Cap. 11: El ingreso al hospital y un nuevo amigo
Llegamos al hospital en poco tiempo. Una vez allí, se me pidió que llenara una planilla con los datos del paciente, mientras Rohan era llevado a la sala de observaciones.
-Disculpe, ¿es usted la pareja del paciente?- me preguntó la recepcionista, mientras me miraba rellenar los espacios vacíos de la planilla.
-Aún no...- musité, hallándome distraída.
-¿Cómo?
-Eh... quiero decir que no... Disculpe ¿cómo se supone que voy a saber cuál es el peso, la altura y el grupo sanguíneo exacto de ese idiota?
-Bueno, deje en blanco lo que no sepa. Luego le pediremos al señor Kishibe que termine de rellenar lo que falta.
Y una vez arreglado eso, se me pidió que aguardara en la sala de espera.
Los hospitales me ponían nerviosa. Debido a mi enfermedad, había pasado una gran cantidad de tiempo entre hospital y hospital, pero no me había acostumbrado a ellos. El olor que despedían me traía malos recuerdos...
Me acomodé en una de las incómodas sillas que había contra la pared de la sala de Rohan, y dormité un poco con la cabeza hacia un costado. Me preocupaba la gravedad de las heridas del cabeza de pasto, pero no creía que fueran tan terribles. Después de todo, él se la había pasado todo el viaje en ambulancia preguntándome dónde había estado y por qué había llegado tan tarde a la casa. Entonces, tan mal no debía estar...
Pasaron incontables minutos, hasta que por fin salió un médico de allí dentro. Ni que hubieran estado haciendo una difícil operación como para tardarse tanto tiempo...
-¿Es usted la acompañante de Kishibe Rohan?- indagó el médico, retirándose el barbijo de la cara.
-Así es. ¿El paciente falleció, doctor?- bromeé.
Claro que al sujeto no pareció darle ni pizca de gracia, ya que me observó con cara de pocos amigos y continuó hablando.
-Él está bien, considerando los golpes que recibió. El paciente deberá permanecer aquí los próximos días para descansar y mantenerse en observacion- explicó, mientras yo asentía -. Otra cosa, ¿usted sabe quién puede haber perpetuado este asalto? El señor Rohan no ha dicho nombres, y me ha pedido que no notifique a la policía sobre esto, pero realmente es un caso preocupante de agresión...
-Quédese tranquilo, doc. Yo soy investigadora privada y trabajo para la jefatura de Morioh. Me encargaré de que esto se resuelva cuanto antes.
El médico se mantuvo dubitativo, como dudando de la veracidad de mis palabras. Y no fue hasta que le mostré mi placa que pude sacármelo de encima.
Rohan fue trasladado a una lujosa habitación para él solito, con todas las comodidades incluidas. Media docena de enfermeras se derretían su paso, aunque el sujeto fuera en una camilla y tuviera el rostro magullado hasta el punto de verse irreconocible.
Lo acompañé hasta allí, y luego de algunos de arreglos (había un par de tubos y agujas que conectar, guácala), nos dejaron a solas.
-Oye, gracias por acompañarme... Pero no es necesario que lo hagas, sé que estás muy ocupada- soltó el peliverde, yaciendo sobre la cama.
-Sí, claro que es necesario. Y también es necesario que me digas quién demonios te hizo ésto...
Él mantuvo el silencio, reticente a contestarme. Resoplé con fuerza y me contuve de zamarrearlo para arrancarle la respuesta. Yo sabía que él sabía quién era el que le había hecho eso... válgame la redundancia.
-Bueno, tarde o temprano lo descubriré de cualquier forma- le informé, cruzándome de brazos.
-Maldita sea... Tendré que suspender mi manga momentáneamente. No puedo dibujar en este estado- masculló Rohan, cambiando drásticamente de tema.
-¿Quieres que lo continúe por tí?- ofrecí, en tono de broma.
-Ni de chiste. No te acerques a él.
-¿Estás dudando de mis facultades artísticas? Me ofende, señor Kishibe...
Giré la cabeza hacia otra dirección de manera melodramática, haciéndome la ofendida. Claro que a los pocos segundos se me escapó una risilla, y no pude seguir fingiendo.
Nos quedamos charlando durante aproximadamente media hora, hasta que un enfermero con cara de pocas pulgas me dijo que el horario de visita había acabado.
Hacía bastante que no pasaba tanto tiempo con Rohan, charlando y bromeando (y claro, siempre peleándonos un poco. Así era nuestra relación, una mezcla de amor y odio...).
Me marché a casa, sabiendo que tendría que pasar unos cuantos días a solas allí. Y sabiendo que aún debía guardar cosas en la heladera. Y también sabiendo que mañana me tendría que poner a acomodar el destruido estudio de Rohan. Santo cielo, cuantas redundancias en tan poco tiempo...
Time skip
Al día siguiente, a la salida del trabajo, decidí que hacía buen tiempo como para tomar un helado. ¿Por qué decidí eso? No sé, sólo para meterle más dulzura a la trama...
En la heladería, me crucé con cierto muchacho de cabello a lo Elvis, el cual se hallaba sentado en una de las mesas, conversando con un moreno de ojos saltones. Me acerqué a ambos por detrás, y al grito de "ataque mortal", usé ambas manos para despeinar salvajemente el cabello del peliazul. El muchacho saltó de su asiento hecho una furia, y se volteó para enfrentar a quien le hubiera arruinado el cabello así. Claro que apenas me reconoció, se detuvo en su sitio y me miró con perplejidad.
-¡(T/N)!- soltó, con una mezcla de alegría y enojo.
-Hola chico, bonito peinado- reí.
Noté su cara de enfado, y no pude evitar lanzar una sonora carcajada. Josuke me invitó a tomar asiento a su lado, mientras él regresaba a su asiento y sacaba un peine del bolsillo de su uniforme.
-Oe Josssske... no me dijiste que tuvieras novia- lo codeó el moreno, hablando con voz rasposa.
El peliazul paró de peinarse un momento, e intercambió miradas conmigo. Nuestras expresiones de asco fueron exactamente iguales, y ambos soltamos un "diuuuughhhhh" al mismo tiempo.
-¡Ella no es mi novia, Okuyasu! Es mi... "tía"- soltó el otro, retomando su arreglo de peinado.
-Oh, ¿¡cómo no me la presentaste antes!?- preguntó el que se llamaba Okuyasu.
-No seas idiota, ella es mayor de edad.
-¡Oye! Tampoco es como si tuviera 84 años, ¿sabes?- lo reñí, dándole un puñetazo en el hombro.
-Eres muy bonita, y te ves joven. Seguro no tienes más de, ¿qué, veinte años?- continuó Okuyasu.
-Así es. De todas formas, lamento decirte que nunca podremos estar juntos. No eres tú, es sólo que trabajo para la policía, y de hecho la pedofilia está considerada como un delito- bromeé.
Josuke comenzó a reír, pero Okuyasu no se dejó avasallar por mi comentario.
-Bueno, pero en un par de años dejaré de tener 16... ¿entiendes?- dijo, guiñándome un ojo.
No pude contener la risa, y al final terminamos los tres carcajeándonos como focas salvajes.
-Oye Josuke, tu amigo me cae bien. Te supera en carisma- dije, mientras extendía mi mano hacia el moreno -. Soy (T/N) (T/A), encantada de conocerte.
Él estrechó mi mano con una enorme sonrisa en el rostro.
-Okuyasu Nijimura, y el placer es todo mío. No sabía que en esta ciudad hubiera tal belleza escondida...
Volví a reír.
Pedí un helado de mi sabor favorito, y comí junto a los dos estudiantes. Conversamos un rato sobre la escuela y lo aburrida que era.
-Sí, el colegio es lo peor... Aunque yo no puedo decirles eso, o creerán que soy una mala influencia- reí -. Por cierto, creo que ya debería irme. Tengo que pasar por el hospital.
Josuke se alarmó al oír eso.
-Tú... ¿te sientes mal?- indagó, preocupado.
-Ah no, no es por mí. Es sólo que mi compañero de casa recibió una terrible paliza, y ahora se está quedando en el hospital.
-Espera, ¿tú compañero de piso?
-Sí, ¿no te lo había dicho ya? Estoy viviendo con Rohan Kishibe, un mangaka famoso- me jacté.
Okuyasu y Josuke intercambiaron miradas sospechosas. Seguramente ellos conocían a Rohan, tengo entendido que su manga está orientado hacia un público juvenil...
-Bueno, ha sido un placer juntarme con ustedes. Espero volver a verlos pronto- dije, mientras dejaba el dinero de mi helado sobre la mesa y me ponía de pie.
-Claro. Tendríamos que volver a salir... los tres juntos, me refiero- soltó Okuyasu, sonriendo picaronamente.
Me despedí agitando mi mano, y marché hacia la casa. Pasaría por allí antes de ir al hospital, para llevarle algunas cosas a Rohan.
Ah, y todavía me faltaban algunas cosas que acomodar en el estudio... agh, qué fastidio...
________________________________________
Pues ahí tienen el cap. 11. Ya veremos cuántos capítulos más dura esta wea e.e
Pd: la gente me sigue y me deja de seguir con una frecuencia extraña... Es como si dijeran "owo, vamo a seguir a esta wey" y a los dos minutos fuera "ah no pos ya no quiero se va a la puta"...
Señorxs o me siguen o no! Pero no me dejen así como así, porque se me rompe el corazoncito 😟😟😟
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top