en serio... ¡el enanito! Sí, tú... yo te conozco...- solté, señalando al chico de pelo blanco.
Él se señaló el pecho mientras me miraba extrañado.
-¿Ustedes se conocen?- indagó Josuke.
-¡Sí!
-No.
Los dos hablamos a la vez, pero mi "sí" fue más audible que su "no".
-Te vi salir de la casa de mi compañero hace algunos días... poco antes de que él fuera atacado en su propio estudio...
Mis tres visitantes intercambiaron miradas, sin decir nada.
-Entomces... ¿tú ya habías visto a Koichi?- indagó Josuke.
-No tenía idea que ese era su nombre, pero como ya dije, sí. Lo vi salir de la casa del mangaka... sospechoso, ¿eh?
El chico llamado Koichi me miró con preocupación.
-Oe, ¿no dijiste que ella era policía, Josske?- indagó Okuyasu, codeando al peliazul.
-Sep. Lo es. Creo que te has metido en problemas, Koichi-kun- respondió Josuke, cruzándose de brazos.
Pude ver la expresión desesperada del enano, y noté lo aterrado que estaba.
-Y bien, "Koichi"... si es que ése es tu verdadero nombre... ¿¡Por qué golpeaste a Rohan!?- bramé, en tono intimidante.
Tenía plena seguridad de que el chico no había sido el responsable de la golpiza de Rohan. Primero, porque él se veía del tipo tierno e inocente, y segundo... porque no había forma de que Rohan se dejara golpear por un niñato.
Pero, como verán, me estaba divirtiendo a lo grande a costa del pobre Koichi, y tanto Josuke como Okuyasu me estaban siguiendo el juego.
-¡Vamos, confiesa!- exigí.
-¡N...no t...tuve nada que ver! Lo juro, ¡no sé nada de nada!- chilló él, temblando como una hoja.
Miré a Josuke, y luego a Okuyasu. Después de unos segundos, los tres estábamos matándonos de la risa.
-Ah, Koichi... ¡no puedo creer que hayas caído!- rió el peliazul.
-Esperen... ¿no iré a la cárcel?- indagó el enano.
-No, sólo estábamos bromeando contigo- le dije, a lo que él suspiró aliviado -. Pero no te relajes mucho, que es cierto que trabajo para la policía.
Al final, pasé largo rato conversando con esos tres. Me enteré que Koichi había ido a la casa de Rohan por un autógrafo, ya que era fan de su manga. Yo confesé que, a pesar de estar viviendo con él, jamás había leído su trabajo. Todos se sorprendieron enormemente, y Koichi me obligó a que leyera el primer tomo. ¡Hasta me prestó el suyo para que leyera mientras estaba internada! Resultó ser un chico agradable, aunque no era tan perspicaz como Josuke...
Luego, los chicos se marcharon y volví a quedarme sola. Ya no me sentía tan mal, por lo que disfruté de un buen rato de lectura. Me sorprendió lo interesante que era el manga de Rohan, y en verdad me encariñé bastante con el protagonista.
Claro que nunca admitiría ante él que había leído su obra, y mucho menos le confesaría que me había encantado... Tenía que mantener mi orgullo, gente...
Time skip. Y un skip un tanto largo...
Pasé unos cuantos días en el hospital, evitando a toda costa salir de mi habitación. No quería por nada del mundo toparme a Rohan sin querer en uno de los pasillos...
Durante mi estadía, Tomoko me visitó varias veces, y cada una de ellas me aseguró que tenía una sorpresa para mí. Pero jamás me dijo de qué se trataba, acotando que "pronto lo vería con mis propios ojos".
Como fuera, al fin fui libre, y me marché de ese hospital prácticamente corriendo. No quería volver jamás de los jamases...
Cuando regresé a la casa de Rohan, descubrí todo tal cual lo había dejado. Bueno, había más polvo que cuando me había ido, y había cierto desorden (que me había olvidado de acomodar antes de caer desmayada en el trabajo). Bueno, ya tendía tiempo para ponerme a ordenar...
Fue curioso que, apenas llegué a casa, el teléfono de la sala comenzó a sonar.
-Extraña sincroniceichon...- murmuré, a la vez que iba a atender -... ¿Holo?
-¡Hasta que al fin atiendes, maldita sea! ¡Llevo días llamando y nadie contestaba! ¿¡Dónde demonios estabas!?
¿Adivinan de quién se trataba? Sep, era el amargado cabeza de lechuga.
-Usted está tratando de comunicarse con la residencia Kishibe. Parece que no hay nadie en casa, puede dejar un mensaje después del tono... ¡pip!- solté, emulando una voz robótica.
-¡Vamos, (T/N)! ¡No empieces!- me regañó el otro.
-Está bien, está bien... no te pongas histérica...
-Agh... Oye, ¿por qué no atendías el teléfono?
-Eh... estuve... muy ocupada estos últimos días. Creo que ni siquiera escuché que el teléfono sonaba...
-Mhh... ¿Y por qué no viniste a verme al hospital?
-Ya te estás poniendo pesado, compañero. Te dije que estaba ocupada, ¿no me oíste?
Se hizo un momento de silencio al otro lado de la línea. Luego, yo hablé.
-Oye, lamento no haber ido de visita. En serio lo siento. Pero te prometo que mañana mismo iré a verte, ¿ok?
-No es necesario- soltó Rohan.
¿¡Espera, qué!? ¿¡Yo acababa de disculparme con él, del modo más dulce y arrepentido que podía exigirse de mí, y él contestaba eso!?
-Oye Kishibe, voy a colgar...- le dije, sonando más calmada de lo que realmente estaba.
-¡Espera, no me malinterpretes! No será necesario que vengas... porque mañana me dan el alta...
-AH CARAY... ¿¡Mañana!?
A ponerse a ordenar, se ha dicho...
________________________________________
5comentarios.
Nos vemos en la próxima actualización que haga.
Paz ✌
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top